¿”Referéndum” secesionista? No, gracias. ¡No al (falso)“derecho” a dividir(nos)! (I)

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¿”Referéndum” secesionista? No, gracias. ¡No al (falso)“derecho” a dividir(nos)! (I)

Salvador López Arnal

Artículo completo, aquí:
Rebelion. ¿”Referéndum” secesionista? No, gracias. ¡No al (falso)“derecho” a dividir(nos)! (I)

"(...) Antes de notas y preámbulos. Iba a escribir: empieza a ser una locura… Pero no. Ni Trump está loco ni Puigdemont y los suyos dicen o hacen locuras. Deberíamos respetar a las personas afectadas por enfermedades mentales (no hace falta que le explique la dureza de algunas de ellas) y evitar ese tipo de metáforas, muy presentes, desgraciadamente, en el lenguaje político.

Cojo el hilo. El pasado miércoles 5 de julio, el presidente Puigdemont, del PDCAT, un partido de orden, sistema, especulación, beneficios, muchos beneficios, y mando, envuelvo en mil corrupciones, uno de las formas políticas organizadas por “gente guapa de bien” que naturaliza el capitalismo como único mundo posible (se rían estúpidamente de cualquier alternativa), habló, tras la concesión del Premio Internacional de Cataluña, de “Estado de sitio” de Costa Gavras. La recomendó -¡la recomendó!-, aunque reconoció que la había visto hacía muy pocos días. Su mundo es totalmente disjunto respecto al del director heleno-francés (que, por cierto, ¡votó a Macron en las elecciones francesas si mi información es buena!) y la izquierda. Por si fuera necesario: la situación política en Cataluña no tiene nada que ver -¡nada!- con lo sucedido en Uruguay durante la dictadura militar de los años setenta. Y, desde luego, la CUP no son los tupamaros catalanes.

Eso sí, para el nacionalismo-secesionismo-soberanismo todo vale. Basta pensar en las declaraciones del vicepresidente de la Generalitat en un programa matutino de TV3, “la secesionista”, ese mismo miércoles: convocan el referéndum, dijo sin que se le cayera la cara de vergüenza, porque les obliga la ley, el Derecho internacional, la Carta de las Naciones Unidas. ¡Porque les obliga la ley! (Junqueras diu que l).

Otra nota más del mismo cajón. Mañana del 6 de julio, Universidad Progresista de Cataluña (la organiza u organizaba Vicenç Navarro). Debate sobre si es o no es posible un gobierno de las izquierdas en Cataluña. No hace falta que resuma, nada nuevo (de izquierdas nada de nada). Interviene Anna Gabriel de la CUP: sí es posible, señala, pero con condiciones. Las condiciones: 1. Que no se acepte el régimen del 78 y 2. Que no se incluyan en ese gobierno fuerzas que aceptan el dominio del mercado sobre la ciudadanía, sobre la voluntad ciudadana. Dejemos al margen lo de régimen del 78, que incluiría, como es sabido, la Generalitat y el Parlamento de Cataluña (de la que Gabriel es parte), me centro en la condición 2: ¿cómo es posible afirmar lo que se ha señalado Gabriel y ser aliado de una fuerza, PDCat, y también ERC, que creen que el mercado es el dios indiscutible casi como principio básico, como un axioma a prueba de todo? ¿En qué quedamos? ¿Cabe afirmar A y practicar no-A? Sí, cabe, porque todo vale.

(Entre paréntesis y a modo de preámbulo después de admitir con dolor que, inevitablemente, no se puede hablar de todo y que siempre - disculpas- quedan temas centrales en el tintero a pesar de la extensión, excesiva a todas luces. Tres apuntes:

1. Una exposición puede verse estos días en la guandoca de Modelo de Barcelona, hasta el 26 de noviembre. Lleva por título:”La Modelo nos habla: 113 años, 13 historias”. La muestra, se afirma, centra la atención en “13 de los personajes más relevantes que habitaron, contra su voluntad, entre los muros del penal”. Lo de “más relevante”, en general, suele ser un disparate, una descortesía o una, digamos, conclusión extraída desde una perspectiva siempre parcial, siempre discutible. Ya se pueden imaginar qué mirada rige en estos momentos en una exposición así en .Cat. Un comentario del historiador José Luis Martín Ramos que me permito suscribir (por si fuera necesario: es imposible leer esta reflexión como un ataque o una descalificación de Salvador Puig Antich, nada de eso ):

Una nota sobre mis manías. Va de batallas culturales, en este caso de batallas por la memoria, no con la derecha, no con el franquismo, con otros.

Espero que nadie me interprete de manera torcida. Con todos los respetos personales hacia Salvador Puig Antich, me parece inaudito que la memoria de la represión de la guandoca Modelo se esté focalizando en él. Entiendo que el nacionalismo y las clases medias lo estén convirtiendo en héroe paradigmático de la lucha contra la dictadura ante las generaciones que suben y las futuras. No entiendo en absoluto que callemos y que incluso responsables de la memoria que se dicen de izquierdas no hayan considerado inconveniente esa focalización. La ejecución de Puig Antich representa solo -y nada menos- la barbaridad del sistema franquista, pero no representa -o lo hace en una ínfima proporción- la lucha contra la dictadura.

Encuentro a faltar en la exposición nombres de la "quinta" de La Modelo de 1939-1945. Hay bastantes y podemos escoger: Otilio Alba, Tomás Pons, Manuel Donaire, Numen Mestres, Puig Pidemunt, Valverde, Carrero; los anarquistas: los hermanos Gómez Talón, de Pallarés… a todos ellos los dejamos en su fosa común; el PSUC ya no es el partido de los cien muertos es el partidos de los cien olvidados. No entiendo que nadie, nadie, se esté acordando hoy de ellos.

La Memoria histórica es política de memoria. Se está haciendo una determinada política de memoria. Insisto, con todos los respetos personales por Puig Antich. El era un joven de clase media asalariada, y de clase media y aún más acomodada eran la mayor parte del resto del MIL, los hermanos Solé Sugrañes, Santi Soler Amigó, José Luis Pons Llobet… De un grupúsculo -el término es descriptivo, nada más- cuya solidez colectiva e impacto en la lucha antifranquista queda medido por el hecho de su dispersión, poco antes de la detención de Puig Antich. No era un obrero malcarado, de mono y grasa como la inmensa mayoría de los ejecutados que lo fueron en los patios de la guandoca o salieron de sus puertas camino del campo de la bota; su iconografía era otra, más extraña a las imágenes de nuestro presente

Cuando nuestros nietos o los nietos de nuestros amigos representen la lucha contra la dictadura con una camiseta con la cara de Salvador Puig Antich no nos extrañemos. Será el testimonio de otra batalla perdida. Ésta, sin darla siquiera.

Y mi estupefacción sube de tono cuando veo las 13 imágenes de la historia de la Modelo que reúne la exposición. En ellas no hay anarquistas, no hay comunistas, no hay socialistas, no hay obreros. Hay un exceso injustificable de independentistas (Compte, Marcel·lí Perelló, Xirinachs,) republicanos (Companys, Fortuny), alguna figura icónica (Ferrer Guardia, el mismo Puig Antich) concesiones a los temas del momento (“Gilda”, el Vaquilla)…. Un retrato grotesco de la Cataluña luchadora y reprimida. ¿Es una cuestión de incompetencia o de sectarismo? Otra batalla cultural por hacer desaparecer del país lo que molesta a quienes tienen de él la concepción más estrecha.
(...)"

---------- Post added 08-jul-2017 at 14:29 ----------

Ya lo dice la misma palabra, para quien sepa analizarla con detenimiento: "SECE - SIONISMO"; el estado terrorista y nancy de Israel, los sionistas catalanes (con la HDLGP de la sindePilar Rahola a la cabeza) están detrás de esta cosa.
 
Hablando de la modelo.

Un día vi una película de los años franquistas rodada en Barcelona, al estilo Perros Callejeros (también ambientada en Barcelona), pero más antigua.

La película se llamaba los atracadores

Revista PRÓTESIS: Cine neցro español: Los atracadores (1961)

La película es de principios de los años 60, en donde un pijo y un kinki deciden montar una banda de atracadores al que unen a un obrero de una fábrica, todos jovenzuelos.

La banda se hace famosa y llegan a cometer asesinatos. Muestran la sociedad catalana de los años 60 y es recomendable siempre ver en imagenes nuestras sociedades pasadas, para no olvidar de donde venimos.

Lo más llamativo de esta película, lo que más me llamó la atención es que rompía unos cuantos mantras franquistas:
- El pijo, el hijo de una persona respetable, se mete a delincuente (por diversión), por lo cual, se carga el mantra de que la clase medioalta es buena por naturaleza. El bueno y más noble de los tres delincuentes, tal como lo pinta la película, es el obrero.
- La época de Franco, esa época, tampoco no es una época de delincuencia, Franco ha traido seguridad, mantra roto con esta película, pues mete una banda como la del vaquilla y el trompeta, con asesinatos incluidos, pero en la época de los perros callejeros, ya empezaba la película diciendo "vivimos en una época de delincuencia", frente a la aparente seguridad que se decía se vivía en la época franquista.

Pero lo más grande es el final, en el que se hace casi un ritual morboso del condenado a fin, una especie de "pena de fin" de Sean Penn, pero español con garrote y en los años 60. Un alegato contra la pena de fin en mitad de la dictadura franquista.

Una película que disimuladamente rompía con varias reglas asumidas de la época, y vio la luz. Increible, porque soy incapaz de concebir una pelicula creada en cataluña y solo en cataluña, que sea capaz de ir contra uno de los mantras de la generalitat. Y eso que teóricamente hoy existe libertad de expresión y democracia y en aquel entonces había totalitarismo y censura.
 
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