cuñado de bar
Hablando sin tener ni idea
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- El sistema aparta cotizaciones para el Fondo de Reserva pese a ser deficitario desde el año 2011
- Por tanto, el pasivo de la Seguridad Social incrementa para asumir prestaciones
- La hucha no se llena con el superávit y genera una falsa sensación de ahorro
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. EFE
Madrid
Las pensiones han pasado de puntillas por las propuestas electorales de los partidos políticos. El PSOE ha hecho gala del blindaje del poder adquisitivo de estas prestaciones conforme a la evolución del IPC. Además, la hucha de las pensiones ha sido otro puntal electoral de Sánchez en este área. El presidente Sánchez y el ministro Escrivá prometen llenar este Fondo de Reserva con las cotizaciones adicionales del Mecanismo de Equidad Intergeneracional. Sin embargo, el sistema es deficitario desde 2011 y necesitaría esas cuotas para pagar ya las pensiones actuales, por lo que debe endeudarse para pagarlas. Una deuda que se compra después con el patrimonio de la hucha. Y una hucha que no se llena con el superávit y genera una "falsa sensación de ahorro".
Año a año, la Seguridad Social recibe traspasos del Estado dentro de los Presupuestos para pagar las pensiones. La de las últimas cuentas fue una tras*ferencia récord de 39.000 millones de euros para "garantizar la sostenibilidad". Una parte para cumplir con la separación de fuentes y financiar las prestaciones no contributivas, y otra para los gastos contributivos que sí corresponden a la Administración de la Seguridad Social.
La deuda de esta Administración se ha quintuplicado desde 2016 hasta superar los 106.000 millones de euros en la actualidad. También la previsión de déficit para 2023 es de 26.000 millones de euros, en rojo desde 2011. Al respecto, el Ministerio defiende que en los próximos años el sistema será sostenible y tendrá superávit en el medio plazo.
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Con el diagnóstico de las cuentas de la Seguridad Social en la mano, la receta que ha planteado la última reforma es una subida de las cotizaciones que incluye la creación de una cuota adicional -el MEI- que se aplica sobre todos los salarios, que empieza el 0,6% y será del 1,2% en 2029. No genera derecho a pensión, y su recaudación servirá para llenar la famosa hucha de las pensiones. Las previsiones del Ministerio esperan que el Fondo de Reserva se rellenará con estas cuotas hasta alcanzar 130.000 millones.
Una práctica que tiene dudoso apoyo entre los economistas, que apuntan a que "se aparta el MEI de las cotizaciones para incrementar el Fondo de Reserva y que parezca que va todo muy bien". De hecho, la propia Auditora Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) dijo que la reforma, lejos de alcanzar ese superávit que evite más deuda, incrementará 1,1 puntos este agujero.
La cartera de inversión
El informe anual del Fondo de Reserva que se remite a las Cortes Generales recoge que la cartera de inversión está centrada únicamente en bonos y obligaciones del Estado que emite el Tesoro. Bonos del Estado a tres años (2025), y Obligaciones a diez años, que vencen en 2032. El valor total de adquisición apenas supera los 2.140 millones de euros que componen el patrimonio de la famosa hucha de las pensiones que en su día acumuló más de 66.000 millones.
Javier Santacruz: "La hucha de las pensiones tiene agujeros"
Lo complejo de este circuito de deuda y reinversión, además, de este ahorro paralelo es generar el rendimiento suficiente como para superar la evolución de los precios. El reto mínimo de cada inversión. En este sentido, ni los bonos ni las obligaciones de la cartera actual cumplen ese criterio.
Por ejemplo, en un contexto de tipos de interés negativos entre junio de 2014 y agosto de 2022, los intereses por la cuenta corriente de esta hucha no generaron nada de rendimiento, frente al inicio de la crisis financiera en la que había tipos de interés elevados.
Otra de las máximas de los inversores es la diversificación de la cartera. De forma histórica, la renta fija española en la que concentra la Seguridad Social todo su esfuerzo ofrece rendimientos menores que la mixta o variable.
Cómo se ha vaciado la hucha
La hucha de las pensiones funcionaba de tal manera que, si el sistema estaba en superávit, se inyectaba el dinero de las cotizaciones sociales que no se usaba. En lo que va de siglo, el Fondo de Reserva ha recibido 52.100 millones, pero lleva sin recibir ninguna dotación desde 2010. Para este año está previsto una nueva inyección de 3.200 millones. Antes de la crisis eran 9.400.
Desde 2012 a 2019 se ha roto la hucha: las disposiciones acumuladas ascienden a 80.300, en iniciativas legislativas abordadas a través de Presupuestos Generales varios y varios Reales Decretos. Desde 2019, eso sí, la hucha se ha mantenido estable, pero casi vacía.
Bajo la actual concepción de la hucha, el Gobierno de turno podrá disponer de hasta un máximo del 0,91% del PIB anual en la etapa de mayor tensión financiera por el retiro del baby boom, a finales de la década de 2040. Pero solo será a partir de 2033 cuando el Gobierno pueda usar esta hucha.
Ya sabéis quién va a pagar eso.