M. Priede
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Muchos de ellos víctimas del terrorismo. A Ortega Lara, que lo tuvieron metido en un agujero más de 500 días y pendiente de que lo mataran, lo ponen sujetando una esvástica
'El Jueves' caricaturiza a Ortega Lara con una esv?stica nancy - Libertad Digital
En cualquier otro país los autores de esa infamia serían condenados a años de guandoca o cadáveres en una cuneta. Una revistilla como ésa, que en casi 40 de existencia jamás ha tocado a la castuza de su tierra.
En Espanya se les ríe la gracia. Y si en lugar de burlarse de ellos e insultarlos por ser víctimas del terrorismo, los mataran, entonces no solo no los perseguirían sino que los homenajearían.
Éste polonyés me gusta la fruta, sin ir más lejos, asesinó a dos catalanes adosándoles sendas bombas en el pecho. Fue homenajeado por los que Rajoy quiere de socios, y que además tendremos que pagarles por ello.
Una vez fallecido le han dedicado una calle:
Sigan comprando productos catalanes y pagando por el expolio que jamás existió. Total, como tenemos la legión y a mí me encanta echar pestes contra todo en el bar. ¡Viva Egpaññia!, ¡coññio! ¡A mí la legión!
Jos? Garc?a Dom?nguez - El criminal que ama la Esquerra - Libertad Digital
'El Jueves' caricaturiza a Ortega Lara con una esv?stica nancy - Libertad Digital
En cualquier otro país los autores de esa infamia serían condenados a años de guandoca o cadáveres en una cuneta. Una revistilla como ésa, que en casi 40 de existencia jamás ha tocado a la castuza de su tierra.
En Espanya se les ríe la gracia. Y si en lugar de burlarse de ellos e insultarlos por ser víctimas del terrorismo, los mataran, entonces no solo no los perseguirían sino que los homenajearían.
Éste polonyés me gusta la fruta, sin ir más lejos, asesinó a dos catalanes adosándoles sendas bombas en el pecho. Fue homenajeado por los que Rajoy quiere de socios, y que además tendremos que pagarles por ello.
Una vez fallecido le han dedicado una calle:
El tal Martínez fue quien organizó en su día la fin atroz de don José María Bultó Marqués por el procedimiento de adosarle una bomba activada por control remoto al pecho.
Tras la consiguiente explosión, los fragmentos del cadáver que terminaron incrustados en el techo y las paredes de la sala tuvieron que ser extraídos por los bomberos. Una hazaña, la del carnicero Martínez Vendrell, que el ayuntamiento nacionalista de su pueblo, Santa Coloma de Cervelló, ansía celebrar ahora dedicando el nombre de un calle a su memoria. Pero Martínez Vendrell tiene otros muchos admiradores. Como Jordi Pujol, sin ir más lejos. El mismo Pujol que glosaría su aprecio por ese sujeto con la siguiente deposición :
"Dentro del FNC [Frente Nacional de Cataluña] había mucha gente que no era partidaria de la lucha armada. Lo que pasa es que Martínez Vendrell era un hombre por sus características personales (…) era apreciado incluso por la gente que estaba absolutamente en contra de sus ideas en ese sentido (...) Era un hombre apreciado."
Y hasta tal punto lo debía de apreciar Pujol que decidió presentarse coaligado con él a las elecciones de junio de 1977.
"otro comando procedería a descuartizar con idéntico modus operandi al exalcalde de Barcelona Joaquim Viola. Otra bomba activada por control remoto y fijada al pecho de la víctima con esparadrapo."
Otro cadáver irreconocible. Otra salvajada que, tal como confesó el propio Martínez Vendrell en el juicio, llevaba la impronta de una referencia ubicua del nomenclátor municipal catalán: Josep Maria Batista i Roca. Respetadísimo creador de esa militarización de la infancia que responde por minyons escoltes, la versión catalana de los boy scouts, Batista i Roca resultó ser el verdadero jefe en la sombra de Epoca. Acaso en agradecimiento a esos servicios a la pàtria, Jordi Pujol ordenaría luego que el más importante premio a la proyección internacional de la cultura catalana lleve su nombre. Nos quieren con locura, sí.
Tras la consiguiente explosión, los fragmentos del cadáver que terminaron incrustados en el techo y las paredes de la sala tuvieron que ser extraídos por los bomberos. Una hazaña, la del carnicero Martínez Vendrell, que el ayuntamiento nacionalista de su pueblo, Santa Coloma de Cervelló, ansía celebrar ahora dedicando el nombre de un calle a su memoria. Pero Martínez Vendrell tiene otros muchos admiradores. Como Jordi Pujol, sin ir más lejos. El mismo Pujol que glosaría su aprecio por ese sujeto con la siguiente deposición :
"Dentro del FNC [Frente Nacional de Cataluña] había mucha gente que no era partidaria de la lucha armada. Lo que pasa es que Martínez Vendrell era un hombre por sus características personales (…) era apreciado incluso por la gente que estaba absolutamente en contra de sus ideas en ese sentido (...) Era un hombre apreciado."
Y hasta tal punto lo debía de apreciar Pujol que decidió presentarse coaligado con él a las elecciones de junio de 1977.
"otro comando procedería a descuartizar con idéntico modus operandi al exalcalde de Barcelona Joaquim Viola. Otra bomba activada por control remoto y fijada al pecho de la víctima con esparadrapo."
Otro cadáver irreconocible. Otra salvajada que, tal como confesó el propio Martínez Vendrell en el juicio, llevaba la impronta de una referencia ubicua del nomenclátor municipal catalán: Josep Maria Batista i Roca. Respetadísimo creador de esa militarización de la infancia que responde por minyons escoltes, la versión catalana de los boy scouts, Batista i Roca resultó ser el verdadero jefe en la sombra de Epoca. Acaso en agradecimiento a esos servicios a la pàtria, Jordi Pujol ordenaría luego que el más importante premio a la proyección internacional de la cultura catalana lleve su nombre. Nos quieren con locura, sí.
Sigan comprando productos catalanes y pagando por el expolio que jamás existió. Total, como tenemos la legión y a mí me encanta echar pestes contra todo en el bar. ¡Viva Egpaññia!, ¡coññio! ¡A mí la legión!
Jos? Garc?a Dom?nguez - El criminal que ama la Esquerra - Libertad Digital
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