Heteropatriarca
Madmaxista
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Retrato robot de San Isidro Labrador: era alto, de ascendencia del sur muy sur y murió a los 45 años
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Ochocientos noventa y dos años después de su fin, los madrileños han podido ponerle hoy cara a su patrón. Un rostro basado en la ciencia eso sí: un equipo de médicos forenses de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha pasado literalmente por el escáner a San Isidro Labrador, uno de los santos más queridos y con más devotos, para reconstruir su aspecto y esclarecer las causas de su fin que, según sus conclusiones, tuvo lugar hacia el año 1130.
No pudieron realizar el estudio de ADN: "No podíamos tocar el cuerpo directamente. Todos los traslados se hicieron con cuidado extremo, sosteniéndolo con los paños.
Con la información del escáner han podido averiguar gran cantidad de cosas sobre este célebre madrileño, entre las que destaca "que era afrodescendiente, lo que quiere decir que tenía ancestros de origen africano", asegura Ana Patricia Moya. "Este dato nos habla también de cómo era el Madrid del siglo XI, donde se tenía una gran consideración hacia una persona que provenía de otro lugar. Debía ser una sociedad en la que convivía gente de procedencias distintas, como ocurre ahora.
Ochocientos noventa y dos años después de su fin, los madrileños han podido ponerle hoy cara a su patrón. Un rostro basado en la ciencia eso sí: un equipo de médicos forenses de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha pasado literalmente por el escáner a San Isidro Labrador, uno de los santos más queridos y con más devotos, para reconstruir su aspecto y esclarecer las causas de su fin que, según sus conclusiones, tuvo lugar hacia el año 1130.
No pudieron realizar el estudio de ADN: "No podíamos tocar el cuerpo directamente. Todos los traslados se hicieron con cuidado extremo, sosteniéndolo con los paños.
Con la información del escáner han podido averiguar gran cantidad de cosas sobre este célebre madrileño, entre las que destaca "que era afrodescendiente, lo que quiere decir que tenía ancestros de origen africano", asegura Ana Patricia Moya. "Este dato nos habla también de cómo era el Madrid del siglo XI, donde se tenía una gran consideración hacia una persona que provenía de otro lugar. Debía ser una sociedad en la que convivía gente de procedencias distintas, como ocurre ahora.
