loveisintheair
Madmaxista
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No entro ni salgo en si los retratos son fieles o no.
Pero es un artículo entretenido. (Siento que no haya espacio entre párrafos, pero es muy tarde)
Los siete del 'comando indepe' de la termita explosiva que querían sembrar el caos en Cataluña
El retrato completo del grupo acusado de preparar atentados para "instaurar la república". Un reparador de climatización, un ex concejal de ERC, un jugador de rol... Y al mando, el 'bala perdida' de Sabadell que acabó con las manos quemadas. "No sobrevaloremos el pacifismo", dejó escrito Ferran, conductor de ambulancias
En la fotografía principal, Jordi Ros, el 'cabecilla'. Arriba, Alexis Codina, Ferran Jolis y Eduard Garzón. Abajo, Xavier Duch, Xavier Buigas y Germinal Tomàs.
Aquel día de mayo los vecinos del número 55 de la calle Antoni Cusidó en Sabadell (Barcelona) se asustaron mucho. «Parecía la guerra», declaró uno de ellos. Un humo tremendo salía del piso del que aún cuelga una desteñida bandera de color inspirada en el brazo armado de Estat Català. Entonces se dijo que había sido un simple accidente: que Jordi, de 45 años, se había dejado un cigarrillo encendido en su piso, o quizá una cacerola al fuego en la cocina.
Hoy la Guardia Civil sospecha que aquello fue algo más. Porque Jordi es Jordi Ros Solà, el «cabecilla» del grupo independentista violento desarticulado esta semana, y uno de sus tres «cocineros», que es como los investigadores denominan a los miembros del Equip de Resposta Tàctica (ERT) que, al menos desde ese mes de mayo, mezclaban los materiales que habían adquirido para presuntamente fabricar explosivos con los que sembrar el caos en Cataluña e instaurar la república catalana «por cualquier vía, incluida la violenta», según la Audiencia Nacional.
Este lunes, cuando fue arrestado, Jordi gritó «Visca Catalunya lliure!». Tenía quemaduras recientes en las manos. Hoy es uno de los dos integrantes del grupo que ha decidido desmarcarse de la estrategia de los abogados secesionistas, solicitar un letrado de oficio y testificar tanto ante la Guardia Civil como ante el juez. Como sus seis compañeros, ha sido enviado a prisión provisional sin fianza acusado de pertenencia a organización terrorista, tenencia de explosivos con fines terroristas y conspiración para la comisión de estragos, en la que hasta el momento es la operación más grave contra el secesionismo violento en Cataluña. La operación Judas.
«Jordi era el más radical del grupo», explica una fuente del operativo de la Guardia Civil, que ha seguido a los siete detenidos y escuchado sus conversaciones desde hace meses. «Habían decidido dar un salto adelante. Él incluso habló de iniciar una nueva modalidad de atosigar a agentes en su vida personal y amenazar a sus familias», añade.
El grupo -una facción surgida de los Comités de Defensa de la República (CDR)- tenía, según el auto del juez instructor, Manuel García Castellón, una estructura jerarquizada con los papeles bien repartidos. Y en esa estructura Jordi llevaba la voz cantante, «dirigía el cotarro en materia de explosivos», añaden las fuentes consultadas.
El retrato del presunto cabecilla es difuso. Sin empleo conocido, era un habitual en los bares de Sabadell. Hace años trabajó, eso sí, en el pequeño negocio de serigrafía de su padre, ya jubilado. «Hacían ***etos, cartelería... Poca cosa», cuenta un vecino bien informado. En el municipio tiene fama de «manitas»; también de bala perdida. En sus seguimientos, los investigadores le han visto comprando material susceptible de ser convertido en explosivo en tiendas de productos químicos de Terrassa y Barcelona. Lo vieron también ir y venir de su piso hasta la casa de sus padres, en la calle Romeu. Allí, en el garaje de Salvador y Rosa, tenía uno de los dos laboratorios principales donde los «cocineros» del ERT hacían sus mezclas y donde la Guardia Civil halló ácido sulfúrico, parafina, aluminio en polvo, nitrato de amonio... Los acusados manejaban una mezcla de aluminio y óxido metálico conocida como termita, que se utiliza como precursor de explosivos.
Agentes de la Guardia Civil en el 'laboratorio' de Alexis Codina en Sant Fost de Campsentelles.
LA MASÍA DE LAS FÓRMULAS
El otro laboratorio era una masía situada en un pequeño pueblo llamado Sant Fost de Campsentelles. Su inquilino se llama Alexis Codina Barberán. De 41 años, casado con una administrativa y con dos hijos, se gana la vida como reparador de climatización en una empresa familiar de calefacción, calderas y aire acondicionado en Mataró, Maresme Sertec SL, de la que era administrador único hasta el mes de julio. Nacido en Montgat, es hijo de Francisca, gaditana de Paterna de Rivera. Según ha publicado un diario local, Alexis vivía en Sant Fost desde hace unos dos años. En sus redes sociales se mostraba votando, sonriente, en el referéndum ilegal del 1 de octubre, y difundía acciones violentas de los CDR de la zona.
Al igual que en los registros a Jordi, en la masía de Sant Fost los agentes encontraron materiales sospechosos y anotaciones con fórmulas y porcentajes precisos para fabricar explosivos, incluido goma dos. Aquí apareció también el plano del cuartel de la Guardia Civil de Canovelles. En su finca -que puede verse en el vídeo de la operación difundido por la Guardia Civil- es donde los investigadores creen que Jordi se quemó las manos. Y donde más avanzaron las pruebas con las que, como mínimo, los acusados pretendían perpetrar sabotajes contundentes -así lo han reconocido los dos que han colaborado- entre el aniversario del 1-O (este martes) y la publicación de la sentencia del procés (a mediados de mes).
«Aún no tenían muy claro los objetivos a los que atacar [se barajan redes eléctricas, torres de telefonía, cuarteles de la Guardia Civil y la toma del Parlament], pero sí las fechas», explican las fuentes consultadas. Y añaden: «Su intención manifiesta no era ocasionar víctimas mortales, pero sí asumían con cinismo que no las descartaban como daño colateral».
A menos de siete kilómetros de allí, en Mollet del Vallès, un tercer hombre manejaba los ingredientes, siempre según fuentes de la investigación: Germinal Tomàs Aubeso. Germinal, nacido en Santa Coloma de Gramanet hace 32 años y con hijos, no sólo «cocinaba»; también servía al grupo con sus conocimientos de electrónica. Técnico de mantenimiento, es un apasionado de las armas, los juegos de rol y el aircroft (juego de simulación militar), aficiones que detallaba en un blog escrito en español. («Aunque como catalán que soy, debería escribir en mi lengua, lo haré mayoritariamente en castellano, ya que de esta manera será menos complicado que la mayoría de usuarios me entiendan y me lean», decía en enero de 2009). En su bitácora publicaba relatos de fantasía ideados por él sobre hobbits, magos y guerreros. Su progenitora, Mar Aubeso Rull, ya fallecida, fue una anarquista y activista vecinal muy conocida en Santa Coloma que regentó una librería y en cuyo entierro hace tres años sonó el himno de la CNT, A las barricadas.
EL CONDUCTOR DE AMBULANCIAS: "NI UNO VIVO"
El reparto de papeles en la célula, similar a la que tenían organizaciones terroristas como los comandos de ETA en su época, incluía otras cuatro funciones: la seguridad, la financiación, la planificación y el apoyo logístico.
De la seguridad se encargaba el arrestado que con más claridad defendía la violencia por escrito y en público: un conductor de ambulancias (y militante ferviente del colectivo Sanitaris per la Repùblica) llamado Ferran Jolis Guardiola, que fue arrestado en Santa Perpètua de la Mogoda. Al igual que Jordi, Ferran, de 38 años, se ha apartado de la estrategia de defensa del grupo Alerta Solidària (vinculado a las juventudes radicales de Arran) y ha optado por colaborar con la Guardia Civil y con el juez.
Candidato como suplente de la lista de la CUP en Santa Perpètua en las últimas elecciones municipales, el perfil de Twitter de Ferran es un ejemplo de fanatismo extremo contra España y contra todo aquel que no apoye el independentismo. Su cuenta de YouTube, por el contrario, la compone una amalgama de vídeos de motivación con protagonistas como Steve Jobs o Nelson Mandela. También se definía como consultor de negocios por internet, al tiempo que compartía vídeos de una web en inglés vinculada a los CDR con 805 vídeos de la «represión vivida en Cataluña causada por la Policía española en el referéndum del 1 de octubre de 2017» (spanishpolice.github.io).
El conductor de ambulancias -de una empresa con sede en Sabadell- se retrata como admirador de Arnaldo Otegi, Carles Puigdemont y Beatriz Talegón y ha dejado escritas cosas como estas: «Los catalanes siempre hemos ganado luchando y así lo haremos. No sobrevaloremos tanto el pacifismo, todo tiene un límite»; «La impunidad de una gente que hace las cosas porque sabe que los catalanes somos pacíficos y no violentos... hasta que llegue el día»; «Los catalanes llega un punto que los lazos y las sonrisas para depende qué, pero para defender nuestros derechos ya se acabaron»; o «La culpa de todo la tenemos nosotros, una cosa es ser no violentos, otra es ser iluso».
Momento de la detención de Xavier Duch en su piso en Sabadell, este lunes.
Otro día, al hilo de una noticia que informaba de que alguien había podado unos árboles de los que colgaban lazos amarillos, tecleó: «Deberíamos cortarle el cuello con la motosierra a este grupo de me gusta la fruta... ¡Ni uno vivo! ¡estultoes!». Y cuando en septiembre de 2018, en los altercados producidos por radicales contrarios a la manifestación del sindicato policial Jusapol en Barcelona, los Mossos arrestaron a un independentista, Ferran escribió las proclamas «pim pam pum, que no quede ni uno», «pueblo armado, pueblo respetado», «ACAB», «ni olvido ni perdón», «ni un paso atrás» y «Terra Lliure».
Su labor en el grupo: «Ferran se encargaba de la seguridad de todos los medios técnicos, teléfonos, ordenadores, y de las medidas de seguridad en general para las citas», detallan las fuentes consultadas. El análisis de la abundante documentación informática hallada en los registros -al igual que el de los materiales químicos- será un elemento fundamental en el avance de las pesquisas de la operación, que al cierre de esta edición seguía abierta y podía desencadenar nuevas detenciones.
En lechonanyola del Vallès cayó el presunto responsable de las cuentas: Eduard Garzón Bravo, barcelonés de 49 años y, según una fuente del municipio, apoderado de la CUP en la localidad. ¿Sus habilidades económicas? Antes de cambiar su estética por un look antisistema, Eduard se hacía llamar Eduardo, lucía camisa blanca planchada y fue presidente de la Asociación Catalana de la Hemofilia y tesorero en la Fundación Privada Catalana de Hemofilia. En su currículum asegura, además, tener estudios en Economía y dedicarse a la fiscalidad y auditoría de empresas.
El rostro de Eduard no es desconocido para los Mossos d'Esquadra. En febrero, la Policía autonómica lo identificó en una protesta frente a la guandoca de Lledoners durante el traslado de los presos secesionistas a Madrid para que participaran en el juicio del 1-O. Y así se convirtió en uno de los llamados Els 9 de Lledoners: nueve independentistas acusados por la Generalitat de desórdenes públicos, atentado contra agentes de la autoridad y lesiones, entre otros delitos.
En ese grupo de Lledoners figura también David Budria Altadill (38 años), que hasta hace poco vivía como Eduard en lechonanyola, hasta que se mudó a Sabadell. Allí lo detuvo este lunes la Guardia Civil en el marco de la operación Judas junto a su pareja, una cajera de supermercado de Terrassa de 33 años llamada Clara Borrero Espejo. Pero ambos fueron puestos en libertad ese mismo día a la espera de que el juez los cite a declarar. Estaban en el entorno del ERT, aseguran fuentes de la investigación, pero su participación no era directa.
EL JEFE DE LAS BARRACAS DE FIESTAS.. Y EL EX CONCEJAL
El «apoyo logístico» recaía en Xavier Duch Palau (50 años). «Duch se encargaba de las casas para las reuniones, la documentación para comprar material sensible... Compraban material con documentos de identidad de varias personas para que el volumen se camuflara», afirman las fuentes consultadas. Muy amigo del cabecilla y más activo en la calle, es un rostro conocido en Sabadell, donde lo detuvieron. De progenitora aragonesa, casado, con dos hijas pequeñas y aficionado al billar, los investigadores no vieron que tuviera empleo alguno. Dos fuentes vecinales apuntan que en las pasadas fiestas patronales, él fue el responsable de seguridad de las barracas, las casetas donde se sirve alcohol y que, como ocurre en el País Vasco, suelen estar manejadas por el mundo radical. «Duch es un elemento conocido en Sabadell. Está con el grupo de la CUP y, como encargado de seguridad de las barracas, era el interlocutor con el Ayuntamiento y con la Policía local», indican estas fuentes.
El grupo, según los investigadores, lo completaba Xavier (Txevi) Buigas Llobet, de 48 años. Este lunes la Guardia Civil entró en su finca, situada entre Sant Vincenç y Sant Pere de Torelló, adonde se mudó hace menos de un mes. «Comenzamos una nueva etapa. Primera noche en St. Pere de Torelló», escribió en su Facebook el 29 de agosto. ¿Qué haces allí?, le preguntaba una amiga. «Ya hablaremos».
Guarda forestal en el espacio natural de Guilleries-Savassona y padre de dos hijos, Buigas es el integrante del ERT que más lejos ha llegado en política. Más allá de organizar alguna «butifarrada» contra el Día de la Hispanidad, fue concejal de ERC en Folgueroles, un municipio interior de 2.200 habitantes. La experiencia duró sólo un año, entre 2011 y 2012, pero le sirvió para conocer personalmente a Oriol Junqueras, entonces eurodiputado, que viajó hasta el pueblo para bendecir su candidatura.
«Las calles serán siempre nuestras», decía Buigas en sus redes sociales, en las que exhibe la bandera de color, como varios de los miembros del grupo. Según el auto con el que el juez declara la prisión provisional para él, era «un miembro especialmente activo del Equipo de Respuesta Táctica» y ocupaba «una preeminente posición» en su estructura interna, pues se encargaba de «la planificación, el desarrollo y la puesta en marcha de las acciones violentas».
En las grabaciones intervenidas a los nueve detenidos, ellos mismos se autodenominan miembros del Equip de Resposta Tàctica, un grupo que para la Guardia Civil y la Fiscalía suponía el embrión de una nueva organización terrorista de índole secesionista. La causa sigue secreta, pero en su auto el juez atribuye al ERT la «capacidad suficiente» para llevar a cabo «tácticas y maniobras» con un «alto nivel de profesionalización».
Existe además material documentado de algunos de los encarcelados acudiendo a una cantera abandonada para probar los explosivos que habían fabricado. La operación sigue abierta, y ha desencadenado una tormenta en Cataluña, con los partidos independentistas defendiendo sin matices la inocencia de los detenidos, el president Quim Torra ensalzándolos como «personas comprometidas con su sociedad» y el Parlament reclamando la expulsión de la Guardia Civil.
¿Y por qué operación Judas? Fuentes de la investigación apuntan a que una de las personas del entorno del ERT cambió de bando... «Tenían las recetas y los ingredientes. Todo preparado para hacer boom cuando quisieran», afirman. Pero alguien los traicionó.
Pero es un artículo entretenido. (Siento que no haya espacio entre párrafos, pero es muy tarde)
Los siete del 'comando indepe' de la termita explosiva que querían sembrar el caos en Cataluña
El retrato completo del grupo acusado de preparar atentados para "instaurar la república". Un reparador de climatización, un ex concejal de ERC, un jugador de rol... Y al mando, el 'bala perdida' de Sabadell que acabó con las manos quemadas. "No sobrevaloremos el pacifismo", dejó escrito Ferran, conductor de ambulancias
Aquel día de mayo los vecinos del número 55 de la calle Antoni Cusidó en Sabadell (Barcelona) se asustaron mucho. «Parecía la guerra», declaró uno de ellos. Un humo tremendo salía del piso del que aún cuelga una desteñida bandera de color inspirada en el brazo armado de Estat Català. Entonces se dijo que había sido un simple accidente: que Jordi, de 45 años, se había dejado un cigarrillo encendido en su piso, o quizá una cacerola al fuego en la cocina.
Hoy la Guardia Civil sospecha que aquello fue algo más. Porque Jordi es Jordi Ros Solà, el «cabecilla» del grupo independentista violento desarticulado esta semana, y uno de sus tres «cocineros», que es como los investigadores denominan a los miembros del Equip de Resposta Tàctica (ERT) que, al menos desde ese mes de mayo, mezclaban los materiales que habían adquirido para presuntamente fabricar explosivos con los que sembrar el caos en Cataluña e instaurar la república catalana «por cualquier vía, incluida la violenta», según la Audiencia Nacional.
Este lunes, cuando fue arrestado, Jordi gritó «Visca Catalunya lliure!». Tenía quemaduras recientes en las manos. Hoy es uno de los dos integrantes del grupo que ha decidido desmarcarse de la estrategia de los abogados secesionistas, solicitar un letrado de oficio y testificar tanto ante la Guardia Civil como ante el juez. Como sus seis compañeros, ha sido enviado a prisión provisional sin fianza acusado de pertenencia a organización terrorista, tenencia de explosivos con fines terroristas y conspiración para la comisión de estragos, en la que hasta el momento es la operación más grave contra el secesionismo violento en Cataluña. La operación Judas.
«Jordi era el más radical del grupo», explica una fuente del operativo de la Guardia Civil, que ha seguido a los siete detenidos y escuchado sus conversaciones desde hace meses. «Habían decidido dar un salto adelante. Él incluso habló de iniciar una nueva modalidad de atosigar a agentes en su vida personal y amenazar a sus familias», añade.
El grupo -una facción surgida de los Comités de Defensa de la República (CDR)- tenía, según el auto del juez instructor, Manuel García Castellón, una estructura jerarquizada con los papeles bien repartidos. Y en esa estructura Jordi llevaba la voz cantante, «dirigía el cotarro en materia de explosivos», añaden las fuentes consultadas.
El retrato del presunto cabecilla es difuso. Sin empleo conocido, era un habitual en los bares de Sabadell. Hace años trabajó, eso sí, en el pequeño negocio de serigrafía de su padre, ya jubilado. «Hacían ***etos, cartelería... Poca cosa», cuenta un vecino bien informado. En el municipio tiene fama de «manitas»; también de bala perdida. En sus seguimientos, los investigadores le han visto comprando material susceptible de ser convertido en explosivo en tiendas de productos químicos de Terrassa y Barcelona. Lo vieron también ir y venir de su piso hasta la casa de sus padres, en la calle Romeu. Allí, en el garaje de Salvador y Rosa, tenía uno de los dos laboratorios principales donde los «cocineros» del ERT hacían sus mezclas y donde la Guardia Civil halló ácido sulfúrico, parafina, aluminio en polvo, nitrato de amonio... Los acusados manejaban una mezcla de aluminio y óxido metálico conocida como termita, que se utiliza como precursor de explosivos.
LA MASÍA DE LAS FÓRMULAS
El otro laboratorio era una masía situada en un pequeño pueblo llamado Sant Fost de Campsentelles. Su inquilino se llama Alexis Codina Barberán. De 41 años, casado con una administrativa y con dos hijos, se gana la vida como reparador de climatización en una empresa familiar de calefacción, calderas y aire acondicionado en Mataró, Maresme Sertec SL, de la que era administrador único hasta el mes de julio. Nacido en Montgat, es hijo de Francisca, gaditana de Paterna de Rivera. Según ha publicado un diario local, Alexis vivía en Sant Fost desde hace unos dos años. En sus redes sociales se mostraba votando, sonriente, en el referéndum ilegal del 1 de octubre, y difundía acciones violentas de los CDR de la zona.
Al igual que en los registros a Jordi, en la masía de Sant Fost los agentes encontraron materiales sospechosos y anotaciones con fórmulas y porcentajes precisos para fabricar explosivos, incluido goma dos. Aquí apareció también el plano del cuartel de la Guardia Civil de Canovelles. En su finca -que puede verse en el vídeo de la operación difundido por la Guardia Civil- es donde los investigadores creen que Jordi se quemó las manos. Y donde más avanzaron las pruebas con las que, como mínimo, los acusados pretendían perpetrar sabotajes contundentes -así lo han reconocido los dos que han colaborado- entre el aniversario del 1-O (este martes) y la publicación de la sentencia del procés (a mediados de mes).
«Aún no tenían muy claro los objetivos a los que atacar [se barajan redes eléctricas, torres de telefonía, cuarteles de la Guardia Civil y la toma del Parlament], pero sí las fechas», explican las fuentes consultadas. Y añaden: «Su intención manifiesta no era ocasionar víctimas mortales, pero sí asumían con cinismo que no las descartaban como daño colateral».
A menos de siete kilómetros de allí, en Mollet del Vallès, un tercer hombre manejaba los ingredientes, siempre según fuentes de la investigación: Germinal Tomàs Aubeso. Germinal, nacido en Santa Coloma de Gramanet hace 32 años y con hijos, no sólo «cocinaba»; también servía al grupo con sus conocimientos de electrónica. Técnico de mantenimiento, es un apasionado de las armas, los juegos de rol y el aircroft (juego de simulación militar), aficiones que detallaba en un blog escrito en español. («Aunque como catalán que soy, debería escribir en mi lengua, lo haré mayoritariamente en castellano, ya que de esta manera será menos complicado que la mayoría de usuarios me entiendan y me lean», decía en enero de 2009). En su bitácora publicaba relatos de fantasía ideados por él sobre hobbits, magos y guerreros. Su progenitora, Mar Aubeso Rull, ya fallecida, fue una anarquista y activista vecinal muy conocida en Santa Coloma que regentó una librería y en cuyo entierro hace tres años sonó el himno de la CNT, A las barricadas.
EL CONDUCTOR DE AMBULANCIAS: "NI UNO VIVO"
El reparto de papeles en la célula, similar a la que tenían organizaciones terroristas como los comandos de ETA en su época, incluía otras cuatro funciones: la seguridad, la financiación, la planificación y el apoyo logístico.
De la seguridad se encargaba el arrestado que con más claridad defendía la violencia por escrito y en público: un conductor de ambulancias (y militante ferviente del colectivo Sanitaris per la Repùblica) llamado Ferran Jolis Guardiola, que fue arrestado en Santa Perpètua de la Mogoda. Al igual que Jordi, Ferran, de 38 años, se ha apartado de la estrategia de defensa del grupo Alerta Solidària (vinculado a las juventudes radicales de Arran) y ha optado por colaborar con la Guardia Civil y con el juez.
Candidato como suplente de la lista de la CUP en Santa Perpètua en las últimas elecciones municipales, el perfil de Twitter de Ferran es un ejemplo de fanatismo extremo contra España y contra todo aquel que no apoye el independentismo. Su cuenta de YouTube, por el contrario, la compone una amalgama de vídeos de motivación con protagonistas como Steve Jobs o Nelson Mandela. También se definía como consultor de negocios por internet, al tiempo que compartía vídeos de una web en inglés vinculada a los CDR con 805 vídeos de la «represión vivida en Cataluña causada por la Policía española en el referéndum del 1 de octubre de 2017» (spanishpolice.github.io).
El conductor de ambulancias -de una empresa con sede en Sabadell- se retrata como admirador de Arnaldo Otegi, Carles Puigdemont y Beatriz Talegón y ha dejado escritas cosas como estas: «Los catalanes siempre hemos ganado luchando y así lo haremos. No sobrevaloremos tanto el pacifismo, todo tiene un límite»; «La impunidad de una gente que hace las cosas porque sabe que los catalanes somos pacíficos y no violentos... hasta que llegue el día»; «Los catalanes llega un punto que los lazos y las sonrisas para depende qué, pero para defender nuestros derechos ya se acabaron»; o «La culpa de todo la tenemos nosotros, una cosa es ser no violentos, otra es ser iluso».
Otro día, al hilo de una noticia que informaba de que alguien había podado unos árboles de los que colgaban lazos amarillos, tecleó: «Deberíamos cortarle el cuello con la motosierra a este grupo de me gusta la fruta... ¡Ni uno vivo! ¡estultoes!». Y cuando en septiembre de 2018, en los altercados producidos por radicales contrarios a la manifestación del sindicato policial Jusapol en Barcelona, los Mossos arrestaron a un independentista, Ferran escribió las proclamas «pim pam pum, que no quede ni uno», «pueblo armado, pueblo respetado», «ACAB», «ni olvido ni perdón», «ni un paso atrás» y «Terra Lliure».
Su labor en el grupo: «Ferran se encargaba de la seguridad de todos los medios técnicos, teléfonos, ordenadores, y de las medidas de seguridad en general para las citas», detallan las fuentes consultadas. El análisis de la abundante documentación informática hallada en los registros -al igual que el de los materiales químicos- será un elemento fundamental en el avance de las pesquisas de la operación, que al cierre de esta edición seguía abierta y podía desencadenar nuevas detenciones.
En lechonanyola del Vallès cayó el presunto responsable de las cuentas: Eduard Garzón Bravo, barcelonés de 49 años y, según una fuente del municipio, apoderado de la CUP en la localidad. ¿Sus habilidades económicas? Antes de cambiar su estética por un look antisistema, Eduard se hacía llamar Eduardo, lucía camisa blanca planchada y fue presidente de la Asociación Catalana de la Hemofilia y tesorero en la Fundación Privada Catalana de Hemofilia. En su currículum asegura, además, tener estudios en Economía y dedicarse a la fiscalidad y auditoría de empresas.
El rostro de Eduard no es desconocido para los Mossos d'Esquadra. En febrero, la Policía autonómica lo identificó en una protesta frente a la guandoca de Lledoners durante el traslado de los presos secesionistas a Madrid para que participaran en el juicio del 1-O. Y así se convirtió en uno de los llamados Els 9 de Lledoners: nueve independentistas acusados por la Generalitat de desórdenes públicos, atentado contra agentes de la autoridad y lesiones, entre otros delitos.
En ese grupo de Lledoners figura también David Budria Altadill (38 años), que hasta hace poco vivía como Eduard en lechonanyola, hasta que se mudó a Sabadell. Allí lo detuvo este lunes la Guardia Civil en el marco de la operación Judas junto a su pareja, una cajera de supermercado de Terrassa de 33 años llamada Clara Borrero Espejo. Pero ambos fueron puestos en libertad ese mismo día a la espera de que el juez los cite a declarar. Estaban en el entorno del ERT, aseguran fuentes de la investigación, pero su participación no era directa.
EL JEFE DE LAS BARRACAS DE FIESTAS.. Y EL EX CONCEJAL
El «apoyo logístico» recaía en Xavier Duch Palau (50 años). «Duch se encargaba de las casas para las reuniones, la documentación para comprar material sensible... Compraban material con documentos de identidad de varias personas para que el volumen se camuflara», afirman las fuentes consultadas. Muy amigo del cabecilla y más activo en la calle, es un rostro conocido en Sabadell, donde lo detuvieron. De progenitora aragonesa, casado, con dos hijas pequeñas y aficionado al billar, los investigadores no vieron que tuviera empleo alguno. Dos fuentes vecinales apuntan que en las pasadas fiestas patronales, él fue el responsable de seguridad de las barracas, las casetas donde se sirve alcohol y que, como ocurre en el País Vasco, suelen estar manejadas por el mundo radical. «Duch es un elemento conocido en Sabadell. Está con el grupo de la CUP y, como encargado de seguridad de las barracas, era el interlocutor con el Ayuntamiento y con la Policía local», indican estas fuentes.
El grupo, según los investigadores, lo completaba Xavier (Txevi) Buigas Llobet, de 48 años. Este lunes la Guardia Civil entró en su finca, situada entre Sant Vincenç y Sant Pere de Torelló, adonde se mudó hace menos de un mes. «Comenzamos una nueva etapa. Primera noche en St. Pere de Torelló», escribió en su Facebook el 29 de agosto. ¿Qué haces allí?, le preguntaba una amiga. «Ya hablaremos».
Guarda forestal en el espacio natural de Guilleries-Savassona y padre de dos hijos, Buigas es el integrante del ERT que más lejos ha llegado en política. Más allá de organizar alguna «butifarrada» contra el Día de la Hispanidad, fue concejal de ERC en Folgueroles, un municipio interior de 2.200 habitantes. La experiencia duró sólo un año, entre 2011 y 2012, pero le sirvió para conocer personalmente a Oriol Junqueras, entonces eurodiputado, que viajó hasta el pueblo para bendecir su candidatura.
«Las calles serán siempre nuestras», decía Buigas en sus redes sociales, en las que exhibe la bandera de color, como varios de los miembros del grupo. Según el auto con el que el juez declara la prisión provisional para él, era «un miembro especialmente activo del Equipo de Respuesta Táctica» y ocupaba «una preeminente posición» en su estructura interna, pues se encargaba de «la planificación, el desarrollo y la puesta en marcha de las acciones violentas».
En las grabaciones intervenidas a los nueve detenidos, ellos mismos se autodenominan miembros del Equip de Resposta Tàctica, un grupo que para la Guardia Civil y la Fiscalía suponía el embrión de una nueva organización terrorista de índole secesionista. La causa sigue secreta, pero en su auto el juez atribuye al ERT la «capacidad suficiente» para llevar a cabo «tácticas y maniobras» con un «alto nivel de profesionalización».
Existe además material documentado de algunos de los encarcelados acudiendo a una cantera abandonada para probar los explosivos que habían fabricado. La operación sigue abierta, y ha desencadenado una tormenta en Cataluña, con los partidos independentistas defendiendo sin matices la inocencia de los detenidos, el president Quim Torra ensalzándolos como «personas comprometidas con su sociedad» y el Parlament reclamando la expulsión de la Guardia Civil.
¿Y por qué operación Judas? Fuentes de la investigación apuntan a que una de las personas del entorno del ERT cambió de bando... «Tenían las recetas y los ingredientes. Todo preparado para hacer boom cuando quisieran», afirman. Pero alguien los traicionó.