¿Qué provocó que España pasara de ser EL IMPERIO a estar en la fruta cosa?

Markkus

Madmaxista
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Tercios Viejos de Infantería Española.
A tono con el tema de la decadencia me decía el otro día un holandés que España era un país que distaba mucho de su etapa de esplendor durante el Siglo de Oro. Y es algo tan rotundamente cierto que de hecho cuando lees sobre nuestras empresas del XVI y XVII pareciera que lees sobre una España totalmente diferente poblada por unos hombres totalmente diferentes. Cierto que hay características comunes pero no bastan para explicar cómo decayó tan vigorosamente el poderío de nuestra raza.

Vale que nuestra golden época se encuentra más lejana en la Historia que la de los holandeses, anglos o francess respectivamente, pero aún así son países que a día de hoy aún mantienen una dignidad y esplendor: sobre todo quizá en el caso de Holanda e Inglaterra en menor medida. Francia está en decadencia y ellos mismos lo saben.


Manejo dos hipótesis, una de acuerdo a la linea de análisis de algunos de los máximos exponentes de la generación del 98 y otra de índole más marxista que ulteriormente puede ser desarrollada en profundidad.


1) El imperialismo germánico de los Austrias canalizó todos los esfuerzos y riquezas de la Nación hacia una empresa que si bien era plausible en un primer momento a la larga resultó incompatible con el desarrollo de la Historia. España se declaró en bancarrota varias veces así como se endeudó con banqueros extranjeros para costear los gastos de mantener guerras que consumían no ya sólo las riquezas de América y Castilla sino la mejor sangre hidalga. La corrupción y nepotismo se extendían conforme las libertades medievales fueron ahogadas por el absolutismo. A incluir la mentalidad "rentista" e "hidalga" de tocarse los huevones y vivir de la apariencia pese a ser pobre como una rata. Castilla fue arrasada demográfica y económicamente. De igual forma está la teocracia burocrático-militar que se implantó que leyendas negras aparte se encargó de aniquilar toda forma de inteligencia viva que había en el país limitando muchísimo la intelectualidad y dinamismo del país.

España devino en el centro neurálgico de una dinastía extranjera que se instaló en la península porque ya Carlos I entendió que para gobernar su Imperio no podía sino hacerlo desde el Reino más poderoso que tenía: Castilla. Fue un Imperio Español en la medida que se gobernó desde España, se financió con cash en gran medida español y se mantuvo con tropas españolas que por cierto eran la fruta élite militar si no de la Historia sí de cuando el poderío de las naciones se medía por los huevonES de sus hombres. Oséase que nos metimos en un absurdo que si bien con Carlos I y Felipe II fue asumible, con los Austrias menores el país había de pagar un altísimo precio para mantener el Imperio y hasta la propia unidad territorial de España.

Así, las consecuencias de la aventura imperial fueron un siglo XVI radiante, de oro, que en las últimas décadas empezó a ser de plata y trocó definitivamente bronce antes de la Paz de Westfalia donde España pese a mantener un Imperio ni pudo mantenerlo en su totalidad ni salió de allí como potencia hegemónica. Y en este proceso que hubo de terminar aún peor con el tema de Carlos II, España había quemado buena parte de las naves que le permitieran un resurgir al haberse instalado en la Nación males que condicionaron en buena medida los siglos venideros.



2) España es en cierta medida incompatible con la modernidad. La idiosincrasia del país y de sus históricas élites dirigentes hacen imposible que en España pueda desarrollarse un capitalismo a la europea como en Alemania, Francia, siquiera Italia. Esto es algo muy notorio pero que tiene su eclosión en 1898 cuando perdemos las últimas colonias ante la incapacidad de la Nación para hacerse competitiva en la arena internacional y por ende ser una potencia imperialista de acuerdo a los cánones de la época, esto es, industrializada y con la ciencia y la tecnología a la orden del día. 1898 marcó un antes y un después en la intelectualidad (más bien escasa y no tan brillante como la de Europa) al poner de manifiesto el retraso secular de un país orgulloso pero pobre y famélico.

La prueba está en que el país hubo de industrializarse de verdad manu militari tras una cruenta guerra civil y en un contexto en el que años después sus empresas públicas ni serían competitivas ni al país le era permitido por el bloque supranacional europeo mantener un perfil industrial. Y por supuesto se hizo (la industrialización) bajo la tutela de USA que no nos la quitaríamos ya nunca. Con la entrada en Europa pese a ser la cuarta economía (y casi por tamaño y población) la realidad es que somos una colonia periférica de Alemania que es la que corta el bacalao y a la que beneficía la UE.

En conclusión: España pudo tener esplendor y GLORIA a costa de un modo de producción feudal. Su incapacidad para adaptarse (en todos los ámbitos) y desarrollar el capitalista fue tal que tras*formó abruptamente en cuestión de siglos a una Nación cuyos soldados infundían respeto y temor a partes iguales en un enfermo decadente que mantuvo su soberanía de puñetero milagro para perderla ya desde la década de los 50.




Muy esquemáticamente a partir del XVII si bien a mediados de éste España pese a ser un Imperio tenía los pies de barro y no sería capaz de recomponerse ya.


Siglo XVIII: Se instaura una dinastía nueva que pese a su reformismo es incapaz de solventar los males de la Nación. No es un mal siglo imperial y es cierto que las cosas sobre todo con Carlos III parecen tomar otro rumbo pero con el estulto de Carlos IV el país se mantiene décadas sumido en una atomización, corrupción y decadencia que a nadie se le escapa. Los ilustrados lo saben y Napoléon también aunque ignora el carácter del pueblo español por más que éste viva como en el puñetero XVI. Fueron años críticos en los que España fue incapaz de desarrollar músculo de cara a cojer un impulso que le colocara en el venidero siglo en una situación de fuerza.

Siglo XIX: España pierde definitivamente el Imperio y no pinta nada ni tras la derrota final de Napoléon ni a lo largo del resto del siglo. Su "imperialismo" se limita a aventuras en jovenlandia, oséase el patio trastero. Por lo demás se consume en luchas internas que impiden desarrollar el país como vienen haciéndolo fuera. Es aquí donde quizá se inicia la fractura entre las dos Españas, no de forma total pero sí se fraguan dos concepciones del país. Es más o menos a mediados de este siglo que se establece con firmeza un capitalismo subdesarrollado y corrupto que no cuenta sino con su parte más dinámica en las regiones periféricas de Euskadi y Cataluña.

Siglo XX: España sigue siendo un enfermo en Europa que ni pincha ni corta. Para colmo sufre una Guerra Civil que exilia a la intelligentsia y mantiene 40 años los males del XIX: curas y espadones en política. Cierto que el país se industrializa (tarde y estatalmente) pero la diferencia con Europa no se llega nunca a cubrir a escala económica, cultural, social etc. Con la fin de Paca se instaura una democracia ad hoc que si bien moderniza el país y agrega un Estado del bienestar más amplio, también vende la riqueza pública de las anteriores etapas.

Siglo XXI: Revienta el modelo de desarrollo basado en una fruta burbuja inflada además por crédito alemán que hay que devolver a toda costa. Como no hay industria apenas y el Estado está dirigido por una mafia que se ha dedicado a saquear impunemente el país la generación de los beneficios de la clase capitalista se obtiene a través empobrecer masivamente el país y reconvertirlo en la Cuba batistiana a la europea. Por no decir que también están acabando con lo poco que queda del viejo sistema de bienestar. Además hay un grave conflicto con Cataluña que va camino de estancarse y agravarse al punto de provocar una fractura total entre dos sociedades con poco o nada en común más allá de estar bajo el imperio de un mismo Estado. Para colmo hay que comerse la herencia guerracivilística que tiene a dos Españas enfrentadas de forma estulta, típicamente castiza y goyesca diría.



No hay que ser un lince para entender que el futuro que enfrenta el país va a ser duro y patético. No sé si llegaremos a la extinción en cuanto que Estado-nación pero o se organiza una revolución y se limpia y renueva la casa o las mismas élites de toda la fruta vida entierran a España si económicamente les interesa.

PD: El que me venga a tocar los huevones con la endofobia le meto una leche que escalfo.

PD2: Análisis serios, nada de masonerías, gente de izquierdas y mr.whitemierdas que me acuerdo de la fruta que os parió a todos.

PD3: Desde comienzos del XIX la impotencia de España es total, que nadie lo niegue. En Trafalgar nos barren la Armada, Napoléon nos invade y el Ejército se le cepilla en media mañana siendo que tiene que ser el pueblo (EMPECINADO MANDA) el que sale a dar la cara. A partir de ahí es absolutismo del rancio hasta el 31 y un país que avanza a garrotazos hacia la modernidad siendo un puñetero paria.

La España gloriosa y poderosa muere con la fin de los TERCIOS. No en Rocroi pero sí años después. Sin TERCIOS ESPAÑOLES, sin hidalgos de sangre honrosa que salieran a defender España (más bien los intereses de una dinastía, en HONOR a aquellos hombres sea dicho) batiéndose con todo la decadencia del país era inexorable pues se habían sentado todas las bases para ello. En cuanto agotamos nuestra natural vocación guerrera por haberla puesto al servicio de una dinastía extranjera y extraña al alma española, en la Patria no quedaban sino almas corruptas que buscaban medrar, pereza y lujos en una corte que no era la de unos Reyes Católicos sino la de unos me gusta la fruta que maltrataban al pueblo de forma más semejante al despotismo ruso que al absolutismo ilustrado. El tímido reformismo ilustrado de unos Borbones alicaídos no bastaba para sanar a España.
 
Última edición:
- La masoneria: invasion de francia + masones ocupando el poder para saquear y boicotear desde dentro.

- El socialismo: me gusta la fruta demorados de cosa como tu, parasitando, robando, hundiendo.

Ambos frentes, asociados, que crearon una sociedad pobre, arrasada, estultoizada, y sobre todo LADRONA. Hasta hoy. Con el pequeño parentesis del franquismo, que fue un espejismo de desarrollo en los ultimos 200 años de cosa masona y roja. Y en ella seguimos.
 
Y algunas cosillas para que se tenga una idea más precisa de nivel del país:


1) Hay unas memorias de un comerciante frances que anda por España en torno al 1804. El tipo cuenta que España le sorprendió muchísimo porque mientras en Francia todo era nuevo y estaba naciendo tras la Revolución Francesa (oséase la burguesía en el poder), España seguía viviendo prácticamente como en la fruta Edad Media. Es una exageración pero sí narra que los rituales de la corte, las vestimentas, costumbres y estado general del país le retrotraían a una época muy lejana que a la sazón en Francia ya no existía.

¿Qué quiere decir? Que en Francia tenían la modernidad recién nacida y aprendiendo a caminar y en España vivían los últimos estertores de un absolutismo poco equilibrado y corrupto que hasta al propio pueblo sublevó cuando lo de Aranjuez y Godoy. Cosas así tuvo que ver/apreciar Napoléon para decidirse a invadir al país; y tiene sentido, pero no conocía que pese a todo el pueblo ignorante y sufrido iba a estar para defender España

Lo jodidamente triste es que tras comernos 6 años de guerra retornamos al absolutismo hasta el puñetero 31 y encima habiéndose cobrado éste la vida de liberales con huevonES como Empecinado, Torrijos, Riego etc. que eran la mejor sangre del país. Como con los Austrias, para mantener los intereses de una fruta dinastía se sacrifica la mejor sangre del pueblo.


2) Las leyes de Newton fueron traducidas o accesibles no recuerdo exactamente bien, ya para 1760 y pico. Y ojo porque estaban al alcance de unos pocos privilegiados. Oséase retraso hasta en los intelectuales que eran cuatro gatos contados y el pueblo bajo la bota de una fruta teocracia. Cosas así explican el nivel intelectual del país no ya en un XIX sino hasta hoy en día donde el populacho sigue siendo medio estulto por más formación que tenga.


3) Con Fernando VII ya no es que se cerraran universidades y en algunas se sustituyeran las clases académicas por clases de tauromaquía (España en estado puro) sino que se procuraba tener al pueblo en la fruta ignorancia sin saber leer siquiera no fuera a ser que le diera por pensar por sí mismo. En esto los herejes del norte de Europa fueron mucho más inteligentes, de ahí que luego les fuera mejor y tuvieran una población al menos con una mínima instrucción que conforme pasaban los años (desde el XVI/XVII, se dice pronto) mejorara su nivel intelectual.

La cosa es que el tema de la educación en el XIX no terminó de funcionar pese a los krausistas (trabajo les costó) y la Iglesia en esto es muy responsable. De ahí que de cuando en cuando ardieran conventos y curitas encontraran la fin. Iban provocando y cuando el pueblo estalla lo hace coléricamente.

---------- Post added 03-mar-2018 at 04:22 ----------

- La masoneria: invasion de francia + masones ocupando el poder para saquear y boicotear desde dentro.

- El socialismo: me gusta la fruta demorados de cosa como tu, parasitando, robando, hundiendo.

Ambos frentes, asociados, que crearon una sociedad pobre, arrasada, estultoizada, y sobre todo LADRONA. Hasta hoy. Con el pequeño parentesis del franquismo, que fue un espejismo de desarrollo en los ultimos 200 años de cosa masona y roja. Y en ella seguimos.
Mira pedazo de estulto, si te suelto una leche en los morros te extermino la poca dignidad humana que tienes.

Mira que he dicho que quiero un hilo serio, no soplapolleces de analfabeto mental con menos conocimientos que la fruta que lo pariera.

Soy tu padre y te saco de casa a palos por la fruta que te parió. Tira de aquí que te echo mano y empiezas a trabajar como un hombre, atontao.
 
Un motivo siempre infravalorado es la ausencia de población judía (y aquí ya he reventado el hilo, porque la panda de neonazis antisemitas lo van a secuestrar inmediatamente)..

Todos los países de la Europa Occidental que tuvieron su revolución industrial puntualmente tenían población judía... Que a lo mejor sólo eran unos pocos cientos de miles, como en el caso de Francia, pero los suficientes como para que ejercieran su función de "levadura" que hace subir la masa económica del país.

España en cambio, una vez expulsados los judíos, se convirtió en un país de labradores, curas, hidalgos, soldados, emigrantes, y poca cosa más. Se perdió un sector de la población cuyo olfato mercantil hubiese sido fundamental a lo largo de los siglos posteriores.
 
Un motivo siempre infravalorado es la ausencia de población judía (y aquí ya he reventado el hilo, porque la panda de neonazis antisemitas lo van a secuestrar inmediatamente)..

Todos los países de la Europa Occidental que tuvieron su revolución industrial puntualmente tenían población judía... Que a lo mejor sólo eran unos pocos cientos de miles, como en el caso de Francia, pero los suficientes como para que ejercieran su función de "levadura" que hace subir la masa económica del país.

España en cambio, una vez expulsados los judíos, se convirtió en un país de labradores, curas, hidalgos, soldados, emigrantes, y poca cosa más. Se perdió un sector de la población cuyo olfato mercantil hubiese sido fundamental a lo largo de los siglos posteriores.

La Polonia de la Edad Moderna tenía millones de judíos, también el Imperio Otomano o Rusia. Estos eran los países con más judíos de la época, no Francia o el Reino Unido como tú mencionas.

Los judíos no crean riqueza alguna, solo drenan la riquza de los demás, ya sea la del país que los acoge (Edad Media, momento actual) o de países invadidos por el país que los acoge (lo que hicieron el Reino Unido y los Países Bajos durante la Edad Moderna y el siglo XIX)
 
Última edición:
La Polonia de la Edad Moderna tenía millones de judíos

Polonia tenía demasiados judíos... La proporción ideal es la misma que la de la levadura; un 1% y el país te sube como la espuma. Un 10% como en Polonia, y te comes los mocos.
 
Un motivo siempre infravalorado es la ausencia de población judía (y aquí ya he reventado el hilo, porque la panda de neonazis antisemitas lo van a secuestrar inmediatamente)..

Todos los países de la Europa Occidental que tuvieron su revolución industrial puntualmente tenían población judía... Que a lo mejor sólo eran unos pocos cientos de miles, como en el caso de Francia, pero los suficientes como para que ejercieran su función de "levadura" que hace subir la masa económica del país.

España en cambio, una vez expulsados los judíos, se convirtió en un país de labradores, curas, hidalgos, soldados, emigrantes, y poca cosa más. Se perdió un sector de la población cuyo olfato mercantil hubiese sido fundamental a lo largo de los siglos posteriores.

La tesis sobre los judíos a priori me resulta razonable y de hecho es señalada por algunos historiadores. No creo que sea un factor decisivo pero que sí pudo tener una influencia nada desdeñable en el cómputo general. Sobre todo quizá en lo que concierne a un desarrollo proto-capitalista de España.

Como sabido es, los ****n eran gente espabilada, con una formación y que sabía mover cash. Cuando se tuvieron que largar hubo familias que prosperaron bastante por Holanda y Portugal contribuyendo así al enriquecimiento de sus patrias de acogida en tanto en España eso no sucedía sino que Castilla otrora boyante se empobrecía y degradaba a ojos vista. Ahí yo creo que comenzaron unos contrastes que se irían agudizando.

Y sobre todo: en Holanda es reconocido que fueron algunas familias sefarditas las que coadyuvaron bastante al desarrollo de la incipiente economía "capitalista" holandesa que llegó a liderar el comercio mundial desde Amsterdam al pasar la hegemonía de Cádiz/Sevilla a dicha ciudad para pasar tiempo después a Inglaterra. En España no se producían mercancías sino que se importaban de países con los que se estaba en guerra. Oséase se les combatía militarmente arruinando las arcas y la sangre hidalga mientras esos enemigos drenaban recursos y además es que se desarrollaban. En ese contexto es muy fácil entender porqué el "Siglo de Oro" holandés deviene inmediatamente después al propio español. En Holanda se amasaron grandes fortunas paradójicamente con oro español proveniente de América mientras se paseaban por allí unos tipos temibles que mejor hubieran estado en otras partes engrandeciendo a España y no estando abandonados por los puñeteros Austrias.

No por nada el conde-duque de Olivares permitió el regreso a España de judíos exiliados en Portugal.

A tenor de esto y más cosas se puede decir con rotundidad que los Austria arruinaron España y la dejaron en estado comatoso. Lo estropeado es comerte la herencia austriaca poniéndola en el sitio que le corresponde al tiempo que sabes que con ellos hubo unas décadas en las que España brilló como nunca.
 
Por una vez que cagas un hilo decente....

Te has dado cuenta de donde viene tu ignorancia y vida de borrego, de esa misma teocracia por la que luchaban tus idealizados borregos de los Tercios, que lucharon por unas monedas y mantener a nuestro pueblo en la fruta ignorancia.

No eres más que un ignorante etniano sin cultura.
 
Por una vez que cagas un hilo decente....

Te has dado cuenta de donde viene tu ignorancia y vida de borrego, de esa misma teocracia por la que luchaban tus idealizados borregos de los Tercios, que lucharon por unas monedas y mantener a nuestro pueblo en la fruta ignorancia.

No eres más que un ignorante etniano sin cultura.

La importancia y significación histórica de los TERCIOS va más allá de que fueran la fuerza militar con la que una dinastía extraña a España engrandecía su fortuna en tanto la de España menguaba. Soy el primero que lo reconoce. A su manera los TERCIOS eran semejantes a los 6.000 y pico policias del Piolin destinados en el "Flandes" español de estos tiempos. De hecho los paralelismos son varios cuando por ejemplo los tienes ahí encerrados en la puerta del hotel dando gritos a España y demás como medio de elevar su jovenlandesal de combate en un ambiente hostil. Ahí ves que llevan la misma sangre que nuestros ancestros si bien la decadencia de España les haya reservado un papel menos héroico por no decir una cosa mucho peor.

Pero los TERCIOS VIEJOS tenían algo que pocos pueblos pueden arengarse: tenían HONRA, huevonES y un sentido hidalgo puramente castellano de la vida que les predisponía para buscar la fin con desprecio al afirmar la vida con orgullo, altivez de soldado español imbatible, empaque y una maestría y confianza en sí mismos que les caracterizó por ser unidades de Infantería imbatibles que hacían estragos allá por donde pasaran. Eran el mismísimo espíritu gurrero español (celtas, iberos, numancia etc.) encarnado en la figura de unos hombres que sin ser los más altos o los más boyantes eran los primeros en reclamar los puestos más peligrosos de la formación acometiendo con todo vinieran en la cantidad que vinieran y armados como quisieran.

Y estuvieron abandonados a su suerte en Flandes, sin recibir sus pagas, aguantando todas las vicisitudes habidas y por haber, expuestos a la crudeza de una época durísima. Y se llegaron a amotinar muchísimas veces, pero en una de ellas y ante el riesgo de que los herejes hirieran a sus hermanos españoles en Amberes no dudaron en acudir a su ayuda demostrando su alto grado de respeto por sus hermanos.

Un TERCIO ESPAÑOL no capitulaba jamás, se debían a la HONRA que confiere portar las armas con brío y sentido del que es hidalgo y por ende nace asumiendo la vida como guerra, como búsqueda incesante de GLORIA demostrando que la condición de español reside en buscar peligros despreciándolos primero para vencerlos después parafraseando a Quevedo. Aquellos hombres tenían una grandeza de espíritu y unos huevonES que nadie jamás tuvo nunca: 3.000, a lo sumo 4.000 españoles con muy mala leche invocando a Santiago se bastaban para vencer a cualquier contingente enemigo o en peor de los casos morir matando. Porque era preferible morir en combate que la deshonra de capitular. Eso lo demostraron en Castelnuovo frente a 50.000 turcos así que no vengas tú desde tu cómodo siglo XXI a despreciar a leones bien verracos que dejaron para la Historia la mayor prueba de que los españoles pura sangre somos una raza diferente a todas.

Eso eran los TERCIOS, así que espabila que nuestra tarea como descendientes suyos es honrar su memoria, portar su Espíritu, Legado e Historia con su mismo empaque y solera y sobre todo enaltecerlo para mayor GLORIA de unas generaciones venideras que han de saber que sus ancestros lejos de temer la fin la buscaban incesantemente como medio de reafirmar su condición de españoles.

El día que ese mismo Espíritu que movía a los TERCIOS vuelva a empujar en formación columnas de españoles se pueden ir preparando los enemigos que tiene España en el interior porque no habrá piedad ni concesiones para ellos. Se lo debemos a todos los españoles que han tenido que soportar históricamente a estos me gusta la fruta ineptos que maltratan, humillan y degradan a ESPAÑA.

Toma nota beta de cosa que me acuerdo de la fruta que te parió que te arranco la cabeza si te tengo cerca.

---------- Post added 03-mar-2018 at 05:43 ----------

El Conde-Duque de Olivares era un marrano.

Puede ser, pero no me encaja demasiado que un tipo tan pragmático como el conde-duque se moviera por motivaciones tan espurias. Sobre todo en el contexto de la Unión de Armas con la que buscaba revitalizar un Imperio que difícilmente podía soportar la carga de las incesantes campañas contra el frances, hereje etc. Las interpretaciones que han realizado algunos historiadores es que se recurrió a medidas tan heterodoxas por el contexto crítico de la situación. No te niego que hubiera corruptelas de por medio, que seguramente las hubo porque en aquella época el tráfico de influencias y favores estaba a la orden del día, pero hubo de existir una racionalización de que determinados judíos estaban mejor en España contribuyendo poderosamente a financiar la maquinaría imperial.
 
Polonia tenía demasiados judíos... La proporción ideal es la misma que la de la levadura; un 1% y el país te sube como la espuma. Un 10% como en Polonia, y te comes los mocos.

Era exagerado y desproporcionado. Varsovia solamente antes de la II guerra Mundial, de una población de 1,3 millones, más de 350,000 eran judíos, un 30%...
 
Lo jodidamente triste es que tras comernos 6 años de guerra retornamos al absolutismo hasta el puñetero 31 y encima habiéndose cobrado éste la vida de liberales con huevonES como Empecinado, Torrijos, Riego etc. que eran la mejor sangre del país. Como con los Austrias, para mantener los intereses de una fruta dinastía se sacrifica la mejor sangre del pueblo.

Riego conspiró abiertamente con la ****o-masonería anglosajona para que los virreinatos americanos se independizaran de España (a raíz de su golpe de Estado se impidió la reconquista definitiva de la Gran Colombia que estaba muy avanzada, de atacar el foco realista de Argentina, estos focos al final acabarían por tomar el núcleo español del Perú, y aún por su culpa los realistas pro-españoles de la Nueva España liderados por Iturbide se vieron obligados a proclamar la independencia para librarse de esos pérfidos liberales), estos pudieran conquistar nuevos mercados en que colocar sus productos y obtener materias primas baratas, y sobre todo hundían a su secular enemigo, España, que había impedido durante siglos que los anglos se hicieran con el control de los mares, y por ende de las rutas comerciales y del mundo.

Supongo que ignoras por completo que España y Gran Bretaña libraron nada menos que 11 guerras entre 1585 y 1809 (entre la Armada Invencible y Trafalgar, con gloriosos episodios intermedios como la defensa de Cartagena de Indias durante la Guerra del Asiento o nuestra colaboración indispensable para la independencia americana), y durante los periodos de paz los sabotajes entre ambos eran continuos (Jorge Juan como espía robó los planos y aún los ingenieros necesarios para la construcción naval moderna, de hecho el mismísimo ingeniero del Santísima Trinidad era un católica irlandés cooptado por él, Matthew Mullan; a su vez los ingleses nos robaron los mapas secretos que teníamos de amplísimas zonas desconocidas para ellos durante la ocupación de Manila y La Habana en 1762 y que posibilatarían los viajes de James Cook).

Aún después se atrevieron a intervenir en política española apoyando descaradamente a los independentistas latinoamericanos como Bolívar y San Martín, quienes entre otros muchos eran miembros de la masonería inglesa e incluso residieron en Londres durante una temporada donde recibieron instrucciones precisas mientras se desarrollaban las guerras de independencia; sufragando y enviando una expedición a la Nueva España liderada por el traidor liberal Francisco Xavier Mina en 1817, y armando la flota del almirante Cochrane que bajo falsa bandera chilena actuó en el Pacífico hispano contra la flota realista.

Su último servicio para acabar con la España Imperial fue financiar mediante empréstitos y aún apoyar con con un cuerpo de tropas conocido como Legión Auxiliar Británica, a los isabelinos durante la Primera Guerra Carlista, tras la cual ya cualquier conato de España como potencia no sometida a la masonería quedaba definitivamente sofocado, endeudados hasta las trancas con la banca anglo-judía y dependientes de su comercio. Todo esto con el beneplácito del muy liberal "amigo" Espartero, quien como postrero servicio promulgo un arancel librecambista favorable al capital británico en 1843 que causó su definitiva caída por la oposición popular al mismo.

Es decir, eso de insultar y menospreciar los argumentos de MisterWhite de que la masonería no ha perjudicado a España, a la vez que se intenta argumentar de cuales son los motivos de la caída imperial de la misma, es de ser un auténtico hijodelagrandísimaputa que merece ser fusilado.

La masonería anglo-judía ha sido el mal que ha buscado incansablemente la caída de España a todos los niveles, con la necesaria colaboración de la masonería francesa ("gracias" Napoleón) y de los masones patrios (que en muchos casos provienen de familias cripto-judías que habían permanecido ocultas durante siglos, como el muy masón Mendizábal, el de la primera desamortización de importancia, quién en realidad se llamaba Méndez, y que oh casualidad era de Cádiz, donde había un importante núcleo de marranos y de masones por influencia del comercio inglés; los diputados liberales de las cortes de Cádiz eran todos unos masones de cosa).

La masonería ha buscado siempre que España no prosperara nunca como país a lo largo del siglo XIX, pues quería evitar a toda costa que ningún país plantara cara a sus países fetiche: Gran Bretaña y Estados Unidos. Fetiche porque habían sido el hogar donde los judíos habían podido refugiarse y prosperar tras ser expulsados de la mayoría de Europa, y muy especialmente de España en 1492.

La masonería española en confabulación con la masonería anglosajona (la masonería es una e internacional y obedece a los judíos, no hay distinción alguna entre masonerías, digan lo que digan) actuó para que la flota española no estuviera preparada para la inminente y segura guerra que habría con los estadounidenses en 1898, quienes tenían una flota pareja a la española, y aún así nombraron comandantes del ejército a oficiales claramente derrotistas. Por ejemplo en la batalla de Cavite el almirante Montojo tuvo que hundirse su propia flota porque el inútil comandante americano Dewey, había sido incapaz de hacerlo por sí mismo. Cervera se encerró en una bahía para ser rodeado por los americanos, y aún salió a plena luz del día en la batalla de Santiago de Cuba, en vez de hacerlo de noche, para que así lo bombardearan mejor y sin fallos.

La masonería no admitía competencias y poco después subyugaría a Alemania dos veces, a la Rusia Zarista o al Imperio Otomano, entre otros países, para favorecer su proyecto mundial anglo-judío (hoy ya solo judío).

Franco sabía muy bien cual era el mal que había azotado a España y lo soltaba a los cuatro vientos. Pero tras un bloqueo mundial promovido por liberales y comunistas durante los años 40, que hundió a España en la más abyecta de las miseria y amenazaba con matarnos de hambre (de no ser por la ayuda de la Argentina de Perón, un país de corte fascista por aquel entonces, país al que también después se encargarían de hundir poco después), hubo de ceder en los años 50, momento en que entraron los mal llamados tecnócratas del Opus Dei, que no son sino una reinvención de los liberales del XIX, masones y cripto-judíos al servicio del capital internacional.

Mientras Franco vivió hubo bienestar e industrialización. A su fin los masones se abalanzaron a acaparar el poder purgando el ejército (hubo extraños asesinatos de oficiales de alto rango, por no mencionar lo del asesinato de Carrero Blanco por los americanos vía la marioneta etarra), y ya todo lo que vino después lo conocemos.

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La masonería (aunque la teoría de los Austrias y unas élites guerreras y extractivistas también tiene parte de verdad) ha sido el mayor de los males que han azotado a España.

No solo a España, sino a todas las naciones europeas (de las que ya queda poco, apenas la Rusia de pilinguin y no estoy muy seguro de ello) y aún del mundo, que viven bajo la tiranía judaica talmúdica.

---------- Post added 03-mar-2018 at 07:47 ----------

Puede ser, pero no me encaja demasiado que un tipo tan pragmático como el conde-duque se moviera por motivaciones tan espurias. Sobre todo en el contexto de la Unión de Armas con la que buscaba revitalizar un Imperio que difícilmente podía soportar la carga de las incesantes campañas contra el frances, hereje etc. Las interpretaciones que han realizado algunos historiadores es que se recurrió a medidas tan heterodoxas por el contexto crítico de la situación. No te niego que hubiera corruptelas de por medio, que seguramente las hubo porque en aquella época el tráfico de influencias y favores estaba a la orden del día, pero hubo de existir una racionalización de que determinados judíos estaban mejor en España contribuyendo poderosamente a financiar la maquinaría imperial.

Puede ser no, el Conde-Duque de Olivares era un marrano.

Ya desde el perdón general que Felipe III les concedió en 1604, y tras la unificación con Portugal en 1580, España volvió a llenarse de cripto-judíos.

España, recordemos, estaba arruinada por las guerras promovidas por cripto-judíos emigrados tanto en los Países Bajos (tú mencionas el núcleo comercial de Amsterdam), Londres y Constantinopla. Judíos que luego promoverían la separación de Portugal de la corona española.

No era la lucha entre un estado anacrónico e hidalgo como tú mencionas, sino la propia supervivencia de España como nación cristiana no sometida al yugo judaico.

Adjunto este interesante documento que ilustra muy bien como se las gastaban los cripto-judíos durante los años más duros de la decadencia española durante la primera mitad del XVIII. Sacado del libro " JUDÍOS CONVERSOS, victimas o victimarios de España", de Federico Rivanera Carles

Desde Canarias hasta Vladivostok: LA oleada turística DE CONVERSOS PORTUGUESES. SU IMPORTANCIA

A los confesos locales sumáronse con posterioridad los de Portugal, que ocuparon una posición hegemónica en el siglo XVII. La masiva aparición de cristianos nuevos lusitanos (parte de ellos, en realidad, integrantes de familias hispanas expulsadas en 1492) se produjo al unificarse ambas coronas en 1580 y, en especial, luego de la desaparición de Felipe II. El 4 de abril de 1601, valiéndose del soborno, "su arma favorita" al decir de Dorninguez Ortiz, (182) los marranos portugueses consiguieron 44 permiso para abandonar Portugal sin licencia, logrando después, previo pago de 1.600.000 cruzados, que Felipe III obtuviera de Clemente VIII, el 23 de agosto de 1604, el escandaloso "perdón general" para los judaizantes condenados, inclusive los que se hallaban en prisión, posibilitando así su traslado a España.

“Inmediatamente - expresa dicho autor- se derramaron por España, ejerciendo sus ocupaciones predilectas y levantando a la vez las protestas consiguientes. Una exposición de la provincia de Guipúzcoa en 1605 los acusaba de tráficos ilícitos, exportación de metales preciosos y hasta de traficar con mujeres a cambio de lencería... Ya sea por estas quejas, sea, y es lo más probable, por no haber pagado la suma prometida, en 1610 se revocó el permiso de salida. No por eso dejaron de cruzar la frontera subrepticiamente, pues en las Cortes de 1624 el procurador por Burgos don Juan Rodríguez de Castro denunciaba la gran cantídad de cristianos nuevos portugueses 'que por vivir en sus malas sectas y pervertidos errores vienen huyendo del Santo Oficio y se avecindan en las ciudades y lugares de estos Reinos'.” (183)

La autorización legal para ingresar a España, extensiva a los condenados por la Inquisición, se consiguió el 26 de agosto de 1627. Por iniciativa del marrano conde duque de Olivares, (184) en agosto de 1626 un grupo de poderosos mercaderes conversos lusitanos solicitó, a cambio de 400.000 ducados, una serie de exorbitantes privilegios y concesiones, lo que obligó a Felipe IV, en razón de su carácter de cristianos nuevos, a convocar una Junta Especial para que previamente se expidiera sobre la amnistía a los judaizantes que cumplían condenas inquisitoriales y a su libertad de movimientos en el imperio.
En los documentos respectivos, "se advierte la buena disposición del Rey hacia los marranos y la encarnizada oposición que hacía el reino de Portugal, particularmente la Inquisición y los prelados, a sus demandas". (185) Sin embargo, en la precitada fecha de 1627, la inquisición lusitana concedióles un Edicto de Gracia, vale decir un indulto tras*itorio de tres meses, en cuyo lapso podían confesar sus culpas contra le Fe y ser reconciliados sin penalidades, permitiéndoseles abandonar el país. Al año siguiente, el 11 de mayo, los conversos portugueses obtuvieron nuevas concesiones, entre ellas la autorización de los casamientos mixtos, cuya trascendencia subraya Domínguez Ortiz. (186) La definitiva libertad de acción para los cristianos nuevos portugueses se logró, 250.000 ducados mediante, el 17 de noviembre de 1629. Desde luego, aunque no se mencionó expresamente, tal autorización excluía a las Indias, donde siempre estuvo prohibido el ingreso de los conversos, salvo licencia real.

De este modo, se produjo en España -y clandestinamente en Indias- lo que Caro Baroja define como una "verdadera oleada turística" de judíos conversos portugueses, (187) que se asentaron especialmente en Madrid, Sevilla y en todo el sur, alcanzando rápidamente una posición descollante en !a vida económica hispana y enorme influencia en el gobierno, sobre todo bajo Felipe IV. Domínguez Ortiz destaca que "uno de los aspectos más singulares de la administración interior del cuarto de los Felipes es la gran participación que dentro de ella tomaron, en el aspecto económico, los marranos o judíos conversos portugueses", judaizantes en su mayoría. (188)

"A mediados del reinado de Felipe IV -escribe Caro Baroja-, puede decirse que tenían mediatizadas las alcabalas, los puertos secos y diezmos de la mar, los almojarifazgos, rentas del Maestrazgo, sedas de Granada, pimienta, esclavos neցros (rentas antiguas) y, 45 además de éstas, la renta de la goma, el estanco del tabaco y naipes y el servicio llamado de millones. En las salinas, los azúcares y otras producciones también se notaba la intervención de esta gente, que incluso administraron el producto de la Cruzada", (189) agregando más adelante el citado que, "pese a todo lo que se ha dicho en punto a la persecución de los judíos y a las consecuencias económicas que tuvo ésta, de donde hubieron de sacar ganancias más cuantiosas fue del comercio y trato con las Indias occidentales, o de la administración de los monopolios estatales que regulaban aquel comercio.

Así, en la época que nos ocupa (el reinado de Felipe IV, F.R.C.) era en Sevilla donde las operaciones eran más crecidas, siendo la aduana de Cádiz la que adquirió máxima importancia con Carlos II y Felipe V. Queda mucho por hacer en la historia de estas dos plazas comerciales, pero los documentos que se tienen acerca de ellas indican que el Estado Español hubo de someterse una y otra vez a condiciones y formas de arriendo que hoy se considerarían vergonzosas.

En 1630 el almojarifazgo de Indias se pretendía arrendar a un grupo de hombres de negocios portugueses: Manuel Cortizos, Antonio Martín, Francisco Lobo, Martín de Guevara y Alonso y Diego Cardoso. Los Cardoso fueron luego arrendadores de otras rentas. Estos hombres eran todavía personas de poca estimación. Pero, después de muchas discusiones, otro grupo de portugueses (que no la debían tener mayor) se quedó con tal arriendo, a partir del 1° de enero de 1632. Luis Correa Monsanto, Marcos Fernández Monsanto, Felipe Martín Dorta, Simón Suárez y Ruy Díaz Angel, eran quienes formaron la compañía, que puso al comercio sevillano en grandes apreturas, al parecer, desde aquella fecha hasta 1644. Posteriormente tomaron el arriendo José Fernández de Oibera y Simón Rodríguez Bueno, que no resultaron más blandos que los anteriores, y en 1663, después de las graves crisis de 1647 y 1657, lo tomó un hombre que fue el 'aduanero' por antonomasia, hasta el siglo XVIII casi: aludo a Francisco Báez Eminente, al que algunos atribuyen complicidades con las potencias hostiles al Estado español”. (190) Esto prueba que si bien el monopolio comercial con las posesiones ultramarinas era ventajoso para ambas partes - pese a cuanto se ha dicho en contrario-, el control ****oconverso del mismo significó enormes perjuicios para la Corona. A pesar de la caída, en 1643, de ese gran destructor del imperio español que fue Olivares, la dependencia del Estado a la banca conversa lusitana no dejó de acentuarse, incluso después de la fin de Felipe IV.

En las postrimerías de! reinado de éste, dice Caro Baroja (191), "lo único que se observa, a medida que pasa el tiempo, es una dependencia cada día mayor de firmas y bancas poco conocidas, o ya conocidas en el período anterior, como correspondientes a hombres de negocios judíos" portugueses. Como es de imaginar, el contrabando y las estafas al Estado formaban parte del comportamiento habitual de !os traficantes y banqueros "portugueses". "Más de una vez, manifiesta Domínguez Ortiz, el Consejo de Hacienda presentó al rey el ruin proceder de aquellos hombres, sus estafas al Fisco y las correspondencias que mantenían con el extranjero para sacar la plata e introducir mercaderías y vellón falso. Sin embargo, como había urgente necesidad de sus caudales, cada vez tuvieron mayor entrada en los negocios, elevándose los más opulentos a la categoría de asentistas regios". (192)
Olivares fue quien lo encumbró y protegió, concediéndoles honores y, como dice el nombrado autor, "aunque sea difícil aportar pruebas directas no cabe duda de que los46 preservó en lo posible de las pesquisas inquisitoriales". (193) Los dos principales colaboradores del conde-duque"marrano eran conraciales, el lusitano Manuel López Pereira y el español Jacob Cansino o Cancino. Este, que oficiaba de intérprete de Olivares, gozaba de un privilegio que deja estupefacto: tenía un "permiso especialísimo para vivir dentro de su ley y vistiendo el indumento propio de los judíos jovenlandeses". (194) Y no paraba ahí la cosa, pues "Cansino tenía tal autoridad por entonces que podía hablar libremente, incluso con gentes sospechosas en materias de fe y, según algún proceso, aparece relacionado con espías y judaizantes". (195)

En cuanto a López Pereira, brazo derecho del famoso valido, del cual fue albacea testamentario en dos ocasiones, "se decía que había salido en un auto de fe en su país natal y que tenía un hermano en Amsterdam: el escándalo fue muy grande cuando en 1636 se le nombró contador con asiento en el Consejo de Hacienda. Desde este momento hasta la caída de Olivares la importancia de López Pereira fue tal que los escritores judíos lo consideraron tiempo después como valido del valído”. (196) Pero también Felipe IV dispensó su amistad a poderosos asentistas judíos portugueses, como a Jorge de Paz de Silveyra y a su hermano Manuel, concediendo al primero un hábito y el título de barón que obtuvo al autorizarse su enlace con la baronesa Beatriz de 5ilveyra, (197) al parecer también cristiana nueva. Es rigurosamente exacta la afirmación de Caro Baroja respecto a que los marranos portugueses "alcanzaron con él situaciones nunca imaginadas en hombres de este linaje”. (198) El ejemplo más claro de ello lo constituye la familia Cortizos. Manuel Cortizos, hijo de un destacado negociante llamado Antonio López Cortizos, es el eje de una historia que causó asombro y de la cual suministra preciosas informaciones el mencionado investigador.
"En 1630, cuando se pretendía arrendar el almojarifazgo de Indias a un grupo de hombres de negocios portugueses, entre los cuales estaba nuestro Manuel Cortizos, el Consejo de Estado puso objeciones 'porque de su proceder -dice el informe- se tienen ruines relaciones, que obligan a excluirlos totalmente'.” (199) Unos años más tarde, sin embargo, Cortizos habla logrado un notorio encumbramiento, convirtiéndose de arrendador y mercader de lonja (200) en hombre de corte: "el 15 de febrero de 1637 obsequió a los reyes con una fiesta espléndida en los alrededores de la ermita de San Bruno, haciendo los honores la condesa de Olivares. Acababa de comprar el cargo de receptor del Consejo de Hacienda por 300.000 ducados y entró en aquel mismo Consejo con preeminencias nunca vistas". (201)

tras*curridos unos pocos años, Felipe IV "le hizo merced de un hábito de Calatrava, merced que se extendió luego a su hermano, mucho menor, Sebastián, a otro hermano militar llamado Antonio, que brillaba poco, y a su primo Sebastián (López) Ferro o Hierro de Castro", así como a Manuel Cortizos, hijo del todopoderoso asentista. (202) Las pruebas fueron acondicionadas convenientemente, logrando, además, la dispensa pontificia dado que el progenitor fue mercader, (203) "Manuel Cortizos y los suyos de 1640 a 1650 siguieron una marcha triunfal. En 1645 era caballero de Calatrava, señor de Arriafana, del Consejo de Su Majestad en su Contaduría Mayor de Cuentas, secretario de esta Contaduría y de las cortes y ayuntamiento de Castilla y León, escribano mayor y perpetuo de ellos, secretario de la comisión y administración de millones y 'fator' general de los servicios del reino... junto a él se ve medrar en palacio a su hermano Sebastián que, nacido en Madrid en 1618, ya en 1642 estaba facultado para servir la secretaría de millones en ausencia de Manuel, y que después ejerció cargos importantes en el Consejo de Hacienda, etc.” (204)

Sebastián Ferro o Hierro de Castro, el primo de los Cortizos, también del hábito de Calatrava y marqués de Castelforte, desempeñó en Flandes la función de pagador general de Felipe IV. Asimismo, integraba el Consejo de S.M. ante el Tribunal de la Contaduría Mayor de Cuentas y era tesorero de la Santa Cruzada, secretario de las Cortes de Castilla y comisario de Millones. (205) Por si esto fuera poco, Manuel Cortizos y su hermano Sebastián habían sido designados familiares del Santo Oficio (206) para lo cual debieron aprobar las pruebas de limpieza de rigor. No satisfecho aún, Manuel se hizo nombrar ...inquisidor, luego de haber realizado un préstamo o provisión de 800.000 ducados a la Corona, rechazando hábilmente las joyas que la reina quería dejar en garantía. (207) El insólito hecho movió al celoso y afamado inquisidor Adam de la Parra a escribir una poesía satírica contra su nuevo compañero de tareas, que le valió la guandoca. Y he aquí que al morir de improviso en 1649, descubrióse que Manuel Cortizos y su familia judaizaban, incoándose el proceso pertinente.

Desde los primeros años de la década del 30, la inquisición venía acumulando informaciones sobre el criptojudaísmo de la familia, pero fue a causa de unas ceremonias judaicas que se hicieron con motivo de la fin de Manuel Cortizos (quien, como puede suponerse tuvo un funeral impresionante en una iglesia madrileña), en la que participaron un grupo de mujeres conversas, que el Tribunal intervino deteniendo a varias de ellas, las que confesaron que los Cortizos eran judaizantes, confirmando así lo que ya se sabía. Respecto a Manuel, las denuncias que obraron en los archivos hacían saber que "los banqueros de Italia y Amsterdam sabían que hacía grandes envíos fuera de España" y "esperaban algunos, el mismo año de su fin, que Manuel Cortizos pudiera irse a la Jerusalén holandesa a proclamar públicamente su fe, dejando hábitos, secretarías, etc.". (208) Pero no se le formó causa post mortem, como era habitual, lo que prueba la influencia extraordinaria que había tenido y que también gozaba su hermano Sebastián, quien no fue molestado. Luisa Ferro o Hierro, mujer de Manuel –del cual era prima hermana-, pese a que se le inició proceso y ordenóse su apresamiento, nunca fue detenida. (209) En cambio si lo fue Mencía de Almeida, progenitora de la anterior y de Sebastián Hierro, la que ingresó en la prisión inquisitorial de Cuenca. El 20 de abril de 1656, a puertas abiertas, le fue leída la sentencia que la condenaba "a adjurar de levi y a ser advertida y reprendida gravemente, desterrada de Cuenca y Madrid, en cuatro años, dos precisos y dos cuando se le ordenara". (210)

Esto provocó un escándalo de proporciones: ¡la progenitora de un caballero de Calatrava condenado por judaizante! Lo asombroso es que al año siguiente, Felipe IV nombró a Sebastián Cortizos embajador en Génova y al hijo de la judaizante, Sebastián Hierro, presidente de la sumaria de Nápoles. Tres años más tarde, Cortizos estaba de vuelta en Madrid ocupando un puesto de consejero en el Consejo de Hacienda. Ambos fallecieron alrededor de 1669, cuando se hallaban en Nápoles. De Hierro se sabe que tuvo un funeral digno de un caballero de Calatrava. El año 1661 se reabrió la causa de las dos mujeres, cuyo paradero no se ubicó. En la ocasión se hizo una meticulosa información genealógica, que puso de manifiesto el crecido número de penitenciados que registraba el clan. (211)

En todo este tiempo y durante largos años, la banca de los Cortizos siguió operando normalmente y realizó pingües negocios. Bajo el reinado de Carlos II la familia prosiguió usufructuando del favor real. "En 1668 el hijo de Manuel Cortizos, hijo y nieto de las dos mujeres encausadas por la Inquisición de Cuenca años atrás, era agraciado con el título de vizconde de Valdefuentes. Este Manuel José Cortizos debía ser el jefe de la banca allá por los años de 1677... Todavía en 1680 la Inquisición se ocupaba del expediente de su progenitora; pero esta vez para considerarlo sobreseido". (212) El banquero José Corfizos, primo del anterior y se cree que hijo de Sebastián, apoyó el partido del archiduque Carlos contra Felipe IV, ncargándose del apresto de las tropas inglesas y portuguesas. Tras la derrota de su candidato, en 1717 radicóse en Inglaterra, donde "abrazó públicamente el judaísmo e hizo cincucidar a su hijo... terminó sus días en 1742, como un miembro fiel de la sinagoga sefardí de Londres, cien años después de que se concediera el hábito de Calatrava a su padre". (213)

Los conversos lusitanos eran generalmente agraciados con hábitos de las órdenes militares de Portugal, como las de Cristo y Santiago, lo que producía el consiguiente escándalo e indignación. (214) Jorge de Paz de Silveyra, el amigo de S.M., era caballero de Santiago y en 1636 al formalizarse un asiento de 650.000 ducados se le concedió la encomienda de San Quintín de Monte de Grajo, para lo cual se necesitó dispensa pontificia por no haber ido a Africa. Fernando Tinoco, por su parte, poseía una encomienda de la Orden de Cristo. "En los asientos de 1639, informa Domínguez Ortiz, las mercedes regias fueron de gran liberalidad: Alonso Cardoso, por su asiento de 240.000 escudos, obtuvo un hábito de Avis para Alvaro Núñez de Lisboa. Otro hábito se dio a Manuel Rodríguez Andrade, y el de Cristo a García Fernández, por intercesión, probablemente bien pagada, de Jorge de Paz... Duarte Brandón Suárez, al hacer las provisiones ordinarias para 1640, obtuvo un hábito para su cuñado Antonio Núñez Gramajo (un pillo redomado que había hecho una gran fortuna en indias por medios ilegales)". (215) También fueron favorecidos con títulos algunos importantes judíos de Portugal en tiempos de Carlos II, como Diego Fernández Tinoco -vástago de Fernando Tinoco-, tesorero del Consejo de Portugal y contador mayor de cuentas, el cual recibió, al igual que el hijo de Cortizos, un título de vizconde, el de Fresno. (216)

Nada mejor para evaluar la influencia de !os judíos conversos portugueses, que el decreto de Felipe IV con motivo de la sublevación de Portugal, el cual demuestra, por otra parte, que el incumplimiento de la tan mentada orden de "desarme y registro de portugueses" en el Río de la Plata, no se debió sólo al predominio de los cristianos nuevos entre las autoridades de allí. El decreto, que lleva fecha 28 de diciembre de 1640, inmediatamente de producido el levantamiento, ordena a las autoridades que "atendiendo lo bien servido que me hallo de esta gente y la satisfacción que tengo de su buen proceder (!), los traten como a los otros naturales de estos Reinos, y como han sido tratados hasta aquí, sin que consientan se les haga ninguna vejación ni molestia". (217)

Las descaradas mentiras con que el monarca pretendía justificar una medida tan perniciosa para España, la Corona y la Fe Católica, resultaban aún más intolerables, pues entonces llovían, más que nunca, las denuncias contra los portugueses "de la nación", como el informe que elevó el presidente de Castilla al ser requerido sobre la peligrosidad de los numerosos extranjeros residentes:
"De portugueses es mayor el número y la mano por medio de los asientos; tienen atravesados todos los partidos, lleno el Reino de ejecutores de su nación. Están a su disposición las entradas de los puertos para introducir y sacar todo género de mercaderías; las llaves de los puertos; el dinero para proveer y no proveer y avisar los pertrechos y pólvora de la cantidad que se sabe la han dado. En fin, de ellos depende la vida y la defensa. Bien se puede temer de su natural repruebo a los castellanos y poca constancia de la Religión Católica, que en un frangente podrían levantarse con alguna ciudad marítima ayudados de los demás extranjeros del Reino". (218)

En la disposición real salta a la vista la mano del funesto converso Olivares, pero también la consciente política filosemita del rey, que concedía honores y elevadas funciones en su corte a estos marranos judaizantes, algunos de los cuales fueron procesados por el Santo Oficio español. Domínguez Ortiz, refiriéndose al decreto de marras, no puede menos que admitir que el gobierno, pese a "toda su buena intención no podía ocultar el hecho de que muchos de los tan favorecidos marranos sólo buscaban enríquecerse por los medíos que fuera". (219) La corriente inmigratoria de los tratantes "portugueses" decreció en forma considerable durante el siglo XVIII, pero no se interrumpió hasta los primeros años del siguiente. En su mayoría permanecieron en España, "integrándose" en la sociedad y junto con sus conraciales nativos, continuaron ejerciendo una hegemonía que fue in crescendo. Si al cuadro que acabo de esbozar se agrega que los marranos establecidos fuera de la península, según señala Jacob Shatzlcy, desde principios del siglo XVI mantenían un "intenso comercio" con ella, e incluso los radicados en Holanda, como ciudadanos de este país, viajaban "frecuentemente por cuestiones de negocios" a España, (220) puede apreciarse la magnitud de la internacional dorada conversa y su excepcional poderío.


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La ****o-masonería es el principal enemigo de España y de toda nación, pueblo o persona. Su único fin es esclavizar a toda la humanidad para sus fines satánicos desenmascarados por Jesucristo.

No puede comprenderse la historia mundial sin el papel que la ****o-masonería desempeña desde los tiempos más remotos de la historia, desde el surgimiento de las primeras civilizaciones agrícolas de Oriente Próximo hasta la actualidad.
 
Última edición:
Polonia tenía demasiados judíos... La proporción ideal es la misma que la de la levadura; un 1% y el país te sube como la espuma. Un 10% como en Polonia, y te comes los mocos.
No eres serio debatiendo.
 
Acudid al memorial de Luis de Ortiz a Felipe II.

Adelantado a su tiempo, pero no le hicieron mucho caso...

2) España es en cierta medida incompatible con la modernidad. La idiosincrasia del país y de sus históricas élites dirigentes hacen imposible que en España pueda desarrollarse un capitalismo a la europea como en Alemania, Francia, siquiera Italia. Esto es algo muy notorio pero que tiene su eclosión en 1898 cuando perdemos las últimas colonias ante la incapacidad de la Nación para hacerse competitiva en la arena internacional y por ende ser una potencia imperialista de acuerdo a los cánones de la época, esto es, industrializada y con la ciencia y la tecnología a la orden del día. 1898 marcó un antes y un después en la intelectualidad (más bien escasa y no tan brillante como la de Europa) al poner de manifiesto el retraso secular de un país orgulloso pero pobre y famélico.

En sintonía con tu argumento, otra de las posibles razones por las cuales España no ha podido alcanzar el nivel de otros países quiza sea el hecho de en que nuestro país el proceso de construcción de un estado nacional moderno nunca se llegó a completar. Un ejemplo: cuando la revolución industrial llegó a España, en muchas regiones tuvo que convivir con usos, estructuras e instituciones precapitalistas, incluso ya entrado el siglo XX. Pero es que eso incluso se nota en detalles relacionados con el mundo del arte y la cultura, donde casi todas las corrientes llegaban tarde a nuestro país, en ocasiones con décadas de retraso.

Por supuesto, esa construcción incompleta, ese quedarse a medio camino, también se nota en nuestros días; la cuestión catalana, por ejemplo. Es como si no fuese posible integrar a las minorías dentro del estado sin tener que recurrir a la fuerza o a la simple coacción. En España existe una falta de auténtico patriotismo; las dos Españas siguen ahí, más vivas que nunca. En todos los ámbitos, desde la política hasta los estudios. Da la sensación de que en España todavía sobreviven rasgos más propios de un estado patrimonial, donde el pegamento es la lealtad absoluta al régimen (estado y régimen se mezclan y confunden)o a una ideología determinada en lugar de un verdadero sentimento.

Aquí no existe el llamado patriotismo constitucional, puesto que la sociedad vive dentro de una falsa modernidad; asentada en un progreso económico (con todas sus sombras, claro está), pero nunca a nivel cultural o social.
 
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