david53
Madmaxista
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Un bebé recién nacido llora desesperadamente.
La disparatada moda en España de cortarle la lengua a los bebés para poder darles de hacer cositas
Los especialistas denuncian que en muchos casos son intervenciones innecesarias que no resuelven los problemas de lactancia.
Uno de los problemas que suelen encontrar las madres durante los primeros días de lactancia es el dolor en los galletaes. Para acabar con él, algunos pediatras optan por cortar el frenillo de la lengua del recién nacido. Esta operación quirúrgica, conocida como frenotomía, se ha disparado en España en los últimos años, pese a que no existe evidencia sólida de sus beneficios.
"Estamos realizando muchas frenotomías de forma innecesaria", sentencia el doctor Alberto Pérez, vicepresidente de la Sociedad Española de Cirugía Pediátrica (Secirped). Este especialista denuncia que cada vez que aparece un problema de lactancia se deriva al niño a cirugía pediátrica: "Le cortamos el frenillo y ya luego vemos si el problema de lactancia se debía al frenillo", explica a EL ESPAÑOL.
Pérez advierte que, además de sobrecargar las consultas de cirugía pediátrica, es un proceso doloroso para el bebé. Tampoco parece que a éste se le tenga en cuenta, como demuestra que de las 50 preguntas que se rellenan antes de la intervención, solamente siete guardan relación con la boca del reción nacido.
Según el Registro de Actividad de Atención Especializada que elabora el Ministerio de Sanidad, el número de frenotomías en menores de un año pasó de 691 en 2016 a 1.132 en 2021; esto es, un incremento del 65% en cinco años, al menos en el sitema público de salud.
Estos datos no recogen las intervenciones realizadas en las clínicas privadas, donde —como apunta Pérez— los frenillos linguales se han convertido en una fuente de atención: "Muchas veces no estamos haciendo una correcta praxis médica, independientemente de si es sanidad pública o privada".
En el Hospital Universitario de Navarra, donde Pérez es el Jefe de Servicio de Cirugía Pediátrica, hay consultas de cirugía pediátrica en las que un 25% de los niños citados se deben a los frenillos sublinguales. "Es algo inusitado, está fuera de cualquier demanda razonable", lamenta, "en nuestro caso, sólo se realizan cuando el frenillo lingual está limitando los movimientos de la lengua del bebé. No hay otra indicación".
Se 'criminaliza' al frenillo
Pérez cree que los casos de frenotomías se han disparado porque, al igual que en otros ámbitos de la sanidad, no están dando una información correcta a los padres. Esto hace que se generen tendencias que calan profundamente en la población. "Hace pocos años hubo una moda de circuncidar recién nacidos sí o sí", pone como ejemplo.
De hecho, no se explica cómo hace 10 años no se produjera un número tan elevado de este tipo de intervenciones pese a que los problemas de lactancia se sucedían igual que ahora. Para recurrir a la frenectomía, antes se debe haber detectado en el bebé anquiloglosia, una alteración en la que el tejido que une la lengua con el suelo de la boca es anormalmente corto. Según la Asociación Española de Pediatría (Aep), la anquiloglosia afecta a entre el 1,7% y el 4,8% de los recién nacidos.
Pérez no es el único que piensa que se están cortando más frenillos de los que realmente corresponden. Recientemente, desde la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial y de Cabeza y Cuello (Secomcyc) también alertaron del elevado número de cirugías de frenillo lingual innecesarias.
"Vemos que se está realizando, de forma generalizada, un sobrediagnóstico de la anquiloglosia como único factor causante de los problemas de lactancia", apuntó la especialista en cirugía oral y maxilofacial, la doctora Elena Gómez García, y miembro de la Secomcyc. A su juicio, se ha criminalizado al frenillo, aunque en muchas ocasiones no existe siquiera la estructura visible que sea responsable de la limitación de la movilidad lingual del recién nacido.
"El frenillo no es siempre la causa del problema de lactancia". Con estas palabras, Pérez también critica la presión que muchas madres reciben para optar por la lactancia materna. "Las estamos cargando con una responsabilidad extraordinaria en el sentido de que si no consigues dar una lactancia materna, eres una mala progenitora". Incide en que la lactancia materna "no es un camino de rosas".
1.000 euros por intervención
Una reciente investigación de The New York Times reveló que un reputado dentista estaba ingresando millones de dólares al año con las operaciones de frenillos linguales. Algunos médicos denunciaron a ese periódico que habían visto que los cortes causaban tal dolor que los bebés se negaban a comer, e incluso llegaban a bloquear sus vías respiratorias.
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Aunque el sistema sanitario estadounidense difiere en gran medida del español, en nuestro país también se está produciendo una situación similar: "Hay una intensa actividad privada que no se corresponde con la de la pública porque probablemente el problema no sea tal", apunta Pérez.
Este profesional no comprende que para una intervención que requiere de unos medios técnicos muy elementales haya clínicas privadas en las que se está pagando entre 600 y 1.000 euros la intervención. "No estás pagando solamente la cirugía, sino que también pagas por el tiempo, la experiencia y la preparación de la persona que corta el frenillo. Y eso es muy difícil de evaluar".
A esto se suma que la evidencia que asocia la frenotomía con una mejora de la lactancia materna y del dolor en los galletaes es baja e insuficiente, como señala la Guía de práctica clínica sobre lactancia materna del Ministerio de Sanidad.
La disparatada moda de cortar el frenillo ha provocado que la Asociación Española de Pediatría y la Sociedad de Cirugía Pediátrica hayan creado un grupo de trabajo para intentar llegar a un consenso. "Estamos pendiente de la resolución para que nos den unas pautas con base científica para saber cuándo debemos intervenir", concluye Pérez.
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