Markkus
Madmaxista
A tono con el tema de la decadencia me decía el otro día un holandés que España era un país que distaba mucho de su etapa de esplendor durante el Siglo de Oro. Y es algo tan rotundamente cierto que de hecho cuando lees sobre nuestras empresas del XVI y XVII pareciera que lees sobre una España totalmente diferente poblada por unos hombres totalmente diferentes. Cierto que hay características comunes pero no bastan para explicar cómo decayó tan vigorosamente el poderío de nuestra raza.
Vale que nuestra golden época se encuentra más lejana en la Historia que la de los holandeses, anglos o francess respectivamente, pero aún así son países que a día de hoy aún mantienen una dignidad y esplendor: sobre todo quizá en el caso de Holanda e Inglaterra en menor medida. Francia está en decadencia y ellos mismos lo saben.
Manejo dos hipótesis, una de acuerdo a la linea de análisis de algunos de los máximos exponentes de la generación del 98 y otra de índole más marxista que ulteriormente puede ser desarrollada en profundidad.
1) El imperialismo germánico de los Austrias canalizó todos los esfuerzos y riquezas de la Nación hacia una empresa que si bien era plausible en un primer momento a la larga resultó incompatible con el desarrollo de la Historia. España se declaró en bancarrota varias veces así como se endeudó con banqueros extranjeros para costear los gastos de mantener guerras que consumían no ya sólo las riquezas de América y Castilla sino la mejor sangre hidalga. La corrupción y nepotismo se extendían conforme las libertades medievales fueron ahogadas por el absolutismo. A incluir la mentalidad "rentista" e "hidalga" de tocarse los huevones y vivir de la apariencia pese a ser pobre como una rata. Castilla fue arrasada demográfica y económicamente. De igual forma está la teocracia burocrático-militar que se implantó que leyendas negras aparte se encargó de aniquilar toda forma de inteligencia viva que había en el país limitando muchísimo la intelectualidad y dinamismo del país.
España devino en el centro neurálgico de una dinastía extranjera que se instaló en la península porque ya Carlos I entendió que para gobernar su Imperio no podía sino hacerlo desde el Reino más poderoso que tenía: Castilla. Fue un Imperio Español en la medida que se gobernó desde España, se financió con cash en gran medida español y se mantuvo con tropas españolas que por cierto eran la fruta élite militar si no de la Historia sí de cuando el poderío de las naciones se medía por los huevonES de sus hombres. Oséase que nos metimos en un absurdo que si bien con Carlos I y Felipe II fue asumible, con los Austrias menores el país había de pagar un altísimo precio para mantener el Imperio y hasta la propia unidad territorial de España.
Así, las consecuencias de la aventura imperial fueron un siglo XVI radiante, de oro, que en las últimas décadas empezó a ser de plata y trocó definitivamente bronce antes de la Paz de Westfalia donde España pese a mantener un Imperio ni pudo mantenerlo en su totalidad ni salió de allí como potencia hegemónica. Y en este proceso que hubo de terminar aún peor con el tema de Carlos II, España había quemado buena parte de las naves que le permitieran un resurgir al haberse instalado en la Nación males que condicionaron en buena medida los siglos venideros.
2) España es en cierta medida incompatible con la modernidad. La idiosincrasia del país y de sus históricas élites dirigentes hacen imposible que en España pueda desarrollarse un capitalismo a la europea como en Alemania, Francia, siquiera Italia. Esto es algo muy notorio pero que tiene su eclosión en 1898 cuando perdemos las últimas colonias ante la incapacidad de la Nación para hacerse competitiva en la arena internacional y por ende ser una potencia imperialista de acuerdo a los cánones de la época, esto es, industrializada y con la ciencia y la tecnología a la orden del día. 1898 marcó un antes y un después en la intelectualidad (más bien escasa y no tan brillante como la de Europa) al poner de manifiesto el retraso secular de un país orgulloso pero pobre y famélico.
La prueba está en que el país hubo de industrializarse de verdad manu militari tras una cruenta guerra civil y en un contexto en el que años después sus empresas públicas ni serían competitivas ni al país le era permitido por el bloque supranacional europeo mantener un perfil industrial. Y por supuesto se hizo (la industrialización) bajo la tutela de USA que no nos la quitaríamos ya nunca. Con la entrada en Europa pese a ser la cuarta economía (y casi por tamaño y población) la realidad es que somos una colonia periférica de Alemania que es la que corta el bacalao y a la que beneficía la UE.
En conclusión: España pudo tener esplendor y GLORIA a costa de un modo de producción feudal. Su incapacidad para adaptarse (en todos los ámbitos) y desarrollar el capitalista fue tal que tras*formó abruptamente en cuestión de siglos a una Nación cuyos soldados infundían respeto y temor a partes iguales en un enfermo decadente que mantuvo su soberanía de puñetero milagro para perderla ya desde la década de los 50.
Muy esquemáticamente a partir del XVII si bien a mediados de éste España pese a ser un Imperio tenía los pies de barro y no sería capaz de recomponerse ya.
Siglo XVIII: Se instaura una dinastía nueva que pese a su reformismo es incapaz de solventar los males de la Nación. No es un mal siglo imperial y es cierto que las cosas sobre todo con Carlos III parecen tomar otro rumbo pero con el estulto de Carlos IV el país se mantiene décadas sumido en una atomización, corrupción y decadencia que a nadie se le escapa. Los ilustrados lo saben y Napoléon también aunque ignora el carácter del pueblo español por más que éste viva como en el puñetero XVI. Fueron años críticos en los que España fue incapaz de desarrollar músculo de cara a cojer un impulso que le colocara en el venidero siglo en una situación de fuerza.
Siglo XIX: España pierde definitivamente el Imperio y no pinta nada ni tras la derrota final de Napoléon ni a lo largo del resto del siglo. Su "imperialismo" se limita a aventuras en jovenlandia, oséase el patio trastero. Por lo demás se consume en luchas internas que impiden desarrollar el país como vienen haciéndolo fuera. Es aquí donde quizá se inicia la fractura entre las dos Españas, no de forma total pero sí se fraguan dos concepciones del país. Es más o menos a mediados de este siglo que se establece con firmeza un capitalismo subdesarrollado y corrupto que no cuenta sino con su parte más dinámica en las regiones periféricas de Euskadi y Cataluña.
Siglo XX: España sigue siendo un enfermo en Europa que ni pincha ni corta. Para colmo sufre una Guerra Civil que exilia a la intelligentsia y mantiene 40 años los males del XIX: curas y espadones en política. Cierto que el país se industrializa (tarde y estatalmente) pero la diferencia con Europa no se llega nunca a cubrir a escala económica, cultural, social etc. Con la fin de Paca se instaura una democracia ad hoc que si bien moderniza el país y agrega un Estado del bienestar más amplio, también vende la riqueza pública de las anteriores etapas.
Siglo XXI: Revienta el modelo de desarrollo basado en una fruta burbuja inflada además por crédito alemán que hay que devolver a toda costa. Como no hay industria apenas y el Estado está dirigido por una mafia que se ha dedicado a saquear impunemente el país la generación de los beneficios de la clase capitalista se obtiene a través empobrecer masivamente el país y reconvertirlo en la Cuba batistiana a la europea. Por no decir que también están acabando con lo poco que queda del viejo sistema de bienestar. Además hay un grave conflicto con Cataluña que va camino de estancarse y agravarse al punto de provocar una fractura total entre dos sociedades con poco o nada en común más allá de estar bajo el imperio de un mismo Estado. Para colmo hay que comerse la herencia guerracivilística que tiene a dos Españas enfrentadas de forma estulta, típicamente castiza y goyesca diría.
No hay que ser un lince para entender que el futuro que enfrenta el país va a ser duro y patético. No sé si llegaremos a la extinción en cuanto que Estado-nación pero o se organiza una revolución y se limpia y renueva la casa o las mismas élites de toda la fruta vida entierran a España si económicamente les interesa.
PD: El que me venga a tocar los huevones con la endofobia le meto una leche que escalfo.
PD2: Análisis serios, nada de masonerías, gente de izquierdas y mr.whitemierdas que me acuerdo de la fruta que os parió a todos.
PD3: Desde comienzos del XIX la impotencia de España es total, que nadie lo niegue. En Trafalgar nos barren la Armada, Napoléon nos invade y el Ejército se le cepilla en media mañana siendo que tiene que ser el pueblo (EMPECINADO MANDA) el que sale a dar la cara. A partir de ahí es absolutismo del rancio hasta el 31 y un país que avanza a garrotazos hacia la modernidad siendo un puñetero paria.
La España gloriosa y poderosa muere con la fin de los TERCIOS. No en Rocroi pero sí años después. Sin TERCIOS ESPAÑOLES, sin hidalgos de sangre honrosa que salieran a defender España (más bien los intereses de una dinastía, en HONOR a aquellos hombres sea dicho) batiéndose con todo la decadencia del país era inexorable pues se habían sentado todas las bases para ello. En cuanto agotamos nuestra natural vocación guerrera por haberla puesto al servicio de una dinastía extranjera y extraña al alma española, en la Patria no quedaban sino almas corruptas que buscaban medrar, pereza y lujos en una corte que no era la de unos Reyes Católicos sino la de unos me gusta la fruta que maltrataban al pueblo de forma más semejante al despotismo ruso que al absolutismo ilustrado. El tímido reformismo ilustrado de unos Borbones alicaídos no bastaba para sanar a España.
Vale que nuestra golden época se encuentra más lejana en la Historia que la de los holandeses, anglos o francess respectivamente, pero aún así son países que a día de hoy aún mantienen una dignidad y esplendor: sobre todo quizá en el caso de Holanda e Inglaterra en menor medida. Francia está en decadencia y ellos mismos lo saben.
Manejo dos hipótesis, una de acuerdo a la linea de análisis de algunos de los máximos exponentes de la generación del 98 y otra de índole más marxista que ulteriormente puede ser desarrollada en profundidad.
1) El imperialismo germánico de los Austrias canalizó todos los esfuerzos y riquezas de la Nación hacia una empresa que si bien era plausible en un primer momento a la larga resultó incompatible con el desarrollo de la Historia. España se declaró en bancarrota varias veces así como se endeudó con banqueros extranjeros para costear los gastos de mantener guerras que consumían no ya sólo las riquezas de América y Castilla sino la mejor sangre hidalga. La corrupción y nepotismo se extendían conforme las libertades medievales fueron ahogadas por el absolutismo. A incluir la mentalidad "rentista" e "hidalga" de tocarse los huevones y vivir de la apariencia pese a ser pobre como una rata. Castilla fue arrasada demográfica y económicamente. De igual forma está la teocracia burocrático-militar que se implantó que leyendas negras aparte se encargó de aniquilar toda forma de inteligencia viva que había en el país limitando muchísimo la intelectualidad y dinamismo del país.
España devino en el centro neurálgico de una dinastía extranjera que se instaló en la península porque ya Carlos I entendió que para gobernar su Imperio no podía sino hacerlo desde el Reino más poderoso que tenía: Castilla. Fue un Imperio Español en la medida que se gobernó desde España, se financió con cash en gran medida español y se mantuvo con tropas españolas que por cierto eran la fruta élite militar si no de la Historia sí de cuando el poderío de las naciones se medía por los huevonES de sus hombres. Oséase que nos metimos en un absurdo que si bien con Carlos I y Felipe II fue asumible, con los Austrias menores el país había de pagar un altísimo precio para mantener el Imperio y hasta la propia unidad territorial de España.
Así, las consecuencias de la aventura imperial fueron un siglo XVI radiante, de oro, que en las últimas décadas empezó a ser de plata y trocó definitivamente bronce antes de la Paz de Westfalia donde España pese a mantener un Imperio ni pudo mantenerlo en su totalidad ni salió de allí como potencia hegemónica. Y en este proceso que hubo de terminar aún peor con el tema de Carlos II, España había quemado buena parte de las naves que le permitieran un resurgir al haberse instalado en la Nación males que condicionaron en buena medida los siglos venideros.
2) España es en cierta medida incompatible con la modernidad. La idiosincrasia del país y de sus históricas élites dirigentes hacen imposible que en España pueda desarrollarse un capitalismo a la europea como en Alemania, Francia, siquiera Italia. Esto es algo muy notorio pero que tiene su eclosión en 1898 cuando perdemos las últimas colonias ante la incapacidad de la Nación para hacerse competitiva en la arena internacional y por ende ser una potencia imperialista de acuerdo a los cánones de la época, esto es, industrializada y con la ciencia y la tecnología a la orden del día. 1898 marcó un antes y un después en la intelectualidad (más bien escasa y no tan brillante como la de Europa) al poner de manifiesto el retraso secular de un país orgulloso pero pobre y famélico.
La prueba está en que el país hubo de industrializarse de verdad manu militari tras una cruenta guerra civil y en un contexto en el que años después sus empresas públicas ni serían competitivas ni al país le era permitido por el bloque supranacional europeo mantener un perfil industrial. Y por supuesto se hizo (la industrialización) bajo la tutela de USA que no nos la quitaríamos ya nunca. Con la entrada en Europa pese a ser la cuarta economía (y casi por tamaño y población) la realidad es que somos una colonia periférica de Alemania que es la que corta el bacalao y a la que beneficía la UE.
En conclusión: España pudo tener esplendor y GLORIA a costa de un modo de producción feudal. Su incapacidad para adaptarse (en todos los ámbitos) y desarrollar el capitalista fue tal que tras*formó abruptamente en cuestión de siglos a una Nación cuyos soldados infundían respeto y temor a partes iguales en un enfermo decadente que mantuvo su soberanía de puñetero milagro para perderla ya desde la década de los 50.
Muy esquemáticamente a partir del XVII si bien a mediados de éste España pese a ser un Imperio tenía los pies de barro y no sería capaz de recomponerse ya.
Siglo XVIII: Se instaura una dinastía nueva que pese a su reformismo es incapaz de solventar los males de la Nación. No es un mal siglo imperial y es cierto que las cosas sobre todo con Carlos III parecen tomar otro rumbo pero con el estulto de Carlos IV el país se mantiene décadas sumido en una atomización, corrupción y decadencia que a nadie se le escapa. Los ilustrados lo saben y Napoléon también aunque ignora el carácter del pueblo español por más que éste viva como en el puñetero XVI. Fueron años críticos en los que España fue incapaz de desarrollar músculo de cara a cojer un impulso que le colocara en el venidero siglo en una situación de fuerza.
Siglo XIX: España pierde definitivamente el Imperio y no pinta nada ni tras la derrota final de Napoléon ni a lo largo del resto del siglo. Su "imperialismo" se limita a aventuras en jovenlandia, oséase el patio trastero. Por lo demás se consume en luchas internas que impiden desarrollar el país como vienen haciéndolo fuera. Es aquí donde quizá se inicia la fractura entre las dos Españas, no de forma total pero sí se fraguan dos concepciones del país. Es más o menos a mediados de este siglo que se establece con firmeza un capitalismo subdesarrollado y corrupto que no cuenta sino con su parte más dinámica en las regiones periféricas de Euskadi y Cataluña.
Siglo XX: España sigue siendo un enfermo en Europa que ni pincha ni corta. Para colmo sufre una Guerra Civil que exilia a la intelligentsia y mantiene 40 años los males del XIX: curas y espadones en política. Cierto que el país se industrializa (tarde y estatalmente) pero la diferencia con Europa no se llega nunca a cubrir a escala económica, cultural, social etc. Con la fin de Paca se instaura una democracia ad hoc que si bien moderniza el país y agrega un Estado del bienestar más amplio, también vende la riqueza pública de las anteriores etapas.
Siglo XXI: Revienta el modelo de desarrollo basado en una fruta burbuja inflada además por crédito alemán que hay que devolver a toda costa. Como no hay industria apenas y el Estado está dirigido por una mafia que se ha dedicado a saquear impunemente el país la generación de los beneficios de la clase capitalista se obtiene a través empobrecer masivamente el país y reconvertirlo en la Cuba batistiana a la europea. Por no decir que también están acabando con lo poco que queda del viejo sistema de bienestar. Además hay un grave conflicto con Cataluña que va camino de estancarse y agravarse al punto de provocar una fractura total entre dos sociedades con poco o nada en común más allá de estar bajo el imperio de un mismo Estado. Para colmo hay que comerse la herencia guerracivilística que tiene a dos Españas enfrentadas de forma estulta, típicamente castiza y goyesca diría.
No hay que ser un lince para entender que el futuro que enfrenta el país va a ser duro y patético. No sé si llegaremos a la extinción en cuanto que Estado-nación pero o se organiza una revolución y se limpia y renueva la casa o las mismas élites de toda la fruta vida entierran a España si económicamente les interesa.
PD: El que me venga a tocar los huevones con la endofobia le meto una leche que escalfo.
PD2: Análisis serios, nada de masonerías, gente de izquierdas y mr.whitemierdas que me acuerdo de la fruta que os parió a todos.
PD3: Desde comienzos del XIX la impotencia de España es total, que nadie lo niegue. En Trafalgar nos barren la Armada, Napoléon nos invade y el Ejército se le cepilla en media mañana siendo que tiene que ser el pueblo (EMPECINADO MANDA) el que sale a dar la cara. A partir de ahí es absolutismo del rancio hasta el 31 y un país que avanza a garrotazos hacia la modernidad siendo un puñetero paria.
La España gloriosa y poderosa muere con la fin de los TERCIOS. No en Rocroi pero sí años después. Sin TERCIOS ESPAÑOLES, sin hidalgos de sangre honrosa que salieran a defender España (más bien los intereses de una dinastía, en HONOR a aquellos hombres sea dicho) batiéndose con todo la decadencia del país era inexorable pues se habían sentado todas las bases para ello. En cuanto agotamos nuestra natural vocación guerrera por haberla puesto al servicio de una dinastía extranjera y extraña al alma española, en la Patria no quedaban sino almas corruptas que buscaban medrar, pereza y lujos en una corte que no era la de unos Reyes Católicos sino la de unos me gusta la fruta que maltrataban al pueblo de forma más semejante al despotismo ruso que al absolutismo ilustrado. El tímido reformismo ilustrado de unos Borbones alicaídos no bastaba para sanar a España.
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