General Silvestre
Madmaxista
- Desde
- 15 Jun 2015
- Mensajes
- 1.291
- Reputación
- 6.291
¿Cómo abrir 5 restaurantes con 20 años?
Tienen 23, 24 y 27 años y han inaugurado media decena de locales (tres en Cáceres y dos en Sevilla) en dos años, con 50 empleados a su cargo. Emprendedores sin miedo: «para fracasar primero hay que probar»
www.elperiodicoextremadura.com
Un mes antes de que el país se confinara Juan Manuel Fernández, cacereño de 23 años, vio paseando por el barrio de los Remedios de Sevilla, ciudad en la que estudiaba Nutrición y dietética, un local que le convenció para montar un restaurante. Hacía tiempo que le rondaba la cabeza abrir un negocio gastronómico en esta localidad, en la que ya había organizado varios eventos. Se lo comunicó a su socio, Jesús Gutiérrez, también cacereño de 24 años y que estudiaba con él en la capital andaluza (este Ciencias Políticas). Y en menos de un mes habían firmado el contrato y preparado el establecimiento para su apertura. Al negocio se unió Manuel Lobato, madrileño de 27 años con experiencia ya en el sector hostelero.
La inauguración estaba prevista para el 18 de marzo del 2020, pero ellos (ni nadie) no contaban con la irrupción de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo del cobi19; y el confinamiento decretado el 14 de marzo dio al traste con sus planes. Con el restaurante cerrado, tenían que afrontar el pago de la reforma y el alquiler del local sin ningún ingreso. Pero sobrevivieron. «Fue un palo muy grande, pensamos en trabajar de lo que nos surgiera para poder seguir», recuerda Juan Manuel Fernández.
Durante ese tiempo estudiaron de qué manera podían recuperarse económicamente y se fijaron en Cáceres, ciudad en la que se criaron y a la que siempre quisieron volver. «Es una ciudad que está creciendo y evolucionando mucho», afirma Fernández. Conocían el Palacio de los Golfines, donde habían organizado ya algún evento, y negociaron para abrirlo como empresa gastronómica. Hasta entonces funcionaba como restaurante, pero solo para bodas y grandes celebraciones, ahora abre todos los días. Firmaron el contrato el 13 de junio de ese año y en dos semanas estaba preparado para recibir a los primeros clientes.
El Jardín de los Golfines, como se llama, fue un éxito. «Abrimos en postpandemia y fue un éxito porque es un sitio muy amplio con calefacción en invierno y aire acondicionado en verano. Tuvimos un verano muy bueno», reconoce Fernández. Eso les dio aire para recuperarse y les permitió abrir, ya sí, el de Sevilla, en octubre del 2020. Lo bautizaron como Gula.
Siete meses después les surgió la oportunidad de gestionar otro negocio en Sevilla, en el barrio Los Bermejales, junto al estadio del Sevilla. El local, de 260 metros cuadrados, había funcionado como tapería pero llevaba ya 15 años cerrado. Y así nació Pecado Sevilla, como se llama, el pasado mes de octubre. Pero mientras reformaban este local les ofrecieron explotar otro en la capital cacereña, Amaltea, ubicado en plena plaza Mayor (junto al Arco de la Estrella). Y aceptaron. Era su cuarto restaurante, que inauguraron en agosto del pasado año.
Y no fue el último porque el pasado 21 de abril abrieron Origen, en la avenida París, también en Cáceres. Ambos (Juan Manuel y Jesús) llevaban tiempo detrás de este establecimiento (antiguo Paseo Central) porque se encuentra en el barrio donde crecieron, en plena expansión pero «con poca oferta gastronómica», según asegura Fernández (hay taperías pero solo dos restaurantes con este suyo).
Estudiaron en el colegio Licenciados Reunidos y se criaron en las calles de Cabezarrubia. «Es un sitio muy especial porque somos de aquí de toda la vida. Hemos pasado la infancia jugando al fútbol en estos jardines», cuenta Juan Manuel Fernández. Precisamente por eso decidieron llamarlo Origen, porque es el inicio de su historia. Tienen terraza y una carta con «comida buena a un precio asequible». Y más adelante añadirán una carta de cócteles y cafés especiales para el ‘tardeo’. Ha sido diseñado por GR Studio.
Con poco más de 20 años estos cacereños han conseguido gestionar cinco restaurantes en dos años en sitios estratégicos tanto de Cáceres como de Sevilla. En total tienen a su cargo 50 empleados. Hasta ahora, el principal problema con el que se han topado ha sido encontrar personal cualificado para los establecimientos. Y es que la falta de camareros y cocineros es un problema común en todo el territorio nacional y del que se queja habitualmente el sector. Aún así, de momento, han tenido suerte.
Quieren seguir creciendo y apostar por Cáceres, su ciudad. «Me sale una oportunidad y no sé decir que no», reconoce Fernández, que sabe que, a pesar de no tener libre ni un segundo de su vida, diría que sí a un nuevo negocio. Sus padres les piden tranquilidad pero ellos son mentes inquietas, emprendedores sin miedo. «Nunca he tenido miedo a las inversiones, quien no arriesga no gana. Para fracasar hay que probar primero», asiente Fernández.