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La alianza de PSC y CIU consuma la secesión lingüística en Cataluña
02.07.09 | 08:07. Archivado en Lengua
(PD).- ZP y Montilla han firmado otro experimento demencial de centrifugación del Estado. En esta tropelía, los socialistas han servido de dóciles compañeros de viaje al nacionalismo catalán. Se ha consumado la impudicia y el Parlamento de Cataluña ha aprobado su ley educativa, la primera que concede autonomía absoluta a esta Comunidad para gestionar su modelo de enseñanza y veta la tercera hora de castellano en los colegios.
Cataluña se independiza de España en materia educativa al implantar un modelo monolingüe en las escuelas y relegar el castellano al mismo nivel que el inglés o una lengua extranjera. Ni 'El País' ni 'Público' titulan con esta importante noticia. El segundo se decanta por la escenificación de ayer en Moncloa tras la reunión de Patxi López con Zapatero en un ambiente de lo más saludable, con los árboles del Palacio de la Moncloa como bucólico escenario. 'El País' reactiva, como tema de apertura, la trama de espionaje de Madrid, que se desmontó con documentos.
El texto ha sido aprobado con el apoyo de PSC y ERC y con la complicidad del principal grupo de la oposición (CiU), mientras que ICV, el tercer socio de triunvirato catalán, se desmarcó oficialmente de la propuesta evidenciando la desunión del Ejecutivo de Montilla en cuestiones de primer orden político. Tampoco avalaron la normativa, que libera a Cataluña del cumplimiento de las sentencias emitidas (TSJC y TS) en materia lingüística, PPC y C´s.
"ESTA ES UNA LEY DE PAÍS"
Ernest Maragall, consejero de Educación y artífice del texto, se jactó ayer de que «ésta es una ley de país». En parecidos términos, se expresó Josep Maria Freixanet, diputado de ERC, que aseguró que con la ley «se construye el Estado catalán» y se fomenta el sentimiento de pertenencia a Cataluña.
Más alto y más claro no se puede decir porque los diputados nacionalistas de CiU y ERC no reivindicaron que la nueva norma vaya a suponer una mejor enseñanza para los ciudadanos sino que hicieron hincapié en lo que les interesa de verdad: que servirá para avanzar en sus objetivos políticos secesionistas. Así lo establecen los principios que inspiran su contenido, entre los que figura «servir a la construcción nacional de Cataluña», lo que recuerda mucho la asignatura franquista llamada gráficamente Formación del Espíritu Nacional.
De entrada, la Ley de Educación niega a los padres el derecho a elegir lengua para escolarizar a sus hijos, lo que venía siendo una práctica constante pero no figuraba en ninguna disposición legal. Y ello a pesar de la sentencia del Tribunal Supremo que, en diciembre del año pasado, falló que las autoridades educativas tienen que ofrecer formularios para que los padres elijan en qué lengua quieren escolarizar a sus hijos porque se trata de un derecho amparado en la Constitución.
IGNORAN AL SUPREMO
Los promotores de la norma no sólo han ignorado esta resolución del Supremo sino que han desobedecido la obligatoriedad de las tres horas de enseñanza en castellano, establecidas por el Gobierno de la nación, que ya anunció hace tiempo que recurriría si se consumaba el desafío. El Ejecutivo de Zapatero debería ser coherente y recurrir no solamente este aspecto parcial de la ley sino prácticamente su totalidad. Pero lógicamente no lo va a hacer porque está preso del apoyo parlamentario de los diputados del PSC en el Congreso.
Se comprende que el nacionalismo esté hoy exultante, pero el sumiso Montilla debería mostrarse abochornado por una ley que, al amparo del nefasto Estatuto de Cataluña, fomenta la desigualdad de los catalanes y viola derechos fundamentales protegidos por la Constitución.
02.07.09 | 08:07. Archivado en Lengua
(PD).- ZP y Montilla han firmado otro experimento demencial de centrifugación del Estado. En esta tropelía, los socialistas han servido de dóciles compañeros de viaje al nacionalismo catalán. Se ha consumado la impudicia y el Parlamento de Cataluña ha aprobado su ley educativa, la primera que concede autonomía absoluta a esta Comunidad para gestionar su modelo de enseñanza y veta la tercera hora de castellano en los colegios.
Cataluña se independiza de España en materia educativa al implantar un modelo monolingüe en las escuelas y relegar el castellano al mismo nivel que el inglés o una lengua extranjera. Ni 'El País' ni 'Público' titulan con esta importante noticia. El segundo se decanta por la escenificación de ayer en Moncloa tras la reunión de Patxi López con Zapatero en un ambiente de lo más saludable, con los árboles del Palacio de la Moncloa como bucólico escenario. 'El País' reactiva, como tema de apertura, la trama de espionaje de Madrid, que se desmontó con documentos.
El texto ha sido aprobado con el apoyo de PSC y ERC y con la complicidad del principal grupo de la oposición (CiU), mientras que ICV, el tercer socio de triunvirato catalán, se desmarcó oficialmente de la propuesta evidenciando la desunión del Ejecutivo de Montilla en cuestiones de primer orden político. Tampoco avalaron la normativa, que libera a Cataluña del cumplimiento de las sentencias emitidas (TSJC y TS) en materia lingüística, PPC y C´s.
"ESTA ES UNA LEY DE PAÍS"
Ernest Maragall, consejero de Educación y artífice del texto, se jactó ayer de que «ésta es una ley de país». En parecidos términos, se expresó Josep Maria Freixanet, diputado de ERC, que aseguró que con la ley «se construye el Estado catalán» y se fomenta el sentimiento de pertenencia a Cataluña.
Más alto y más claro no se puede decir porque los diputados nacionalistas de CiU y ERC no reivindicaron que la nueva norma vaya a suponer una mejor enseñanza para los ciudadanos sino que hicieron hincapié en lo que les interesa de verdad: que servirá para avanzar en sus objetivos políticos secesionistas. Así lo establecen los principios que inspiran su contenido, entre los que figura «servir a la construcción nacional de Cataluña», lo que recuerda mucho la asignatura franquista llamada gráficamente Formación del Espíritu Nacional.
De entrada, la Ley de Educación niega a los padres el derecho a elegir lengua para escolarizar a sus hijos, lo que venía siendo una práctica constante pero no figuraba en ninguna disposición legal. Y ello a pesar de la sentencia del Tribunal Supremo que, en diciembre del año pasado, falló que las autoridades educativas tienen que ofrecer formularios para que los padres elijan en qué lengua quieren escolarizar a sus hijos porque se trata de un derecho amparado en la Constitución.
IGNORAN AL SUPREMO
Los promotores de la norma no sólo han ignorado esta resolución del Supremo sino que han desobedecido la obligatoriedad de las tres horas de enseñanza en castellano, establecidas por el Gobierno de la nación, que ya anunció hace tiempo que recurriría si se consumaba el desafío. El Ejecutivo de Zapatero debería ser coherente y recurrir no solamente este aspecto parcial de la ley sino prácticamente su totalidad. Pero lógicamente no lo va a hacer porque está preso del apoyo parlamentario de los diputados del PSC en el Congreso.
Se comprende que el nacionalismo esté hoy exultante, pero el sumiso Montilla debería mostrarse abochornado por una ley que, al amparo del nefasto Estatuto de Cataluña, fomenta la desigualdad de los catalanes y viola derechos fundamentales protegidos por la Constitución.