Lo interesante de esto es que las empresas recurren a estas técnicas cuando el consumidor no asume subidas de precio, o sea, cuando la inflación no procede de la buena marcha de la economía, sino que responde a un ente destructor de la misma.
Durante el proceso 2002-2008 no hacia falta recurrir a esto, se subían precios y el personal los asumía sin mucho más problema.