rafabogado
Será en Octubre
ACTUALIZACIÓN:
Santo Rosario. 22:00 horas, horario en España peninsular.
EMPEZAMOS A REZAR A LAS 22:00 HORAS.
Desde Lourdes (en castellano y en vivo):
+
Letanías (no son obligatorias, pero agradan a nuestra progenitora del Cielo):
+
Salve
+
Ave María (cantado)
---
¿Cómo se reza el Rosario? Con viñetas explicativas.
---
Promesas del Rosario (apariciones marianas):
Aquellos que recen con enorme fe el Rosario recibirán gracias especiales.
Prometo mi protección y las gracias más grandes a aquellos que recen el Rosario.
El Rosario es un arma poderosa para no ir al infierno, destruirá los vicios, disminuirá los pecados, y defendernos de las herejías.
Se otorgará la virtud y las buenas obras abundarán, se otorgará la piedad de Dios para las almas, rescatará a los corazones de la gente de su amor terrenal y vanidades, y los elevará en su deseo por las cosas eternas. Las mismas almas se santificarán por este medio.
El alma que se encomiende a mí en el Rosario no perecerá.
Quien rece el Rosario devotamente, y lleve los misterios como testimonio de vida no conocerá la desdicha. Dios no lo castigará en su justicia, no tendrá una fin violenta, y si es justo, permanecerá en la gracia de Dios, y tendrá la recompensa de la vida eterna.
Aquel que sea verdadero devoto del Rosario no perecerá sin los Sagrados Sacramentos.
Aquellos que recen con mucha fe el Santo Rosario en vida y en la hora de su fin encontrarán la luz de Dios y la plenitud de su gracia, en la hora de la fin participarán en el paraíso por los méritos de los Santos.
Libraré del purgatorio a quienes recen el Rosario devotamente.
Los niños devotos al Rosario merecerán un alto grado de Gloria en el cielo.
Obtendrán todo lo que me pidan mediante el Rosario.
Aquellos que propaguen mi Rosario serán asistidos por mí en sus necesidades.
Mi hijo me ha concedido que todo aquel que se encomiende a mí al rezar el Rosario tendrá como intercesores a toda la corte celestial en vida y a la hora de la fin.
Son mis niños aquellos que recitan el Rosario, y hermanos y hermanas de mi único hijo, Jesucristo.
La devoción a mi Rosario es una gran señal de profecía.
---
Prosiguiendo con la iniciativa que comenzamos para subir diariamente la Palabra -siempre necesaria, pero especialmente en los tiempos bélicos y de desesperación que vivimos-, en primer lugar os recuerdo los beneficios que relaciona el Salmo 119 (en Spoiler porque es reiteración).
A continuación, el Evangelio de hoy sábado y las lecturas:
“ A vino nuevo, odres nuevos ”
Primera lectura
Lectura del libro del Génesis 27, 1-5. 15-29
CUANDO Isaac se hizo viejo y perdió la vista, llamó a su hijo mayor:
«Hijo mío».
Le contestó:
«Aquí estoy».
Él le dijo:
«Mira, yo soy viejo y no sé cuándo moriré. Toma tus aparejos, arco y aljaba, y sal al campo a buscarme caza; después me preparas un guiso sabroso, como a mí me gusta, y me lo traes para que lo coma; pues quiero darte mi bendición antes de morir».
Rebeca escuchó la conversación de Isaac con Esaú, su hijo.
Salió Esaú al campo a cazar para su padre.
Rebeca tomó un traje de su hijo mayor Esaú, el mejor que tenía en casa, y vistió con él a Jacob, su hijo menor. Con la piel de los cabritos le cubrió los brazos y la parte lisa del cuello.
Y puso en manos de su hijo Jacob el guiso sabroso que había preparado y el pan.
El entró en la habitación de su padre y dijo:
«Padre».
Respondió Isaac:
«Aquí estoy; ¿quién eres, hijo mío?».
Contestó Jacob a su padre:
«Soy Esaú, tu primogénito; he hecho lo que me mandaste. Incorpórate, siéntate y come de mi caza; después podrás bendecirme».
Isaac dijo a su hijo:
«¿Cómo la has podido encontrar tan pronto, hijo mío?».
Él respondió:
«El Señor tu Dios me la puso al alcance».
Isaac dijo a Jacob:
«Acércate que te palpe, hijo mío, a ver si eres tú mi hijo Esaú o no».
Se acercó Jacob a su padre Isaac, que lo palpó y le dijo:
«La voz es de Jacob, pero los brazos son de Esaú».
Y no lo reconoció porque sus brazos estaban peludos como los de su hermano Esaú.
Así que le bendijo.
Pero insistió:
«Eres tú realmente mi hijo Esaú?».
Respondió Jacob:
«Yo soy».
Isaac dijo:
«Sírveme, hijo mío, que coma yo de tu caza; después te bendeciré».
Se la sirvió y él comió. Le trajo vino y bebió. Entonces le dijo su padre Isaac:
«Acércate y bésame, hijo mío».
Se acercó y lo besó. Y, al oler el aroma del traje, le bendijo con estas palabras:
«El aroma de mi hijo
es como el aroma de un campo
que bendijo el Señor.
Que Dios te conceda el rocío del cielo,
la fertilidad de la tierra,
abundancia de trigo y de vino.
Que te sirvan los pueblos,
y se postren ante ti las naciones.
Sé señor de tus hermanos,
que ellos se postren ante ti.
Maldito quien te maldiga,
bendito quien te bendiga».
Salmo de hoy
Sal 134 R/. Alabad al Señor porque es bueno
Alabad el nombre del Señor,
alabadlo, siervos del Señor,
que estáis en la casa del Señor,
en los atrios de la casa de nuestro Dios.
Alabad al Señor porque es bueno
Alabad al Señor porque es bueno,
tañed para su nombre, que es amable.
Porque él se escogió a Jacob,
a Israel en posesión suya.
Alabad al Señor porque es bueno
Yo sé que el Señor es grande,
nuestro Dios más que todos los dioses.
El Señor todo lo que quiere lo hace:
en el cielo y en la tierra,
en los mares y en los océanos.
Alabad al Señor porque es bueno
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 9, 14-17
En aquel tiempo, los discípulos de Juan se acercan a Jesús, preguntándole:
«¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?».
Jesús les dijo:
«¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos?
Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán.
Nadie echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto y deja un roto peor.
Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos; porque revientan los odres: se derrama el vino y los odres se estropean; el vino nuevo se echa en odres nuevos y así las dos cosas se conservan».
---
Bonus: Añado los comentarios de los dominicos con el Evangelio anterior, así como los del padre Pedro Brassesco, en YT. Para quien prefiera las reflexiones por escrito, las dejo a continuación, hoy a cargo de Fray Antonio Bueno Espinar O.P., del Convento de Santa Cruz la Real (Granada).
Reflexión del Evangelio de hoy
El Señor, tu Dios, me la puso al alcance
La oración colecta del domingo décimo tercero del tiempo ordinario, recogía una petición dirigida a Dios: “permanecer siempre en el esplendor de la verdad.” Y la verdad, dice Jesús, nos hace libres. Y siendo él la Verdad, reconocemos que solamente él puede liberarnos y mantenernos como seres humanos libres.
La historia de Isaac nos sitúa ante la absoluta libertad de Dios que nunca se verá mermada por los procedimientos humanos. Abrahán engendra dos hijos: Ismael, tenido con la esclava, e Isaac, el hijo de la promesa. El primero alejado, por la presión de Sara, pero no abandonado por Dios, pues de él hará un gran pueblo también. Pero los planes de Dios van por otra vía, que no es la elegida por Sara. La promesa de un hijo le afecta a ella. Ocurre lo mismo con los hijos de Isaac: dos hermanos gemelos. Sus movimientos en el seno materno son tenidos como enfrentamiento ya en ese momento. Nos cuenta el autor sagrado que Esaú cambió la primogenitura por un plato de lentejas que pidió a su hermano Jacob. Poco valoraba la primogenitura Esaú y Jacob con gran viveza, le exige que se la entregue, si quiere la comida que le pide. No lo pensó dos veces, sin medir las consecuencias, la cede. Es lo que hemos escuchado hoy. Las consecuencias. Llega el momento de impartir su bendición Isaac, con las limitaciones propias de la vejez: ceguera. Con esa bendición única, pasará a su hijo la Promesa hecha por Dios. Esaú está en la intención de Isaac y le pide que cace y prepare la comida para luego bendecirlo.
Pero lo que vemos en el texto de hoy es, por un lado, la bendición que ofrece Isaac a Esaú. El ocultamiento de la renuncia a la primogenitura por parte de los dos hermanos y la actuación de Rebeca, en favor de Jacob, propiciando que suplante a Esaú en el acto formal de la bendición, deja entrever que es en esta historia humana, con sus luces y sombras donde se va abriendo camino la actuación de Dios. Dios elige al menor de los dos y deja claro que no se ve condicionado por nada y nadie, siendo fiel a su promesa a Abrahán.
Las respuestas de Jacob a Isaac, entremezclan lo artificial de la suplantación y cómo Dios le ha favorecido en la caza y preparación de la comida que ofrece a su padre. La bendición la otorga Isaac a Esaú, sin descubrir del engaño. Pero la palabra pronunciada en irrevocable: “Aroma de un campo que bendijo el Señor es el aroma de mi hijo; que Dios te conceda el rocío del cielo, la fertilidad de la tierra, abundancia de trigo y vino. Que te sirvan los pueblos, y se postren ante ti las naciones. Sé señor de tus hermanos, que ellos se postren ante ti. Maldito quien te maldiga, bendito quien te bendiga.»
¿De qué modo puede servirnos a nosotros estos episodios del Génesis? Ciertamente como invitación a valorar lo esencial y no entrar en negociaciones con ello. La sinceridad y la honestidad como valores irrenunciables, que inciden y se revelan en la vida y conducta del cristiano. El andar en una vida nueva cimentada en la Verdad, entendiendo que ella nos hace libres.
A vino nuevo, odres nuevos
Los discípulos de Juan el Bautista acuden a preguntar a Jesús, extrañados ante la conducta de los discípulos de Jesús: “¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?» Por la cercanía con Jesús algo va cambiando en la vivencia de los discípulos. Vivencia que genera una cierta libertad de espíritu, que sin duda han observado en Jesús. Este pasaje está situado una vez finalizado el sermón de la montaña, en el cual Jesús ha explicado con sentido nuevo todas las enseñanzas y prácticas de Israel. Lo que él anuncia y hace presente lleva a plenitud la ley y los profetas, porque en él se da el cumplimiento de lo que ellas anunciaban. De ahí que llame la atención de algo que debiera ser obvio: mientras el novio está presente no tiene cabida la práctica penitencial. Ya habrá tiempo para ello, en los días en que les arrebaten al Maestro. Pero sin duda la advertencia definitiva se encuentra en la afirmación: A vino nuevo, odres nuevos.
Naturalmente la comprensión de esta enseñanza tiene que situarse en la novedad de vida a la que somos llamados y esa novedad la revelan las actitudes y criterios con los que nos manejamos en el mundo de relaciones y compromisos que establecemos. Los discípulos de Juan debieran tenerlo claro, porque el Bautista ha afirmado que era preciso que él se opacara ante la presencia del Mesías del que era precursor y para quien preparaba el camino.
Lo sorprendente en nuestros días es, que habiendo superado el tiempo de colocar parches y remiendos en los trajes, sigamos poniéndolos a la hora de afrontar los problemas y situaciones en la que vivimos a diario. A los grandes temas que afectan al ser humano, nos cuesta ofrecer soluciones novedosas y eficaces. Parece que no hemos entendido lo que Jesús ha dicho como respuesta a la pregunta formulada y yendo más allá. No vale ir repitiendo, sin discernir si es válido y oportuno, lo que ofrecemos en nombre del Evangelio.
¿Nos va la propuesta novedosa de Jesús o preferimos repetir lo de siempre sin caer en la cuenta de lo que el Espíritu va sugiriendo en nuestros días?
Fuente: A vino nuevo, odres nuevos
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Y porque has resucitado, te damos las gracias. Contigo seremos invencibles. Contigo, llamados a la Vida.
Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío.
Dios mío, confío en ti.» (Salmo 90)
Santo Rosario. 22:00 horas, horario en España peninsular.
EMPEZAMOS A REZAR A LAS 22:00 HORAS.
Desde Lourdes (en castellano y en vivo):
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Letanías (no son obligatorias, pero agradan a nuestra progenitora del Cielo):
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Salve
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Ave María (cantado)
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¿Cómo se reza el Rosario? Con viñetas explicativas.
¿Cómo rezar el rosario? Guía visual, paso por paso
Aquí te contamos cómo rezar el rosario. Si eres principiante puedes empezar por rezar un misterio al día hasta que logres completarlo todo.
catholic-link.com
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Promesas del Rosario (apariciones marianas):
Aquellos que recen con enorme fe el Rosario recibirán gracias especiales.
Prometo mi protección y las gracias más grandes a aquellos que recen el Rosario.
El Rosario es un arma poderosa para no ir al infierno, destruirá los vicios, disminuirá los pecados, y defendernos de las herejías.
Se otorgará la virtud y las buenas obras abundarán, se otorgará la piedad de Dios para las almas, rescatará a los corazones de la gente de su amor terrenal y vanidades, y los elevará en su deseo por las cosas eternas. Las mismas almas se santificarán por este medio.
El alma que se encomiende a mí en el Rosario no perecerá.
Quien rece el Rosario devotamente, y lleve los misterios como testimonio de vida no conocerá la desdicha. Dios no lo castigará en su justicia, no tendrá una fin violenta, y si es justo, permanecerá en la gracia de Dios, y tendrá la recompensa de la vida eterna.
Aquel que sea verdadero devoto del Rosario no perecerá sin los Sagrados Sacramentos.
Aquellos que recen con mucha fe el Santo Rosario en vida y en la hora de su fin encontrarán la luz de Dios y la plenitud de su gracia, en la hora de la fin participarán en el paraíso por los méritos de los Santos.
Libraré del purgatorio a quienes recen el Rosario devotamente.
Los niños devotos al Rosario merecerán un alto grado de Gloria en el cielo.
Obtendrán todo lo que me pidan mediante el Rosario.
Aquellos que propaguen mi Rosario serán asistidos por mí en sus necesidades.
Mi hijo me ha concedido que todo aquel que se encomiende a mí al rezar el Rosario tendrá como intercesores a toda la corte celestial en vida y a la hora de la fin.
Son mis niños aquellos que recitan el Rosario, y hermanos y hermanas de mi único hijo, Jesucristo.
La devoción a mi Rosario es una gran señal de profecía.
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Prosiguiendo con la iniciativa que comenzamos para subir diariamente la Palabra -siempre necesaria, pero especialmente en los tiempos bélicos y de desesperación que vivimos-, en primer lugar os recuerdo los beneficios que relaciona el Salmo 119 (en Spoiler porque es reiteración).
Beneficios de la Palabra
1) Nutre tu alma sedienta.
«Abatida hasta el polvo está mi alma; Vivifícame según tu palabra.» (Salmo 119: 25).
2) Fortalece tus huesos cansados.
«Afligido estoy en gran manera; Vivifícame, oh Jehová, conforme a tu palabra.» (Salmo 119: 107).
3) Redirige tu mirada a lo que es justo.
«Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino.» (Salmo 119:37).
4) Calma tu corazón desanimado.
«Me anticipé al alba, y clamé; Esperé en tu palabra.» (Salmo 119:147).
5) Concede Completa Paz.
«Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no hay para ellos tropiezo.» (Salmo 119:165).
6) Llena De Esperanza.
«Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, En la cual me has hecho esperar.» (Salmo 119:49).
7) Alimenta Tu Espíritu Hambriento.
«¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca.» (Salmo 119:103).
8) Da Profunda Sabiduría.
«Más que los viejos he entendido, Porque he guardado tus mandamientos;» (Salmo 119:100).
9) Tranquilidad Durante El Dolor.
«Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, Y que conforme a tu fidelidad me afligiste.» (Salmo 119:75)
10) Te Llena De Sus Alabanzas.
«A medianoche me levanto para alabarte Por tus justos juicios.» (Salmo 119:62).
11) Guarda De Caer En La Tentación.
«Apartaos de mí, malignos, Pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios.» (Salmo 119:115).
12) Señala Tus Creencias y Acciones Equivocadas.
«Aparta de mí el camino de la mentira, Y en tu misericordia concédeme tu ley.» (Salmo 119:29).
13) Nos Da Seguridad De Nuestra Herencia Eterna.
«Mis ojos desfallecieron por tu salvación, Y por la palabra de tu justicia.» (Salmo 119:123).
14) Consuela En Tiempo De Angustia.
«Ella es mi consuelo en mi aflicción, Porque tu dicho me ha vivificado.» (Salmo 119:50).
15) En todo momento, puedes ir y dejar que la palabra de Dios te guie, Jesucristo.
«Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a tu siervo, Porque no me he olvidado de tus mandamientos.»(Salmo 119:176).
1) Nutre tu alma sedienta.
«Abatida hasta el polvo está mi alma; Vivifícame según tu palabra.» (Salmo 119: 25).
2) Fortalece tus huesos cansados.
«Afligido estoy en gran manera; Vivifícame, oh Jehová, conforme a tu palabra.» (Salmo 119: 107).
3) Redirige tu mirada a lo que es justo.
«Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino.» (Salmo 119:37).
4) Calma tu corazón desanimado.
«Me anticipé al alba, y clamé; Esperé en tu palabra.» (Salmo 119:147).
5) Concede Completa Paz.
«Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no hay para ellos tropiezo.» (Salmo 119:165).
6) Llena De Esperanza.
«Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, En la cual me has hecho esperar.» (Salmo 119:49).
7) Alimenta Tu Espíritu Hambriento.
«¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca.» (Salmo 119:103).
8) Da Profunda Sabiduría.
«Más que los viejos he entendido, Porque he guardado tus mandamientos;» (Salmo 119:100).
9) Tranquilidad Durante El Dolor.
«Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, Y que conforme a tu fidelidad me afligiste.» (Salmo 119:75)
10) Te Llena De Sus Alabanzas.
«A medianoche me levanto para alabarte Por tus justos juicios.» (Salmo 119:62).
11) Guarda De Caer En La Tentación.
«Apartaos de mí, malignos, Pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios.» (Salmo 119:115).
12) Señala Tus Creencias y Acciones Equivocadas.
«Aparta de mí el camino de la mentira, Y en tu misericordia concédeme tu ley.» (Salmo 119:29).
13) Nos Da Seguridad De Nuestra Herencia Eterna.
«Mis ojos desfallecieron por tu salvación, Y por la palabra de tu justicia.» (Salmo 119:123).
14) Consuela En Tiempo De Angustia.
«Ella es mi consuelo en mi aflicción, Porque tu dicho me ha vivificado.» (Salmo 119:50).
15) En todo momento, puedes ir y dejar que la palabra de Dios te guie, Jesucristo.
«Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a tu siervo, Porque no me he olvidado de tus mandamientos.»(Salmo 119:176).
A continuación, el Evangelio de hoy sábado y las lecturas:
“ A vino nuevo, odres nuevos ”
Primera lectura
Lectura del libro del Génesis 27, 1-5. 15-29
CUANDO Isaac se hizo viejo y perdió la vista, llamó a su hijo mayor:
«Hijo mío».
Le contestó:
«Aquí estoy».
Él le dijo:
«Mira, yo soy viejo y no sé cuándo moriré. Toma tus aparejos, arco y aljaba, y sal al campo a buscarme caza; después me preparas un guiso sabroso, como a mí me gusta, y me lo traes para que lo coma; pues quiero darte mi bendición antes de morir».
Rebeca escuchó la conversación de Isaac con Esaú, su hijo.
Salió Esaú al campo a cazar para su padre.
Rebeca tomó un traje de su hijo mayor Esaú, el mejor que tenía en casa, y vistió con él a Jacob, su hijo menor. Con la piel de los cabritos le cubrió los brazos y la parte lisa del cuello.
Y puso en manos de su hijo Jacob el guiso sabroso que había preparado y el pan.
El entró en la habitación de su padre y dijo:
«Padre».
Respondió Isaac:
«Aquí estoy; ¿quién eres, hijo mío?».
Contestó Jacob a su padre:
«Soy Esaú, tu primogénito; he hecho lo que me mandaste. Incorpórate, siéntate y come de mi caza; después podrás bendecirme».
Isaac dijo a su hijo:
«¿Cómo la has podido encontrar tan pronto, hijo mío?».
Él respondió:
«El Señor tu Dios me la puso al alcance».
Isaac dijo a Jacob:
«Acércate que te palpe, hijo mío, a ver si eres tú mi hijo Esaú o no».
Se acercó Jacob a su padre Isaac, que lo palpó y le dijo:
«La voz es de Jacob, pero los brazos son de Esaú».
Y no lo reconoció porque sus brazos estaban peludos como los de su hermano Esaú.
Así que le bendijo.
Pero insistió:
«Eres tú realmente mi hijo Esaú?».
Respondió Jacob:
«Yo soy».
Isaac dijo:
«Sírveme, hijo mío, que coma yo de tu caza; después te bendeciré».
Se la sirvió y él comió. Le trajo vino y bebió. Entonces le dijo su padre Isaac:
«Acércate y bésame, hijo mío».
Se acercó y lo besó. Y, al oler el aroma del traje, le bendijo con estas palabras:
«El aroma de mi hijo
es como el aroma de un campo
que bendijo el Señor.
Que Dios te conceda el rocío del cielo,
la fertilidad de la tierra,
abundancia de trigo y de vino.
Que te sirvan los pueblos,
y se postren ante ti las naciones.
Sé señor de tus hermanos,
que ellos se postren ante ti.
Maldito quien te maldiga,
bendito quien te bendiga».
Salmo de hoy
Sal 134 R/. Alabad al Señor porque es bueno
Alabad el nombre del Señor,
alabadlo, siervos del Señor,
que estáis en la casa del Señor,
en los atrios de la casa de nuestro Dios.
Alabad al Señor porque es bueno
Alabad al Señor porque es bueno,
tañed para su nombre, que es amable.
Porque él se escogió a Jacob,
a Israel en posesión suya.
Alabad al Señor porque es bueno
Yo sé que el Señor es grande,
nuestro Dios más que todos los dioses.
El Señor todo lo que quiere lo hace:
en el cielo y en la tierra,
en los mares y en los océanos.
Alabad al Señor porque es bueno
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 9, 14-17
En aquel tiempo, los discípulos de Juan se acercan a Jesús, preguntándole:
«¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?».
Jesús les dijo:
«¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos?
Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán.
Nadie echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto y deja un roto peor.
Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos; porque revientan los odres: se derrama el vino y los odres se estropean; el vino nuevo se echa en odres nuevos y así las dos cosas se conservan».
---
Bonus: Añado los comentarios de los dominicos con el Evangelio anterior, así como los del padre Pedro Brassesco, en YT. Para quien prefiera las reflexiones por escrito, las dejo a continuación, hoy a cargo de Fray Antonio Bueno Espinar O.P., del Convento de Santa Cruz la Real (Granada).
Reflexión del Evangelio de hoy
El Señor, tu Dios, me la puso al alcance
La oración colecta del domingo décimo tercero del tiempo ordinario, recogía una petición dirigida a Dios: “permanecer siempre en el esplendor de la verdad.” Y la verdad, dice Jesús, nos hace libres. Y siendo él la Verdad, reconocemos que solamente él puede liberarnos y mantenernos como seres humanos libres.
La historia de Isaac nos sitúa ante la absoluta libertad de Dios que nunca se verá mermada por los procedimientos humanos. Abrahán engendra dos hijos: Ismael, tenido con la esclava, e Isaac, el hijo de la promesa. El primero alejado, por la presión de Sara, pero no abandonado por Dios, pues de él hará un gran pueblo también. Pero los planes de Dios van por otra vía, que no es la elegida por Sara. La promesa de un hijo le afecta a ella. Ocurre lo mismo con los hijos de Isaac: dos hermanos gemelos. Sus movimientos en el seno materno son tenidos como enfrentamiento ya en ese momento. Nos cuenta el autor sagrado que Esaú cambió la primogenitura por un plato de lentejas que pidió a su hermano Jacob. Poco valoraba la primogenitura Esaú y Jacob con gran viveza, le exige que se la entregue, si quiere la comida que le pide. No lo pensó dos veces, sin medir las consecuencias, la cede. Es lo que hemos escuchado hoy. Las consecuencias. Llega el momento de impartir su bendición Isaac, con las limitaciones propias de la vejez: ceguera. Con esa bendición única, pasará a su hijo la Promesa hecha por Dios. Esaú está en la intención de Isaac y le pide que cace y prepare la comida para luego bendecirlo.
Pero lo que vemos en el texto de hoy es, por un lado, la bendición que ofrece Isaac a Esaú. El ocultamiento de la renuncia a la primogenitura por parte de los dos hermanos y la actuación de Rebeca, en favor de Jacob, propiciando que suplante a Esaú en el acto formal de la bendición, deja entrever que es en esta historia humana, con sus luces y sombras donde se va abriendo camino la actuación de Dios. Dios elige al menor de los dos y deja claro que no se ve condicionado por nada y nadie, siendo fiel a su promesa a Abrahán.
Las respuestas de Jacob a Isaac, entremezclan lo artificial de la suplantación y cómo Dios le ha favorecido en la caza y preparación de la comida que ofrece a su padre. La bendición la otorga Isaac a Esaú, sin descubrir del engaño. Pero la palabra pronunciada en irrevocable: “Aroma de un campo que bendijo el Señor es el aroma de mi hijo; que Dios te conceda el rocío del cielo, la fertilidad de la tierra, abundancia de trigo y vino. Que te sirvan los pueblos, y se postren ante ti las naciones. Sé señor de tus hermanos, que ellos se postren ante ti. Maldito quien te maldiga, bendito quien te bendiga.»
¿De qué modo puede servirnos a nosotros estos episodios del Génesis? Ciertamente como invitación a valorar lo esencial y no entrar en negociaciones con ello. La sinceridad y la honestidad como valores irrenunciables, que inciden y se revelan en la vida y conducta del cristiano. El andar en una vida nueva cimentada en la Verdad, entendiendo que ella nos hace libres.
A vino nuevo, odres nuevos
Los discípulos de Juan el Bautista acuden a preguntar a Jesús, extrañados ante la conducta de los discípulos de Jesús: “¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?» Por la cercanía con Jesús algo va cambiando en la vivencia de los discípulos. Vivencia que genera una cierta libertad de espíritu, que sin duda han observado en Jesús. Este pasaje está situado una vez finalizado el sermón de la montaña, en el cual Jesús ha explicado con sentido nuevo todas las enseñanzas y prácticas de Israel. Lo que él anuncia y hace presente lleva a plenitud la ley y los profetas, porque en él se da el cumplimiento de lo que ellas anunciaban. De ahí que llame la atención de algo que debiera ser obvio: mientras el novio está presente no tiene cabida la práctica penitencial. Ya habrá tiempo para ello, en los días en que les arrebaten al Maestro. Pero sin duda la advertencia definitiva se encuentra en la afirmación: A vino nuevo, odres nuevos.
Naturalmente la comprensión de esta enseñanza tiene que situarse en la novedad de vida a la que somos llamados y esa novedad la revelan las actitudes y criterios con los que nos manejamos en el mundo de relaciones y compromisos que establecemos. Los discípulos de Juan debieran tenerlo claro, porque el Bautista ha afirmado que era preciso que él se opacara ante la presencia del Mesías del que era precursor y para quien preparaba el camino.
Lo sorprendente en nuestros días es, que habiendo superado el tiempo de colocar parches y remiendos en los trajes, sigamos poniéndolos a la hora de afrontar los problemas y situaciones en la que vivimos a diario. A los grandes temas que afectan al ser humano, nos cuesta ofrecer soluciones novedosas y eficaces. Parece que no hemos entendido lo que Jesús ha dicho como respuesta a la pregunta formulada y yendo más allá. No vale ir repitiendo, sin discernir si es válido y oportuno, lo que ofrecemos en nombre del Evangelio.
¿Nos va la propuesta novedosa de Jesús o preferimos repetir lo de siempre sin caer en la cuenta de lo que el Espíritu va sugiriendo en nuestros días?
Fuente: A vino nuevo, odres nuevos
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Y porque has resucitado, te damos las gracias. Contigo seremos invencibles. Contigo, llamados a la Vida.
Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío.
Dios mío, confío en ti.» (Salmo 90)
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