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Madmaxista
Zapatero contiene al lobby pro nuclear del PSOE
Narbona, Caldera y Chaves apoyan sin fisuras al presidente
"No pensamos incrementar la energía nuclear en nuestro país, sino reducirla en función de la demanda energética global". Lo dijo José Luis Rodríguez Zapatero dos meses antes de revalidar la Presidencia en las urnas. Es esa posición -anclada con firmeza en la premisa de que la energía nuclear más que una cuestión económica o ambiental, constituye un icono político en España- la que mantiene con el freno echado a lo que podría denominarse el lobby pro nuclear del PSOE. "Donde hay patrón no manda marinero", resume un dirigente socialista adscrito al bloque más opuesto a reabrir el debate sobre la jovenlandesatoria nuclear. En esta nueva legislatura, remacha, nadie cuestionará la línea directriz marcada por Zapatero.
Pero bajo la unidad del discurso oficial discurre una potente corriente claramente favorable a reabrir el debate nuclear. ¿Se limita esa corriente a figuras tan señeras como Felipe González y Carlos Solchaga, cuya apuesta por lo nuclear no admite dudas? En absoluto. Otras destacadas personalidades de la órbita socialista militan en el sector pronuclear. Las fuentes consultadas coinciden en señalar al presidente de la empresa de gestión de residuos (Enresa), José Alejandro Pina, como el ariete de ese grupo, en el que también se inscribe el ex ministro y hoy presidente de Red Eléctrica (REE), Luis Atienza,.
División en el Gobierno
Por definición, quienes ocupan o han ocupado carteras vinculadas a la Economía o la Industria no se caracterizan por ser antinucleares. El vicepresidente Pedro Solbes y el ministro saliente de Industria, Joan Clos, observan con simpatía la reapertura del debate nuclear, si bien su postura está cuajada de matices. El más importante de ellos, la duda sobre la verdadera eficiencia económica del modelo nuclear, máxime cuando nadie conoce aún qué hacer con los residuos de alta actividad ni cuál sería el coste de almacenarlos durante siglos. Otro elemento para la duda: las centrales de tercera generación entrañarían una inversión desorbitada.
Cumpliendo la que se perfila como norma, el ex ministro de Industria y hoy presidente de la Generalitat, José Montilla, se cuenta entre los partidarios de seguir explotando las posibilidades energéticas del uranio. La secretaria de Economía del PSOE, Inmaculada Rodríguez Piñeiro, suscribe esos postulados.
Pero Zapatero no está solo. Además de con la ministra de Medio Ambiente en funciones, Cristina Narbona, y con el titular saliente de Trabajo, Jesús Caldera, cuenta con el apoyo de la secretaria socialista de Medio Ambiente, Soraya Rodríguez. Asimismo, le respalda el jefe del Gobierno andaluz, Manuel Chaves, defensor de potenciar las energías renovables. En la precampaña, Chaves arropó a Zapatero con su presencia en un acto en Sevilla donde el presidente subrayó que los países "ganadores" son aquellos que dejan de lado la dependencia del carbono y de la energía nuclear.
Narbona, Caldera y Chaves apoyan sin fisuras al presidente
"No pensamos incrementar la energía nuclear en nuestro país, sino reducirla en función de la demanda energética global". Lo dijo José Luis Rodríguez Zapatero dos meses antes de revalidar la Presidencia en las urnas. Es esa posición -anclada con firmeza en la premisa de que la energía nuclear más que una cuestión económica o ambiental, constituye un icono político en España- la que mantiene con el freno echado a lo que podría denominarse el lobby pro nuclear del PSOE. "Donde hay patrón no manda marinero", resume un dirigente socialista adscrito al bloque más opuesto a reabrir el debate sobre la jovenlandesatoria nuclear. En esta nueva legislatura, remacha, nadie cuestionará la línea directriz marcada por Zapatero.
Pero bajo la unidad del discurso oficial discurre una potente corriente claramente favorable a reabrir el debate nuclear. ¿Se limita esa corriente a figuras tan señeras como Felipe González y Carlos Solchaga, cuya apuesta por lo nuclear no admite dudas? En absoluto. Otras destacadas personalidades de la órbita socialista militan en el sector pronuclear. Las fuentes consultadas coinciden en señalar al presidente de la empresa de gestión de residuos (Enresa), José Alejandro Pina, como el ariete de ese grupo, en el que también se inscribe el ex ministro y hoy presidente de Red Eléctrica (REE), Luis Atienza,.
División en el Gobierno
Por definición, quienes ocupan o han ocupado carteras vinculadas a la Economía o la Industria no se caracterizan por ser antinucleares. El vicepresidente Pedro Solbes y el ministro saliente de Industria, Joan Clos, observan con simpatía la reapertura del debate nuclear, si bien su postura está cuajada de matices. El más importante de ellos, la duda sobre la verdadera eficiencia económica del modelo nuclear, máxime cuando nadie conoce aún qué hacer con los residuos de alta actividad ni cuál sería el coste de almacenarlos durante siglos. Otro elemento para la duda: las centrales de tercera generación entrañarían una inversión desorbitada.
Cumpliendo la que se perfila como norma, el ex ministro de Industria y hoy presidente de la Generalitat, José Montilla, se cuenta entre los partidarios de seguir explotando las posibilidades energéticas del uranio. La secretaria de Economía del PSOE, Inmaculada Rodríguez Piñeiro, suscribe esos postulados.
Pero Zapatero no está solo. Además de con la ministra de Medio Ambiente en funciones, Cristina Narbona, y con el titular saliente de Trabajo, Jesús Caldera, cuenta con el apoyo de la secretaria socialista de Medio Ambiente, Soraya Rodríguez. Asimismo, le respalda el jefe del Gobierno andaluz, Manuel Chaves, defensor de potenciar las energías renovables. En la precampaña, Chaves arropó a Zapatero con su presencia en un acto en Sevilla donde el presidente subrayó que los países "ganadores" son aquellos que dejan de lado la dependencia del carbono y de la energía nuclear.