Santo Evangelio de hoy y lecturas. Sábado, 30 de abril, "Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti"

rafabogado

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20 May 2012
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Prosiguiendo con la iniciativa que comenzamos para subir diariamente la Palabra -siempre necesaria, pero especialmente en los tiempos bélicos y de desesperación que vivimos-, en primer lugar os recuerdo los beneficios que relaciona el Salmo 119 (en Spoiler porque es reiteración).

Beneficios de la Palabra

1) Nutre tu alma sedienta.

«Abatida hasta el polvo está mi alma; Vivifícame según tu palabra.» (Salmo 119: 25).

2) Fortalece tus huesos cansados.

«Afligido estoy en gran manera; Vivifícame, oh Jehová, conforme a tu palabra.» (Salmo 119: 107).

3) Redirige tu mirada a lo que es justo.

«Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino.» (Salmo 119:37).

4) Calma tu corazón desanimado.

«Me anticipé al alba, y clamé; Esperé en tu palabra.» (Salmo 119:147).

5) Concede Completa Paz.

«Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no hay para ellos tropiezo.» (Salmo 119:165).

6) Llena De Esperanza.

«Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, En la cual me has hecho esperar.» (Salmo 119:49).

7) Alimenta Tu Espíritu Hambriento.

«¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca.» (Salmo 119:103).

8) Da Profunda Sabiduría.

«Más que los viejos he entendido, Porque he guardado tus mandamientos;» (Salmo 119:100).

9) Tranquilidad Durante El Dolor.

«Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, Y que conforme a tu fidelidad me afligiste.» (Salmo 119:75)

10) Te Llena De Sus Alabanzas.

«A medianoche me levanto para alabarte Por tus justos juicios.» (Salmo 119:62).

11) Guarda De Caer En La Tentación.

«Apartaos de mí, malignos, Pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios.» (Salmo 119:115).

12) Señala Tus Creencias y Acciones Equivocadas.

«Aparta de mí el camino de la mentira, Y en tu misericordia concédeme tu ley.» (Salmo 119:29).

13) Nos Da Seguridad De Nuestra Herencia Eterna.

«Mis ojos desfallecieron por tu salvación, Y por la palabra de tu justicia.» (Salmo 119:123).

14) Consuela En Tiempo De Angustia.

«Ella es mi consuelo en mi aflicción, Porque tu dicho me ha vivificado.» (Salmo 119:50).

15) En todo momento, puedes ir y dejar que la palabra de Dios te guie, Jesucristo.

«Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a tu siervo, Porque no me he olvidado de tus mandamientos.»(Salmo 119:176).

«¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Es mi meditación todo el día.» (Salmo 119:97).

A continuación, el Evangelio de hoy sábado y las lecturas:


Soy yo, no temáis

Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 6, 1-7

En aquellos días, al crecer el número de los discípulos, los de lengua griega se quejaron contra los de
lengua hebrea, porque en el servicio diario no se atendía a sus viudas.
Los Doce convocando a la asamblea de los discípulos, dijeron:
«No nos parece bien descuidar la palabra de Dios para ocuparnos del servicio de las mesas. Por tanto,
hermanos, escoged a siete de vosotros, hombres de buena fama, llenos de espíritu y de sabiduría, y los encargaremos de esta tarea: nosotros nos dedicaremos a la oración y al servicio de la palabra». La propuesta les pareció bien a todos y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Espíritu Santo, a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás, prosélito de Antioquía, Se los presentaron a los apóstoles y ellos les impusieron las manos orando.
La palabra de Dios iba creciendo, y en Jerusalén se multiplicaba el número de discípulos; incluso muchos sacerdotes aceptaban la fe.

Salmo de hoy
Sal 32, 1-2. 4-5. 18-19 R. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.

Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.
Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas.
R. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.

La palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra.
R. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.

Los ojos del Señor están puestos en quien lo teme,
en los que esperan su misericordia,
para librar sus vidas de la fin
y reanimarlos en tiempo de hambre.
R. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 16-21

Al oscurecer, los discípulos de Jesús bajaron al mar, embarcaron y empezaron la travesía hacia Cafárnaún.
Era ya noche cerrada, y todavía Jesús no los había alcanzado; soplaba un viento fuerte, y el lago se iba
encrespando.
Habían remado unos veinticinco o o treinta estadios, cuando vieron a Jesús que se acercaba a la barca, caminando sobre el mar, y se asustaron. Pero él les dijo:
«Soy yo, no temáis».
Querían recogerlo a bordo, pero la barca tocó tierra en seguida, en el sitio a donde iban.

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Bonus: Añado audio de los dominicos con el Evangelio anterior + comentario, así como los comentarios grabados del padre Pedro Brassesco en Ivoox. Para quien prefiera las reflexiones por escrito, las dejo a continuación, hoy a cargo de Fray Carlos Oloriz Larragueta O.P., de la Casa Ntra.Sra. de los Ángeles (Vitoria).





Reflexión del Evangelio de hoy

Guiados por el Espíritu
Comenta el libro de los HECHOS: “Al crecer el número de los discípulos…”. La comunidad en su desarrollo, congregó discípulos de distintas nacionalidades y lenguas y los Apóstoles no daban abasto para atender a todos. Ante la falta de atención a los más necesitados, se hace necesario convocar la asamblea y, puestos en oración, determinaron una distribución de tareas para atender adecuadamente a todos.

En todo el libro de los “Hechos” encontramos testimonios concretos de sinodalidad. en la Iglesia de los tiempos apostólicos. De ahí que el Papa en estos días nos haga una llamada urgente: “Escuchen al Espíritu Santo escuchándose unos a otros… No tengan miedo de entrar en diálogo y déjense convencer por el diálogo”. Y dice: “Será bueno para toda la Iglesia…”.

El proceso sinodal arranca del descontento de parte de la comunidad que los Doce atienden. Tenemos que caminar juntos. La Palabra de Dios camina con nosotros. Todos somos protagonistas, nadie puede considerarse mero espectador. Los ministerios en la Iglesia han de ser, como al principio, auténticos servicios. Y la autoridad, hoy como entonces, ha de surgir de escuchar la voz de Dios y la de todos creyentes.

Soy yo, no temáis
Tras la multiplicación de los panes y la “huida” de Jesús cuando le querían hacer rey porque lo quieren hacer rey, Jesús se retiró a la montaña, Él solo. Solo, sin ningún apoyo en el poder, como vive la totalidad de las personas.

Mientras tanto, los discípulos atraviesan el lago. Están en medio de la oscuridad de una noche tempestuosa y en medio de las olas. Ellos también se encuentran solos. Eso es lo que ellos se imaginan. Porque, durante la travesía, el Señor se acerca a la barca. Soy yo, no temáis.También la escena del evangelio se reflejará alguna vez, no solo en nuestra vida personal, sino en la de la comunidad: la barca puede ser símbolo de nuestra vida o también de la comunidad eclesial.

Como Jesús, tampoco sus discípulos podrán apoyarse en ningún poder político. Su Mesías no se lo ha enseñado ni con sus palabras ni con su ejemplo. En cambio sí le ha dejado una promesa que vale mucho más que cualquier poder temporal: Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo. Es el mensaje que nos quiere recordar este pasaje que acabamos de leer, leído en este tiempo de Pascua. Al empezar cada día, en la calma o en medio de la tempestad, recordemos siempre que el Señor resucitado está con nosotros. Éste es el sentido profundo de la Eucaristía a la que asistimos.

Fuente: Soy yo, no temáis

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Y porque has resucitado, te damos las gracias. Contigo seremos invencibles. Contigo, llamados a la Vida.

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Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío.
Dios mío, confío en ti.» (Salmo 90)
 
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