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Ultraneocon, azote de lo público, privatizador
El director Adrian Grunberg ha logrado revivir al soldado de elite que Sylvester Stallone llevó a la fama, diez años después de que se estrenase John Rambo y casi 40 años desde que Acorralado comenzase la serie . Paz Vega, Adriana Barraza, Yvette Monreal, Sarah Miller, Oscar Jaenada, acompañan al protagonista en esta historia con sabor salvaje.
Hay dos personajes que modelan el arquetípico de una de las grandes estrellas del cine de los últimos cuarenta años, el extraordinario Sylvester Stallone ( 1946 ) . Sin duda Rocky y Rambo .
Stallone es un luchador que jamás se da por vencido . En 1976 tras años de búsqueda y decepciones logró que su guión de Rocky fuera llevado al cine con él de protagonista. La productora había comprado el guión pero deseaba a un actor famoso para el papel protagonista. Stallone resistió, o el la hacía o no habría película. El resultado fue Rocky ( 1976 ) dirigida por John G. Avildsen, que obtuvo el Oscar a la mejor película del año, dos nominaciones a Stallone ( interpretación y guión ) y un éxito espectacular.
En 1982 llegó Acorralado (First Blood ) dirigida por Ted Kotcheff, la historia de un ex combatiente americano en Vietnam que regresa a su hogar y no encuentra más que incomprensión y olvido. El éxito fue grande y propició la segunda parte ya con el título simple de Rambo ( 1984 George Pan Cosmatos ) que fue la que realmente creó el arquetipo del guerrero solitario que no se puede integrar en el sistema pero que con su sacrificio permite el bienestar del mismo . Realizada en el apogeo de los años de Ronald Reagan en la Presidencia de Estados Unidos y con marcado tono anticomunista reivindicaba el orgullo americano ante una guerra perdida porque los políticos no permitieron ganarla . Aquel mismo año Chuck Norris obtendría otro éxito espectacular con Desaparecido en combate , encarnando al coronel Braddock , otro héroe de guerra que vuelve a Vietnam para rescatar a los prisioneros americanos olvidados en aquella tierra en la que defendieron el honor de su país . Anticomunista y violenta, Desaparecido en combate fue el contrapunto perfecto en serie B del Rambo de Stallone . Chuuck Norris estrenó dos partes mas de la saga , siempre en Vietnam . Stallone algunas más aunque el héroe ya hubo de enfrentarse a otras misiones : Rambo III ( Afghanistan ), John Rambo ( misión de salvamento ) y ahora esta seca, decidida y heroica Rambo (Final Blood ) donde Stallone con más de setenta años sigue impresionando al espectador.
Pero Stallone logró también otra hazaña. Si Rocky obtuvo prestigio en la crítica y la prensa, las películas posteriores e incluso el propio actor fueron objeto de desprecio por numerosos miembros de eso que siempre he denominado crítica convencional. Pese a lo cual el actor – y ocasional director – siguió filmando película tras película, casi siempre con éxito de público, así las diversas partes de Rocky ( sobre todo la apoteósica Rocky IV ), aventuras en estado puro como Máximo riesgo o cambios de registro arriesgados ( Cop land, al lado de Robert de Niro ), incluso comedias ( Oscar, Alto o mi progenitora dispara ). Y cuando muchos le creían acabado Stallone regresó con Rocky Balboa y con las dos partes de Creed ofreciendo una insólita madurez y una artesanía cinematográfica aun más admirable en un tiempo en el que los efectos de ordenador han marcado el cine de acción contemporáneo.
Stallone vuelve al cine clásico de acción y sus héroes cansados y veteranos vuelven a sacar lo mejor de si mismos. Superación, sacrificio, espíritu indomable …han sido las señas de identidad de las películas de Stallone que han vuelto a conquistar el favor del público de las nuevas generaciones y el respeto de la crítica más solvente. Inolvidables han sido las películas de la saga de Los mercenarios, un completo homenaje al cine de acción de los años ochenta y en las que Stallone se ha rodeado de las glorias verdaderas de la acción cinematográfica moderna: Schwarzenegger, Chuck Norris, Van Damme, Jet Li , Mel Gibson , Bruce Willis …..)
En este escenario el estreno de esta “Ultima sangre “ de Rambo es todo un acontecimiento para los millones de aficionados al cine de acción que estos héroes protagonizaron. Sangre y sudor, músculo en lugar de ordenador, miradas auténticas en lugar de superhéroes ficticios, y una sensación de cierto desencanto en un mundo que tiene miedo al héroe verdadero. Desencanto y soledad que sin embargo no apartan del deber. Rambo es un personaje de western crepuscular que fascina por su intensidad fílmica.
Tras el éxito a todos los niveles de Creed ( donde Stallone es ya el Rocky veterano que entrena al hijo de su gran amigo Apollo Creed ) el nuevo Rambo es tan políticamente incorrecto que los críticos habituales han vuelto a masacrar la película. Al fin y al cabo el apoyo de Stallone a Donald Trump ( desde la rabiosa independencia por supuesto del actor ) no le iba a favorecer en el Hollywood contemporáneo, tan alejado del glamour y la calidad del clásico. Stallone con buen humor ha contestado en un video ( en su cuenta de Instagram ) a las críticas a su película ( por excesiva violencia dicen) advirtiendo que Rambo “no es para todos los públicos“ ).
Sly Stallone (@officialslystallone) • Instagram photos and videos
Stallone es ese veterano de tantas sangres que no ha conseguido olvidar, que vive aislado, pero se esfuerza por integrarse en un mundo que le resulta bastante ajeno. No he cambiado, sólo trato de ocultarlo. Pero la necesidad despertará de nuevo la máquina de guerra que esconde su cuerpo. Y entonces todo vuelve al inicio.
El argumento resume el estilo de la película: Después de haber vivido un infierno, John Rambo se retira a su rancho familiar. Su descanso se ve interrumpido por la desaparición de su nieta tras cruzar la frontera con México. El veterano emprende un peligroso viaje en su busca enfrentándose a uno de los carteles más despiadados de la zona y descubre que tras su desaparición hay oculta una red de trata de blancas. Con sed de venganza, deberá cumplir una última misión desplegando de nuevo sus habilidades de combate.
Como es habitual en Stallone la película va creciendo en intensidad hasta llegar a un desenlace espectacular , una explosión de adrenalina que rompe literalmente la pantalla con su intensidad. Los minutos finales no escatiman sangre, y desfilan cuchillos, trampas y el mítico arco de Rambo, una de sus señas de identidad.
Es cierto que el director, Adrian Gunberg, opta por una puesta en escena en exceso simple con una cámara que a veces se mueve demasiado. Pero Rambo last blood es para verla con la perspectiva de la acción sin edulcorar, sin los ordenadores. Es John Rambo en estado puro. Y si encima los críticos de la progresía hablan de xenofobia, machismo y violencia, las razones para ver y disfrutar la película aumentan considerablemente .
Stallone está ya muy por encima de sus críticos.