Cirujano de hierro
Será en Octubre
Renfe ha hecho oficial esta tarde la adjudicación del mayor contrato de su historia a los fabricantes Alstom y Stadler. El encargo para la fabricación de 211 trenes de Cercanías está valorado en 2.445 millones de euros -por debajo de los 2.700 millones en que se licitó el contrato en 2019- y el sector lo llevaba esperando mucho tiempo. El fabricante francés Alstom se encargará de fabricar 152 convoyes de 100 metros de longitud por 1.447 millones de euros. La suiza Stadler construirá otros 24 con esta misma longitud, además de otros 35 trenes de 200 metros, por 998 millones de euros. Ambos lotes incluyen las piezas de parque, el almacén inicial de repuestos y sus utillajes y el mantenimiento durante 15 años.
Los nuevos trenes, que serán destinados a servicio en los grandes núcleos de Cercanías, tienen una capacidad de al menos 900 plazas cada uno de ellos (un 20% más que los actuales Civia). Además, minimizarán el tiempo de bajada y subida de viajeros, mediante un avanzado diseño con un mínimo de 10 puertas y amplios vestíbulos, según ha explicado la compañía. Asimismo, todos ellos serán totalmente accesibles para facilitar el viaje de personas con movilidad reducida, y dispondrán de conexión wifi y zonas para bicicletas y carritos infantiles.
Cuando el material rodante ahora encargado entre en servicio, Renfe aumentará la capacidad de su parque de Cercanías en un 20% en relación a la que tenía en 2019. Eso no ocurrirá al menos hasta 2024, según aseguran fuentes del sector.
Intereses en España
Aunque Alstom y Stadler no son compañías españolas, ambas tienen plantas de fabricación en España. La compañía gala, que cuenta con 2.000 trabajadores en el país, tiene fábrica en la localidad catalana de Santa Perpetua de Mogoda, además de otros cuatro centros de innovación y 17 de mantenimiento y señalización. Stadler, por su parte, está presente desde el 1 de enero de 2016 en Valencia. Ese día, compró a Vossloh el negocio español de locomotoras. En la actualidad tiene casi 1.000 empleados en plantilla.
La renovación de la flota de Cercanías es una de las prioridades que se marcó el Ministerio de tras*portes, Movilidad y Agenda Urbana del que depende Renfe cuando José Luis Ábalos tomó posesión de la cartera. Aunque se trata del servicio que más pasajeros tras*porta anualmente -más de 510 millones en 2019, el año anterior a la esa época en el 2020 de la que yo le hablo- su material rodante arrastra evidentes problemas de envejecimiento. Según declaró el secretario de Estado Infraestructuras, tras*porte y Vivienda, Pedro Saura, al poco de llegar al cargo a mediados de 2018, Renfe llevaba entonces siete años sin comprar un solo tren de Cercanías, lo que ha empujado al ministerio a realizar un gran desembolso para actualizar un material rodante que está sufriendo en los últimos años muchas incidencias. De hecho, Renfe ha explicado que uno de sus objetivos es reducir la edad media del parque ferroviario, especialmente de Cercanías y Regionales, que cuentan con trenes que, en algunos casos, superan los 30 años de antigüedad y acumulan el 80% del servicio público de Renfe.
La operadora ya adjudicó un primer paquete para la renovación de su material rodante a la compañía española CAF, que fabricará 31 trenes de ancho métrico y 6 trenes alpinos. La empresa vasca también se encargará del mantenimiento parcial de la flota de trenes durante un periodo de 15 años. En total, el contrato asciende a 258 millones de euros. Asimismo, en los próximos meses tiene previsto adjudicar sendos contratos para la adquisición de 43 trenes de Media Distancia y 38 trenes de Cercanías, todos ellos híbridos, que se destinarán al servicio en diferentes comunidades autónomas. Igualmente, está previsto adjudicar también un contrato para la compra de 40 cabezas motrices que irán destinadas a las diferentes líneas de AVE.
En total, la compañía licitará contratos por valor de 3.500 millones de euros para renovar su material rodante que, en el caso de trenes destinados a Cercanías, Media Distancia y Ancho Métrico (antigua Feve), asciende a 1.016 unidades.
Descalificaciones de Talgo y CAF
El concurso no ha estado exento de polémica, ya que antes de Navidad también se filtró que tanto CAF como Talgo, los otros dos fabricantes que optaban a la licitación, habían sido descalificados por la mesa de contratación alegando motivos técnicos, sin que Renfe hiciera públicos los mismos. En concreto, la exclusión de la vasca CAF dio lugar a una tormenta política, ya que el PNV llevó el tema al Congreso e interpeló a la ministra de Industria, Reyes Maroto, que negó que se hubiera desestimado la candidatura de CAF, como finalmente ha sucedido.
Los nuevos trenes, que serán destinados a servicio en los grandes núcleos de Cercanías, tienen una capacidad de al menos 900 plazas cada uno de ellos (un 20% más que los actuales Civia). Además, minimizarán el tiempo de bajada y subida de viajeros, mediante un avanzado diseño con un mínimo de 10 puertas y amplios vestíbulos, según ha explicado la compañía. Asimismo, todos ellos serán totalmente accesibles para facilitar el viaje de personas con movilidad reducida, y dispondrán de conexión wifi y zonas para bicicletas y carritos infantiles.
Cuando el material rodante ahora encargado entre en servicio, Renfe aumentará la capacidad de su parque de Cercanías en un 20% en relación a la que tenía en 2019. Eso no ocurrirá al menos hasta 2024, según aseguran fuentes del sector.
Intereses en España
Aunque Alstom y Stadler no son compañías españolas, ambas tienen plantas de fabricación en España. La compañía gala, que cuenta con 2.000 trabajadores en el país, tiene fábrica en la localidad catalana de Santa Perpetua de Mogoda, además de otros cuatro centros de innovación y 17 de mantenimiento y señalización. Stadler, por su parte, está presente desde el 1 de enero de 2016 en Valencia. Ese día, compró a Vossloh el negocio español de locomotoras. En la actualidad tiene casi 1.000 empleados en plantilla.
La renovación de la flota de Cercanías es una de las prioridades que se marcó el Ministerio de tras*portes, Movilidad y Agenda Urbana del que depende Renfe cuando José Luis Ábalos tomó posesión de la cartera. Aunque se trata del servicio que más pasajeros tras*porta anualmente -más de 510 millones en 2019, el año anterior a la esa época en el 2020 de la que yo le hablo- su material rodante arrastra evidentes problemas de envejecimiento. Según declaró el secretario de Estado Infraestructuras, tras*porte y Vivienda, Pedro Saura, al poco de llegar al cargo a mediados de 2018, Renfe llevaba entonces siete años sin comprar un solo tren de Cercanías, lo que ha empujado al ministerio a realizar un gran desembolso para actualizar un material rodante que está sufriendo en los últimos años muchas incidencias. De hecho, Renfe ha explicado que uno de sus objetivos es reducir la edad media del parque ferroviario, especialmente de Cercanías y Regionales, que cuentan con trenes que, en algunos casos, superan los 30 años de antigüedad y acumulan el 80% del servicio público de Renfe.
La operadora ya adjudicó un primer paquete para la renovación de su material rodante a la compañía española CAF, que fabricará 31 trenes de ancho métrico y 6 trenes alpinos. La empresa vasca también se encargará del mantenimiento parcial de la flota de trenes durante un periodo de 15 años. En total, el contrato asciende a 258 millones de euros. Asimismo, en los próximos meses tiene previsto adjudicar sendos contratos para la adquisición de 43 trenes de Media Distancia y 38 trenes de Cercanías, todos ellos híbridos, que se destinarán al servicio en diferentes comunidades autónomas. Igualmente, está previsto adjudicar también un contrato para la compra de 40 cabezas motrices que irán destinadas a las diferentes líneas de AVE.
En total, la compañía licitará contratos por valor de 3.500 millones de euros para renovar su material rodante que, en el caso de trenes destinados a Cercanías, Media Distancia y Ancho Métrico (antigua Feve), asciende a 1.016 unidades.
Descalificaciones de Talgo y CAF
El concurso no ha estado exento de polémica, ya que antes de Navidad también se filtró que tanto CAF como Talgo, los otros dos fabricantes que optaban a la licitación, habían sido descalificados por la mesa de contratación alegando motivos técnicos, sin que Renfe hiciera públicos los mismos. En concreto, la exclusión de la vasca CAF dio lugar a una tormenta política, ya que el PNV llevó el tema al Congreso e interpeló a la ministra de Industria, Reyes Maroto, que negó que se hubiera desestimado la candidatura de CAF, como finalmente ha sucedido.
Última edición:
