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Madmaxista
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(IAR Noticias) 23-Junio-2010
El testimonio de cuatro detenidos acusados de intentar un “ataque terrorista”, en mayo de 2009, contra una sinagoga y un centro judío de Nueva York revela como el FBI (policía federal de EEUU) financió y preparó la operación, tras la difusión, en abril de 2009, de un documento donde se anunciaba la aparición de una oleada de “ataques antisemitas” en EEUU.
Tras el episodio del atentado “antisemita” frustrado, IAR Noticias, en un informe titulado: La “amenaza blanca” acecha a EEUU: ¿Cuál es el plan?, anticipó que ese hecho formaba parte de una nueva estrategia de control y manipulación con el “terrorismo” que incorporaba el “peligro antisemita” como complemento del “peligro terrorista islámico”.
Señalamos que, a diferencia de Bush, que inventaba conspiraciones con el “terrorismo islámico” para perseguir y espiar a sus enemigos internos, Obama estaba preparando el terreno para la utilización de la conspiración de “derecha” antisemita con el mismo objetivo.
La nueva estrategia puesta en marcha con el intento de “ataque antisemita” sobrevino luego de la difusión de documentos de inteligencia advirtiendo que en EEUU se gestaba una Conspiración del “extremismo de derecha” antisemita, que complementaba en un solo paquete operativo el “peligro islámico” con el “peligro antisemita”, y la necesidad exportarlo a escala planetaria como una nueva hipótesis de conflicto que recreara -como principal bandera de consenso internacional- la amenaza de un “nuevo Holocausto judío” por medio de atentados biológicos, químicos o explosivos.
Informe especial
IAR Noticias/
Según informa la agencia EFE, los cuatro hombres detenidos hace más de un año acusados de querer atentar contra una sinagoga y un centro judío de Nueva York dijeron el lunes que fue el FBI el que los incitó a participar en esos supuestos ataques con la falsa promesa de recibir dinero en efectivo.
Durante una vista que tuvo lugar en el Tribunal Federal de White Plains, en el estado de Nueva York, la jueza Colleen McMahon, escuchó los argumentos de los acusados para solicitar su puesta en libertad bajo fianza.
Sus abogados defendieron la inocencia de sus clientes y aseguraron que éstos sólo quisieron participar en los ataques frustrados cuando un agente encubierto del FBI les prometió a cambio 250.000 dólares en efectivo y varios vehículos.
Los delitos de los que se acusa a James Cromitie, Davis Williams, Onta Williams, y Laguerre Payen, son conspiración e intento de utilizar armas de destrucción masiva en EEUU, así como de intentar la compra y uso de misiles antiaéreos y el asesinato de oficiales y funcionarios estadounidenses.
Si la justicia les declarara “culpables” se enfrentarían a condenas que podrían conllevar cadena perpetua.
Según la cadena de televisión local, la abogada de Williams, Susanne Brody, aseguró que los acusados no tenían predisposición a hacer daño “antes de que el Gobierno se involucrara” y que “si entonces no eran un peligro, tampoco lo son ahora”.
Los acusados fueron detenidos el 20 de mayo de 2009 en el barrio neoyorquino de El Bronx, después de haber sido supuestamente “vigilados” durante meses por el FBI y otras fuerzas de seguridad.
James Cromitie fue señalado el cabecilla del grupo, según había informado el responsable de la Policía de Nueva York, Raymond Kelly, quien detalló que eran “delincuentes de poca monta” que querían hacer la “yihad” en EEUU.
Los “sospechosos” fueron detenidos poco después de colocar lo que ellos creían que era un explosivo en el maletero de un automóvil ante una sinagoga del barrio de Riverdale, en El Bronx, y otras dos bombas falsas en el asiento trastero de un vehículo estacionado en otro centro judío cercano.
La selección del jurado para el juicio tendría que haber empezado la semana pasada pero fue orate después que la jueza interrumpiera el proceso al considerar que los fiscales estaban reteniendo documentación clave para la defensa.
Luego del frustrado intento de “ataque antisemita”, del cual se acusa a los detenidos denunciantes, en junio pasado, se produjo un supuesto ataque al Museo del Holocausto en EEUU realizado por un hombre supuestamente asociado a los grupos supremacistas blancos.
El nuevo episodio “terrorista” sirvió para activar de nuevo la “amenaza antisemita” vinculada con grupos de la “derecha racista” declarados por la inteligencia oficial como la “mayor amenaza” a la seguridad nacional. Todo ensamblaba con la nueva hipótesis de “terrorismo” lanzada por el gobierno de Obama.
El plan con el “peligro antisemita”
A sólo cuatro semanas del documento de advertencia del “peligro antisemita”, en abril de 2009, el FBI “materializó la amenaza (hizo aparecer el “peligro”) anunciando, el 20 de mayo, que fueron detenidas cuatro personas sospechadas de planear atentados contra objetivos militares y un templo judío en Nueva York.
Según la versión oficial, los cuatro hombres fueron apresados por el FBI después de haber comprado misiles y material explosivo falso de acuerdo con datos suministrado por un “infiltrado”.
Según la investigación, planeaban detonar un automóvil con explosivos plásticos frente a un templo judío en el barrio de Riverdale, en el Bronx, y lanzar misiles tierra-aire Stinger a los aviones militares de la base de la Guardia Nacional Aérea de Nueva York en el aeropuerto Stewart en Newburgh, dijeron las autoridades.
Hasta ahí, el modus operandi (“descubrir el plan” antes de que suceda el atentado) era el mismo que venían practicando, desde el 11-S en adelante, la CIA y las agencias estadounidenses y británicas para mantener “actualizadas” las amenazas del “terrorismo islámico” en EEUU y Europa.
Pero el dato central que diferencia a estas nuevas operaciones de reciclamiento del “miedo al terrorismo” consiste en la inclusión de un templo judío dentro de los blancos fijados por los supuestos “terroristas” detenidos.
El informe oficial consignaba que en abril de 2009, los acusados seleccionaron la sinagoga y el centro comunitario judío como los objetivos principales de su ataque, además comenzaron a vigilar y tomaron fotografías de aviones militares en la base militar del aeropuerto de Stewart.
El fiscal del caso, Lev Dassin, sostuvo por entonces que los acusados “querían cometer ataques terroristas antisemitas”, y que “seleccionaron y buscaron las armas necesarias para llevar a cabo sus planes” .
“Este intento de atacar nuestras libertades, pone de manifiesto que las amenazas a la seguridad son lamentablemente muy reales”, señaló Michael Bloomberg, alcalde judío de Nueva York.
A la “acusación” oficial montada contra los 4 “sospechosos” de planear el nuevo acto terrorista, se agregaba al “descubrimiento” de una supuesta operación de “terrorismo” contra aviones en vuelo (que recreaba el miedo a “nuevo 11-S” en Nueva York).
En este escenario, el intento de ataque contra un templo judío confirmaba la “conspiración de la derecha antisemita” denunciada por le Ministerio de Seguridad Interior en abril de 2009.
La nueva estrategia “contraterrorista”
Bush y el lobby judío de halcones neocon, edificaron consenso y apoyo interno agitando y denunciando el peligro del “terrorismo islámico” como amenaza permanente a la “seguridad nacional” de EEUU. Dentro de esa bolsa metían a todos los que se le oponían.
Tanto Washington como las potencias de la Unión Europea han mantenido históricamente denuncias constantes de “ataques terroristas islámicos” en planes de ejecución, pero que efectivamente no han sucedido, desde el 7 de julio de 2005, fecha del atentado terrorista al metro de Londres.
En ese sentido, son ejemplos paradigmáticos los “comunicados” de Al Qaeda y las frecuentes apariciones de Bin Laden en los clásicos videos y grabaciones, así como las también constantes revelaciones y denuncias de “planes terroristas” por parte de EEUU, Gran Bretaña y los gobiernos de las principales potencias europeas.
Obama y el lobby judío liberal que lo secunda parecen iniciar otra práctica: El peligro acechante de la “derecha antisemita” que amenaza con el repruebo racial y la desintegración social de EEUU.
La estrategia es funcional al plan del Mossad judío de instalar -tras el fracaso de la operación militar contra Hamás en Gaza que culminó en una masacre repudiada a escala mundial- un nuevo ciclo de “persecución racial” contra la comunidad judía que devuelva Israel parte de su “prestigio” perdido y lave su cara de “genocida del pueblo de Gaza”.
De esta manera, la “guerra contraterrorista” de Bush se complementa con la figura del “terrorismo antisemita” que incorpora la amenaza de un nuevo “Holocausto judío” como justificación de eventuales (y planificadas) acciones militares “preventivas” por parte de Israel y EEUU contra los países islámicos o árabes situados en el “eje del mal”.
Así como la doctrina emergente de los ataques del 11-S en EEUU sirvió para justificar las invasiones militares “preventivas” a Irak y Afganistán (léase nuevas conquistas de mercado y apoderamiento de recursos estratégicos como el petróleo y el gas), la nueva estrategia con el “terrorismo antisemita” parece apuntar a crear un escenario internacional de “persecución antisemita” que restaure el prestigio y la legitimidad perdida del Estado de Israel, hoy condenado y repudiado mundialmente por las masacres de civiles en Líbano y Gaza.
Revelan como el FBI armó un atentado "antisemita" en Nueva York
El testimonio de cuatro detenidos acusados de intentar un “ataque terrorista”, en mayo de 2009, contra una sinagoga y un centro judío de Nueva York revela como el FBI (policía federal de EEUU) financió y preparó la operación, tras la difusión, en abril de 2009, de un documento donde se anunciaba la aparición de una oleada de “ataques antisemitas” en EEUU.
Tras el episodio del atentado “antisemita” frustrado, IAR Noticias, en un informe titulado: La “amenaza blanca” acecha a EEUU: ¿Cuál es el plan?, anticipó que ese hecho formaba parte de una nueva estrategia de control y manipulación con el “terrorismo” que incorporaba el “peligro antisemita” como complemento del “peligro terrorista islámico”.
Señalamos que, a diferencia de Bush, que inventaba conspiraciones con el “terrorismo islámico” para perseguir y espiar a sus enemigos internos, Obama estaba preparando el terreno para la utilización de la conspiración de “derecha” antisemita con el mismo objetivo.
La nueva estrategia puesta en marcha con el intento de “ataque antisemita” sobrevino luego de la difusión de documentos de inteligencia advirtiendo que en EEUU se gestaba una Conspiración del “extremismo de derecha” antisemita, que complementaba en un solo paquete operativo el “peligro islámico” con el “peligro antisemita”, y la necesidad exportarlo a escala planetaria como una nueva hipótesis de conflicto que recreara -como principal bandera de consenso internacional- la amenaza de un “nuevo Holocausto judío” por medio de atentados biológicos, químicos o explosivos.
Informe especial
IAR Noticias/
Según informa la agencia EFE, los cuatro hombres detenidos hace más de un año acusados de querer atentar contra una sinagoga y un centro judío de Nueva York dijeron el lunes que fue el FBI el que los incitó a participar en esos supuestos ataques con la falsa promesa de recibir dinero en efectivo.
Durante una vista que tuvo lugar en el Tribunal Federal de White Plains, en el estado de Nueva York, la jueza Colleen McMahon, escuchó los argumentos de los acusados para solicitar su puesta en libertad bajo fianza.
Sus abogados defendieron la inocencia de sus clientes y aseguraron que éstos sólo quisieron participar en los ataques frustrados cuando un agente encubierto del FBI les prometió a cambio 250.000 dólares en efectivo y varios vehículos.
Los delitos de los que se acusa a James Cromitie, Davis Williams, Onta Williams, y Laguerre Payen, son conspiración e intento de utilizar armas de destrucción masiva en EEUU, así como de intentar la compra y uso de misiles antiaéreos y el asesinato de oficiales y funcionarios estadounidenses.
Si la justicia les declarara “culpables” se enfrentarían a condenas que podrían conllevar cadena perpetua.
Según la cadena de televisión local, la abogada de Williams, Susanne Brody, aseguró que los acusados no tenían predisposición a hacer daño “antes de que el Gobierno se involucrara” y que “si entonces no eran un peligro, tampoco lo son ahora”.
Los acusados fueron detenidos el 20 de mayo de 2009 en el barrio neoyorquino de El Bronx, después de haber sido supuestamente “vigilados” durante meses por el FBI y otras fuerzas de seguridad.
James Cromitie fue señalado el cabecilla del grupo, según había informado el responsable de la Policía de Nueva York, Raymond Kelly, quien detalló que eran “delincuentes de poca monta” que querían hacer la “yihad” en EEUU.
Los “sospechosos” fueron detenidos poco después de colocar lo que ellos creían que era un explosivo en el maletero de un automóvil ante una sinagoga del barrio de Riverdale, en El Bronx, y otras dos bombas falsas en el asiento trastero de un vehículo estacionado en otro centro judío cercano.
La selección del jurado para el juicio tendría que haber empezado la semana pasada pero fue orate después que la jueza interrumpiera el proceso al considerar que los fiscales estaban reteniendo documentación clave para la defensa.
Luego del frustrado intento de “ataque antisemita”, del cual se acusa a los detenidos denunciantes, en junio pasado, se produjo un supuesto ataque al Museo del Holocausto en EEUU realizado por un hombre supuestamente asociado a los grupos supremacistas blancos.
El nuevo episodio “terrorista” sirvió para activar de nuevo la “amenaza antisemita” vinculada con grupos de la “derecha racista” declarados por la inteligencia oficial como la “mayor amenaza” a la seguridad nacional. Todo ensamblaba con la nueva hipótesis de “terrorismo” lanzada por el gobierno de Obama.
El plan con el “peligro antisemita”
A sólo cuatro semanas del documento de advertencia del “peligro antisemita”, en abril de 2009, el FBI “materializó la amenaza (hizo aparecer el “peligro”) anunciando, el 20 de mayo, que fueron detenidas cuatro personas sospechadas de planear atentados contra objetivos militares y un templo judío en Nueva York.
Según la versión oficial, los cuatro hombres fueron apresados por el FBI después de haber comprado misiles y material explosivo falso de acuerdo con datos suministrado por un “infiltrado”.
Según la investigación, planeaban detonar un automóvil con explosivos plásticos frente a un templo judío en el barrio de Riverdale, en el Bronx, y lanzar misiles tierra-aire Stinger a los aviones militares de la base de la Guardia Nacional Aérea de Nueva York en el aeropuerto Stewart en Newburgh, dijeron las autoridades.
Hasta ahí, el modus operandi (“descubrir el plan” antes de que suceda el atentado) era el mismo que venían practicando, desde el 11-S en adelante, la CIA y las agencias estadounidenses y británicas para mantener “actualizadas” las amenazas del “terrorismo islámico” en EEUU y Europa.
Pero el dato central que diferencia a estas nuevas operaciones de reciclamiento del “miedo al terrorismo” consiste en la inclusión de un templo judío dentro de los blancos fijados por los supuestos “terroristas” detenidos.
El informe oficial consignaba que en abril de 2009, los acusados seleccionaron la sinagoga y el centro comunitario judío como los objetivos principales de su ataque, además comenzaron a vigilar y tomaron fotografías de aviones militares en la base militar del aeropuerto de Stewart.
El fiscal del caso, Lev Dassin, sostuvo por entonces que los acusados “querían cometer ataques terroristas antisemitas”, y que “seleccionaron y buscaron las armas necesarias para llevar a cabo sus planes” .
“Este intento de atacar nuestras libertades, pone de manifiesto que las amenazas a la seguridad son lamentablemente muy reales”, señaló Michael Bloomberg, alcalde judío de Nueva York.
A la “acusación” oficial montada contra los 4 “sospechosos” de planear el nuevo acto terrorista, se agregaba al “descubrimiento” de una supuesta operación de “terrorismo” contra aviones en vuelo (que recreaba el miedo a “nuevo 11-S” en Nueva York).
En este escenario, el intento de ataque contra un templo judío confirmaba la “conspiración de la derecha antisemita” denunciada por le Ministerio de Seguridad Interior en abril de 2009.
La nueva estrategia “contraterrorista”
Bush y el lobby judío de halcones neocon, edificaron consenso y apoyo interno agitando y denunciando el peligro del “terrorismo islámico” como amenaza permanente a la “seguridad nacional” de EEUU. Dentro de esa bolsa metían a todos los que se le oponían.
Tanto Washington como las potencias de la Unión Europea han mantenido históricamente denuncias constantes de “ataques terroristas islámicos” en planes de ejecución, pero que efectivamente no han sucedido, desde el 7 de julio de 2005, fecha del atentado terrorista al metro de Londres.
En ese sentido, son ejemplos paradigmáticos los “comunicados” de Al Qaeda y las frecuentes apariciones de Bin Laden en los clásicos videos y grabaciones, así como las también constantes revelaciones y denuncias de “planes terroristas” por parte de EEUU, Gran Bretaña y los gobiernos de las principales potencias europeas.
Obama y el lobby judío liberal que lo secunda parecen iniciar otra práctica: El peligro acechante de la “derecha antisemita” que amenaza con el repruebo racial y la desintegración social de EEUU.
La estrategia es funcional al plan del Mossad judío de instalar -tras el fracaso de la operación militar contra Hamás en Gaza que culminó en una masacre repudiada a escala mundial- un nuevo ciclo de “persecución racial” contra la comunidad judía que devuelva Israel parte de su “prestigio” perdido y lave su cara de “genocida del pueblo de Gaza”.
De esta manera, la “guerra contraterrorista” de Bush se complementa con la figura del “terrorismo antisemita” que incorpora la amenaza de un nuevo “Holocausto judío” como justificación de eventuales (y planificadas) acciones militares “preventivas” por parte de Israel y EEUU contra los países islámicos o árabes situados en el “eje del mal”.
Así como la doctrina emergente de los ataques del 11-S en EEUU sirvió para justificar las invasiones militares “preventivas” a Irak y Afganistán (léase nuevas conquistas de mercado y apoderamiento de recursos estratégicos como el petróleo y el gas), la nueva estrategia con el “terrorismo antisemita” parece apuntar a crear un escenario internacional de “persecución antisemita” que restaure el prestigio y la legitimidad perdida del Estado de Israel, hoy condenado y repudiado mundialmente por las masacres de civiles en Líbano y Gaza.
Revelan como el FBI armó un atentado "antisemita" en Nueva York