Burt Lancaster
Himbersor
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En esta nota pretendemos exponer quienes son los incels y de qué se compone su discurso ideológico que ha calado en tantos sectores de la llamada alt right. Un discurso que funciona como cabeza de playa para la extensión de la influencia de la derecha en los jóvenes y que muchas veces no se aborda de forma concreta.
A pesar de la tras*versalidad de dicho fenómeno entre las filas de la derecha, normalmente tan solo se discute en el plano mediático cuando sus activistas más extremistas cometen actos de terrorismo como fue el caso de Jake Davison en Reino Unido este verano. El joven de 22 años asesinó a 5 personas en una matanza inducida por un repruebo misógino y una necesidad de venganza como respuesta a la adopción de un discurso reaccionario. Pero no solo se trata de terroristas, sino de comunidades enteras, normalmente dentro del mundo digital, donde sectores de jóvenes y no tan jóvenes discuten una visión del mundo en la que el machismo, la xenofobia, el clasismo y una nostalgia reaccionaria se combinan para sembrar las bases del discurso de la alt right.
Proponemos a continuación una introducción a este universo ideológico cuya importancia no reside tanto en su fuerza organizada sino en su capacidad de permear los discursos de diferentes actores políticos que habrían estado ganando espacio desde 2016 si atendemos a los análisis de Angela Nagle en fin a los normies.
¿De quién hablamos cuando utilizamos el término incel?
Incel son las siglas en inglés de célibe involuntario, es decir, de una persona que no logra mantener relaciones sensuales, lo que atribuye a una incapacidad para agradar a las personas (en especial a las mujeres) con las que quiere ligar. Esto los llevaría a desarrollar un fuerte resentimiento y una perspectiva del mundo en la que ellos (hombres) se presentan como sujetos oprimidos por su género por unas mujeres que les negarían lo que consideran un derecho natural del hombre.
Los incels utilizan el término “red pill”, píldora roja, en referencia a la película de Matrix, para referirse a la revelación que experimentan al darse cuenta de la supuesta opresión que padecen, algo que se considera insuperable. Es decir, el incel como sujeto político se considera a sí mismo inútil para poder autoliberarse, independientemente de haber roto con la supuesta falsa conciencia identificada con el feminismo, que estaría ocultándoles los motivos reales de su infelicidad. Con métodos de teoría de la conspiración, estos grupos neomasculinistas fabrican un mundo en el que el hombre heterosexual está oprimido y es incapaz de superar esta situación mientras la mujer siga existiendo y siga teniendo lo que definen como una posición de poder.
Los motivos de por qué consideran que no pueden salir de esa situación y deben recurrir a la violencia como venganza residen en su visión de la sociedad. Para estos grupos, la población estaría dividida según criterios biologicistas y esencialistas, en los que distintas categorías de hombres y mujeres ocupan una pirámide. Como muchas corrientes de la alt right, su pensamiento sigue un darwinismo social, en el que el individuo merece ser un perdedor. Aunque las categorías van variando a lo largo del tiempo, se puede resumir en que existen tres posiciones básicas y una cuarta que fue añadida recientemente.
En la cima de la pirámide estarían lo que llamaríamos machos alfa, conocidos como “Chads”, individuos que identifican como hombres atléticos tan atractivos que las mujeres se sentirían atraídas hacia ellos por instinto. Se trata de los triunfadores en este modelo de sociedad y supone en realidad una actualización de la vieja idea del “chico malo/deportista” que se queda con la chica mientras que el chico bueno (nice guy) identificado ahora con el incel se queda sin ligar en la friendzone (“sólo como amigos”).
A pesar de la tras*versalidad de dicho fenómeno entre las filas de la derecha, normalmente tan solo se discute en el plano mediático cuando sus activistas más extremistas cometen actos de terrorismo como fue el caso de Jake Davison en Reino Unido este verano. El joven de 22 años asesinó a 5 personas en una matanza inducida por un repruebo misógino y una necesidad de venganza como respuesta a la adopción de un discurso reaccionario. Pero no solo se trata de terroristas, sino de comunidades enteras, normalmente dentro del mundo digital, donde sectores de jóvenes y no tan jóvenes discuten una visión del mundo en la que el machismo, la xenofobia, el clasismo y una nostalgia reaccionaria se combinan para sembrar las bases del discurso de la alt right.
Proponemos a continuación una introducción a este universo ideológico cuya importancia no reside tanto en su fuerza organizada sino en su capacidad de permear los discursos de diferentes actores políticos que habrían estado ganando espacio desde 2016 si atendemos a los análisis de Angela Nagle en fin a los normies.
¿De quién hablamos cuando utilizamos el término incel?
Incel son las siglas en inglés de célibe involuntario, es decir, de una persona que no logra mantener relaciones sensuales, lo que atribuye a una incapacidad para agradar a las personas (en especial a las mujeres) con las que quiere ligar. Esto los llevaría a desarrollar un fuerte resentimiento y una perspectiva del mundo en la que ellos (hombres) se presentan como sujetos oprimidos por su género por unas mujeres que les negarían lo que consideran un derecho natural del hombre.
Los incels utilizan el término “red pill”, píldora roja, en referencia a la película de Matrix, para referirse a la revelación que experimentan al darse cuenta de la supuesta opresión que padecen, algo que se considera insuperable. Es decir, el incel como sujeto político se considera a sí mismo inútil para poder autoliberarse, independientemente de haber roto con la supuesta falsa conciencia identificada con el feminismo, que estaría ocultándoles los motivos reales de su infelicidad. Con métodos de teoría de la conspiración, estos grupos neomasculinistas fabrican un mundo en el que el hombre heterosexual está oprimido y es incapaz de superar esta situación mientras la mujer siga existiendo y siga teniendo lo que definen como una posición de poder.
Los motivos de por qué consideran que no pueden salir de esa situación y deben recurrir a la violencia como venganza residen en su visión de la sociedad. Para estos grupos, la población estaría dividida según criterios biologicistas y esencialistas, en los que distintas categorías de hombres y mujeres ocupan una pirámide. Como muchas corrientes de la alt right, su pensamiento sigue un darwinismo social, en el que el individuo merece ser un perdedor. Aunque las categorías van variando a lo largo del tiempo, se puede resumir en que existen tres posiciones básicas y una cuarta que fue añadida recientemente.
En la cima de la pirámide estarían lo que llamaríamos machos alfa, conocidos como “Chads”, individuos que identifican como hombres atléticos tan atractivos que las mujeres se sentirían atraídas hacia ellos por instinto. Se trata de los triunfadores en este modelo de sociedad y supone en realidad una actualización de la vieja idea del “chico malo/deportista” que se queda con la chica mientras que el chico bueno (nice guy) identificado ahora con el incel se queda sin ligar en la friendzone (“sólo como amigos”).
¿Quiénes son los Incels? La ideología neomasculinista de la extrema derecha
En esta nota explicamos quiénes son los incels y de qué se compone su discurso ideológico que ha calado en tantos sectores de la llamada alt right.
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