La Venezuela revolucionaria, tan pródiga en fotos históricas, tiene desde ayer una más para su archivo de imágenes favoritas. Los gobernadores electos
Laidy Gómez (Táchira),
Ramón Guevara (Mérida),
Antonio Barreto Sira (Anzoátegui) y
Alfredo Díaz (Nueva Esparta), todos ellos militantes de la socialdemócrata
Acción Democrática (AD), decidieron claudicar ante las amenazas presidenciales y subordinarse ante la
Asamblea Nacional Constituyente, órgano bolivariano desconocido por la mayor parte de la comunidad internacional. Todos ellos, durante la campaña electoral, prometieron que no lo harían, incluso su jefe de filas en Acción Democrática,
Henry Ramos Allup, atacó una y otra vez a la "Prostituyente cubana".
Nicolás Maduro había advertido que quien no se subordinase ante este parlamento paralelo, elegido tras el "mayor fraude electoral de la Historia de América", según la Secretaría General de la OEA,
sería destituido e inhabilitado cuando ni siquiera habían tomado todavía posesión de sus cargos.
De nada sirvieron los llamamientos y advertencias lanzados por dirigentes y líderes de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) durante las últimas horas. Sus candidatos en los cuatro estados ganaron sus respectivas elecciones regionales pese al torrente de
artimañas, trampas y fraudes que el chavismo aplicó durante unos
comicios en los que obtuvo 18 de las 23 gobernaciones.
El chantaje oficialista consigue así su primer objetivo: fracturar a la ya quebradiza MUD y dividir a sus cinco gobernadores. Solo uno,
Juan Pueblo Guanipa, se negó a subordinarse "por coherencia y por dignidad, por amor al Zulia y Venezuela. No voy a someterme a la juramentación ante la ANC".
Las palabras de sus cuatro compañeros se las llevó el huracán bolivariano. "Cuando el pueblo te implora que no le abandones, la humillación de un líder es un medio para lograr libertad. Táchira, solo muerta te abandonó", se justificó Gómez antes de acudir a la
Casa Amarilla, donde tuvo lugar su juramentación.
En los ocho días tras*curridos desde su elección, a la gobernadora ya le han arrebatado la policía regional, igual que a todos sus compañeros. Además el estado fronterizo con Colombia también ha perdido cinco de sus empresas regionales con más presupuesto, que han pasado a manos del Estado central.
"Que nadie se confunda, hemos dado todo por Anzoátegui y por nuestro pueblo. Por eso haremos el mayor de los sacrificios, para poder solventar esta crisis", añadió Barreto.
El chavismo ha luchado desde julio para conseguir algún apoyo internacional, sin éxito, para su parlamento paralelo. Está por ver cómo reaccionarán el continente y Europa ante el jaque dado por Maduro, aunque la propia fiscal general en el exilio,
Luisa Ortega, había advertido que esta juramentación no solo restaría poder al Parlamento, sino que también amenazaría el apoyo que actualmente concentra en su favor la oposición venezolana.
El chavismo se siente el gran triunfador de la nueva crisis opositora, lo que no reduce, ni mucho menos, su presión. "Lamentándolo mucho no se juramentó el gobernador electo de Zulia. Las leyes de la República están para cumplirse y respetarse, este hecho tendrá sus consecuencias", advirtió la ex canciller
Delcy Rodríguez.
La Constitución bolivariana de 1999 mantiene que los nuevos gobernadores deben juramentarse ante sus consejos legislativos, entes donde la revolución mantiene su vieja mayoría porque el chavismo se negó a convocar elecciones, pese a que su mandato acabó en diciembre del año pasado.
La espada de Damocles que pesa sobre Guanipa, dirigente de la centrista Primera Justicia, no le arredró. "No nos vamos a arrodillar y el pueblo de Zulia no se va a arrodillar", declaró en la Asamblea. Su determinación fue aplaudida por los principales dirigentes de la MUD, como
Henrique Capriles. También contó con el apoyo de Voluntad Popular, partido del preso político
Leopoldo López. "Los gobernadores que se juramentaron, se apartaron", reaccionó
Freddy Guevara, vicepresidente del Parlamento y mano derecha de López.
"Henry Ramos logró lo que ni Chávez pudo: fracturar irreversiblemente a la MUD. Aún si guardaran las apariencias, es obvia la ruptura", sentenció Ángel Álvarez.
