Alex Cosma
Madmaxista
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¿Salir de la UE? ¡DEMOLER LA UE!
La salida de Inglaterra de la UE (Unión Europea) es una muestra de lo que ésta es, el territorio de dominio del imperialismo alemán, su espacio neo-colonial en el Viejo Continente. Inglaterra desea conservar su independencia política y soberanía económica y, en consecuencia, se ha ido. Busca aproximarse a la otra gran potencia EEUU, vivir a su sombra.
Alemania ha intentado apoderarse de Europa en dos ocasiones anteriores (eso sin mencionar la oleada turística de Occidente por los pueblos germánicos, en el siglo V), con la I guerra mundial, 1914-1918, y la segunda guerra mundial, 1939-1945, dirigida por Hitler y los nazis. Esas dos criminales intentonas fracasaron pero ahora lo está logrando, por desgracia, valiéndose de procedimientos políticos, económicos, mediático y de otra naturaleza. Dirige formalmente la operación una mujer, Ángela Merkel, lo que, dicho sea de paso, muestra el papel pavoroso que están desempeñando más y más mujeres, que se han hecho guardianas de las esencias del capitalismo, del neo-colonialismo, del militarismo y el imperialismo. En eso ha terminado la “liberación de la mujer”, en la feminización del Mal, más en concreto, del Mal Supremo Global.
Alemania se queda con todo en lo económico. La juventud de los pueblos ibéricos no encuentra trabajo porque el imperialismo alemán nos trata como a una neo-colonia. Fue la izquierda española en el gobierno, siempre a sueldo de alguien y en este caso del gran capitalismo estatista germano, la que desmanteló la industria aquí, la que manipula ruinosamente la agricultura a través de la PCA (Política Agraria Común), la que nos ha hecho un país de camareros, en semi-ruina y desintegración. La consecuencia es que en los últimos 10 años unos 2,5 millones de jóvenes han tenido que emigrar, dejándonos sin juventud, convertidos en un lastimoso geriátrico.
La extrema derecha “super-patriota” española nada dice en contra de todo esto. Como son lacayos por naturaleza aplauden a la UE, esto es, loan al imperialismo alemán. Dado que admiran tanto al franquismo, hace lo que ya hizo Franco, traicionar a su país y arrodillarse ante una potencia foránea, la brutal Germania de los siglos XX-XXI. Esa es la línea que sigue Vox, a quien en esto del patriotismo hay que aplicar el refrán de “dime de qué presumes y…”
El proyecto de la UE, formalmente dirigido desde Bruselas pero realmente desde Berlín, se propone destruir Europa, porque sólo una Europa prostituida, triturada, desnaturalizada, del todo adulterada, convertida en una no-Europa, puede admitir la tiranía neo-colonial que la quieren imponer los y las seguidoras y continuadoras de Hitler, es decir, Merkel y compañía. Su proyecto consiste en instaurar “los Estados Unidos de Europa”, crear a viva fuerza “la nación europea”, y ante tamaña monstruosidad se comprende que Inglaterra haya salido por pies…
La UE-Alemania ya ha destruida la cultura clásica europea, y muchas más aún las culturas populares de los pueblos europeos. Se proponen aniquilar todas las lenguas europeas, sustituyéndolas por una no-lengua, el inglés funcionarias fabricado en Bruselas, que es una parla patética que no sirve para ninguna de las funciones que cumplen las lenguas auténticas, materno-vecinales-populares. Esta operación de ingeniería social, además, nos está convirtiendo en subhumanos inhábiles para las funciones decisivas del pensamiento, la emoción, la intuición, la convivencia, el erotismo y el amor: esa es la espeluznante meta que, de facto, busca la sustitución lingüística, aniquilarnos en tanto que seres humanos para confinarnos en el infierno categorial de los seres-nada completos construidos en serie desde fuera, desde el poder constituido.
Alemania es al mismo tiempo el gran centro (oculto y semi-oculto, son muy cucos) del racismo antiblanco, de las teorías neo-nazis sobre la multiculturalidad y el mestizaje, de las horripilantes cantinelas en pro de “la ideología de género”, del feminista radicalsmo, el fascismo LGTBI y el lesbianofascismo, de la persecución de los varones y la aniquilación de las mujeres, de la negación de la libertad erótica y sensual al 90% de la población, es decir, a los y sobre todo a las heterosexuales. Alemania, junto con sus siervos españoles, es quien ha impuesto la Ley de Violencia de Género en nuestro país, para aniquilarnos como suma plural de los pueblos de Iberia por medio de la política genocida de no-nacimientos con emigración masiva [1]… Saben que tienen que extinguir a los pueblos europeos, extinguirles étnicamente, para sustituirles por gentes foráneas, ajenas a la herencia cultural europea, cuyo centro son dos cuestiones decisivas, que el imperialismo alemán aborrece a fin (con motivos y razón), la idea de libertad holística y la categoría de persona autodeterminada. Y las odia porque con ellas, mientras sean, mientras estén dentro de nosotros los europeos, no puede culminar su proyecto mega-imperialista. Designio dirigido contra toda la humanidad, pues su meta última es convertir a Alemania-UE en la dueña del mundo…
Parodiando a un franquista esperpéntico podemos, en consecuencia, exclamar “¡Alemania es culpable!”. Sí, lo es, y la lucha contra el imperialismo teutón y sus cipayos españoles tiene que ser tajante en el momento presente, hasta la destrucción de la UE, a sustituir por una comunidad de pueblos libres y soberanos, con sus culturas y lenguas restauradas al ciento por ciento, con una economía de base local, comunal y popular, construida sobre la destrucción por expropiación de la gran empresa tras*nacional europea y del sanguinario régimen fiscal que nos impone Bruselas-Berlín. Una Europa del saber y la filosofía, de la virtud cívica y de la virtud personal, del entusiasmo, la belleza y la alegría, de la libertad y la pluralidad, de la prosperidad económica razonable, que vuelva a estar a la vanguardia de la humanidad.
Si nuestros antepasados se alzaron heroica y épicamente contra Napoleón I, el tirano absoluto, el Hitler del siglo XIX (esto es, contra el imperialismo francés) en 1808, alterando el destino del mundo, ahora toca hacerlo contra el imperialismo alemán, para construir una Europa de la revolución comunal integral, una Europa de la libertad, una Europa de los pueblos. Si entonces hubo que ajustarles las cuentas a los traidores, a los afrancesados, ahora tenemos que hacer lo mismo con los neo-traidores, los “super-patriotas” de Vox y los “anti-patriotas” del progresismo y el izquierdismo.
[1] Los modernillos y progres que creen en todas esas majaderías deberían reflexionar sobre que su promotora e impulsora número uno en la UE es Ángela Merkel, presidenta de un partido demócrata cristiano. Es decir, que quienes se tienen por el no-va-más de lo “tras*gresor” y “vanguardista” se reducen a repetir las sucias, cavernícolas y carcas consignas de una señora jefa de un partido clerical que da continuidad hoy a la política de Hitler… De risa.
La salida de Inglaterra de la UE (Unión Europea) es una muestra de lo que ésta es, el territorio de dominio del imperialismo alemán, su espacio neo-colonial en el Viejo Continente. Inglaterra desea conservar su independencia política y soberanía económica y, en consecuencia, se ha ido. Busca aproximarse a la otra gran potencia EEUU, vivir a su sombra.
Alemania ha intentado apoderarse de Europa en dos ocasiones anteriores (eso sin mencionar la oleada turística de Occidente por los pueblos germánicos, en el siglo V), con la I guerra mundial, 1914-1918, y la segunda guerra mundial, 1939-1945, dirigida por Hitler y los nazis. Esas dos criminales intentonas fracasaron pero ahora lo está logrando, por desgracia, valiéndose de procedimientos políticos, económicos, mediático y de otra naturaleza. Dirige formalmente la operación una mujer, Ángela Merkel, lo que, dicho sea de paso, muestra el papel pavoroso que están desempeñando más y más mujeres, que se han hecho guardianas de las esencias del capitalismo, del neo-colonialismo, del militarismo y el imperialismo. En eso ha terminado la “liberación de la mujer”, en la feminización del Mal, más en concreto, del Mal Supremo Global.
Alemania se queda con todo en lo económico. La juventud de los pueblos ibéricos no encuentra trabajo porque el imperialismo alemán nos trata como a una neo-colonia. Fue la izquierda española en el gobierno, siempre a sueldo de alguien y en este caso del gran capitalismo estatista germano, la que desmanteló la industria aquí, la que manipula ruinosamente la agricultura a través de la PCA (Política Agraria Común), la que nos ha hecho un país de camareros, en semi-ruina y desintegración. La consecuencia es que en los últimos 10 años unos 2,5 millones de jóvenes han tenido que emigrar, dejándonos sin juventud, convertidos en un lastimoso geriátrico.
La extrema derecha “super-patriota” española nada dice en contra de todo esto. Como son lacayos por naturaleza aplauden a la UE, esto es, loan al imperialismo alemán. Dado que admiran tanto al franquismo, hace lo que ya hizo Franco, traicionar a su país y arrodillarse ante una potencia foránea, la brutal Germania de los siglos XX-XXI. Esa es la línea que sigue Vox, a quien en esto del patriotismo hay que aplicar el refrán de “dime de qué presumes y…”
El proyecto de la UE, formalmente dirigido desde Bruselas pero realmente desde Berlín, se propone destruir Europa, porque sólo una Europa prostituida, triturada, desnaturalizada, del todo adulterada, convertida en una no-Europa, puede admitir la tiranía neo-colonial que la quieren imponer los y las seguidoras y continuadoras de Hitler, es decir, Merkel y compañía. Su proyecto consiste en instaurar “los Estados Unidos de Europa”, crear a viva fuerza “la nación europea”, y ante tamaña monstruosidad se comprende que Inglaterra haya salido por pies…
La UE-Alemania ya ha destruida la cultura clásica europea, y muchas más aún las culturas populares de los pueblos europeos. Se proponen aniquilar todas las lenguas europeas, sustituyéndolas por una no-lengua, el inglés funcionarias fabricado en Bruselas, que es una parla patética que no sirve para ninguna de las funciones que cumplen las lenguas auténticas, materno-vecinales-populares. Esta operación de ingeniería social, además, nos está convirtiendo en subhumanos inhábiles para las funciones decisivas del pensamiento, la emoción, la intuición, la convivencia, el erotismo y el amor: esa es la espeluznante meta que, de facto, busca la sustitución lingüística, aniquilarnos en tanto que seres humanos para confinarnos en el infierno categorial de los seres-nada completos construidos en serie desde fuera, desde el poder constituido.
Alemania es al mismo tiempo el gran centro (oculto y semi-oculto, son muy cucos) del racismo antiblanco, de las teorías neo-nazis sobre la multiculturalidad y el mestizaje, de las horripilantes cantinelas en pro de “la ideología de género”, del feminista radicalsmo, el fascismo LGTBI y el lesbianofascismo, de la persecución de los varones y la aniquilación de las mujeres, de la negación de la libertad erótica y sensual al 90% de la población, es decir, a los y sobre todo a las heterosexuales. Alemania, junto con sus siervos españoles, es quien ha impuesto la Ley de Violencia de Género en nuestro país, para aniquilarnos como suma plural de los pueblos de Iberia por medio de la política genocida de no-nacimientos con emigración masiva [1]… Saben que tienen que extinguir a los pueblos europeos, extinguirles étnicamente, para sustituirles por gentes foráneas, ajenas a la herencia cultural europea, cuyo centro son dos cuestiones decisivas, que el imperialismo alemán aborrece a fin (con motivos y razón), la idea de libertad holística y la categoría de persona autodeterminada. Y las odia porque con ellas, mientras sean, mientras estén dentro de nosotros los europeos, no puede culminar su proyecto mega-imperialista. Designio dirigido contra toda la humanidad, pues su meta última es convertir a Alemania-UE en la dueña del mundo…
Parodiando a un franquista esperpéntico podemos, en consecuencia, exclamar “¡Alemania es culpable!”. Sí, lo es, y la lucha contra el imperialismo teutón y sus cipayos españoles tiene que ser tajante en el momento presente, hasta la destrucción de la UE, a sustituir por una comunidad de pueblos libres y soberanos, con sus culturas y lenguas restauradas al ciento por ciento, con una economía de base local, comunal y popular, construida sobre la destrucción por expropiación de la gran empresa tras*nacional europea y del sanguinario régimen fiscal que nos impone Bruselas-Berlín. Una Europa del saber y la filosofía, de la virtud cívica y de la virtud personal, del entusiasmo, la belleza y la alegría, de la libertad y la pluralidad, de la prosperidad económica razonable, que vuelva a estar a la vanguardia de la humanidad.
Si nuestros antepasados se alzaron heroica y épicamente contra Napoleón I, el tirano absoluto, el Hitler del siglo XIX (esto es, contra el imperialismo francés) en 1808, alterando el destino del mundo, ahora toca hacerlo contra el imperialismo alemán, para construir una Europa de la revolución comunal integral, una Europa de la libertad, una Europa de los pueblos. Si entonces hubo que ajustarles las cuentas a los traidores, a los afrancesados, ahora tenemos que hacer lo mismo con los neo-traidores, los “super-patriotas” de Vox y los “anti-patriotas” del progresismo y el izquierdismo.
[1] Los modernillos y progres que creen en todas esas majaderías deberían reflexionar sobre que su promotora e impulsora número uno en la UE es Ángela Merkel, presidenta de un partido demócrata cristiano. Es decir, que quienes se tienen por el no-va-más de lo “tras*gresor” y “vanguardista” se reducen a repetir las sucias, cavernícolas y carcas consignas de una señora jefa de un partido clerical que da continuidad hoy a la política de Hitler… De risa.