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El líder supremo de Corea del Norte, Kim Jong-un, tendrá un número dos a partir de ahora que le descargará de parte de sus tareas, incluida la presidencia de ciertas reuniones. Así lo asegura la agencia de noticias surcoreana, Yonhap, que cita fuentes familiarizadas con el vecino del Norte.
El puesto de primer secretario se mencionó en el congreso del Partido de los Trabajadores celebrado el pasado enero, indica Yonhap. En esa reunión, Kim consolidó su poder al recibir el título de secretario general del Partido de los Trabajadores, la espina dorsal del régimen norcoreano, en una reunión celebrada con toda solemnidad pero estrictamente a puerta cerrada y sin presencia de medios extranjeros, debido a la amenaza de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo de la el bichito-19. Es un título que hasta entonces se había reservado a su padre y predecesor al frente del país, Kim Jong-il. Entre 2012 y 2016 el líder actual utilizó, precisamente, el título de primer secretario del partido.
En el Congreso de enero pasado, los 4.500 delegados participantes aprobaron una reforma de los estatutos de la formación, en la que se indica que el nombramiento de este cargo corresponderá al Comité Central, según las fuentes que cita la agencia surcoreana.
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Según la agencia, el elegido para el cargo parece ser Jo Yong-won, considerado hasta ahora el número tres del régimen, por detrás del propio Kim y de Choe Ryong-hae, presidente de la Asamblea Popular Suprema (equivalente a un parlamento en el sistema norcoreano).
El Congreso, que aprobó el plan quinquenal que dirigirá la economía norcoreana durante los próximos cinco años después de que el propio Kim reconociera el fracaso del anterior, consagró el giro del sistema hacia un mayor peso del Partido, en detrimento de las Fuerzas Armadas que tuvieron prioridad durante el régimen de Kim Jong-il. Según Yonhap, se ha eliminado la mención a la política songun, o “el Ejército, primero”, que aparecía en el prefacio de los reglamentos del Partido de los Trabajadores.
Se consolidaría así un giro que ya había comenzado en 2016, en el primer congreso del partido que encabezó Kim, más de cuatro años después de su llegada al poder tras la fin de su padre en diciembre de 2011. Entonces, la formación ya consagró la política byungjin, o “el doble desarrollo” de las Fuerzas Armadas y su programa nuclear, en paralelo al de la economía.
“Se sabe que el término songun, una palabra clave en la era de Kim Jong-il, ha sido eliminado del prefacio de los reglamentos del partido”, indican las fuentes citadas por Yonhap.
El año pasado, un legislador surcoreano afirmó que los servicios de inteligencia de su país creen que la hermana y mano derecha del líder, Kim Yo-jong, ejercía las funciones de número dos de facto, pero a la hora de la verdad no ha sido designada heredera de su hermano. La “hermanísima” ha intervenido en varias ocasiones en la política hacia el vecino del Sur, al que se ha dirigido en términos amenazantes. Yo-jong, que fue enviada de su hermano a las Olimpiadas de Corea del Sur en 2018 —que marcaría el inicio de la breve etapa de deshielo entre los dos países—, amenazó con “represalias” a Seúl en mayo pasado después de que un grupo de desertores enviara panfletos de propaganda hacia el Norte.
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El puesto de primer secretario se mencionó en el congreso del Partido de los Trabajadores celebrado el pasado enero, indica Yonhap. En esa reunión, Kim consolidó su poder al recibir el título de secretario general del Partido de los Trabajadores, la espina dorsal del régimen norcoreano, en una reunión celebrada con toda solemnidad pero estrictamente a puerta cerrada y sin presencia de medios extranjeros, debido a la amenaza de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo de la el bichito-19. Es un título que hasta entonces se había reservado a su padre y predecesor al frente del país, Kim Jong-il. Entre 2012 y 2016 el líder actual utilizó, precisamente, el título de primer secretario del partido.
En el Congreso de enero pasado, los 4.500 delegados participantes aprobaron una reforma de los estatutos de la formación, en la que se indica que el nombramiento de este cargo corresponderá al Comité Central, según las fuentes que cita la agencia surcoreana.
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Según la agencia, el elegido para el cargo parece ser Jo Yong-won, considerado hasta ahora el número tres del régimen, por detrás del propio Kim y de Choe Ryong-hae, presidente de la Asamblea Popular Suprema (equivalente a un parlamento en el sistema norcoreano).
El Congreso, que aprobó el plan quinquenal que dirigirá la economía norcoreana durante los próximos cinco años después de que el propio Kim reconociera el fracaso del anterior, consagró el giro del sistema hacia un mayor peso del Partido, en detrimento de las Fuerzas Armadas que tuvieron prioridad durante el régimen de Kim Jong-il. Según Yonhap, se ha eliminado la mención a la política songun, o “el Ejército, primero”, que aparecía en el prefacio de los reglamentos del Partido de los Trabajadores.
Se consolidaría así un giro que ya había comenzado en 2016, en el primer congreso del partido que encabezó Kim, más de cuatro años después de su llegada al poder tras la fin de su padre en diciembre de 2011. Entonces, la formación ya consagró la política byungjin, o “el doble desarrollo” de las Fuerzas Armadas y su programa nuclear, en paralelo al de la economía.
“Se sabe que el término songun, una palabra clave en la era de Kim Jong-il, ha sido eliminado del prefacio de los reglamentos del partido”, indican las fuentes citadas por Yonhap.
El año pasado, un legislador surcoreano afirmó que los servicios de inteligencia de su país creen que la hermana y mano derecha del líder, Kim Yo-jong, ejercía las funciones de número dos de facto, pero a la hora de la verdad no ha sido designada heredera de su hermano. La “hermanísima” ha intervenido en varias ocasiones en la política hacia el vecino del Sur, al que se ha dirigido en términos amenazantes. Yo-jong, que fue enviada de su hermano a las Olimpiadas de Corea del Sur en 2018 —que marcaría el inicio de la breve etapa de deshielo entre los dos países—, amenazó con “represalias” a Seúl en mayo pasado después de que un grupo de desertores enviara panfletos de propaganda hacia el Norte.
Un ‘número dos’ para Kim Jong-un en Corea del Norte
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