¿Se entiende o no se entiende ahora lo que ocurrió en 1936?

Los gente de izquierdas a lo suyo. Ellos NO SE PUEDEN SOMETER A LA JUSTICIA. Ellos pueden perseguir y destruir políticamente a la política con mayor tirón mediático de la oposición (Ayuso), a través de su hermano (que se dedicaba a la intermediación sanitaria antes de que ella llegase a Presidenta), o con su novio (que será un chorizo, pero lo era antes de conocerla). Y todo esto lo saben de sobra. Pero ellos pueden destruir a los rivales políticos y a sus familias, mientras que exigen ser intocables de cara a la Justicia.

Es decir, Ayuso no puede tener un novio que fue un chorizo antes de conocerla a ella, pero Pedro Sánchez sí puede tener una esposa que se dedica a firmar cartas de recomendación a empresas que son presentadas en concursos públicos y dichas empresas son después agraciadas con contratos, concesiones o subvenciones públicas por valor de millones de euros. O se puede reunir para intermediar con una empresa en pleno rescate millonario del Estado a esa empresa, que es firmado por el Consejo de Ministros que preside su marido pocas semanas o meses después de dichas reuniones. En la prensa internacional lo tienen claro y han publicado lo que hay, nada de que a Pedro Sánchez le está persiguiendo la turboderecha. No, a su mujer le han abierto diligencias por esas informaciones que ahora el juez deberá investigar y que no han sido negadas ni por el Presidente ni por su mujer.

Por eso Pedro Sánchez está como loco por reformar el CGPJ. Para poner a sus propios jueces. Ya lo hizo con el TC regalado por Castrado y Teodoro Aceituno a cambio de información tributaria sobre el hermano de Ayuso y a dichos traidores les salió el tiro por la culata. En el momento en que el CGPJ esté dominado por mayoría roja, pondrán a jueces gente de izquierdas (que son inmensa minoría en las asociaciones judiciales y todos ellos están todos adheridos a la Asociación de Juezas y Jueces gente de izquierdas para la Democracia), en todas las APs y todos los TSJs, además de en el Tribunal Supremo, y ya ahí olvidaos de juicios justos (y también de apelaciones y casaciones justas), en temas de violencia de género, en temas de okupaciones, en temas de empresarios contra trabajadores y, por supuesto, olvidaos de que ningún juez persiga ningún crimen cometido por políticos de izquierdas y que persigan hasta el más mínimo pedo que se tire un político de derechas, un empresario o alguien sospechoso de no ser de la cuerda roja.

Pedro Sánchez intentó en la pasada legislatura cambiar la ley que regula el CGPJ hasta en cuatro ocasiones y en todas ellas le pararon los pies desde la UE. Veremos a ver si mañana no decide tomar por asalto el CGPJ. Ahora mismo, aunque la UE no sea de mi agrado, es lo único que nos separa de la bolivarianización (tanto política como económica, puesto que de tener moneda propia, la inflación por las paguitas ya sería demencial, galopante, como en Argentina), es lo único, pues, que nos separa de que este nefasto personaje se autoproclame emperador o dictador vitalicio.

Periodistas, tertulianos y "kulturetas" afines, ya están pidiendo que Pedro Sánchez tome por asalto la Justicia y que cree una "ley de información veraz", que es un eufemismo para cerrar periódicos y televisiones discrepantes con el régimen. No se cortan ni un pelo. Federico (que tampoco es santo de mi devoción), lo ha definido bien con su artículo de hoy titulado "Comando Intxaurrondo".

¿Os imagináis lo que pudo ocurrir hace 88 años? Asesinatos de curas y violaciones de monjas, Cataluña declarando su independencia (como ahora), la motorizada de Prieto armada por las calles de Madrid, asesinatos de anarquistas a propietarios de tierras, ocupaciones de fincas por parte de anarquistas y socialistas y, finalmente, el asesinato del líder de la oposición sacado de su casa de la calle Velázquez de madrugada y muerto de un susto.

¿Alguien no se explica de verdad lo que ocurrió en 1936?

Hace tiempo que se entiende pero seguro que alguno abrirá los ojos ahora. Es triste pero cuando una de las partes cae en el fanatismo solo queda una solución posible. No hemos (han) aprendido nada.