M. Priede
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No puedo dejar de reírme al leer la crítica de Antonio Turiel, que un año más muestra las contradicciones y falsedades de esos informes anuales. Turiel no acepta que la AIE cumpla con el deber de ocultar la crisis energética en la que estamos y que desde hace medio siglo se sabía que iba a ocurrir.
No me creo que Turiel sea tan "pringao" de creerse que existe cambio climático, cuando basta con echar la vista atrás para darse cuenta de cuándo nace esta nueva seudorreligión y que el clima continúe igual, no digamos el nivel de los océanos, del que ya nos decían hace dos décadas que daría problemas en las urbes costeras, sin embargo el mar sigue donde estaba.
Probablemente Turiel sepa de esa mentira, pero bien por lo que podríamos llamar solidaridad o humanitarismo, participa de esa mentira para no echar leña al fuego de la crisis. ¿Por qué se enfada entonces con la AIE cuando hace lo mismo que él hablando del cambio climático? Turiel no habla de los informes científicos que muestran las contradicciones de los 'científicos climáticos', análogo a los científicos que se niegan a llamar banderillas a las inyecciones que han suministrado a la población occidental y que no son otra cosa que modificadores del genoma, y de lo cual Turiel, si ha dicho algo, ha sido para insultar a quienes pusieron en duda el montaje de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo. Da la impresión de que es celoso de ese ansia humanitario y no permite que la AIE haga lo mismo cocinando cifras para no mostrar la realidad. Turiel tiene derecho a pontificar sobre epidemias y clima; la AIE, no lo tiene para trampear los datos. Hay que ver cómo se pone cuando le señalan la contradicción de ir de solidario anticapitalista y a su vez partidario de los trampantojos del sistema oligárquico en el que vivimos y que pronto resultará inocultable.
Turiel denuncia los engaños de la AIE cuando llama al peak oil 'pico de demanda' (es parecido a lo que ocurre con la caída de producción, que ahora se le llama 'rotura de las cadenas de suministro').
Más subterfugios de la AIE que denuncia en su blog:
Una realidad como un templo: NO EXISTE CRECIMIENTO SOSTENIBLE; vamos al decrecimiento lo queramos o no, y todo indica que caótico.
Turiel reúne un mérito grande: estudiar, conocer y difundir la realidad del problema energético:
crashoil.blogspot.com
Sobre la crisis del carbón de la que hemos hablado en el foro ((2) La crisis energética se apodera del mundo: Líbano se queda sin electricidad, India con carbón de reserva para tres días y apagones en China | Burbuja.info )
Hace siete años: Gaël Giraud, del CNRS: « El verdadero papel de la energía va a obligar los economistas a cambiar de dogma »
crashoil.blogspot.com
No me creo que Turiel sea tan "pringao" de creerse que existe cambio climático, cuando basta con echar la vista atrás para darse cuenta de cuándo nace esta nueva seudorreligión y que el clima continúe igual, no digamos el nivel de los océanos, del que ya nos decían hace dos décadas que daría problemas en las urbes costeras, sin embargo el mar sigue donde estaba.
Probablemente Turiel sepa de esa mentira, pero bien por lo que podríamos llamar solidaridad o humanitarismo, participa de esa mentira para no echar leña al fuego de la crisis. ¿Por qué se enfada entonces con la AIE cuando hace lo mismo que él hablando del cambio climático? Turiel no habla de los informes científicos que muestran las contradicciones de los 'científicos climáticos', análogo a los científicos que se niegan a llamar banderillas a las inyecciones que han suministrado a la población occidental y que no son otra cosa que modificadores del genoma, y de lo cual Turiel, si ha dicho algo, ha sido para insultar a quienes pusieron en duda el montaje de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo. Da la impresión de que es celoso de ese ansia humanitario y no permite que la AIE haga lo mismo cocinando cifras para no mostrar la realidad. Turiel tiene derecho a pontificar sobre epidemias y clima; la AIE, no lo tiene para trampear los datos. Hay que ver cómo se pone cuando le señalan la contradicción de ir de solidario anticapitalista y a su vez partidario de los trampantojos del sistema oligárquico en el que vivimos y que pronto resultará inocultable.
Turiel denuncia los engaños de la AIE cuando llama al peak oil 'pico de demanda' (es parecido a lo que ocurre con la caída de producción, que ahora se le llama 'rotura de las cadenas de suministro').
Más subterfugios de la AIE que denuncia en su blog:
Resulta muy ilustrativa la gráfica que nos muestra el WEO sobre la evolución reciente de la inversión en exploración y desarrollo de petróleo y gas, por un lado, y en sistemas "de energía limpia" por el otro lado. Sobre todo porque esa gráfica muestra una clara intención de engañar y confundir, que desde mi punto de vista es casi delictiva.
Mirando esas gráficas, uno podría tener la impresión de que la inversión en petróleo y gas se ha mantenido bastante estable en los últimos años hasta la llegada de la el bichito, en tanto que la inversión en "energía limpia" es muy constante. La realidad es bastante diferente.
La clave consiste en mostrar solo lo que pasa a partir de 2016. Si uno abre el foco (por ejemplo, con esta gráfica de Rystad Energy) uno ve que hasta 2014 la inversión en petróleo y gas crecía a buen ritmo, para luego descalabrarse en el paso de 2014 a 2015 y en el de 2015 a 2016. Si se mira la gráfica hasta 1998, se vería que de 1998 a 2014 la inversión se había multiplicado por 3.
De hecho, la gráfica de Rystad nos proporciona más información interesante: después de 2016, se inicia un proceso de caída más lenta en todo el mundo excepto en los EE.UU., donde se produce una subida vigorosa (el ruinoso fracking) que compensa la caída del resto. Y en eso llega la el bichito y el fracking comienza a hundirse. Cabe también destacar que una parte sustancial de la inversión no-fracking es para el mantenimiento de yacimientos existentes, no para buscar nuevos, así que la caída de la parte dedicada específicamente a exploración es probablemente mayor del 60%.
Una realidad como un templo: NO EXISTE CRECIMIENTO SOSTENIBLE; vamos al decrecimiento lo queramos o no, y todo indica que caótico.
Llama la atención también que el escenario NZE es uno claramente decrecentista, y es que aunque el volumen de energía renovable crece de manera absolutamente inverosímil, aún así hay un descenso de la cantidad de energía total. En el informe se justifica esto diciendo que las mejoras en eficiencia y el mejor rendimiento de la electricidad hacen que con ese volumen haya más que suficiente (se asume una mejora de la intensidad energética de al menos del 2,5% anual en esta década - como referencia, España ha mejorado menos de 1% anual en los últimos 20 años), pero a estas alturas ya sabemos que descenso energético implica, en el medio y largo plazo, descenso económico.
Turiel se encuentra atrapado entre la espada y la pared: criticar al sistema que le da de comer. Muy dispuesto a adjetivar sobre los demás sin cortarse un pelo, siendo él tan 'asín', 'asina': Juan Torres: "El investigador Antonio Turiel ha publicado en este diario un artículo (ofensivo por su tono y forma) en el que desfigura mi pensamiento basándose en simples presunciones"
Pero a cada cual sus méritos: hoy por hoy y desde bastantes años atrás, Turiel representa en España la mejor fuente de información y análisis sobre la crisis energética que nos vienen ocultando desde hace décadas. Y que ocultan no para hacernos un favor sino para hacerla coincidir con la crisis económica, sobre todo financiera, lo cual nos llevará a un shock más que previsto desde hace muchos años , y no a un descenso controlado, y mucho menos a un imposible crecimiento al que bautizan como 'sostenible'. Ni crecimiento ni sostenible; se ha camuflado la verdad gracias al camelo el cambio climático que se inventaron ("Se dice que la ciencia sobre el cambio climático no está en lo cierto, tal y como sus defensores alegan. No es necesario que lo esté", decía Tony Blair), no para hacernos un favor y prevenir un caos (en el que se incluye la oleada turística inmigratoria, cuanto más violenta, mejor) sino para todo lo contrario. Si hace veinte años hubieran empezado los racionamientos no estaríamos hoy en las puertas del Infierno.Turiel reúne un mérito grande: estudiar, conocer y difundir la realidad del problema energético:
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Sobre la crisis del carbón de la que hemos hablado en el foro ((2) La crisis energética se apodera del mundo: Líbano se queda sin electricidad, India con carbón de reserva para tres días y apagones en China | Burbuja.info )
Delante del marasmo actual, el Gobierno chino ha ordenado aumentar la extracción de carbón de sus minas, y al mismo tiempo está permitiendo que se vacíen los almacenes de carbón proveniente de Australia, que llevaban más de un año paralizados por una disputa entre ambos países. Por su parte, en la India, más del 70% de las nuevas concesiones de mina de carbón subastadas por el Gobierno el pasado mes de julio quedaron desiertas por falta de postores; las razones aducidas para esa falta de interés, los problemas ambientales y el escaso margen comercial.
Esa cuestión, el escaso margen comercial, nos lleva a la cuestión central del problema del carbón. Igual que con el petróleo, se está acabando el carbón barato. Las minas de carbón del mundo tienen cada vez peor rendimiento, dan un producto de calidad decreciente y cuesta más de procesar. Aunque teóricamente China podría aumentar aún un poco su propia producción de carbón, se enfrenta a enormes problemas logísticos para su tras*porte y utilización, siendo recurrentes atascos ocasionados por camiones de carbón que duran días y se extienden más de 100 kilómetros.
Si miramos la cuestión a escala mundial, todo indica que estamos superando o a punto de superar el pico del carbón. La gráfica que sigue muestra la producción mundial de carbón (en energía, ya que en volumen hay mucha disparidad de energía dependiendo del diferente tipo de carbón).
Se ve que desde 2014 la producción de carbón ha entrado en una fase de meseta ondulante, que es un fenómeno característico cuando se está llegando al máximo de producción de una materia prima.
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