rafabogado
Será en Octubre
ACTUALIZACIÓN:
Santo Rosario. 22:00 horas, horario en España peninsular.
EMPEZAMOS A REZAR A LAS 22:00 HORAS.
Desde Lourdes (en castellano y en vivo):
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Letanías (no son obligatorias, pero agradan a nuestra progenitora del Cielo):
+
Salve
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Ave María (cantado)
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¿Cómo se reza el Rosario? Con viñetas explicativas.
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Promesas del Rosario (apariciones marianas):
Aquellos que recen con enorme fe el Rosario recibirán gracias especiales.
Prometo mi protección y las gracias más grandes a aquellos que recen el Rosario.
El Rosario es un arma poderosa para no ir al infierno, destruirá los vicios, disminuirá los pecados, y defendernos de las herejías.
Se otorgará la virtud y las buenas obras abundarán, se otorgará la piedad de Dios para las almas, rescatará a los corazones de la gente de su amor terrenal y vanidades, y los elevará en su deseo por las cosas eternas. Las mismas almas se santificarán por este medio.
El alma que se encomiende a mí en el Rosario no perecerá.
Quien rece el Rosario devotamente, y lleve los misterios como testimonio de vida no conocerá la desdicha. Dios no lo castigará en su justicia, no tendrá una fin violenta, y si es justo, permanecerá en la gracia de Dios, y tendrá la recompensa de la vida eterna.
Aquel que sea verdadero devoto del Rosario no perecerá sin los Sagrados Sacramentos.
Aquellos que recen con mucha fe el Santo Rosario en vida y en la hora de su fin encontrarán la luz de Dios y la plenitud de su gracia, en la hora de la fin participarán en el paraíso por los méritos de los Santos.
Libraré del purgatorio a quienes recen el Rosario devotamente.
Los niños devotos al Rosario merecerán un alto grado de Gloria en el cielo.
Obtendrán todo lo que me pidan mediante el Rosario.
Aquellos que propaguen mi Rosario serán asistidos por mí en sus necesidades.
Mi hijo me ha concedido que todo aquel que se encomiende a mí al rezar el Rosario tendrá como intercesores a toda la corte celestial en vida y a la hora de la fin.
Son mis niños aquellos que recitan el Rosario, y hermanos y hermanas de mi único hijo, Jesucristo.
La devoción a mi Rosario es una gran señal de profecía.
---
Prosiguiendo con la iniciativa que comenzamos para subir diariamente la Palabra -siempre necesaria, pero especialmente en los tiempos bélicos y de desesperación que vivimos-, en primer lugar os recuerdo los beneficios que relaciona el Salmo 119 (en Spoiler porque es reiteración).
A continuación, el Evangelio de hoy domingo y las lecturas:
“ Hemos visto al Señor ”
Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 2, 42-47
Los hermanos perseveraban en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones.
Todo el mundo estaba impresionado, y los apóstoles hacían muchos prodigios y signos. Los creyentes vivían todos unidos y tenían todo en común; vendían posesiones y bienes y los repartían entre todos, según la necesidad de cada uno.
Con perseverancia acudían a diario al templo con un mismo espíritu, partían el pan en las casas y tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón; alababan a Dios y eran bien vistos de todo el pueblo; y día tras día el Señor iba agregando a los que se iban salvando.
Salmo
Sal 117, 2-4. 13-15. 22-24 R/. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
Diga la casa de Aarón:
eterna es su misericordia.
Digan los fieles del Señor:
eterna es su misericordia.
Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia
Empujaban y empujaban para derribarme,
pero el Señor me ayudó;
el Señor es mi fuerza y mi energía,
él es mi salvación.
Escuchad: hay cantos de victoria
en las tiendas de los justos.
Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia
La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
Éste es el día que hizo el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia
Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 1, 3-9
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor, Jesucristo, que, por su gran misericordia, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha regenerado para una esperanza viva; para una herencia incorruptible, intachable e inmarcesible, reservada en el cielo a vosotros, que, mediante la fe, estáis protegidos con la fuerza de Dios; para una salvación dispuesta a revelarse en el momento final.
Por ello os alegráis, aunque ahora sea preciso padecer un Poco en pruebas diversas; así la autenticidad de vuestra fe, má preciosa que el oro, que, aunque es perecedero, se aquilata a fuego, merecerá premio, gloria y honor en la revelación de Jesucristo; sin haberlo visto lo amáis y, sin contemplarlo todavía, creéis en él y así os alegráis con un gozo inefable y radiante, alcanzando así la meta de vuestra fe: la salvación de vuestras almas.
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 19-31
Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en
medio y les dijo:
«Paz a vosotros».
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».
Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían:
«Hemos visto al Señor».
Pero él les contestó:
«Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo».
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:
«Paz a vosotros».
Luego dijo a Tomás:
«Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente».
Contestó Tomás:
«Señor mío y Dios mío!».
Jesús le dijo:
«¿Porque me has visto has creído? Bienaventurados los que crean sin haber visto».
Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos han sido escritos para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.
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Bonus: Añado los comentarios de los dominicos con el Evangelio anterior, así como los del padre Pedro Brassesco, en YT. Para quien prefiera las reflexiones por escrito, las dejo a continuación, hoy a cargo de Fray Gerardo Sánchez Mielgo, del Convento de Santo Domingo. Torrent (Valencia).
Comentario bíblico
Primera lectura: Hechos 2,42-47.
Marco:El fragmento corresponde al primer sumario sobre la vida de la comunidad. La consecuencia de la aceptación del Mensaje Pascual fue la constitución de una comunidad alrededor de los Apóstoles. El Misterio Pascual proclamado y aceptado crea la comunidad cristiana, el nuevo Pueblo de Dios.
Reflexiones:
1ª) ¡La comunidad de Jesús, una comunidad pascual!
Los hermanos eran constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles, en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones. La verdadera proclamación del Mensaje Pascual y su aceptación sincera produce la comunidad. Pascua y comunidad van inseparables. En el acontecimiento pascual se han derribado todos los muros de separación. Ha sido liberado el hombre de la ley, del pecado y de la fin. Por eso es posible la comunión: "sabemos que hemos pasado de la fin a la vida en que amamos a los hermanos, en que podemos vivir en comunión". Así nos lo recuerda admirablemente el autor de la Primera Carta de Juan en 1,1-3: y nuestra comunión es con el Padre y con el Hijo.
2ª) Pascua y solidaridad.
Los creyentes vivían todos unidos y lo tenían todo en común; vendían posesiones y bienes y lo repartían entre todos, según la necesidad de cada uno. El autor del libro del Deuteronomio enseña que cuando el pueblo entre en la Tierra Prometida no debe haber ya pobres entre ellos. El Acontecimiento Pascual fundamenta la más honda solidaridad. El compartir los bienes no se impuso como una regla, brotó como una espléndida manifestación de la experiencia de vida y de resurrección. La fe cristiana y la experiencia pascual tienen que manifestarse en la solidaridad a todos los niveles. "Si alguno dice: 'Amo a Dios', y aborrece a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve" (1Jn 4,20). El autor de la Primera Carta de Juan nos recuerda: y que vuestro amor no sea de boquilla, sino "de obra y de verdad" (1Jn 3,18).
3ª) Pascua y comunidad a la escucha de la Palabra.
Los que aceptaron el mensaje eran perseverantes en la enseñanza apostólica, en la Fracción del Pan, en el compartir los bienes y en las oraciones. Son los cuatro pilares de la comunidad. No debe fallar ninguno de ellos. Los cuatro se interrelacionan y se ayudan mutuamente. La escucha perseverante de la Palabra y la participación en la Fracción del Pan establecen y crean la comunión con el Resucitado que se manifiesta en la comunión y en la oración compartida. Sólo así la comunidad puede testimoniar ante el mundo de que Jesús está realmente vivo y es la esperanza en un mundo dividido y agresivo contrario a la comunión y a la solidaridad.
4ª) Pascua y crecimiento de la comunidad
Todo el mundo estaba impresionado por los muchos prodigios y signos que los apóstoles hacían en Jerusalén... eran bien vistos de todo el pueblo y día tras día el Señor iba agregando al grupo los que se iban salvando. El testimonio apostólico en favor de la Resurrección de Jesús y el testimonio silencioso de la comunidad que vive fraternalmente empujaba a otros a sumarse a la comunidad: "día tras día el Señor iba agregando al grupo los que se iban salvando". La Pascua es la fuerza que empuja a la Iglesia a su crecimiento y a su madurez constante empujándola a ser "signo de salvación para todo el mundo". El pueblo de la esperanza sabe que en el momento más importante de la intervención de Dios a favor suyo (en la liberación de Egipto y en el Éxodo) su Dios se prodigó en prodigios que hicieran posible la liberación. Y los realizó por medio del gran profeta que no tuvo otro igual a él, Moisés. Ahora comprueban algo parecido y deducen que Dios está interviniendo en la historia de manera poderosa. Por eso se sienten impresionados. Y todavía más cuanto que no se ven acontecimientos ostentosos de carácter público como en el Éxodo. La pregunta lógica y adecuada era la siguiente: ¿Qué está ocurriendo entre nosotros? Es necesario dejarse interrogar por los signos para acceder a la verdadera fe que desborda siempre los propios signos. Los signos apuntan a otra realidad más importante: la misión liberadora de todo un pueblo por medio de Moisés; la liberación de toda la humanidad de los lazos de la fin por medio de Jesús de Nazaret resucitado de entre los muertos.
Segunda lectura: 1Pedro 1,3-9.
Marco: Es el saludo solemne de la Carta. Está dirigida a comunidades perseguidas por la fe dispersas en distintas regiones.
Reflexiones:
1ª) ¡Generosa misericordia de Dios!
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en su gran misericordia nos ha reengendrado a una esperanza vivificante. La Pascua perpetúa el don del amor de Dios ofrecido al mundo en la Cruz. Expresión suprema y perfecta de la misericordia de Dios volcándose en favor del mundo, en favor de los hombres que, en definitiva, somos imágenes y semejanzas suyas. Ciertamente Él nos ha creado para la vida y para la felicidad y ese plan lo ha truncado el hombre. Pero Dios no se ha desentendido nunca del hombre imagen suya. Dios sabe muy bien que la más terrible esclavitud del hombre es el miedo a la fin. Y como es Fiel, como es Dios y no un hombre, santo en medio de su pueblo (Oseas 11) responde al hombre por medio de su Hijo Resucitado. He ahí el proyecto verdadero de Dios sobre la humanidad. He ahí el motivo de la esperanza: el Dios Misericordioso es Fiel y cumple su Palabra. Es necesario proclamar ante nuestro mundo esta gran esperanza que se fundamenta en la gran experiencia de la misericordia de Dios para llevarnos de nuevo a la vida sin fin y feliz. Y el Príncipe de este camino hacia la vida, el que abre camino hacia la vida es Jesús Resucitado (Hechos; Carta a los Hebreos).
2ª) La Pascua raíz y fundamento de la esperanza.
Nos ha reengendrado a una esperanza vivificante por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, para una herencia incorruptible, pura, imperecedera, que os está reservada en el cielo. El autor de esta carta relaciona directamente la Resurrección de Jesús con la esperanza cristiana. Esta virtud teologal se fundamenta en la Bondad y en el Poder de Dios. La resurrección es la expresión culminante del Poder de Dios. La resurrección expresa más y mejor el Poder de Dios que incluso la propia creación de la nada. Porque en la resurrección de Jesús todos los hombres son llamados e invitados a la vida para siempre. Pues bien, esta es la razón por la que la esperanza cristiana y la Resurrección de Jesús están íntimamente relacionadas. La expresión petrina es vigorosa: "Por medio de la Resurrección de Jesucristo nos ha reengendrado a una esperanza vivificante".
3ª) Pascua mantiene la esperanza en la persecución.
La fuerza de Dios os custodia en la fe para la salvación que aguarda a manifestarse en el momento final. Alegraos de ello, aunque de momento tengáis que sufrir un poco, en pruebas diversas; así la comprobación de vuestra fe se resolverá en gloria y honor. No podemos olvidar que esta Carta ha sido escrita para alentar a los cristianos sometidos a la persecución y a la fin. La esperanza fundamentada en la Resurrección es la respuesta ante la persecución. Pedro les remite al momento fundamental: aquel en que fueron reengendrados. Aquel momento sacramental les injertó e incorporó Jesús sacramentalmente (porque no podía ser de otro modo) pero no por ello menos real, sólo que todavía en primicias. Ahora son perseguidos cruentamente con lo que participan realmente de la fin de Jesús (ya no sólo sacramentalmente) luego han de levantar el ánimo y la esperanza porque se acerca, es inminente ya su resurrección real con Jesús (y ya no sólo sacramental). Por eso esta Carta es de un vigor extraordinario. Y con un mensaje para los creyentes de hoy fuerte y consolador: muchos creyentes (bautizados por tanto) están participando del martirio incruento ("a plazos" lo llamaba J.L. Martín Descalzo) de la silenciosa persecución de la incomprensión, aislamiento o frontal rechazo verbal o de actitudes. Estos son los momentos propicios para renovar nuestra fe y nuestra esperanza pascual que inyectan ánimo en nuestras vidas históricas concretas.
(...continúan las reflexiones en el siguiente post)
Fuente: Hemos visto al Señor
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Y porque has resucitado, te damos las gracias. Contigo seremos invencibles. Contigo, llamados a la Vida.
Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío.
Dios mío, confío en ti.» (Salmo 90)
Santo Rosario. 22:00 horas, horario en España peninsular.
EMPEZAMOS A REZAR A LAS 22:00 HORAS.
Desde Lourdes (en castellano y en vivo):
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Letanías (no son obligatorias, pero agradan a nuestra progenitora del Cielo):
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Salve
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Ave María (cantado)
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¿Cómo se reza el Rosario? Con viñetas explicativas.
¿Cómo rezar el rosario? Guía visual, paso por paso
Aquí te contamos cómo rezar el rosario. Si eres principiante puedes empezar por rezar un misterio al día hasta que logres completarlo todo.
catholic-link.com
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Promesas del Rosario (apariciones marianas):
Aquellos que recen con enorme fe el Rosario recibirán gracias especiales.
Prometo mi protección y las gracias más grandes a aquellos que recen el Rosario.
El Rosario es un arma poderosa para no ir al infierno, destruirá los vicios, disminuirá los pecados, y defendernos de las herejías.
Se otorgará la virtud y las buenas obras abundarán, se otorgará la piedad de Dios para las almas, rescatará a los corazones de la gente de su amor terrenal y vanidades, y los elevará en su deseo por las cosas eternas. Las mismas almas se santificarán por este medio.
El alma que se encomiende a mí en el Rosario no perecerá.
Quien rece el Rosario devotamente, y lleve los misterios como testimonio de vida no conocerá la desdicha. Dios no lo castigará en su justicia, no tendrá una fin violenta, y si es justo, permanecerá en la gracia de Dios, y tendrá la recompensa de la vida eterna.
Aquel que sea verdadero devoto del Rosario no perecerá sin los Sagrados Sacramentos.
Aquellos que recen con mucha fe el Santo Rosario en vida y en la hora de su fin encontrarán la luz de Dios y la plenitud de su gracia, en la hora de la fin participarán en el paraíso por los méritos de los Santos.
Libraré del purgatorio a quienes recen el Rosario devotamente.
Los niños devotos al Rosario merecerán un alto grado de Gloria en el cielo.
Obtendrán todo lo que me pidan mediante el Rosario.
Aquellos que propaguen mi Rosario serán asistidos por mí en sus necesidades.
Mi hijo me ha concedido que todo aquel que se encomiende a mí al rezar el Rosario tendrá como intercesores a toda la corte celestial en vida y a la hora de la fin.
Son mis niños aquellos que recitan el Rosario, y hermanos y hermanas de mi único hijo, Jesucristo.
La devoción a mi Rosario es una gran señal de profecía.
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Prosiguiendo con la iniciativa que comenzamos para subir diariamente la Palabra -siempre necesaria, pero especialmente en los tiempos bélicos y de desesperación que vivimos-, en primer lugar os recuerdo los beneficios que relaciona el Salmo 119 (en Spoiler porque es reiteración).
Beneficios de la Palabra
1) Nutre tu alma sedienta.
«Abatida hasta el polvo está mi alma; Vivifícame según tu palabra.» (Salmo 119: 25).
2) Fortalece tus huesos cansados.
«Afligido estoy en gran manera; Vivifícame, oh Jehová, conforme a tu palabra.» (Salmo 119: 107).
3) Redirige tu mirada a lo que es justo.
«Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino.» (Salmo 119:37).
4) Calma tu corazón desanimado.
«Me anticipé al alba, y clamé; Esperé en tu palabra.» (Salmo 119:147).
5) Concede Completa Paz.
«Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no hay para ellos tropiezo.» (Salmo 119:165).
6) Llena De Esperanza.
«Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, En la cual me has hecho esperar.» (Salmo 119:49).
7) Alimenta Tu Espíritu Hambriento.
«¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca.» (Salmo 119:103).
8) Da Profunda Sabiduría.
«Más que los viejos he entendido, Porque he guardado tus mandamientos;» (Salmo 119:100).
9) Tranquilidad Durante El Dolor.
«Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, Y que conforme a tu fidelidad me afligiste.» (Salmo 119:75)
10) Te Llena De Sus Alabanzas.
«A medianoche me levanto para alabarte Por tus justos juicios.» (Salmo 119:62).
11) Guarda De Caer En La Tentación.
«Apartaos de mí, malignos, Pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios.» (Salmo 119:115).
12) Señala Tus Creencias y Acciones Equivocadas.
«Aparta de mí el camino de la mentira, Y en tu misericordia concédeme tu ley.» (Salmo 119:29).
13) Nos Da Seguridad De Nuestra Herencia Eterna.
«Mis ojos desfallecieron por tu salvación, Y por la palabra de tu justicia.» (Salmo 119:123).
14) Consuela En Tiempo De Angustia.
«Ella es mi consuelo en mi aflicción, Porque tu dicho me ha vivificado.» (Salmo 119:50).
15) En todo momento, puedes ir y dejar que la palabra de Dios te guie, Jesucristo.
«Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a tu siervo, Porque no me he olvidado de tus mandamientos.»(Salmo 119:176).
1) Nutre tu alma sedienta.
«Abatida hasta el polvo está mi alma; Vivifícame según tu palabra.» (Salmo 119: 25).
2) Fortalece tus huesos cansados.
«Afligido estoy en gran manera; Vivifícame, oh Jehová, conforme a tu palabra.» (Salmo 119: 107).
3) Redirige tu mirada a lo que es justo.
«Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino.» (Salmo 119:37).
4) Calma tu corazón desanimado.
«Me anticipé al alba, y clamé; Esperé en tu palabra.» (Salmo 119:147).
5) Concede Completa Paz.
«Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no hay para ellos tropiezo.» (Salmo 119:165).
6) Llena De Esperanza.
«Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, En la cual me has hecho esperar.» (Salmo 119:49).
7) Alimenta Tu Espíritu Hambriento.
«¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca.» (Salmo 119:103).
8) Da Profunda Sabiduría.
«Más que los viejos he entendido, Porque he guardado tus mandamientos;» (Salmo 119:100).
9) Tranquilidad Durante El Dolor.
«Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, Y que conforme a tu fidelidad me afligiste.» (Salmo 119:75)
10) Te Llena De Sus Alabanzas.
«A medianoche me levanto para alabarte Por tus justos juicios.» (Salmo 119:62).
11) Guarda De Caer En La Tentación.
«Apartaos de mí, malignos, Pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios.» (Salmo 119:115).
12) Señala Tus Creencias y Acciones Equivocadas.
«Aparta de mí el camino de la mentira, Y en tu misericordia concédeme tu ley.» (Salmo 119:29).
13) Nos Da Seguridad De Nuestra Herencia Eterna.
«Mis ojos desfallecieron por tu salvación, Y por la palabra de tu justicia.» (Salmo 119:123).
14) Consuela En Tiempo De Angustia.
«Ella es mi consuelo en mi aflicción, Porque tu dicho me ha vivificado.» (Salmo 119:50).
15) En todo momento, puedes ir y dejar que la palabra de Dios te guie, Jesucristo.
«Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a tu siervo, Porque no me he olvidado de tus mandamientos.»(Salmo 119:176).
A continuación, el Evangelio de hoy domingo y las lecturas:
“ Hemos visto al Señor ”
Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 2, 42-47
Los hermanos perseveraban en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones.
Todo el mundo estaba impresionado, y los apóstoles hacían muchos prodigios y signos. Los creyentes vivían todos unidos y tenían todo en común; vendían posesiones y bienes y los repartían entre todos, según la necesidad de cada uno.
Con perseverancia acudían a diario al templo con un mismo espíritu, partían el pan en las casas y tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón; alababan a Dios y eran bien vistos de todo el pueblo; y día tras día el Señor iba agregando a los que se iban salvando.
Salmo
Sal 117, 2-4. 13-15. 22-24 R/. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
Diga la casa de Aarón:
eterna es su misericordia.
Digan los fieles del Señor:
eterna es su misericordia.
Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia
Empujaban y empujaban para derribarme,
pero el Señor me ayudó;
el Señor es mi fuerza y mi energía,
él es mi salvación.
Escuchad: hay cantos de victoria
en las tiendas de los justos.
Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia
La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
Éste es el día que hizo el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia
Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro 1, 3-9
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor, Jesucristo, que, por su gran misericordia, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha regenerado para una esperanza viva; para una herencia incorruptible, intachable e inmarcesible, reservada en el cielo a vosotros, que, mediante la fe, estáis protegidos con la fuerza de Dios; para una salvación dispuesta a revelarse en el momento final.
Por ello os alegráis, aunque ahora sea preciso padecer un Poco en pruebas diversas; así la autenticidad de vuestra fe, má preciosa que el oro, que, aunque es perecedero, se aquilata a fuego, merecerá premio, gloria y honor en la revelación de Jesucristo; sin haberlo visto lo amáis y, sin contemplarlo todavía, creéis en él y así os alegráis con un gozo inefable y radiante, alcanzando así la meta de vuestra fe: la salvación de vuestras almas.
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 19-31
Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en
medio y les dijo:
«Paz a vosotros».
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».
Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían:
«Hemos visto al Señor».
Pero él les contestó:
«Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo».
A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:
«Paz a vosotros».
Luego dijo a Tomás:
«Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente».
Contestó Tomás:
«Señor mío y Dios mío!».
Jesús le dijo:
«¿Porque me has visto has creído? Bienaventurados los que crean sin haber visto».
Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos han sido escritos para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.
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Bonus: Añado los comentarios de los dominicos con el Evangelio anterior, así como los del padre Pedro Brassesco, en YT. Para quien prefiera las reflexiones por escrito, las dejo a continuación, hoy a cargo de Fray Gerardo Sánchez Mielgo, del Convento de Santo Domingo. Torrent (Valencia).
Comentario bíblico
Primera lectura: Hechos 2,42-47.
Marco:El fragmento corresponde al primer sumario sobre la vida de la comunidad. La consecuencia de la aceptación del Mensaje Pascual fue la constitución de una comunidad alrededor de los Apóstoles. El Misterio Pascual proclamado y aceptado crea la comunidad cristiana, el nuevo Pueblo de Dios.
Reflexiones:
1ª) ¡La comunidad de Jesús, una comunidad pascual!
Los hermanos eran constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles, en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones. La verdadera proclamación del Mensaje Pascual y su aceptación sincera produce la comunidad. Pascua y comunidad van inseparables. En el acontecimiento pascual se han derribado todos los muros de separación. Ha sido liberado el hombre de la ley, del pecado y de la fin. Por eso es posible la comunión: "sabemos que hemos pasado de la fin a la vida en que amamos a los hermanos, en que podemos vivir en comunión". Así nos lo recuerda admirablemente el autor de la Primera Carta de Juan en 1,1-3: y nuestra comunión es con el Padre y con el Hijo.
2ª) Pascua y solidaridad.
Los creyentes vivían todos unidos y lo tenían todo en común; vendían posesiones y bienes y lo repartían entre todos, según la necesidad de cada uno. El autor del libro del Deuteronomio enseña que cuando el pueblo entre en la Tierra Prometida no debe haber ya pobres entre ellos. El Acontecimiento Pascual fundamenta la más honda solidaridad. El compartir los bienes no se impuso como una regla, brotó como una espléndida manifestación de la experiencia de vida y de resurrección. La fe cristiana y la experiencia pascual tienen que manifestarse en la solidaridad a todos los niveles. "Si alguno dice: 'Amo a Dios', y aborrece a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve" (1Jn 4,20). El autor de la Primera Carta de Juan nos recuerda: y que vuestro amor no sea de boquilla, sino "de obra y de verdad" (1Jn 3,18).
3ª) Pascua y comunidad a la escucha de la Palabra.
Los que aceptaron el mensaje eran perseverantes en la enseñanza apostólica, en la Fracción del Pan, en el compartir los bienes y en las oraciones. Son los cuatro pilares de la comunidad. No debe fallar ninguno de ellos. Los cuatro se interrelacionan y se ayudan mutuamente. La escucha perseverante de la Palabra y la participación en la Fracción del Pan establecen y crean la comunión con el Resucitado que se manifiesta en la comunión y en la oración compartida. Sólo así la comunidad puede testimoniar ante el mundo de que Jesús está realmente vivo y es la esperanza en un mundo dividido y agresivo contrario a la comunión y a la solidaridad.
4ª) Pascua y crecimiento de la comunidad
Todo el mundo estaba impresionado por los muchos prodigios y signos que los apóstoles hacían en Jerusalén... eran bien vistos de todo el pueblo y día tras día el Señor iba agregando al grupo los que se iban salvando. El testimonio apostólico en favor de la Resurrección de Jesús y el testimonio silencioso de la comunidad que vive fraternalmente empujaba a otros a sumarse a la comunidad: "día tras día el Señor iba agregando al grupo los que se iban salvando". La Pascua es la fuerza que empuja a la Iglesia a su crecimiento y a su madurez constante empujándola a ser "signo de salvación para todo el mundo". El pueblo de la esperanza sabe que en el momento más importante de la intervención de Dios a favor suyo (en la liberación de Egipto y en el Éxodo) su Dios se prodigó en prodigios que hicieran posible la liberación. Y los realizó por medio del gran profeta que no tuvo otro igual a él, Moisés. Ahora comprueban algo parecido y deducen que Dios está interviniendo en la historia de manera poderosa. Por eso se sienten impresionados. Y todavía más cuanto que no se ven acontecimientos ostentosos de carácter público como en el Éxodo. La pregunta lógica y adecuada era la siguiente: ¿Qué está ocurriendo entre nosotros? Es necesario dejarse interrogar por los signos para acceder a la verdadera fe que desborda siempre los propios signos. Los signos apuntan a otra realidad más importante: la misión liberadora de todo un pueblo por medio de Moisés; la liberación de toda la humanidad de los lazos de la fin por medio de Jesús de Nazaret resucitado de entre los muertos.
Segunda lectura: 1Pedro 1,3-9.
Marco: Es el saludo solemne de la Carta. Está dirigida a comunidades perseguidas por la fe dispersas en distintas regiones.
Reflexiones:
1ª) ¡Generosa misericordia de Dios!
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en su gran misericordia nos ha reengendrado a una esperanza vivificante. La Pascua perpetúa el don del amor de Dios ofrecido al mundo en la Cruz. Expresión suprema y perfecta de la misericordia de Dios volcándose en favor del mundo, en favor de los hombres que, en definitiva, somos imágenes y semejanzas suyas. Ciertamente Él nos ha creado para la vida y para la felicidad y ese plan lo ha truncado el hombre. Pero Dios no se ha desentendido nunca del hombre imagen suya. Dios sabe muy bien que la más terrible esclavitud del hombre es el miedo a la fin. Y como es Fiel, como es Dios y no un hombre, santo en medio de su pueblo (Oseas 11) responde al hombre por medio de su Hijo Resucitado. He ahí el proyecto verdadero de Dios sobre la humanidad. He ahí el motivo de la esperanza: el Dios Misericordioso es Fiel y cumple su Palabra. Es necesario proclamar ante nuestro mundo esta gran esperanza que se fundamenta en la gran experiencia de la misericordia de Dios para llevarnos de nuevo a la vida sin fin y feliz. Y el Príncipe de este camino hacia la vida, el que abre camino hacia la vida es Jesús Resucitado (Hechos; Carta a los Hebreos).
2ª) La Pascua raíz y fundamento de la esperanza.
Nos ha reengendrado a una esperanza vivificante por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, para una herencia incorruptible, pura, imperecedera, que os está reservada en el cielo. El autor de esta carta relaciona directamente la Resurrección de Jesús con la esperanza cristiana. Esta virtud teologal se fundamenta en la Bondad y en el Poder de Dios. La resurrección es la expresión culminante del Poder de Dios. La resurrección expresa más y mejor el Poder de Dios que incluso la propia creación de la nada. Porque en la resurrección de Jesús todos los hombres son llamados e invitados a la vida para siempre. Pues bien, esta es la razón por la que la esperanza cristiana y la Resurrección de Jesús están íntimamente relacionadas. La expresión petrina es vigorosa: "Por medio de la Resurrección de Jesucristo nos ha reengendrado a una esperanza vivificante".
3ª) Pascua mantiene la esperanza en la persecución.
La fuerza de Dios os custodia en la fe para la salvación que aguarda a manifestarse en el momento final. Alegraos de ello, aunque de momento tengáis que sufrir un poco, en pruebas diversas; así la comprobación de vuestra fe se resolverá en gloria y honor. No podemos olvidar que esta Carta ha sido escrita para alentar a los cristianos sometidos a la persecución y a la fin. La esperanza fundamentada en la Resurrección es la respuesta ante la persecución. Pedro les remite al momento fundamental: aquel en que fueron reengendrados. Aquel momento sacramental les injertó e incorporó Jesús sacramentalmente (porque no podía ser de otro modo) pero no por ello menos real, sólo que todavía en primicias. Ahora son perseguidos cruentamente con lo que participan realmente de la fin de Jesús (ya no sólo sacramentalmente) luego han de levantar el ánimo y la esperanza porque se acerca, es inminente ya su resurrección real con Jesús (y ya no sólo sacramental). Por eso esta Carta es de un vigor extraordinario. Y con un mensaje para los creyentes de hoy fuerte y consolador: muchos creyentes (bautizados por tanto) están participando del martirio incruento ("a plazos" lo llamaba J.L. Martín Descalzo) de la silenciosa persecución de la incomprensión, aislamiento o frontal rechazo verbal o de actitudes. Estos son los momentos propicios para renovar nuestra fe y nuestra esperanza pascual que inyectan ánimo en nuestras vidas históricas concretas.
(...continúan las reflexiones en el siguiente post)
Fuente: Hemos visto al Señor
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Y porque has resucitado, te damos las gracias. Contigo seremos invencibles. Contigo, llamados a la Vida.
Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío.
Dios mío, confío en ti.» (Salmo 90)
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