Religión: Santo Evangelio de hoy y lecturas. Viernes, 17 de mayo, "El Señor puso en el cielo su trono" **********************************Sto.ROSARIO A LAS 22.00

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ACTUALIZACIÓN:

Santo Rosario. 22:00 horas, horario en España peninsular.

EMPEZAMOS A REZAR A LAS 22:00 HORAS.



Desde Lourdes (hoy en castellano):



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Letanías (no son obligatorias, pero agradan a nuestra progenitora del Cielo):



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Salve



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Ave María (cantado)





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¿Cómo se reza el Rosario? Con viñetas explicativas.


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Promesas del Rosario (apariciones marianas):



Aquellos que recen con enorme fe el Rosario recibirán gracias especiales.

Prometo mi protección y las gracias más grandes a aquellos que recen el Rosario.

El Rosario es un arma poderosa para no ir al infierno, destruirá los vicios, disminuirá los pecados, y defendernos de las herejías.

Se otorgará la virtud y las buenas obras abundarán, se otorgará la piedad de Dios para las almas, rescatará a los corazones de la gente de su amor terrenal y vanidades, y los elevará en su deseo por las cosas eternas. Las mismas almas se santificarán por este medio.

El alma que se encomiende a mí en el Rosario no perecerá.

Quien rece el Rosario devotamente, y lleve los misterios como testimonio de vida no conocerá la desdicha. Dios no lo castigará en su justicia, no tendrá una fin violenta, y si es justo, permanecerá en la gracia de Dios, y tendrá la recompensa de la vida eterna.

Aquel que sea verdadero devoto del Rosario no perecerá sin los Sagrados Sacramentos.

Aquellos que recen con mucha fe el Santo Rosario en vida y en la hora de su fin encontrarán la luz de Dios y la plenitud de su gracia, en la hora de la fin participarán en el paraíso por los méritos de los Santos.

Libraré del purgatorio a quienes recen el Rosario devotamente.

Los niños devotos al Rosario merecerán un alto grado de Gloria en el cielo.

Obtendrán todo lo que me pidan mediante el Rosario.

Aquellos que propaguen mi Rosario serán asistidos por mí en sus necesidades.

Mi hijo me ha concedido que todo aquel que se encomiende a mí al rezar el Rosario tendrá como intercesores a toda la corte celestial en vida y a la hora de la fin.

Son mis niños aquellos que recitan el Rosario, y hermanos y hermanas de mi único hijo, Jesucristo.

La devoción a mi Rosario es una gran señal de profecía.

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Prosiguiendo con la iniciativa que comenzamos para subir diariamente la Palabra -siempre necesaria, pero especialmente en los tiempos bélicos y de desesperación que vivimos-, en primer lugar os recuerdo los beneficios que relaciona el Salmo 119 (en Spoiler porque es reiteración).

Beneficios de la Palabra

1) Nutre tu alma sedienta.

«Abatida hasta el polvo está mi alma; Vivifícame según tu palabra.» (Salmo 119: 25).

2) Fortalece tus huesos cansados.

«Afligido estoy en gran manera; Vivifícame, oh Jehová, conforme a tu palabra.» (Salmo 119: 107).

3) Redirige tu mirada a lo que es justo.

«Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino.» (Salmo 119:37).

4) Calma tu corazón desanimado.

«Me anticipé al alba, y clamé; Esperé en tu palabra.» (Salmo 119:147).

5) Concede Completa Paz.

«Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no hay para ellos tropiezo.» (Salmo 119:165).

6) Llena De Esperanza.

«Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, En la cual me has hecho esperar.» (Salmo 119:49).

7) Alimenta Tu Espíritu Hambriento.

«¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca.» (Salmo 119:103).

8) Da Profunda Sabiduría.

«Más que los viejos he entendido, Porque he guardado tus mandamientos;» (Salmo 119:100).

9) Tranquilidad Durante El Dolor.

«Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, Y que conforme a tu fidelidad me afligiste.» (Salmo 119:75)

10) Te Llena De Sus Alabanzas.

«A medianoche me levanto para alabarte Por tus justos juicios.» (Salmo 119:62).

11) Guarda De Caer En La Tentación.

«Apartaos de mí, malignos, Pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios.» (Salmo 119:115).

12) Señala Tus Creencias y Acciones Equivocadas.

«Aparta de mí el camino de la mentira, Y en tu misericordia concédeme tu ley.» (Salmo 119:29).

13) Nos Da Seguridad De Nuestra Herencia Eterna.

«Mis ojos desfallecieron por tu salvación, Y por la palabra de tu justicia.» (Salmo 119:123).

14) Consuela En Tiempo De Angustia.

«Ella es mi consuelo en mi aflicción, Porque tu dicho me ha vivificado.» (Salmo 119:50).

15) En todo momento, puedes ir y dejar que la palabra de Dios te guie, Jesucristo.

«Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a tu siervo, Porque no me he olvidado de tus mandamientos.»(Salmo 119:176).

A continuación, el Evangelio de hoy viernes y las lecturas:


¿Me amas?

Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 25, 13b-21

En aquellos días, el rey Agripa y Berenice llegaron a Cesarea para cumplimentar a Festo. Como se quedaron allí bastantes días, Festo expuso al rey el caso de Pablo, diciéndole:
«Tengo aquí un hombre a quien Félix ha dejado preso y contra el cual, cuando fui a Jerusalén, presentaron acusación los sumos sacerdotes y los ancianos judíos, pidiendo su condena. Les respondí que no es costumbre romana entregar a un hombre arbitrariamente; primero, el acusado tiene que carearse con sus acusadores, para que tenga ocasión de defenderse de la acusación. Vinieron conmigo, y yo, sin dar largas al asunto, al día siguiente me senté en el tribunal y mandé traer a este hombre.
Pero, cuando los acusadores comparecieron, no presentaron ninguna acusación de las maldades que yo suponía; se trataba solo de ciertas discusiones acerca de su propia religión y de un tal Jesús, ya muerto, que Pablo sostiene que está vivo. Yo, perdido en semejante discusión, le pregunté si quería ir a Jerusalén a que lo juzgase allí de esto. Pero, como Pablo ha apelado, pidiendo que lo deje en la guandoca para que decida el Augusto, he dado orden de que se le custodie hasta que pueda remitirlo al César».

Salmo de hoy
Salmo 102, 1bc-2. 11-12. 19-20ab R/. El Señor puso en el cielo su trono

Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios.
El Señor puso en el cielo su trono

Como se levanta el cielo sobre la tierra,
se levanta su bondad sobre los que le temen;
como dista el oriente del ocaso,
así aleja de nosotros nuestros delitos.
El Señor puso en el cielo su trono

El Señor puso en el cielo su trono,
su soberanía gobierna el universo.
Bendecid al Señor, ángeles suyos,
poderosos ejecutores de sus órdenes.
El Señor puso en el cielo su trono

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Juan 21, 15-19

Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer, le dice a Simón Pedro:
«Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?».
Él le contestó:
«Sí, Señor, tú sabes que te quiero».
Jesús le dice:
«Apacienta mis corderos».
Por segunda vez le pregunta:
«Simón, hijo de Juan, ¿me amas?».
Él le contesta:
«Sí, Señor, tú sabes que te quiero».
Él le dice:
«Pastorea mis ovejas».
Por tercera vez le pregunta:
«Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?».
Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez: «¿Me quieres?» y le contestó:
«Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero».
Jesús le dice:
«Apacienta mis ovejas. En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras».
Esto dijo aludiendo a la fin con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió:
«Sígueme».

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Bonus: Añado los comentarios de los dominicos con el Evangelio anterior, así como los del padre Pedro Brassesco, en YT. Para quien prefiera las reflexiones por escrito, las dejo a continuación, hoy a cargo de la Hna. Mariví Sánchez Urrutia, de la Congregación de Dominicas de La Anunciata.






Reflexión del Evangelio de hoy

….. sostiene que está vivo…
En el libro de los Hechos sabemos que Lucas narra principalmente la vida de las primeras comunidades cristianas, con una finalidad catequética. Ofrecer una visión de la comunidad que sirva de modelo a la siguiente generación de cristianos.

Pablo es uno de los seguidores de Jesús, al que llama camino de Damasco y desde entonces, se convierte en su testigo y apóstol “hasta los confines del mundo” según el mandato del Maestro. Estos últimos capítulos del libro relatan la persecución que sufre Pablo por parte de los judíos, su encarcelamiento, su defensa. En nuestro texto encontramos a Pablo en Cafarnaúm.

Su causa sigue su curso y será el nuevo gobernador, Festo que sustituye a Félix el que llevará adelante en proceso. Es sometido a varios interrogatorios que dan a Pablo ocasión, no sólo de defenderse, sino de hablar de Jesús y su resurrección. Confiesa Festo en el informe que remite a Agripa, … “sólo le acusaban de cuestiones referentes a su propia religión, “habla de un tal Jesús, ya muerto y, que, según Pablo, está vivo.”

Pablo, ante la propuesta hecha por el gobernador Festo, de ser juzgado en Jerusalén, hace valer su derecho como ciudadano romano y pide ser juzgado en Roma por el Emperador.

Pablo, que tantas veces arriesga la vida por dar testimonio de Jesús, defiende su derecho a ser juzgado con justicia. Es fiel a la llamada del Señor para ser su mensajero, para extender su Reino a través de sus viajes y visitas a las comunidades cristianas. Es consciente de que el designio de Dios se cumple muchas veces, a través de mediaciones humanas y es esa fe en Dios lo que le hace agotar todas las posibilidades de defensa.

Pedimos la Señor a través de Pablo, nos de la valentía y el celo apostólico para extender tu Reino, para ser tu testigo allí donde se desarrolle mi vida.

¿Me amas?
De nuevo, después de comer, con los suyos, y a orillas del lago de Tiberiades, surge o más bien Jesús provoca un diálogo con Simón Pedro.

Dejamos los estudios de exégesis que se centran en las tres formas de pregunta y respuesta en el diálogo de Jesús y Pedro. El contexto, en el que se encuadra este diálogo lo sabemos bien, lo hemos venido recordando y nos ha iluminado toda la semana de pascua. Jesús sorprende a los suyos, y a nosotros, les abre los ojos del corazón y le descubren, aunque con otra apariencia física, pero con signos evidentes de que es El. “Señor y Dios mío” (Jn 20,28) manifiesta un incrédulo Tomás. “Es el Señor” (Jn 21,7) y corre a su encuentro, a través de las aguas, un impetuoso Pedro. “¿no ardía nuestro corazón…?” (Lc 24,32) Se preguntan los de Emaús.

Pero me voy a referir al contexto no tan inmediato a esta escena de nuestro texto. “no conozco a ese hombre” (Mt 26,72) contesta Pedro que, con anterioridad había dicho a Jesús,” aunque tenga que morir contigo, jamás te negaré” (Mc 14,31).

El hecho de negar Pedro a Jesús no pasa desapercibido en ninguno de los evangelios, lo destacan como un hecho relevante. Para nosotros, a través de estos textos, Pedro nos reconcilia con nuestra propia fragilidad. A pesar de nuestros arranques de generosidad, de nuestros buenos deseos y propósitos también somos capaces de caer ante la más insignificante propuesta o cualquier viento que sople en contra, hace tambalear nuestras convicciones,

Jesús, en este maravilloso diálogo, después de celebrar la comida de la fraternidad, le da a Pedro la posibilidad de reconciliarse consigo mismo. Jesús le da la oportunidad de una triple confesión de amor que borre la triple negación. Y Pedro, impulsivo, capaz de dar la vida por Jesús con viento favorable, confiesa mucho más humilde. Señor “Tú lo sabes todo, sabes que te amo”

Jesús le confiere una autoridad, como cabeza de la Iglesia, pero sólo después de establecer con Él, el principio más importante de toda autoridad, de todo servicio, el amor con el que se debe de gobernar, el amor con el que se debe de cuidar a los que se ha confiado, estén en un lado o estén en otro. La autoridad desde la Iglesia y ante cualquier ejercicio de autoridad sólo se sostiene desde el Amor.

Señor, que sepamos escucharte, limpia nuestros oídos de tanto ruido como nos envuelve, deja sitio en nuestro corazón para que resuene allí tu voz y nos abramos al diálogo contigo. Oigamos que, llamados por nuestro nombre, podamos responder, si Tu sabes todas las cosas, sabes de mi fragilidad, pero estoy contigo en un proyecto que es el Tuyo, hacer de este mundo, el mundo que tú quieres, adherirme a tu programa de vida que tú me propones. Crear fraternidad allí donde me encuentre. Gracias Señor por Tu Palabra.

¿Cómo es mi respuesta?

Fuente: ¿Me amas?

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Y porque has resucitado, te damos las gracias. Contigo seremos invencibles. Contigo, llamados a la Vida.


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Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío.
Dios mío, confío en ti.» (Salmo 90)
 
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Los cinco minutos del Espíritu Santo

17 de Mayo

La súplica nos alivia por dentro, porque cuando le pedimos ayuda al Espíritu Santo sentimos que la carga que estamos llevando ya no es tan pesada. Seguro él nos ayudará de alguna manera para que encontremos una salida, y sobre todo para que sepamos cómo enfrentar esa dificultad.

El Espíritu Santo es como un maestro interior, como un médico del alma, como un especialista en masajes interiores que sabe poner las cosas en su lugar. Así, las dificultades no te enferman, no te derriban, no te lastiman tanto, porque él derrama una fuerza, un perfume, un bálsamo que te alivia en medio de los problemas. Por eso, nada mejor que pedirle ayuda al Espíritu Santo.

La misma Biblia nos dice que tenemos que suplicar y pedir ayuda:
"Confía tu suerte al Señor, y él te sostendrá" (Salmo 55,23).
"No se angustien por nada, y en cualquier circunstancia recurran a la oración y a la súplica" (Filipenses 4,6).
"Si alguien está afligido, que ore" (Santiago 5,13).

La súplica es descargar las inquietudes en el Señor, sabiendo que él se ocupa de nosotros cuando se lo permitimos realmente (1 Pedro 5,7).

Detengámonos un momento a pedirle ayuda al Espíritu Santo, a suplicarle por aquellas cosas que nos preocupan en este momento de nuestra vida. Amen.

Feliz viernes
 
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