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Las cámaras trampa, dispositivos utilizados para capturar animales salvajes mediante sensores de movimiento, están salvando a los animales de los cazadores de carne de animales salvajes y, de paso, descubriendo animales raros.
En Togo, país de África occidental, los investigadores han podido ver por primera vez en estado salvaje imágenes del duiker de Walter, una pequeña especie de antílope africano, según informa Gizmodo.
También se descubrieron especies raras de cerdos hormigueros y una mangosta en estado salvaje en Togo utilizando cámaras trampa.
"Las cámaras trampa cambian las reglas del juego en lo que se refiere al trabajo de campo para el estudio de la biodiversidad", dijo a Gizmodo el biólogo de la Universidad de Oxford Neil D'Cruze. "He pasado semanas en bosques tropicales aparentemente desprovistos de grandes mamíferos. Sin embargo, cuando enciendes el portátil y metes la tarjeta de memoria de las cámaras trampa que han estado ahí pacientemente durante todo el viaje -y ves especies que estuvieron ahí contigo todo el tiempo- es como si te dieran un vistazo a un mundo paralelo."
En el caso de los cazadores de carne de animales silvestres, especializados en su recolección en comunidades rurales, sus servicios, considerados ilegales y una práctica de caza excesiva e insostenible, ya no son necesarios para que los biólogos recopilen información. Algunos cazadores de carne de animales silvestres mataban animales raros para vender sus cadáveres en el mercado.
El duiker de Walter se descubrió en 2010 cuando se compararon especímenes de carne de animales silvestres con otros conocidos. Sin embargo, las imágenes recientes del duiker de Walter son las primeras que los científicos han visto. Algunas especies raras, escasas y poco frecuentes, no entran en la lista de especies en peligro porque la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza las clasifica como "deficientes en cuanto a datos".
La Unidad de Investigación para la Conservación de la Vida Silvestre, un departamento de zoología de la Universidad de Oxford (Inglaterra), también conocida como WildCRU, está intentando marcar la diferencia.
"Este grácil antílope ha hecho gala, durante los últimos 200 años, de un gran talento para evitar a los científicos, pero ha demostrado ser trágicamente menos hábil a la hora de evitar las redes, los cepos y los perros de caza", afirma el zoólogo de la Universidad de Oxford David Macdonald. "Trazar su paradero en los mercados de carne de animales silvestres es más o menos análogo a trazar los hábitos de los ciervos en el Reino Unido mediante la cartografía de su presencia en las tablas de los carniceros".
En Togo, país de África occidental, los investigadores han podido ver por primera vez en estado salvaje imágenes del duiker de Walter, una pequeña especie de antílope africano, según informa Gizmodo.
También se descubrieron especies raras de cerdos hormigueros y una mangosta en estado salvaje en Togo utilizando cámaras trampa.
"Las cámaras trampa cambian las reglas del juego en lo que se refiere al trabajo de campo para el estudio de la biodiversidad", dijo a Gizmodo el biólogo de la Universidad de Oxford Neil D'Cruze. "He pasado semanas en bosques tropicales aparentemente desprovistos de grandes mamíferos. Sin embargo, cuando enciendes el portátil y metes la tarjeta de memoria de las cámaras trampa que han estado ahí pacientemente durante todo el viaje -y ves especies que estuvieron ahí contigo todo el tiempo- es como si te dieran un vistazo a un mundo paralelo."
En el caso de los cazadores de carne de animales silvestres, especializados en su recolección en comunidades rurales, sus servicios, considerados ilegales y una práctica de caza excesiva e insostenible, ya no son necesarios para que los biólogos recopilen información. Algunos cazadores de carne de animales silvestres mataban animales raros para vender sus cadáveres en el mercado.
El duiker de Walter se descubrió en 2010 cuando se compararon especímenes de carne de animales silvestres con otros conocidos. Sin embargo, las imágenes recientes del duiker de Walter son las primeras que los científicos han visto. Algunas especies raras, escasas y poco frecuentes, no entran en la lista de especies en peligro porque la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza las clasifica como "deficientes en cuanto a datos".
La Unidad de Investigación para la Conservación de la Vida Silvestre, un departamento de zoología de la Universidad de Oxford (Inglaterra), también conocida como WildCRU, está intentando marcar la diferencia.
"Este grácil antílope ha hecho gala, durante los últimos 200 años, de un gran talento para evitar a los científicos, pero ha demostrado ser trágicamente menos hábil a la hora de evitar las redes, los cepos y los perros de caza", afirma el zoólogo de la Universidad de Oxford David Macdonald. "Trazar su paradero en los mercados de carne de animales silvestres es más o menos análogo a trazar los hábitos de los ciervos en el Reino Unido mediante la cartografía de su presencia en las tablas de los carniceros".
