Santo Evangelio de hoy y lecturas. Domingo, 19 de noviembre, "Dichoso el que teme al Señor" ***********************************Sto.ROSARIO A LAS 22.00

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ACTUALIZACIÓN:

Santo Rosario. 22:00 horas, horario en España peninsular.

EMPEZAMOS A REZAR A LAS 22:00 HORAS.



Desde Lourdes (en castellano y en vivo):



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Letanías (no son obligatorias, pero agradan a nuestra progenitora del Cielo):



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Salve



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Ave María (cantado)





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¿Cómo se reza el Rosario? Con viñetas explicativas.


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Promesas del Rosario (apariciones marianas):



Aquellos que recen con enorme fe el Rosario recibirán gracias especiales.

Prometo mi protección y las gracias más grandes a aquellos que recen el Rosario.

El Rosario es un arma poderosa para no ir al infierno, destruirá los vicios, disminuirá los pecados, y defendernos de las herejías.

Se otorgará la virtud y las buenas obras abundarán, se otorgará la piedad de Dios para las almas, rescatará a los corazones de la gente de su amor terrenal y vanidades, y los elevará en su deseo por las cosas eternas. Las mismas almas se santificarán por este medio.

El alma que se encomiende a mí en el Rosario no perecerá.

Quien rece el Rosario devotamente, y lleve los misterios como testimonio de vida no conocerá la desdicha. Dios no lo castigará en su justicia, no tendrá una fin violenta, y si es justo, permanecerá en la gracia de Dios, y tendrá la recompensa de la vida eterna.

Aquel que sea verdadero devoto del Rosario no perecerá sin los Sagrados Sacramentos.

Aquellos que recen con mucha fe el Santo Rosario en vida y en la hora de su fin encontrarán la luz de Dios y la plenitud de su gracia, en la hora de la fin participarán en el paraíso por los méritos de los Santos.

Libraré del purgatorio a quienes recen el Rosario devotamente.

Los niños devotos al Rosario merecerán un alto grado de Gloria en el cielo.

Obtendrán todo lo que me pidan mediante el Rosario.

Aquellos que propaguen mi Rosario serán asistidos por mí en sus necesidades.

Mi hijo me ha concedido que todo aquel que se encomiende a mí al rezar el Rosario tendrá como intercesores a toda la corte celestial en vida y a la hora de la fin.

Son mis niños aquellos que recitan el Rosario, y hermanos y hermanas de mi único hijo, Jesucristo.

La devoción a mi Rosario es una gran señal de profecía.

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Prosiguiendo con la iniciativa que comenzamos para subir diariamente la Palabra -siempre necesaria, pero especialmente en los tiempos bélicos y de desesperación que vivimos-, en primer lugar os recuerdo los beneficios que relaciona el Salmo 119 (en Spoiler porque es reiteración).

Beneficios de la Palabra

1) Nutre tu alma sedienta.

«Abatida hasta el polvo está mi alma; Vivifícame según tu palabra.» (Salmo 119: 25).

2) Fortalece tus huesos cansados.

«Afligido estoy en gran manera; Vivifícame, oh Jehová, conforme a tu palabra.» (Salmo 119: 107).

3) Redirige tu mirada a lo que es justo.

«Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino.» (Salmo 119:37).

4) Calma tu corazón desanimado.

«Me anticipé al alba, y clamé; Esperé en tu palabra.» (Salmo 119:147).

5) Concede Completa Paz.

«Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no hay para ellos tropiezo.» (Salmo 119:165).

6) Llena De Esperanza.

«Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, En la cual me has hecho esperar.» (Salmo 119:49).

7) Alimenta Tu Espíritu Hambriento.

«¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca.» (Salmo 119:103).

8) Da Profunda Sabiduría.

«Más que los viejos he entendido, Porque he guardado tus mandamientos;» (Salmo 119:100).

9) Tranquilidad Durante El Dolor.

«Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, Y que conforme a tu fidelidad me afligiste.» (Salmo 119:75)

10) Te Llena De Sus Alabanzas.

«A medianoche me levanto para alabarte Por tus justos juicios.» (Salmo 119:62).

11) Guarda De Caer En La Tentación.

«Apartaos de mí, malignos, Pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios.» (Salmo 119:115).

12) Señala Tus Creencias y Acciones Equivocadas.

«Aparta de mí el camino de la mentira, Y en tu misericordia concédeme tu ley.» (Salmo 119:29).

13) Nos Da Seguridad De Nuestra Herencia Eterna.

«Mis ojos desfallecieron por tu salvación, Y por la palabra de tu justicia.» (Salmo 119:123).

14) Consuela En Tiempo De Angustia.

«Ella es mi consuelo en mi aflicción, Porque tu dicho me ha vivificado.» (Salmo 119:50).

15) En todo momento, puedes ir y dejar que la palabra de Dios te guie, Jesucristo.

«Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a tu siervo, Porque no me he olvidado de tus mandamientos.»(Salmo 119:176).

A continuación, el Evangelio de hoy domingo y las lecturas:


Has sido fiel en lo poco, entra en el gozo de tu señor

Primera lectura
Lectura del libro de los Proverbios 31, 10-13. 19-20. 30-31

Una mujer fuerte, ¿quién la hallará?
Supera en valor a las perlas.
Su marido se fía de ella,
pues no le faltan riquezas.
Le trae ganancias, no pérdidas,
todos los días de su vida.
Busca la lana y el lino
y los trabaja con la destreza de sus manos.
Aplica sus manos al huso,
con sus dedos sostiene la rueca.
Abre sus manos al necesitado
y tiende sus brazos al pobre.
Engañosa es la gracia, fugaz la hermosura;
la que teme al Señor merece alabanza.
Cantadle por el éxito de su trabajo,
que sus obras la alaben en público.

Salmo
Sal 127, 1-2. 3. 4-5 R/. Dichoso el que teme al Señor.

Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien.
Dichoso el que teme al Señor

Tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa.
Dichoso el que teme al Señor

Esta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sion,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida.
Dichoso el que teme al Señor

Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 5, 1-6

En lo referente al tiempo y a las circunstancias, hermanos, no necesitáis que os escriba, pues vosotros sabéis perfectamente que el Día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Cuando estén diciendo: «paz y seguridad», entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta, y no podrán escapar.
Pero vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas, de forma que ese día os sorprenda como un ladrón; porque todos sois hijos de la luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas.
Así, pues, no nos entreguemos al sueño como los demás, sino estemos en vela y vivamos sobriamente.

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 25, 14-30

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
«Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus siervos y los dejó al cargo de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó.
El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos.
En cambio, el que recibió uno fue a hacer un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.
Al cabo de mucho tiempo viene el señor de aquellos siervos y se pone a ajustar las cuentas con ellos.
Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo:
“Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco”.
Su señor le dijo:
“Bien, siervo bueno y fiel; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor”.
Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo:
“Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos”.
Su señor le dijo:
“Bien, siervo bueno y fiel; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor”.
Se acercó también el que había recibido un talento y dijo:
“Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo”.
El señor le respondió:
“Eres un siervo negligente y holgazán. ¿Conque sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese siervo inútil echadlo fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes”».

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Bonus: Añado los comentarios de los dominicos con el Evangelio anterior, así como los del padre Pedro Brassesco, en YT. Para quien prefiera las reflexiones por escrito, las dejo a continuación, hoy a cargo de Fray Miguel de Burgos Núñez (1944-2019).






Comentario bíblico

Este “penúltimo” domingo del año litúrgico nos mete de lleno en la esfera religiosa escatológica; nos instruye y nos motiva a pensar en las últimas cosas de la vida, esas sobre las que no queremos hablar casi nunca, porque nos parece que no forman parte de nosotros mismos; como si fueran de otro mundo. Sin embargo, la liturgia nos recuerda que son del nuestro, de nuestra intimidad más profunda a la que debemos asomarnos con fe y esperanza. Existen las últimas cosas, que llegan cuando nuestra vida, aquí, ya se ha agotado. Por ello, nos permitimos una reflexión de más alcance sobre el concepto bíblico de “parusía” que impregna el sentido de las lecturas de este día:

1) La palabra griega que sustenta este concepto no es directamente bíblica, sino que está tomada del helenismo donde significaba la «visita» o la «presencia» del rey en una ciudad. Si un rey o un gran mandatario visitaba una ciudad, se hacían grandes obras para el momento, se preparaban fiestas con alabanzas y sacrificios en los templos; a esto se le llamaba «parusía». E incluso viene a simbolizar una nueva era para la ciudad o para la provincia o territorio. De ahí la tomaron los cristianos, sin duda, ya que aparece muy poco en el AT (cuatro veces en la Biblia griega de los LXX). Su sentido técnico es manifiesto, pero mucho más su sentido religioso. De esa manera se aplicó a la venida de Cristo, a su vuelta al final de los tiempos, para llevar a cabo el triunfo sobre este mundo y manifestar la grandeza y el poderío del reinado de Dios. Esta vuelta, tal como creían los primeros cristianos, no estaba lejos (así en 1Tes 2,19; 3,13; 4,15; 5,23; 2Tes 2,9; 1Cor 15,23). Sin embargo, un cambio de actitud se va imponiendo poco a poco hasta ir desapareciendo paulatinamente de la visión escatológica y de las ideas del cristianismo. En los evangelios, ni el mismo Hijo del hombre conoce la fecha (Mc 13,32; Mt 24,36); y en la 2Tes se intenta justificar el retraso de la parusía por algo que escapa a los cristianos. En realidad era una forma de curar cierta fiebre apocalíptica ante dificultades y persecuciones. Ello fue beneficioso para valorar mucho más la tras*formación que el Reino de Dios debía tener en la historia actual, según el mensaje del mismo Jesús.

2) Sin embargo, hay que decir que el cristianismo no bebe exclusivamente en el helenismo su visión de lo que conocemos técnicamente como «parusía», sino que en el fondo es más fuerte un concepto bíblico de carácter profético que se conoce como el «día de Yahvé», el «día del Señor» y así lo usa también San Pablo (1Tes 4,18). Eso supone que los cristianos han reinterpretado un antiguo concepto bíblico de carácter escatológico y apocalíptico.

3) ¿Qué es el día del Señor? Como en casi todas las culturas religiosas, el día del Señor tiene dos aspectos: uno positivo, de salvación, de liberación, de triunfo de Dios sobre el mal y sobre los enemigos; por otra, desde la perspectiva de la predicación profética monoteísta, es el día del juicio, por ejemplo, contra todo orgullo humano (Is 2,6-22). Numerosos textos proféticos y apocalípticos apoyarían este doble sentido (cf Am 5,18-20; Jl 4,12ss; Sof 1,7-14 de donde se toman la expresión «dies irae, dies illa»; Ez 7,7-27).

4) ¿Qué sentido, pues, tiene la parusía? Reinterpretando todo lo que el AT y el NT nos sugieren, debemos tratar de entender que el día del Señor, el día de la parusía, no es un tiempo cronológico de un momento, o una fecha del calendario. Es una nueva situación que hay que aceptar por la fe y la esperanza en Dios. Es un concepto de excelencia en el que la salvación de Dios anunciada por los profetas y manifestada en la vida de Jesucristo es una realidad sin vuelta atrás. Por eso no es cuestión de ajustar el día de la parusía, o el día del Señor, o el día de la salvación, a un momento, a una hora, a un día, a un año. Se trata de reconocer la acción de Dios por los hombres. E incluso podemos afirmar que, desde la fe cristiana, supone reconocer la acción por la que Dios tras*formará la historia. De ahí que debamos entender y aceptar que la parusía ha comenzado en la Resurrección de Jesús y no terminará hasta que todos los hombres que existen y existirán serán resucitados como Jesús (así lo ve ya Pablo en 1Tes 4,13 y en 1Cor 15). Y eso será el signo definitivo, el día por excelencia, en el que la historia, es decir, la creación de Dios habrá llegado a su plenitud.


...

II Lectura: Tesalonicenses (5,1-6): Esperar en la luz, sin miedo
II.1. La segunda lectura, en continuación con la del domingo pasado, nos muestra al Pablo primitivo al que la comunidad de Tesalónica le plantea grandes cuestiones y, concretamente, en lo que se refiere a la venida del Señor. Los primeros cristianos estuvieron obsesionados con ello. Esta es la segunda instrucción del apóstol sobre dicho acontecimiento. Para su enseñanza se vale del lenguaje profético veterotestamentario, de la literatura apocalíptica (mucho de ello lo encontramos en los textos de Qumrán): vendrá como cuando una mujer da a luz, que casi siempre es un momento inoportuno, entre la luz y las tinieblas, entre el velar y el dormir.

II.2. Pero el objetivo de Pablo es liberar la tensión que pesa sobre el momento y la hora de la venida e incidir en la actitud que hay que tener, como lo más importante: ese debe ser un instante de luz porque es evento de salvación, para lo cual se debe estar preparado. Por eso, el falso problema de cuándo, con su angustia e incerteza, se cambia por el cómo: desde la luz, desde la praxis del amor, la justicia, la solidaridad y el perdón. Así viviremos con Cristo.


Evangelio: Mateo (25,14-30): No «enterrar» el futuro
III.1. El evangelio de Mateo (25,14-30) nos muestra, tal como lo ha entendido el evangelista, una parábola de "parusía" sobre la venida del Señor. Es la continuación inmediata del evangelio que se leía el domingo pasado y debemos entenderlo en el mismo contexto sobre las cosas que forman parte de la escatología cristiana. La parábola es un tanto conflictiva en los personajes y en la reacciones. Los dos primeros están contentos porque “han ganado”; el último, que es el que debe interesar (por eso de las narraciones de tres), ¿qué ha hecho? :“enterrar”.

III.2. Los hombres que han recibido los talentos deben prepararse para esa venida. Dos los han invertido y han recibido recompensa, pero el tercero los ha cegado y la reacción del señor es casi sanguinaria. El siervo último había recibido menos que los otros y obró así por miedo, según su propia justificación. ¿Cómo entendieron estas palabras los oyentes de Jesús? ¿Pensaron en los dirigentes judíos, en los saduceos, en los fariseos que no respondieron al proyecto que Dios les había confiado? ¿Qué sentido tiene esta parábola hoy para nosotros? Es claro que el señor de esta parábola no quiere que lo entierren, ni a él, ni lo que ha dado a los siervos. El siervo que “entierra” los talentos, pues, es el que interesa.

III.3. Parece que la recompensa divina, tal como la Iglesia primitiva pudo entender esta parábola, es injusta: al que tiene se le dará, y al que tiene poco se le quitará. Pero se le quitará si no ha dado de sí lo que tiene. Y es que no vale pensar que en el planteamiento de la salvación, que es el fondo de la cuestión, se tiene más o menos; se es rico o pobre; sino que la respuesta a la gracia es algo personal que no permite excusas. La diferencia de talentos no es una diferencia de oportunidades. Cada uno, desde lo que es, debe esperar la salvación como la mujer fuerte de los Proverbios que se ha leído en primer lugar. Tampoco el señor de la parábola es una imagen de Dios, ni de Cristo, porque Dios no es así con sus hijos y Cristo es el salvador de todos. Es una parábola, pues, sobre la espera y la esperanza de nuestra propia salvación. No basta asegurarse que Dios nos va a salvar; o aunque fuera suficiente: ¿es que no tiene sentido estar comprometido con ese proyecto? La salvación llega de verdad si la esperamos y si estamos abiertos a ella.

Fuente: Homilía dominical 19 de noviembre de 2023, comentario bíblico

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Y porque has resucitado, te damos las gracias. Contigo seremos invencibles. Contigo, llamados a la Vida.


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Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío.
Dios mío, confío en ti.» (Salmo 90)
 
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Si tenéis ocasión de tener un director espiritual, no la desperdiciéis. Es una bendición de Dios especialmente en estos tiempos tan turbulentos.

Copio extractos:

“Por dirección espiritual se entiende el arte de conducir las almas progresivamente desde los comienzos de la vida espiritual hasta las cumbres de la perfección cristiana” (Royo Marín-Teología de la perfección Cristiana).

(...)

¿Podemos progresar en el camino de la perfección espiritual sin ayuda de un director de almas? El mismo San Agustín nos da la respuesta:
“El no ser dirigido por otro es algo que solamente debemos admirar en el santo, cuya conducta no depende ya de ningún hombre, sino del mismo Dios” (San Agustín).
(...)

“Los que tratan de santificarse, por lo mismo que tratan de seguir un camino poco frecuentado, están más expuestos a extraviarse, y por eso necesitan más que los otros un doctor y guía” (Leon XIII).
(...)

¿Quién es el candidato ideal para ser nuestro director espiritual? Pensemos en la Biblia: Juan, Lucas, Mateo… ¿Quién los dirigía? ¿No era el mismo Jesús? Bien, entonces busquemos a otros Cristos para nuestras almas y los encontraremos en los Sacerdotes. El Sacerdote es el candidato ideal para dirigir un alma. Hoy en día hay carismas que aprueban la dirección bajo la figura de un laico, pero de la misma manera también hay ministros extraordinarios de la Comunión y en ningún caso esto es lo recomendable aunque a lo largo de la historia haya habido excepciones a esta regla, no obstante, hoy sería temerario hacerlo, dada la falta de formación en el pueblo de Dios.
(...)

“¿Se requiere necesariamente que el director espiritual sea sacerdote?
Aunque no se puede establecer una ley absoluta y universal, ordinariamente hay que decir que sí. Es convenientísimo que lo sea por las siguientes razones :
  1. Por la economía general del orden sobrenatural, que ha reservado al sacerdote el papel de maestro.
  2. Por la íntima conexión—a veces fusión—con el oficio de confesor.
  3. Por la mejor preparación teórica y práctica para dirigir almas
  4. Por la gracia de estado sacerdotal.
  5. Por la práctica de la Iglesia, que prohíbe terminantemente la intromisión en las almas a los no sacerdotes”
(Royo Marín, Teología de la perfección Cristiana)
(...)

No busquemos ordinarieces busquemos el carpe diem de la dirección espiritual, que sea un reflejo de Dios, bondadoso y caritativo, docto, recto, firme con su mano y una vez encontrado el candidato, párense a pensar en algo más, ¿Estamos dispuestos a obedecer a dejarnos moldear, a renunciar a nuestros caprichos, gustos y mundanidades? (...) Lo mismo es nuestra alma, un bloque de piedra que hay que trabajar para orientar la fuerza de nuestro carácter para el bien.
(...)
 
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