Santo Evangelio de hoy y lecturas. Viernes 24.12, Natividad del Señor

rafabogado

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a donde Dios me lleva
@querido líder , no me mandes más el hilo a la Guardería, que esto es actualidad espiritual, y con más razón hoy, que es la Natividad del Señor.


Prosiguiendo con la iniciativa que comenzamos para subir diariamente la Palabra -siempre necesaria, pero especialmente en los tiempos de desesperación que vivimos-, en primer lugar os recuerdo los beneficios que relaciona el Salmo 119 (en Spoiler porque es reiteración).

Beneficios de la Palabra

1) Nutre tu alma sedienta.

«Abatida hasta el polvo está mi alma; Vivifícame según tu palabra.»(Salmo 119: 25)!.

2) Fortalece tus huesos cansados.

«Afligido estoy en gran manera; Vivifícame, oh Jehová, conforme a tu palabra.»(Salmo 119: 107)!.

3) Redirige tu mirada a lo que es justo.

«Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino.» (Salmo 119:37).

4) Calma tu corazón desanimado.

«Me anticipé al alba, y clamé; Esperé en tu palabra.»(Salmo 119:147).

5) Concede Completa Paz.

«Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no hay para ellos tropiezo.»(Salmo 119:165).

6) Llena De Esperanza.

«Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, En la cual me has hecho esperar.» (Salmo 119:49).

7) Alimenta Tu Espíritu Hambriento.

«!!Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca.» (Salmo 119:103).

8) Da Profunda Sabiduría.

«Más que los viejos he entendido, Porque he guardado tus mandamientos;» (Salmo 119:100).

9) Tranquilidad Durante El Dolor.

«Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, Y que conforme a tu fidelidad me afligiste.» (Salmo 119:75)

10) Te Llena De Sus Alabanzas.

«A medianoche me levanto para alabarte Por tus justos juicios.» (Salmo 119:62).

11) Guarda De Caer En La Tentación.

«Apartaos de mí, malignos, Pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios.» (Salmo 119:115).

12) Señala Tus Creencias y Acciones Equivocadas.

«Aparta de mí el camino de la mentira, Y en tu misericordia concédeme tu ley.» (Salmo 119:29).

13) Nos Da Seguridad De Nuestra Herencia Eterna.

«Mis ojos desfallecieron por tu salvación, Y por la palabra de tu justicia.» (Salmo 119:123).

14) Consuela En Tiempo De Angustia.

«Ella es mi consuelo en mi aflicción, Porque tu dicho me ha vivificado.» (Salmo 119:50).

15) En todo momento, puedes ir y dejar que la palabra de Dios te guie, Jesucristo.

«Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a tu siervo, Porque no me he olvidado de tus mandamientos.»(Salmo 119:176).

«¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Es mi meditación todo el día «(Salmo 119: 97).

A continuación, el Evangelio de hoy viernes, Día de la Natividad del Señor, y las lecturas:


Y el ángel les dijo: os traigo una buena noticia

Evangelio de hoy y lecturas
Primera lectura
Lectura del libro de Isaías 9, 1-6

El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande;
habitaba en tierra y sombras de fin, y una luz les brilló.
Acreciste la alegría, aumentaste el gozo;
se gozan en tu presencia, como gozan al segar,
como se alegran al repartirse el botín.
Porque la vara del opresor, el yugo de su carga,
el bastón de su hombro,
los quebrantaste como el día de Madián.
Porque la bota que pisa con estrépito
y la túnica empapada de sangre
serán combustible, pasto del fuego.
Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado:
lleva a hombros el principado, y es su nombre:
«Maravilla de Consejero, Dios fuerte,
Padre de eternidad, Príncipe de la paz».
Para dilatar el principado, con una paz sin límites,
sobre el trono de David y sobre su reino.
Para sostenerlo y consolidarlo
con la justicia y el derecho, desde ahora y por siempre.
El celo del Señor del universo lo realizará.

Salmo
Sal 95, 1-2a. 2b-3. 11-12. 13. Hoy nos ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre.
Proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones.
Alégrese el cielo, goce la tierra,
retumbe el mar y cuanto lo llena;
vitoreen los campos y cuanto hay en ellos,
aclamen los árboles del bosque.
Delante del Señor, que ya llega,
ya llega a regir la tierra:
regirá el orbe con justicia
y los pueblos con fidelidad.

Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a Tito 2, 11-14

Querido hermano:
Se ha manifestado la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres, enseñándonos a que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, llevemos ya desde ahora una vida sobria, justa y piadosa, aguardando la dicha que esperamos y la manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo, el cual se entregó por nosotros para rescatarnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo de su propiedad, dedicado enteramente a las buenas obras.

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 2, 1-14

Sucedió en aquellos días que salió un decreto del emperador Augusto, ordenando que se empadronase todo el Imperio.
Este primer empadronamiento se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. Y todos iban a empadronarse, cada cual a su ciudad.
También José, por ser de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, en ****a, para empadronarse con su esposa María, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras estaban allí, le llegó a ella el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada.
En aquella misma región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño.
De repente un ángel del Señor se les presentó; la gloria del Señor los envolvió de claridad, y se llenaron de gran temor.
El ángel les dijo:
«No temáis, os anuncio una buena noticia que será de gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.»
De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo:
«Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad».

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Bonus: Para quien quiera las reflexiones, aquí las dejo a continuación, hoy a cargo de Fray Miguel de Burgos Núñez (1944-2019) y de Fr. Gerardo Sánchez Mielgo, del Convento de Santo Domingo de Torrent (Valencia).

Comentario bíblico
de Fray Miguel


Evangelio: Lucas (2,1-14): Cur Deus homo? ¿Por qué Dios está entre nosotros?
III.1. Henos aquí ante el gran texto de la noche de Navidad. La Navidad de Occidente se ha expresado siempre en la “noche” por este relato primoroso; hemos de reconocerlo. El mundo no celebraría la Navidad sin esta narración, aunque sea en esa noche que antes del cristianismo era divino-pagana (era la celebración del solsticio de invierno y la fiesta del “sol invicto”) y ahora es divino-humana. Lucas, su creador, se ha cubierto de gloria como escritor y como teólogo, quizá no tanto como historiador. Hay muchas maneras de leer e interpretar el conjunto, que en realidad debería contemplar los vv. 1-21, pero la última parte se reserva para otro día del tiempo de Navidad, o para la misa de la aurora, donde se celebre. El conjunto narra e “interpreta” lo que significa el nacimiento de Jesús, el Salvador, el Mesías y el Señor en la “ciudad de David”. Los tres títulos que llenan de contenido el anuncio del cielo. Habría que decir muchas cosas desde el punto de vista exégetico y narrativo. Pero nos vamos a reducir a lo más esencial.

III.2. El evangelio de esta noche está planteado en dos momentos. En el primero (vv.1-5) se muestra la autoridad del “César”, dueño del imperio, del mundo de entonces. Un “dogma”, un decreto suyo, moviliza a los oprimidos y esclavos de su autoridad y de su poder. Si analizamos lo que de histórico hay en todo esto, quizás no podamos aceptar cada uno de los pormenores de este relato. Pero entre esos “sometidos” estaban los padres de Jesús que tienen que “ponerse en camino”, que es una constante del evangelio de Lucas. Jesús antes de nacer ya está caminando, como cuando su progenitora va a visitar a Isabel. La elección de todo esto por parte de Lucas puede responder a la historia, pero sería lo menos importante el probarlo. Lo que verdaderamente nos debe llamar la atención es cómo el “dios” del mundo (Augusto era considerado divino, un dios) quiere “censar”, controlar, someter, hacer pagar tributo a todos los habitantes del mundo (oikumene). Y es eso lo que pretende Lucas que se considere como causa de un acontecimiento de gracia y salvación: la visita de Dios a los que no tienen derecho y libertad y, por lo mismo, al mundo entero, en contrarréplica al decreto y a la autoridad del “dios” de Roma (Augusto) que ha construido un imperio sobre la esclavitud y la injusticia.

III.3.El segundo momento (vv. 6-14) quiere presentarnos al Dios de verdad, según Lucas. Las cosas van a ser bien distintas a todos los efectos: un grupo de pastores se van a convertir en “los emisarios” de la voz y el proyecto de Dios, lo que es verdaderamente extraño. Estos no tienen la autoridad de Quirino para llevar a cabo su cometido. Tampoco hay un “decreto”, un “dogma”, como en la primera parte, sino una “voz” celeste, la del ángel del Señor y la gloria (kabod) que los envuelve. Todo es demasiado irreal por el contraste que se representa. Se podía haber elegido unos emisarios más dignos del testimonio que habían de dar. La intencionalidad, pues, es kerygmática, se dice; proclama que Dios, cuando parece que todo está perdido para los sin ley, sin derecho y sin nombre, tiene una palabra que decir y visita a los suyos. Cuando María no encuentra “acogida” para dar a luz, el cielo muestra que nada hay imposible para Dios. El Salvador, el Mesías y el Señor ni siquiera tiene sitio en la “ciudad de David”. Cualquier letrado hubiera interpretado que la ciudad de David era Jerusalén, pero los ignorantes pastores aciertan con la otra ciudad de David, la verdadera, la primitiva, la que había perdido su rango y su historia. En el caso de la tradición primitiva recogida por Lucas es Belén, pero nosotros tenemos derecho a interpretar que Belén es más una ciudad teológica que histórica.

III.4.Desde el cielo se les da un “signo” (sêmeion): “un niño envuelto en pañales y acunado en un pesebre (phatnê)” ¡Vaya signo! ¿Existe relación entre los títulos de quien ha nacido: Salvador (sôter), Mesías (christos) y Señor (kyrios) con este signo? ¡Desde luego que sí! Pero solo para quien tiene el alma y la conciencia de los pastores y los marginados, de los “sin poder”. Pues he aquí lo extraordinario y la grandeza de la noche de Navidad: se trata de signos muy humanos que hacen posible hablar de una noche divino-humana, como ya hemos apuntado. Nadie reconocería a un personaje de tales títulos en un niño empañado, que es lo primero que hace una progenitora cuando da a luz a su hijo. Para unos ignorantes y pendencieros pastores era muy poco para reconocer al Salvador y Señor. Y sin embargo no se equivocaron; lo humano es verdaderamente reconocible. La historia que comenzó desde la tiranía de un decreto, la convierte Dios, por obra y gracia de su decisión salvífica, en una historia de liberación y de amor. Dios, pues, está entre nosotros porque quiere divinizarnos a todos, humanizándonos. ¿Cómo? El himno de los ángeles, como colofón, lo deja claro: con el don de la paz que Dios entrega a los que ama; los que son objeto de su benevolencia. Efectivamente, Navidad se escribe con la mano del Dios vivo y verdadero que sale a nuestro encuentro.

Comentario bíblico
de Fray Gerardo


Evangelio: (Lucas 2,1-14)
Marco: La conjunción de unas circunstancias históricas,.aparentemente fortuitas, y el proyecto misterios de Dios dan como resultado el nacimiento del Mesías en Belén. Roma decide ordenar en todo el imperio un censo y todos deben empadronarse en su lugar de origen. Sea lo que sea el censo de Quirino, la realidad es que Jesús, naciendo en Belén, significa visiblemente su pertenencia a la descendencia de David.

Reflexiones


1ª) ¡El nacimiento de Jesús en medio de la historia: Dios realmente entre los hombres, entre los pobres!

Salió un decreto del emperador Augusto, ordenando hacer un censo del mundo entero.... Historia y proyecto de Dios. La Escritura nos invita a contemplar siempre el proyecto de Dios inmerso en la historia de los hombres. No permite la huida de esta historia, aunque parezca desconcertante. Esta es la característica de la fe cristiana que es histórica, es decir, que contempla a un Dios tras*cendente y poderoso acomodándose pedagógicamente al desarrollo de la historia para realizar su proyecto salvador en favor de los hombres. Y el acontecimiento central de esta historia de la salvación, como no podía ser de otro modo, se realiza también en un marco histórico concreto y desconcertante. Por mandato de un emperador, usurpador e invasor del país del pueblo de Dios, el Mesías va a nacer en Belén. Dios actúa así. La grave tentación de nuestro mundo es la huída a no sabe dónde. El hombre intenta huir, alejarse de la historia real, porque sospecha, intuye o experimente que en el marco de la historia todo es paradójico y desconcertante. Y el creyente está asaltado por esa misma tentación. La realidad y el mensaje de esta Noche santa le invita con urgencia a tomar en serio el marco histórico en que le ha tocado vivir. Pablo nos invita a redimir el tiempo y el espacio. Esa es nuestra tarea: hacer de esta desconcertante y escandalosa historia una historia de la salvación en todos los ámbitos en que se desenvuelven nuestras vidas.

2ª) ¡Desconcertante y esperanzador mensaje: os traigo una gran alegría para todo el pueblo!

No temáis, os traigo la buena noticia, la gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor. Son un relato de anunciación, una revelación. Cuando se hace presente Dios por medio de sus mensajeros, los receptores siempre sienten temor y espanto ante lo inesperado y lo divino. Pero lo importante es el mensaje que se quiere revelar. Es necesario saborear todo el sentido que el Espíritu Santo nos ofrece a través del evangelista. Estos títulos aplicados a Jesús los reveló el Espíritu a la Iglesia después de la Pascua. Pero ahora se anticipan a la Infancia para revelarnos la hondura de la presencia de Dios en aquel marco tan sumamente austero y simple. ¡Dios es así! estamos saboreando la Navidad desde la Pascua y el don del Espíritu. Y esto es la gran Buena Noticia que el mundo necesita. Debemos prestar hoy especial cuidado al actualizar este acontecimiento. Lo estamos reviviendo desde el misterio pascual. Eso significa para el creyente un compromiso serio frente a la historia que vive. En la Pascua se produjo la gran liberación, para que en la Navidad celebrada hoy se realice de nuevo. No celebraremos bien la Navidad si no se rompe a nuestro alrededor algún lazo esclavizador que imposibilita la verdadera comunión en la familia, en el trabajo, en nuestros compromisos sociales.

3ª) ¡Gloria y paz!

Una legión del ejército celestial alababa a Dios diciendo: Gloria a Dios en el cielo y en la tierra, paz a los hombres que Dios ama. En el lenguaje de la Biblia la "gloria" designa la automanifestación gloriosa de Dios. La gloria se manifiesta en la creación, pero sobre todo en la historia de la salvación (grandes gestas de Dios). Al fin de los tiempos se espera una manifestación definitiva de la "gloria" mediante la salvación de Israel. Esta Noche, como la de Pascua, son apropiadas para recordar, experimentar, proclamar, y recibir la gloria de Dios. Gloria y paz. La paz es el bienestar en el más amplio sentido de la palabra, la dicha, la salud corporal, la tranquilidad, el entendimiento pacífico entre los pueblos y los hombres, la salvación entendida como una realidad estable. Se participa a la vez en la paz y en los dones salvíficos. La Escritura testimonia que en estrecha relación con la paz se encuentra la justicia sin la cual aquella es imposible. La gloria y la paz están estrechamente vinculadas entre sí y con el plan salvador de Dios, de tal manera que la paz es la síntesis y la suma de todos los bienes salvíficos que Dios ofrece gratuitamente al hombre y en cuya recepción y proclamación se manifiesta la gloria de Dios. El profeta Isaías proclamaba: Convertirán sus espadas en arados, sus lanzas en podaderas. No alzará la espada nación contra nación, ni se prepararán más para la guerra (Is 2,4). Esta palabra nos urge hoy a educarnos para la paz y no para la guerra. Los acontecimientos que se agolpan parecen desmentir este proyecto amoroso de Dios. Las naciones se preparan cada vez más para la guerra. Pero la verdadera paz no se construye sólo desde arriba. El edificio de la paz se comienza a construir desde abajo: nuestra propia intimidad y nuestra comunión con el Príncipe de la paz hasta alcanzar a las múltiples relaciones sociales y humanas. La paz es muy frágil y muy necesaria para los hombres. ¡Así se celebra bien el Nacimiento del Príncipe de la paz! Los creyentes debemos, esta Noche, asumir gozosamente la misión de hacer sensible y tangible al mundo la gloria de Dios respondiendo a su proyecto salvador y asumiendo el compromiso de llevarlo a los demás mediante la construcción de la paz. Dichosos los que promueven la paz porque ellos son hijos de Dios (Mt 5,9). Es el resultado del misterio pascual de Cristo: Por medio de él quiso reconciliar consigo todas las cosas, tanto las del cielo como las de la tierra, trayendo la paz por medio de su sangre derramada en la cruz (Cl 1,20).

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Y hasta aquí por hoy, hermanos. Que la Alegría, Paz, Gozo y Amor, llenen vuestros corazones esta Navidad con la llegada del Niño Jesús.

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