Animalitos.
Solo quieren jugar......
Los científicos ya saben por qué las orcas atacan a los barcos en el Estrecho: porque se aburren.
Un informe de la Comisión Ballenera Internacional destaca que la abundancia de atunes hace que estas ballenas no tengan que dedicar todo el día a perseguir a sus presas y decidan jugar con los veleros.
Los ataques de las orcas a barcos en el Estrecho comienza a tener una explicación prosaica. Según un informe divulgado la pasada semana por la Comisión Ballenera Internacional (ICW, por sus siglas en inglés) las agresiones de la orca son juegos que los ejemplares más jóvenes llevan a cabo porque tienen demasiado tiempo libre. Según esta teoría, la abundancia de atunes en la zona ha hecho que para las orcas sea fácil alimentarse y no tengan que dedicar todo su tiempo a buscar presas. Entonces deciden perseguir a los barcos. como pasatiempo.
Esta hipótesis está recogida en el informe encargado a la ICW y realizado por expertos de España, Portugal, jovenlandia y Francia para intentar explicar por qué han proliferado este tipo de interacciones entre barcos y orcas. Desde el año 2020, el grupo de orcas que está instalado en el Estrecho de Gibraltar ha atacado al menos a 673 embarcaciones. Esos ataques han supuesto el hundimiento de siete barcos, sin que se haya producido ningún tipo de lesión para los humanos. El último de los naufragios tuvo lugar hace dos semanas en el cabo Espartel, cuando una de estas orcas echó a pique al catamarán francés 'Alboran Cognac'. Sus dos tripulantes tuvieron que ser rescatados por un petrolero.
'Baby boom' de orcas
Los hundimientos tienen como protagonistas a un grupo de orcas que se han bautizado como 'Gladis', nombre con el que se definió a una hembra que al principio parecía actuar como líder y que luego se ha utilizado para llamar a los ejemplares de una colonia de alrededor de treinta especímenes que se asienta en las aguas próximas a Barbate. De ese grupo, la mitad serían orcas jóvenes y más propensas al juego. Según los expertos, hablar de ataque -entendido como una decisión deliberada de hundir un barco- es un error, porque de lo que se trata es de una actividad que las orcas llevan a cabo por diversión.
Para llegar a la conclusión de las interacciones entre las orcas y los navíos como fruto de un exceso de tiempo libre de las orcas, los expertos recuerdan la evolución de esta especie en el Estrecho. Entre 1998 y 2005, los avistamientos de crías eran muy extraños en la zona. Entre 2005 y 2011 el declive de la especie era evidente y se consideraba que estaba ligado a la escasez de atunes en las aguas gaditanas y de jovenlandia. Entonces, en 2011, se produjo un 'baby boom' según los expertos. Si antes de ese momento las interacciones con las orcas eran mínimas, a partir de ese años comenzaron a multiplicarse, a raíz de la aparición de crías de estos mamíferos. Y la población de atún también estaba aumentando.
Según datos estadísticos incluidos en el estudio de la ICW, esas interacciones han tenido lugar, en un 93%, en aguas de España y Portugal. Cerca de la mitad (48%) se han desarollado entre junio y septiembre. Su duración media es de 25 minutos, aunque en algunos casos han llegado a durar dos horas. La mayoría (78%) ocurren durante el día y tienen como objetivo principal -en un 80% de los casos- veleros de tamaño medio, de alrededor de 12 metros de eslora. La velocidad media a la que se desplazaban estos navíos era de 6 nudos -11 kilómetros por hora-. La fijación de 'Gladis' es siempre la misma, la pala de timón de barco.
El sombrero de salmón
Según esa descripción, las orcas se están acercando a barcos lentos y por lo tanto, más fáciles de perseguir por las ballenas. Las palas de timón, además, son grandes, con lo que no solo son visibles, sino también, más ruidosas a la hora de producir turbulencias en el agua, algo que parece atraer a las orcas. Por lo tanto, se convierte en un juguete a su alcance. No obstante, el comportamiento de estos mamíferos está lleno de enigmas. El informe, en este caso, recuerda que en 1987 se produjo uno de los comportamientos más extraños de las orcas en las costas norteamericanas del Pacífico noroeste, en la bahía de Puget Sound. Las orcas comenzaron a empujar salmones muertos con la cabeza y a exhibirlos como si fueran sombreros. Este comportamiento desapareció de repente y volvió a repetirse en 2008. En otras ocasiones, los biólogos han descubierto otros comportamientos que aparecen y desaparecen, sin explicación alguna, como por ejemplo adultos chocando sus cabezas entre ellos.
Estos comportamientos están asociados a los rituales internos de los grupos de orcas, que tienden a vivir en áreas concretas y casi 'en familia'. En algunos casos se trata de crías imitando a ejemplares adultos. En otros, las costumbres que se extienden de forma horizontal entre todos los componentes del grupo. Con estos antecedentes, los expertos no descartan que la decisión de perseguir veleros sea efímera y quizás las orcas se cansen de jugar con los barcos para buscar otra diversión.
Un informe de la Comisión Ballenera Internacional destaca que la abundancia de atunes hace que estas ballenas no tengan que dedicar todo el día a perseguir a sus presas y
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