rafabogado
Será en Octubre
ACTUALIZACIÓN:
Santo Rosario. 22:00 horas, horario en España peninsular.
EMPEZAMOS A REZAR A LAS 22:00 HORAS.
Desde Lourdes (hoy en castellano):
+
Letanías (no son obligatorias, pero agradan a nuestra progenitora del Cielo):
+
Salve
+
Ave María (cantado)
---
¿Cómo se reza el Rosario? Con viñetas explicativas.
---
Promesas del Rosario (apariciones marianas):
Aquellos que recen con enorme fe el Rosario recibirán gracias especiales.
Prometo mi protección y las gracias más grandes a aquellos que recen el Rosario.
El Rosario es un arma poderosa para no ir al infierno, destruirá los vicios, disminuirá los pecados, y defendernos de las herejías.
Se otorgará la virtud y las buenas obras abundarán, se otorgará la piedad de Dios para las almas, rescatará a los corazones de la gente de su amor terrenal y vanidades, y los elevará en su deseo por las cosas eternas. Las mismas almas se santificarán por este medio.
El alma que se encomiende a mí en el Rosario no perecerá.
Quien rece el Rosario devotamente, y lleve los misterios como testimonio de vida no conocerá la desdicha. Dios no lo castigará en su justicia, no tendrá una fin violenta, y si es justo, permanecerá en la gracia de Dios, y tendrá la recompensa de la vida eterna.
Aquel que sea verdadero devoto del Rosario no perecerá sin los Sagrados Sacramentos.
Aquellos que recen con mucha fe el Santo Rosario en vida y en la hora de su fin encontrarán la luz de Dios y la plenitud de su gracia, en la hora de la fin participarán en el paraíso por los méritos de los Santos.
Libraré del purgatorio a quienes recen el Rosario devotamente.
Los niños devotos al Rosario merecerán un alto grado de Gloria en el cielo.
Obtendrán todo lo que me pidan mediante el Rosario.
Aquellos que propaguen mi Rosario serán asistidos por mí en sus necesidades.
Mi hijo me ha concedido que todo aquel que se encomiende a mí al rezar el Rosario tendrá como intercesores a toda la corte celestial en vida y a la hora de la fin.
Son mis niños aquellos que recitan el Rosario, y hermanos y hermanas de mi único hijo, Jesucristo.
La devoción a mi Rosario es una gran señal de profecía.
---
Prosiguiendo con la iniciativa que comenzamos para subir diariamente la Palabra -siempre necesaria, pero especialmente en los tiempos bélicos y de desesperación que vivimos-, en primer lugar os recuerdo los beneficios que relaciona el Salmo 119 (en Spoiler porque es reiteración).
A continuación, el Evangelio de hoy jueves y las lecturas:
“ El reino de Dios ha llegado a vosotros ”
Primera lectura
Lectura del libro de Jeremías 7,23-28:
Esto dice el Señor:
«Esta fue la orden que di a mi pueblo:
“Escuchad mi voz, Yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo. Seguid el camino que os señalo, y todo os irá bien”.
Pero no escucharon ni hicieron caso. Al contrario, caminaron según sus ideas, según la maldad de su obstinado corazón. Me dieron la espalda y no la cara.
Desde que salieron vuestros padres de Egipto hasta hoy, os envié a mis siervos, los profetas, un día tras otro; pero no me escucharon ni me hicieron caso. Al contrario, endurecieron la cerviz y fueron peores que sus padres.
Ya puedes repetirles este discurso, seguro que no te escucharán; ya puedes gritarles, seguro que no te responderán. Aun así les dirás:
“Esta es la gente que no escuchó la voz del Señor, su Dios, y no quiso escarmentar. Ha desaparecido la sinceridad, se la han arrancado de la boca”».
Salmo de hoy
Salmo 94,1-2.6-7.8-9 R/. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón»
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: No endurezcáis vuestro corazón
Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: No endurezcáis vuestro corazón
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras».
Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: No endurezcáis vuestro corazón
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 11,14-23
En aquel tiempo, estaba Jesús echando un malo que era mudo.
Sucedió que, apenas salió el malo, empezó a hablar el mudo. La multitud se quedó admirada, pero algunos de ellos dijeron:
«Por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios, echa los demonios».
Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo. Él, conociendo sus pensamientos, les dijo:
«Todo reino dividido contra sí mismo va a la ruina y cae casa sobre casa. Si, pues, también Satanás se ha dividido contra sí mismo, ¿cómo se mantendrá su reino? Pues vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú. Pero, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros.
Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros, pero, cuando otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte su botín.
El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama».
---
Bonus: Añado los comentarios de los dominicos con el Evangelio anterior, así como los del padre Pedro Brassesco, en YT. Para quien prefiera las reflexiones por escrito, las dejo a continuación, hoy a cargo de Dña. Micaela Bunes Portillo OP, de la Fraternidad Laical de Santo Domingo de Murcia.
Reflexión del Evangelio de hoy
Seguid el camino que os señalo y todo os irá bien
Hoy, el profeta Jeremías, nos regala un precioso texto para la meditación en esta tercera semana de Cuaresma. Su lectura, me ha hecho recordar palabras que escuché a Juan Pablo II con motivo de la publicación de su Carta Encíclica Evangelium Vitae. Las reproduzco con libertad en la confianza de no distorsionar su mensaje: el drama de nuestra existencia es, tan grande o tan pequeño, como lo es nuestra resistencia a la paciente y amorosa labor de Cristo sobre cada uno de nosotros. Nuestro drama es nuestra resistencia al bien, medida de nuestra desconfianza, una desconfianza peligrosa por ser contagiosa y crecer en nosotros en progresión geométrica. Y fueron peores que sus padres, nos dice el profeta, al manifestarse incapaces de pronunciar palabras sinceras, manteniendo argumentos falaces con los que justificar sus malas acciones.
La meditación que nos propone Jeremías nos anima a buscar, hasta encontrar, cuáles son esas acciones que, realizadas a espaldas de Dios, tratamos de esconder utilizando distintas estratagemas. Algunas tan ingenuas como la de culpabilizar al que tenemos al lado, inmadurez propia de los niños que defienden torpemente su inocencia ante la figura de autoridad del padre, que pide explicaciones, y que tanto nos recuerda a la historia contada en el Génesis. Otras, más peligrosas, aunque con origen en las primeras, nos arrastran hasta la mentira. Quien se sostiene en ella, termina siendo su esclavo. Todos recordamos las palabras del capítulo octavo del Evangelio de Juan en las que escuchamos a Jesús hablar de Satanás como padre de la mentira. El Evangelio de hoy nos lleva a contemplar una escena en la que vemos las consecuencias del mal y el poder del bien para liberarnos de su atrapamiento y destrucción.
¡Ojalá escuchemos hoy su voz sin endurecer nuestro corazón!
El reino de Dios ha llegado a vosotros
Los milagros de Jesús nos indican la presencia activa del Reino tanto en cuanto todos podían ver sus beneficios. ¿Todos? No todos. Algunos presentaban resistencias. Viene a mí un recuerdo infantil con el que comenzaban las historias del pequeño guerrero galo, Astérix, cabecilla de un puñado de aldeanos que mantuvieron duras batallas frente a los invasores romanos, venciendo sistemáticamente a sus entrenadísimas legiones. Este recuerdo me hace sonreír, aunque el Evangelio nos sitúa en medio del gran drama humano.
Los milagros eran muy frecuentes en la época de Jesús y ahora no. Y yo me pregunto por qué y entiendo que hoy nos debe pasar algo parecido a lo que nos narra el evangelio de Lucas en el capítulo anterior, en el que vemos a Jesús contrariado en su visita a las ciudades situadas a orillas del lago de Galilea, en las que conjuró: ¡Ay de ti Corozaín, ay de ti Betsaida!, porque si en Tiro y Sidón se hubiesen hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido… Nuestra propia conversión sigue siendo una asignatura pendiente. En la escena de este nuevo capítulo de Lucas pasa algo parecido: los asistentes al exorcismo se muestran escépticos ante lo que ven sus ojos.
La presencia y la expansión del Reino también tiene como resultado la expulsión del mal. Cuando el Reino se expande, el mal es desplazado hasta su precipitación al vacío, como cuenta Marcos en el capítulo quinto de su Evangelio. La expulsión del mal, que es en lo que consiste el exorcismo, no se realiza ‘a palos’ en ninguna batalla cruenta como las que hemos visto en malas películas, sino ante la sola presencia del bien, del Reino y del poder de Dios manifestado en su amor. Esta poderosa presencia en Jesús hace que el mudo recobre el habla, liberándolo de su esclavitud: la del silenciamiento de la verdad y su sustitución por los falaces argumentos de la mentira, como los argumentos acusadores escuchados en la escena evangélica.
Jesús curaba a los enfermos y expulsaba el mal, compadecido del sufrimiento humano, de su desfigurada apariencia. En uno y otro caso, la actitud de la persona sanada o liberada, no era la misma. El enfermo pedía su curación, el esclavizado no podía hacerlo: el mal hablaba con ofuscación por él, tras*formándolo en alguien irreconocible. De ahí las conductas enajenadas mostradas por los endemoniados del Evangelio. Hoy, su efecto, silenció la réplica del mudo liberado por Jesús y solo escuchamos al acusador, que es otro de los términos con el que se reconoce a Satanás en la escritura. El mal arma mucho ruido, ruido que nos impide escuchar al que ha recobrado el habla en el Evangelio: ¡Ojalá pudiéramos escuchar su voz!
El Reino está en medio de nosotros y está en todos nosotros, enviados a la predicación. Acciones como las que hemos leído en el Evangelio, son las que acompañan a la predicación y son ellas mismas predicación. Jesús nos dice que vayamos tranquilos, confiados en el poder del bien.
Fuente: El reino de Dios ha llegado a vosotros
---
Y porque has resucitado, te damos las gracias. Contigo seremos invencibles. Contigo, llamados a la Vida.
Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío.
Dios mío, confío en ti.» (Salmo 90)
Santo Rosario. 22:00 horas, horario en España peninsular.
EMPEZAMOS A REZAR A LAS 22:00 HORAS.
Desde Lourdes (hoy en castellano):
+
Letanías (no son obligatorias, pero agradan a nuestra progenitora del Cielo):
+
Salve
+
Ave María (cantado)
---
¿Cómo se reza el Rosario? Con viñetas explicativas.
¿Cómo rezar el rosario? Guía visual, paso por paso
Aquí te contamos cómo rezar el rosario. Si eres principiante puedes empezar por rezar un misterio al día hasta que logres completarlo todo.
catholic-link.com
---
Promesas del Rosario (apariciones marianas):
Aquellos que recen con enorme fe el Rosario recibirán gracias especiales.
Prometo mi protección y las gracias más grandes a aquellos que recen el Rosario.
El Rosario es un arma poderosa para no ir al infierno, destruirá los vicios, disminuirá los pecados, y defendernos de las herejías.
Se otorgará la virtud y las buenas obras abundarán, se otorgará la piedad de Dios para las almas, rescatará a los corazones de la gente de su amor terrenal y vanidades, y los elevará en su deseo por las cosas eternas. Las mismas almas se santificarán por este medio.
El alma que se encomiende a mí en el Rosario no perecerá.
Quien rece el Rosario devotamente, y lleve los misterios como testimonio de vida no conocerá la desdicha. Dios no lo castigará en su justicia, no tendrá una fin violenta, y si es justo, permanecerá en la gracia de Dios, y tendrá la recompensa de la vida eterna.
Aquel que sea verdadero devoto del Rosario no perecerá sin los Sagrados Sacramentos.
Aquellos que recen con mucha fe el Santo Rosario en vida y en la hora de su fin encontrarán la luz de Dios y la plenitud de su gracia, en la hora de la fin participarán en el paraíso por los méritos de los Santos.
Libraré del purgatorio a quienes recen el Rosario devotamente.
Los niños devotos al Rosario merecerán un alto grado de Gloria en el cielo.
Obtendrán todo lo que me pidan mediante el Rosario.
Aquellos que propaguen mi Rosario serán asistidos por mí en sus necesidades.
Mi hijo me ha concedido que todo aquel que se encomiende a mí al rezar el Rosario tendrá como intercesores a toda la corte celestial en vida y a la hora de la fin.
Son mis niños aquellos que recitan el Rosario, y hermanos y hermanas de mi único hijo, Jesucristo.
La devoción a mi Rosario es una gran señal de profecía.
---
Prosiguiendo con la iniciativa que comenzamos para subir diariamente la Palabra -siempre necesaria, pero especialmente en los tiempos bélicos y de desesperación que vivimos-, en primer lugar os recuerdo los beneficios que relaciona el Salmo 119 (en Spoiler porque es reiteración).
Beneficios de la Palabra
1) Nutre tu alma sedienta.
«Abatida hasta el polvo está mi alma; Vivifícame según tu palabra.» (Salmo 119: 25).
2) Fortalece tus huesos cansados.
«Afligido estoy en gran manera; Vivifícame, oh Jehová, conforme a tu palabra.» (Salmo 119: 107).
3) Redirige tu mirada a lo que es justo.
«Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino.» (Salmo 119:37).
4) Calma tu corazón desanimado.
«Me anticipé al alba, y clamé; Esperé en tu palabra.» (Salmo 119:147).
5) Concede Completa Paz.
«Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no hay para ellos tropiezo.» (Salmo 119:165).
6) Llena De Esperanza.
«Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, En la cual me has hecho esperar.» (Salmo 119:49).
7) Alimenta Tu Espíritu Hambriento.
«¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca.» (Salmo 119:103).
8) Da Profunda Sabiduría.
«Más que los viejos he entendido, Porque he guardado tus mandamientos;» (Salmo 119:100).
9) Tranquilidad Durante El Dolor.
«Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, Y que conforme a tu fidelidad me afligiste.» (Salmo 119:75)
10) Te Llena De Sus Alabanzas.
«A medianoche me levanto para alabarte Por tus justos juicios.» (Salmo 119:62).
11) Guarda De Caer En La Tentación.
«Apartaos de mí, malignos, Pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios.» (Salmo 119:115).
12) Señala Tus Creencias y Acciones Equivocadas.
«Aparta de mí el camino de la mentira, Y en tu misericordia concédeme tu ley.» (Salmo 119:29).
13) Nos Da Seguridad De Nuestra Herencia Eterna.
«Mis ojos desfallecieron por tu salvación, Y por la palabra de tu justicia.» (Salmo 119:123).
14) Consuela En Tiempo De Angustia.
«Ella es mi consuelo en mi aflicción, Porque tu dicho me ha vivificado.» (Salmo 119:50).
15) En todo momento, puedes ir y dejar que la palabra de Dios te guie, Jesucristo.
«Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a tu siervo, Porque no me he olvidado de tus mandamientos.»(Salmo 119:176).
1) Nutre tu alma sedienta.
«Abatida hasta el polvo está mi alma; Vivifícame según tu palabra.» (Salmo 119: 25).
2) Fortalece tus huesos cansados.
«Afligido estoy en gran manera; Vivifícame, oh Jehová, conforme a tu palabra.» (Salmo 119: 107).
3) Redirige tu mirada a lo que es justo.
«Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino.» (Salmo 119:37).
4) Calma tu corazón desanimado.
«Me anticipé al alba, y clamé; Esperé en tu palabra.» (Salmo 119:147).
5) Concede Completa Paz.
«Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no hay para ellos tropiezo.» (Salmo 119:165).
6) Llena De Esperanza.
«Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, En la cual me has hecho esperar.» (Salmo 119:49).
7) Alimenta Tu Espíritu Hambriento.
«¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca.» (Salmo 119:103).
8) Da Profunda Sabiduría.
«Más que los viejos he entendido, Porque he guardado tus mandamientos;» (Salmo 119:100).
9) Tranquilidad Durante El Dolor.
«Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, Y que conforme a tu fidelidad me afligiste.» (Salmo 119:75)
10) Te Llena De Sus Alabanzas.
«A medianoche me levanto para alabarte Por tus justos juicios.» (Salmo 119:62).
11) Guarda De Caer En La Tentación.
«Apartaos de mí, malignos, Pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios.» (Salmo 119:115).
12) Señala Tus Creencias y Acciones Equivocadas.
«Aparta de mí el camino de la mentira, Y en tu misericordia concédeme tu ley.» (Salmo 119:29).
13) Nos Da Seguridad De Nuestra Herencia Eterna.
«Mis ojos desfallecieron por tu salvación, Y por la palabra de tu justicia.» (Salmo 119:123).
14) Consuela En Tiempo De Angustia.
«Ella es mi consuelo en mi aflicción, Porque tu dicho me ha vivificado.» (Salmo 119:50).
15) En todo momento, puedes ir y dejar que la palabra de Dios te guie, Jesucristo.
«Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a tu siervo, Porque no me he olvidado de tus mandamientos.»(Salmo 119:176).
A continuación, el Evangelio de hoy jueves y las lecturas:
“ El reino de Dios ha llegado a vosotros ”
Primera lectura
Lectura del libro de Jeremías 7,23-28:
Esto dice el Señor:
«Esta fue la orden que di a mi pueblo:
“Escuchad mi voz, Yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo. Seguid el camino que os señalo, y todo os irá bien”.
Pero no escucharon ni hicieron caso. Al contrario, caminaron según sus ideas, según la maldad de su obstinado corazón. Me dieron la espalda y no la cara.
Desde que salieron vuestros padres de Egipto hasta hoy, os envié a mis siervos, los profetas, un día tras otro; pero no me escucharon ni me hicieron caso. Al contrario, endurecieron la cerviz y fueron peores que sus padres.
Ya puedes repetirles este discurso, seguro que no te escucharán; ya puedes gritarles, seguro que no te responderán. Aun así les dirás:
“Esta es la gente que no escuchó la voz del Señor, su Dios, y no quiso escarmentar. Ha desaparecido la sinceridad, se la han arrancado de la boca”».
Salmo de hoy
Salmo 94,1-2.6-7.8-9 R/. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón»
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: No endurezcáis vuestro corazón
Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: No endurezcáis vuestro corazón
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras».
Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: No endurezcáis vuestro corazón
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 11,14-23
En aquel tiempo, estaba Jesús echando un malo que era mudo.
Sucedió que, apenas salió el malo, empezó a hablar el mudo. La multitud se quedó admirada, pero algunos de ellos dijeron:
«Por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios, echa los demonios».
Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo. Él, conociendo sus pensamientos, les dijo:
«Todo reino dividido contra sí mismo va a la ruina y cae casa sobre casa. Si, pues, también Satanás se ha dividido contra sí mismo, ¿cómo se mantendrá su reino? Pues vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú. Pero, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros.
Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros, pero, cuando otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte su botín.
El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama».
---
Bonus: Añado los comentarios de los dominicos con el Evangelio anterior, así como los del padre Pedro Brassesco, en YT. Para quien prefiera las reflexiones por escrito, las dejo a continuación, hoy a cargo de Dña. Micaela Bunes Portillo OP, de la Fraternidad Laical de Santo Domingo de Murcia.
Reflexión del Evangelio de hoy
Seguid el camino que os señalo y todo os irá bien
Hoy, el profeta Jeremías, nos regala un precioso texto para la meditación en esta tercera semana de Cuaresma. Su lectura, me ha hecho recordar palabras que escuché a Juan Pablo II con motivo de la publicación de su Carta Encíclica Evangelium Vitae. Las reproduzco con libertad en la confianza de no distorsionar su mensaje: el drama de nuestra existencia es, tan grande o tan pequeño, como lo es nuestra resistencia a la paciente y amorosa labor de Cristo sobre cada uno de nosotros. Nuestro drama es nuestra resistencia al bien, medida de nuestra desconfianza, una desconfianza peligrosa por ser contagiosa y crecer en nosotros en progresión geométrica. Y fueron peores que sus padres, nos dice el profeta, al manifestarse incapaces de pronunciar palabras sinceras, manteniendo argumentos falaces con los que justificar sus malas acciones.
La meditación que nos propone Jeremías nos anima a buscar, hasta encontrar, cuáles son esas acciones que, realizadas a espaldas de Dios, tratamos de esconder utilizando distintas estratagemas. Algunas tan ingenuas como la de culpabilizar al que tenemos al lado, inmadurez propia de los niños que defienden torpemente su inocencia ante la figura de autoridad del padre, que pide explicaciones, y que tanto nos recuerda a la historia contada en el Génesis. Otras, más peligrosas, aunque con origen en las primeras, nos arrastran hasta la mentira. Quien se sostiene en ella, termina siendo su esclavo. Todos recordamos las palabras del capítulo octavo del Evangelio de Juan en las que escuchamos a Jesús hablar de Satanás como padre de la mentira. El Evangelio de hoy nos lleva a contemplar una escena en la que vemos las consecuencias del mal y el poder del bien para liberarnos de su atrapamiento y destrucción.
¡Ojalá escuchemos hoy su voz sin endurecer nuestro corazón!
El reino de Dios ha llegado a vosotros
Los milagros de Jesús nos indican la presencia activa del Reino tanto en cuanto todos podían ver sus beneficios. ¿Todos? No todos. Algunos presentaban resistencias. Viene a mí un recuerdo infantil con el que comenzaban las historias del pequeño guerrero galo, Astérix, cabecilla de un puñado de aldeanos que mantuvieron duras batallas frente a los invasores romanos, venciendo sistemáticamente a sus entrenadísimas legiones. Este recuerdo me hace sonreír, aunque el Evangelio nos sitúa en medio del gran drama humano.
Los milagros eran muy frecuentes en la época de Jesús y ahora no. Y yo me pregunto por qué y entiendo que hoy nos debe pasar algo parecido a lo que nos narra el evangelio de Lucas en el capítulo anterior, en el que vemos a Jesús contrariado en su visita a las ciudades situadas a orillas del lago de Galilea, en las que conjuró: ¡Ay de ti Corozaín, ay de ti Betsaida!, porque si en Tiro y Sidón se hubiesen hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido… Nuestra propia conversión sigue siendo una asignatura pendiente. En la escena de este nuevo capítulo de Lucas pasa algo parecido: los asistentes al exorcismo se muestran escépticos ante lo que ven sus ojos.
La presencia y la expansión del Reino también tiene como resultado la expulsión del mal. Cuando el Reino se expande, el mal es desplazado hasta su precipitación al vacío, como cuenta Marcos en el capítulo quinto de su Evangelio. La expulsión del mal, que es en lo que consiste el exorcismo, no se realiza ‘a palos’ en ninguna batalla cruenta como las que hemos visto en malas películas, sino ante la sola presencia del bien, del Reino y del poder de Dios manifestado en su amor. Esta poderosa presencia en Jesús hace que el mudo recobre el habla, liberándolo de su esclavitud: la del silenciamiento de la verdad y su sustitución por los falaces argumentos de la mentira, como los argumentos acusadores escuchados en la escena evangélica.
Jesús curaba a los enfermos y expulsaba el mal, compadecido del sufrimiento humano, de su desfigurada apariencia. En uno y otro caso, la actitud de la persona sanada o liberada, no era la misma. El enfermo pedía su curación, el esclavizado no podía hacerlo: el mal hablaba con ofuscación por él, tras*formándolo en alguien irreconocible. De ahí las conductas enajenadas mostradas por los endemoniados del Evangelio. Hoy, su efecto, silenció la réplica del mudo liberado por Jesús y solo escuchamos al acusador, que es otro de los términos con el que se reconoce a Satanás en la escritura. El mal arma mucho ruido, ruido que nos impide escuchar al que ha recobrado el habla en el Evangelio: ¡Ojalá pudiéramos escuchar su voz!
El Reino está en medio de nosotros y está en todos nosotros, enviados a la predicación. Acciones como las que hemos leído en el Evangelio, son las que acompañan a la predicación y son ellas mismas predicación. Jesús nos dice que vayamos tranquilos, confiados en el poder del bien.
Fuente: El reino de Dios ha llegado a vosotros
---
Y porque has resucitado, te damos las gracias. Contigo seremos invencibles. Contigo, llamados a la Vida.
Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío.
Dios mío, confío en ti.» (Salmo 90)
Última edición: