rafabogado
Será en Octubre
ACTUALIZACIÓN:
Santo Rosario. 22:00 horas, horario en España peninsular.
EMPEZAMOS A REZAR A LAS 22:00 HORAS.
Desde Lourdes (en castellano y en vivo):
+
Letanías (no son obligatorias, pero agradan a nuestra progenitora del Cielo):
+
Salve
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Ave María (cantado)
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¿Cómo se reza el Rosario? Con viñetas explicativas.
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Promesas del Rosario (apariciones marianas):
Aquellos que recen con enorme fe el Rosario recibirán gracias especiales.
Prometo mi protección y las gracias más grandes a aquellos que recen el Rosario.
El Rosario es un arma poderosa para no ir al infierno, destruirá los vicios, disminuirá los pecados, y defendernos de las herejías.
Se otorgará la virtud y las buenas obras abundarán, se otorgará la piedad de Dios para las almas, rescatará a los corazones de la gente de su amor terrenal y vanidades, y los elevará en su deseo por las cosas eternas. Las mismas almas se santificarán por este medio.
El alma que se encomiende a mí en el Rosario no perecerá.
Quien rece el Rosario devotamente, y lleve los misterios como testimonio de vida no conocerá la desdicha. Dios no lo castigará en su justicia, no tendrá una fin violenta, y si es justo, permanecerá en la gracia de Dios, y tendrá la recompensa de la vida eterna.
Aquel que sea verdadero devoto del Rosario no perecerá sin los Sagrados Sacramentos.
Aquellos que recen con mucha fe el Santo Rosario en vida y en la hora de su fin encontrarán la luz de Dios y la plenitud de su gracia, en la hora de la fin participarán en el paraíso por los méritos de los Santos.
Libraré del purgatorio a quienes recen el Rosario devotamente.
Los niños devotos al Rosario merecerán un alto grado de Gloria en el cielo.
Obtendrán todo lo que me pidan mediante el Rosario.
Aquellos que propaguen mi Rosario serán asistidos por mí en sus necesidades.
Mi hijo me ha concedido que todo aquel que se encomiende a mí al rezar el Rosario tendrá como intercesores a toda la corte celestial en vida y a la hora de la fin.
Son mis niños aquellos que recitan el Rosario, y hermanos y hermanas de mi único hijo, Jesucristo.
La devoción a mi Rosario es una gran señal de profecía.
---
Prosiguiendo con la iniciativa que comenzamos para subir diariamente la Palabra -siempre necesaria, pero especialmente en los tiempos bélicos y de desesperación que vivimos-, en primer lugar os recuerdo los beneficios que relaciona el Salmo 119 (en Spoiler porque es reiteración).
A continuación, el Evangelio de hoy miércoles y las lecturas:
“ ¿Dices esta parábola por nosotros? ”
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 6,12-18
Hermanos:
Que el pecado no siga reinando en vuestro cuerpo mortal, sometiéndoos a sus deseos; no pongáis vuestros miembros al servicio del pecado, como instrumentos de injusticia; antes bien, ofreceos a Dios como quienes han vuelto a la vida desde la fin, y poned vuestros miembros al servicio de Dios, como instrumentos de la justicia.
Porque el pecado no ejercerá su dominio sobre vosotros: pues no estáis bajo ley, sino bajo gracia.
Entonces, ¿qué? ¿Pecaremos, puesto que no estamos bajo ley, sino bajo gracia? ¡En absoluto!
¿No sabéis que, cuando os ofrecéis a alguien como esclavos para obedecerlo, os hacéis esclavos de aquel a quien obedecéis: bien del pecado, para la fin, bien de la obediencia, para la justicia?
Pero gracias sean dadas a Dios, porque erais esclavos del pecado, mas habéis obedecido de corazón al modelo de doctrina al que fuisteis entregados; liberados del pecado, os habéis hecho esclavos de la justicia.
Salmo de hoy
Sal 123,1-3.4-6.7-8 R/. Nuestro auxilio es el nombre del Señor
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte
—que lo diga Israel—,
si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos asaltaban los hombres,
nos habrían tragado vivos:
tanto ardía su ira contra nosotros.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor
Nos habrían arrollado las aguas,
llegándonos el torrente hasta el cuello;
nos habrían llegado hasta el cuello
las aguas impetuosas.
Bendito el Señor,
que no nos entregó
en presa a sus dientes.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor
Hemos salvado la vida, como un pájaro
de la trampa del cazador;
la trampa se rompió,
y escapamos.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 12,39-48
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, velaría y no le dejaría abrir un boquete en casa.
Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre».
Pedro le dijo:
«Señor, ¿dices esta parábola por nosotros o por todos?».
Y el Señor dijo:
«¿Quién es el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para que reparta la ración de alimento a sus horas?
Bienaventurado aquel criado a quien su señor, al llegar, lo encuentre portándose así. En verdad os digo que lo pondrá al frente de todos sus bienes.
Pero si aquel criado dijere para sus adentros: “Mi señor tarda en llegar”, y empieza a pegarles a los criados y criadas, a comer y beber y emborracharse, vendrá el señor de ese criado el día que no espera y a la hora que no sabe y lo castigará con rigor, y le hará compartir la suerte de los que no son fieles.
El criado que, conociendo la voluntad de su señor, no se prepara ni obra de acuerdo con su voluntad, recibirá muchos azotes; pero el que, sin conocerla, ha hecho algo digno de azotes, recibirá menos.
Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará; al que mucho se le confió, más aún se le pedirá».
---
Bonus: Añado los comentarios de los dominicos con el Evangelio anterior, así como los del padre Pedro Brassesco, en YT. Para quien prefiera las reflexiones por escrito, las dejo a continuación, hoy a cargo de Hna. Mariela Martínez Higueras O.P., de la Congregación de Santo Domingo.
Reflexión del Evangelio de hoy
Estáis bajo gracia
El texto de la primera lectura aparece en el contexto de la carta a los Romanos, culmen de la teología paulina, en cuyo capítulo 6, Pablo desarrolla toda una reflexión en la que vincula el bautismo a la fin y resurrección de Cristo. El apóstol lo explica con la metáfora del injerto: “si por el bautismo hemos sido injertados en él por una fin semejante a la suya, también lo estaremos por una resurrección semejante, sabiendo que nuestro hombre viejo fue crucificado con él a fin de que fuera destruido el cuerpo de pecado…. Así también vosotros, consideraos como muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús” (6, 5-6.11).
Este es el telón de fondo que sustenta las palabras de la lectura de hoy. Si por el bautismo hemos muerto al pecado y nacido a una vida nueva, ya no podemos hacer otra cosa que vivir según esa nueva existencia, el pecado ya no forma parte de la novedad de esta dinámica. Quien ha sido sumergido en la vida de la Trinidad, eso significa bautizarse en el nombre de Padre, Hijo y el Espíritu, ya solo puede vivir según esa nueva vida: Danzar junto al Dios Trinidad. “Porque eres baile, somos solo baile” (David Otero)
Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará
La liturgia, ya casi terminando el año litúrgico, nos invita a la vigilancia, a estar atentos al Señor que ya llega. Para ello nos presenta este episodio que se realiza durante el viaje de Jesús a Jerusalén (9,51-19,28) e incluye tres parábolas: un texto sapiencial sobre la vigilancia ante un ladrón (39-40); un relato sobre el comportamiento diligente o infiel de unos criados a los que el amo a su vuelta premia o castiga (41-46) y una conclusión sobre la relación entre conocimiento y responsabilidad (vv. 47-48).
En la primera, Jesús nos sitúa ante el dueño de una casa que vigila ante la posible irrupción de un ladrón, lo que exige una actitud extremadamente activa. Sorprende que Jesús compare la llegada del Hijo del hombre con la de un ladrón, aunque encontramos otros textos en el NT semejantes: “Pero vendrá el día del Señor como ladrón...” (2 Pe 3,10). En el fondo, el símil hace caer en la cuenta de lo imprevisible de la situación y de sus consecuencias. La actitud de vigilancia ha de ser permanente sin distraerse en ningún momento.
A continuación, Pedro rompe el monólogo del Maestro con una pregunta. No le ha quedado claro a quiénes van dirigidas las palabras de Jesús: ¿a los discípulos? ¿a toda la gente? La respuesta de Jesús es ambigua, pues responde con una nueva parábola en la que van a intervenir dos figuras diferentes, un administrador que cumple con su obligación mientras que el otro confiado en el retraso del amo se dedica a la buena vida e incluso maltrata a los que están bajo su mando. El relato, en este caso, pone el énfasis en la responsabilidad de los líderes en esta tarea de estar expectantes siendo fieles a la vocación a la que han sido llamados.
La narración termina con una conclusión en la que se vincula el conocimiento a la responsabilidad. A más conocimiento más responsabilidad: “Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará; al que mucho se le confió, más aún se le pedirá”.
Todo el relato es una exhortación a vigilar de forma activa y expectante porque el Señor puede llegar en cualquier momento. Sin embargo, no podemos caer en la trampa de mirar a otros para compararnos con ellos en esta espera atenta, en esta vela. Cada uno somos responsable de la nuestra. La actitud es personal, intransferible e indelegable. Eso sí, nuestra responsabilidad es proporcional al conocimiento del Señor que hayamos recibido, a su gracia, a la vocación a la que hemos sido llamados, a nuestro liderazgo en la comunidad. ¿Cómo me sitúo en este tiempo de vigilancia atenta? ¿Me “relajo” y abandono porque veo a otros de brazos cruzados? ¿Soy consciente de mi propia responsabilidad? La tarea de vigilar, de velar de estar atentos ya tiene premio, la esperanza: “Alza los ojos y mira” (Is 49,18).
Fuente: ¿Dices esta parábola por nosotros?
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Y porque has resucitado, te damos las gracias. Contigo seremos invencibles. Contigo, llamados a la Vida.
Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío.
Dios mío, confío en ti.» (Salmo 90)
Santo Rosario. 22:00 horas, horario en España peninsular.
EMPEZAMOS A REZAR A LAS 22:00 HORAS.
Desde Lourdes (en castellano y en vivo):
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Letanías (no son obligatorias, pero agradan a nuestra progenitora del Cielo):
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Salve
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Ave María (cantado)
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¿Cómo se reza el Rosario? Con viñetas explicativas.
¿Cómo rezar el rosario? Guía visual, paso por paso
Aquí te contamos cómo rezar el rosario. Si eres principiante puedes empezar por rezar un misterio al día hasta que logres completarlo todo.
catholic-link.com
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Promesas del Rosario (apariciones marianas):
Aquellos que recen con enorme fe el Rosario recibirán gracias especiales.
Prometo mi protección y las gracias más grandes a aquellos que recen el Rosario.
El Rosario es un arma poderosa para no ir al infierno, destruirá los vicios, disminuirá los pecados, y defendernos de las herejías.
Se otorgará la virtud y las buenas obras abundarán, se otorgará la piedad de Dios para las almas, rescatará a los corazones de la gente de su amor terrenal y vanidades, y los elevará en su deseo por las cosas eternas. Las mismas almas se santificarán por este medio.
El alma que se encomiende a mí en el Rosario no perecerá.
Quien rece el Rosario devotamente, y lleve los misterios como testimonio de vida no conocerá la desdicha. Dios no lo castigará en su justicia, no tendrá una fin violenta, y si es justo, permanecerá en la gracia de Dios, y tendrá la recompensa de la vida eterna.
Aquel que sea verdadero devoto del Rosario no perecerá sin los Sagrados Sacramentos.
Aquellos que recen con mucha fe el Santo Rosario en vida y en la hora de su fin encontrarán la luz de Dios y la plenitud de su gracia, en la hora de la fin participarán en el paraíso por los méritos de los Santos.
Libraré del purgatorio a quienes recen el Rosario devotamente.
Los niños devotos al Rosario merecerán un alto grado de Gloria en el cielo.
Obtendrán todo lo que me pidan mediante el Rosario.
Aquellos que propaguen mi Rosario serán asistidos por mí en sus necesidades.
Mi hijo me ha concedido que todo aquel que se encomiende a mí al rezar el Rosario tendrá como intercesores a toda la corte celestial en vida y a la hora de la fin.
Son mis niños aquellos que recitan el Rosario, y hermanos y hermanas de mi único hijo, Jesucristo.
La devoción a mi Rosario es una gran señal de profecía.
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Prosiguiendo con la iniciativa que comenzamos para subir diariamente la Palabra -siempre necesaria, pero especialmente en los tiempos bélicos y de desesperación que vivimos-, en primer lugar os recuerdo los beneficios que relaciona el Salmo 119 (en Spoiler porque es reiteración).
Beneficios de la Palabra
1) Nutre tu alma sedienta.
«Abatida hasta el polvo está mi alma; Vivifícame según tu palabra.» (Salmo 119: 25).
2) Fortalece tus huesos cansados.
«Afligido estoy en gran manera; Vivifícame, oh Jehová, conforme a tu palabra.» (Salmo 119: 107).
3) Redirige tu mirada a lo que es justo.
«Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino.» (Salmo 119:37).
4) Calma tu corazón desanimado.
«Me anticipé al alba, y clamé; Esperé en tu palabra.» (Salmo 119:147).
5) Concede Completa Paz.
«Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no hay para ellos tropiezo.» (Salmo 119:165).
6) Llena De Esperanza.
«Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, En la cual me has hecho esperar.» (Salmo 119:49).
7) Alimenta Tu Espíritu Hambriento.
«¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca.» (Salmo 119:103).
8) Da Profunda Sabiduría.
«Más que los viejos he entendido, Porque he guardado tus mandamientos;» (Salmo 119:100).
9) Tranquilidad Durante El Dolor.
«Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, Y que conforme a tu fidelidad me afligiste.» (Salmo 119:75)
10) Te Llena De Sus Alabanzas.
«A medianoche me levanto para alabarte Por tus justos juicios.» (Salmo 119:62).
11) Guarda De Caer En La Tentación.
«Apartaos de mí, malignos, Pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios.» (Salmo 119:115).
12) Señala Tus Creencias y Acciones Equivocadas.
«Aparta de mí el camino de la mentira, Y en tu misericordia concédeme tu ley.» (Salmo 119:29).
13) Nos Da Seguridad De Nuestra Herencia Eterna.
«Mis ojos desfallecieron por tu salvación, Y por la palabra de tu justicia.» (Salmo 119:123).
14) Consuela En Tiempo De Angustia.
«Ella es mi consuelo en mi aflicción, Porque tu dicho me ha vivificado.» (Salmo 119:50).
15) En todo momento, puedes ir y dejar que la palabra de Dios te guie, Jesucristo.
«Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a tu siervo, Porque no me he olvidado de tus mandamientos.»(Salmo 119:176).
1) Nutre tu alma sedienta.
«Abatida hasta el polvo está mi alma; Vivifícame según tu palabra.» (Salmo 119: 25).
2) Fortalece tus huesos cansados.
«Afligido estoy en gran manera; Vivifícame, oh Jehová, conforme a tu palabra.» (Salmo 119: 107).
3) Redirige tu mirada a lo que es justo.
«Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino.» (Salmo 119:37).
4) Calma tu corazón desanimado.
«Me anticipé al alba, y clamé; Esperé en tu palabra.» (Salmo 119:147).
5) Concede Completa Paz.
«Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no hay para ellos tropiezo.» (Salmo 119:165).
6) Llena De Esperanza.
«Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, En la cual me has hecho esperar.» (Salmo 119:49).
7) Alimenta Tu Espíritu Hambriento.
«¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca.» (Salmo 119:103).
8) Da Profunda Sabiduría.
«Más que los viejos he entendido, Porque he guardado tus mandamientos;» (Salmo 119:100).
9) Tranquilidad Durante El Dolor.
«Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, Y que conforme a tu fidelidad me afligiste.» (Salmo 119:75)
10) Te Llena De Sus Alabanzas.
«A medianoche me levanto para alabarte Por tus justos juicios.» (Salmo 119:62).
11) Guarda De Caer En La Tentación.
«Apartaos de mí, malignos, Pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios.» (Salmo 119:115).
12) Señala Tus Creencias y Acciones Equivocadas.
«Aparta de mí el camino de la mentira, Y en tu misericordia concédeme tu ley.» (Salmo 119:29).
13) Nos Da Seguridad De Nuestra Herencia Eterna.
«Mis ojos desfallecieron por tu salvación, Y por la palabra de tu justicia.» (Salmo 119:123).
14) Consuela En Tiempo De Angustia.
«Ella es mi consuelo en mi aflicción, Porque tu dicho me ha vivificado.» (Salmo 119:50).
15) En todo momento, puedes ir y dejar que la palabra de Dios te guie, Jesucristo.
«Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a tu siervo, Porque no me he olvidado de tus mandamientos.»(Salmo 119:176).
A continuación, el Evangelio de hoy miércoles y las lecturas:
“ ¿Dices esta parábola por nosotros? ”
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 6,12-18
Hermanos:
Que el pecado no siga reinando en vuestro cuerpo mortal, sometiéndoos a sus deseos; no pongáis vuestros miembros al servicio del pecado, como instrumentos de injusticia; antes bien, ofreceos a Dios como quienes han vuelto a la vida desde la fin, y poned vuestros miembros al servicio de Dios, como instrumentos de la justicia.
Porque el pecado no ejercerá su dominio sobre vosotros: pues no estáis bajo ley, sino bajo gracia.
Entonces, ¿qué? ¿Pecaremos, puesto que no estamos bajo ley, sino bajo gracia? ¡En absoluto!
¿No sabéis que, cuando os ofrecéis a alguien como esclavos para obedecerlo, os hacéis esclavos de aquel a quien obedecéis: bien del pecado, para la fin, bien de la obediencia, para la justicia?
Pero gracias sean dadas a Dios, porque erais esclavos del pecado, mas habéis obedecido de corazón al modelo de doctrina al que fuisteis entregados; liberados del pecado, os habéis hecho esclavos de la justicia.
Salmo de hoy
Sal 123,1-3.4-6.7-8 R/. Nuestro auxilio es el nombre del Señor
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte
—que lo diga Israel—,
si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos asaltaban los hombres,
nos habrían tragado vivos:
tanto ardía su ira contra nosotros.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor
Nos habrían arrollado las aguas,
llegándonos el torrente hasta el cuello;
nos habrían llegado hasta el cuello
las aguas impetuosas.
Bendito el Señor,
que no nos entregó
en presa a sus dientes.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor
Hemos salvado la vida, como un pájaro
de la trampa del cazador;
la trampa se rompió,
y escapamos.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 12,39-48
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, velaría y no le dejaría abrir un boquete en casa.
Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre».
Pedro le dijo:
«Señor, ¿dices esta parábola por nosotros o por todos?».
Y el Señor dijo:
«¿Quién es el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para que reparta la ración de alimento a sus horas?
Bienaventurado aquel criado a quien su señor, al llegar, lo encuentre portándose así. En verdad os digo que lo pondrá al frente de todos sus bienes.
Pero si aquel criado dijere para sus adentros: “Mi señor tarda en llegar”, y empieza a pegarles a los criados y criadas, a comer y beber y emborracharse, vendrá el señor de ese criado el día que no espera y a la hora que no sabe y lo castigará con rigor, y le hará compartir la suerte de los que no son fieles.
El criado que, conociendo la voluntad de su señor, no se prepara ni obra de acuerdo con su voluntad, recibirá muchos azotes; pero el que, sin conocerla, ha hecho algo digno de azotes, recibirá menos.
Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará; al que mucho se le confió, más aún se le pedirá».
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Bonus: Añado los comentarios de los dominicos con el Evangelio anterior, así como los del padre Pedro Brassesco, en YT. Para quien prefiera las reflexiones por escrito, las dejo a continuación, hoy a cargo de Hna. Mariela Martínez Higueras O.P., de la Congregación de Santo Domingo.
Reflexión del Evangelio de hoy
Estáis bajo gracia
El texto de la primera lectura aparece en el contexto de la carta a los Romanos, culmen de la teología paulina, en cuyo capítulo 6, Pablo desarrolla toda una reflexión en la que vincula el bautismo a la fin y resurrección de Cristo. El apóstol lo explica con la metáfora del injerto: “si por el bautismo hemos sido injertados en él por una fin semejante a la suya, también lo estaremos por una resurrección semejante, sabiendo que nuestro hombre viejo fue crucificado con él a fin de que fuera destruido el cuerpo de pecado…. Así también vosotros, consideraos como muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús” (6, 5-6.11).
Este es el telón de fondo que sustenta las palabras de la lectura de hoy. Si por el bautismo hemos muerto al pecado y nacido a una vida nueva, ya no podemos hacer otra cosa que vivir según esa nueva existencia, el pecado ya no forma parte de la novedad de esta dinámica. Quien ha sido sumergido en la vida de la Trinidad, eso significa bautizarse en el nombre de Padre, Hijo y el Espíritu, ya solo puede vivir según esa nueva vida: Danzar junto al Dios Trinidad. “Porque eres baile, somos solo baile” (David Otero)
Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará
La liturgia, ya casi terminando el año litúrgico, nos invita a la vigilancia, a estar atentos al Señor que ya llega. Para ello nos presenta este episodio que se realiza durante el viaje de Jesús a Jerusalén (9,51-19,28) e incluye tres parábolas: un texto sapiencial sobre la vigilancia ante un ladrón (39-40); un relato sobre el comportamiento diligente o infiel de unos criados a los que el amo a su vuelta premia o castiga (41-46) y una conclusión sobre la relación entre conocimiento y responsabilidad (vv. 47-48).
En la primera, Jesús nos sitúa ante el dueño de una casa que vigila ante la posible irrupción de un ladrón, lo que exige una actitud extremadamente activa. Sorprende que Jesús compare la llegada del Hijo del hombre con la de un ladrón, aunque encontramos otros textos en el NT semejantes: “Pero vendrá el día del Señor como ladrón...” (2 Pe 3,10). En el fondo, el símil hace caer en la cuenta de lo imprevisible de la situación y de sus consecuencias. La actitud de vigilancia ha de ser permanente sin distraerse en ningún momento.
A continuación, Pedro rompe el monólogo del Maestro con una pregunta. No le ha quedado claro a quiénes van dirigidas las palabras de Jesús: ¿a los discípulos? ¿a toda la gente? La respuesta de Jesús es ambigua, pues responde con una nueva parábola en la que van a intervenir dos figuras diferentes, un administrador que cumple con su obligación mientras que el otro confiado en el retraso del amo se dedica a la buena vida e incluso maltrata a los que están bajo su mando. El relato, en este caso, pone el énfasis en la responsabilidad de los líderes en esta tarea de estar expectantes siendo fieles a la vocación a la que han sido llamados.
La narración termina con una conclusión en la que se vincula el conocimiento a la responsabilidad. A más conocimiento más responsabilidad: “Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará; al que mucho se le confió, más aún se le pedirá”.
Todo el relato es una exhortación a vigilar de forma activa y expectante porque el Señor puede llegar en cualquier momento. Sin embargo, no podemos caer en la trampa de mirar a otros para compararnos con ellos en esta espera atenta, en esta vela. Cada uno somos responsable de la nuestra. La actitud es personal, intransferible e indelegable. Eso sí, nuestra responsabilidad es proporcional al conocimiento del Señor que hayamos recibido, a su gracia, a la vocación a la que hemos sido llamados, a nuestro liderazgo en la comunidad. ¿Cómo me sitúo en este tiempo de vigilancia atenta? ¿Me “relajo” y abandono porque veo a otros de brazos cruzados? ¿Soy consciente de mi propia responsabilidad? La tarea de vigilar, de velar de estar atentos ya tiene premio, la esperanza: “Alza los ojos y mira” (Is 49,18).
Fuente: ¿Dices esta parábola por nosotros?
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Y porque has resucitado, te damos las gracias. Contigo seremos invencibles. Contigo, llamados a la Vida.
Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío.
Dios mío, confío en ti.» (Salmo 90)
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