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¿Qué podría llevar a Rusia a atacar a la OTAN?
7 febrero, 2023
por Alba Leiva
Un enfrentamiento directo entre Rusia y la OTAN es poco probable, pero hay casos drásticos que lo motivarían. Moscú respondería si los aliados mandan soldados a Ucrania, si le permiten utilizar sus bases para lanzar ataques aéreos o si establecen una zona de exclusión aérea
El presidente ruso, Vladímir pilinguin, en una imagen de archivo de 2017. Fuente: Presidencia de Rusia
Rusia podría atacar a la OTAN si esta envía soldados a Ucrania, permite que Kiev use sus bases militares para lanzar ataques aéreos o si establece una zona de exclusión aérea en el país. Según Andrey Kortunov, director del think tank ruso Consejo de Asuntos Exteriores y asesor del presidente Vladímir pilinguin, estos son los escenarios que motivarían a Rusia a atacar a los países aliados. Así lo detalló en una entrevista reciente con la agencia de noticias rusa TASS.
Sin embargo, estos escenarios son drásticos y lejanos a las medidas que Occidente ha adoptado hasta ahora: enviar ayuda militar a Ucrania e imponer sanciones económicas a Rusia. Si bien han enviado más y mejor armamento de forma progresiva, los aliados no se arriesgarían a tomar medidas que se confundan con una intervención directa. Sus fuerzas combinadas superan a las rusas, pero una confrontación tendría consecuencias catastróficas para ambos bandos. Si Rusia ataca a cualquier miembro de la OTAN, esta invocaría el artículo 5 para lanzar una respuesta militar conjunta. Los enfrentamientos provocarían una escalada militar que podría desencadenar una guerra nuclear, por lo que a ninguna de las partes le interesa provocarlos.
OTAN: soldados en Ucrania, bases militares o zona de exclusión
Hay que diferenciar el riesgo de escalada militar en Ucrania del riesgo de un ataque ruso a la OTAN. El envío de más y mejores capacidades militares no tiene por qué provocar un enfrentamiento directo. Con todo, hay casos que podrían acercar esa posibilidad, como que los aliados envíen misiles de larga distancia o armamento nuclear. El propio Korturov opina que hay una “cierta zona gris” en el apoyo militar occidental que puede generar incertidumbre y llevar a una escalada.
Por el contrario, los escenarios descritos por el analista ruso sí motivarían represalias directas. La presencia de soldados aliados en territorio ucraniano es el mejor ejemplo. Salvo una misión de paz, como las de los cascos azules de la ONU, la presencia de soldados en un conflicto es una intervención clara, incluso si su labor es solo logística o humanitaria. Lo mismo ocurriría con el uso de bases aéreas occidentales para lanzar ataques contra las tropas rusas. Tanto si el bombardero es ucraniano o aliado, Rusia lo interpretaría como un ataque de la OTAN.
El único de estos escenarios que Ucrania sí ha solicitado es la implementación de una zona de exclusión aérea para restringir el vuelo de aeronaves rusas en el espacio aéreo ucraniano. El objetivo es impedir que Rusia bombardee o vigile desde el aire el territorio del país, pero supone que los aliados tendrían que atacar a los rusos si estos incumplen la imposición. La Alianza pronto descartó la petición, ya que implicaba su intervención en el conflicto y multiplicaba el riesgo de un ataque directo. Las zonas de exclusión aérea se han implementado pocas veces en la historia y siempre han sido una cuestión controvertida.
Rusia respondería con ciberataques o en proporción
Ahora bien, Rusia no tendría por qué responder con un ataque directo de inmediato a cualquiera de los escenarios planteados por Korturov. Todo depende de cuán evidente sea la intervención aliada. Moscú podría anticiparse y lanzar ataques no convencionales a modo de aviso para disuadir a Occidente de actuar. La opción más evidente sería una serie de ciberataques sin reclamar contra distintos países aliados, ya sea a sus Gobiernos o su red de infraestructuras o instituciones clave. También podría movilizar tropas y capacidades militares, como misiles de corta y media distancia, hacia sus fronteras europeas.
Sin embargo, si Occidente siguiera adelante, Rusia respondería con un ataque convencional acorde a cada escenario. Si es un despliegue de tropas, el enfrentamiento principal sería en territorio ucraniano, aunque podría extenderse a territorio ruso y aliado. Con el uso de bases militares y la zona de exclusión aérea, Rusia respondería combatiendo a los bombarderos y lanzando ataques paralelos a los países implicados en el envío de aviones o en la vigilancia del espacio aéreo. Aunque los primeros enfrentamientos no serían nucleares, la escalada militar multiplicará el riesgo de que se produzcan.
elordenmundial.com
7 febrero, 2023
por Alba Leiva
Un enfrentamiento directo entre Rusia y la OTAN es poco probable, pero hay casos drásticos que lo motivarían. Moscú respondería si los aliados mandan soldados a Ucrania, si le permiten utilizar sus bases para lanzar ataques aéreos o si establecen una zona de exclusión aérea
El presidente ruso, Vladímir pilinguin, en una imagen de archivo de 2017. Fuente: Presidencia de Rusia
Rusia podría atacar a la OTAN si esta envía soldados a Ucrania, permite que Kiev use sus bases militares para lanzar ataques aéreos o si establece una zona de exclusión aérea en el país. Según Andrey Kortunov, director del think tank ruso Consejo de Asuntos Exteriores y asesor del presidente Vladímir pilinguin, estos son los escenarios que motivarían a Rusia a atacar a los países aliados. Así lo detalló en una entrevista reciente con la agencia de noticias rusa TASS.
Sin embargo, estos escenarios son drásticos y lejanos a las medidas que Occidente ha adoptado hasta ahora: enviar ayuda militar a Ucrania e imponer sanciones económicas a Rusia. Si bien han enviado más y mejor armamento de forma progresiva, los aliados no se arriesgarían a tomar medidas que se confundan con una intervención directa. Sus fuerzas combinadas superan a las rusas, pero una confrontación tendría consecuencias catastróficas para ambos bandos. Si Rusia ataca a cualquier miembro de la OTAN, esta invocaría el artículo 5 para lanzar una respuesta militar conjunta. Los enfrentamientos provocarían una escalada militar que podría desencadenar una guerra nuclear, por lo que a ninguna de las partes le interesa provocarlos.
OTAN: soldados en Ucrania, bases militares o zona de exclusión
Hay que diferenciar el riesgo de escalada militar en Ucrania del riesgo de un ataque ruso a la OTAN. El envío de más y mejores capacidades militares no tiene por qué provocar un enfrentamiento directo. Con todo, hay casos que podrían acercar esa posibilidad, como que los aliados envíen misiles de larga distancia o armamento nuclear. El propio Korturov opina que hay una “cierta zona gris” en el apoyo militar occidental que puede generar incertidumbre y llevar a una escalada.
Por el contrario, los escenarios descritos por el analista ruso sí motivarían represalias directas. La presencia de soldados aliados en territorio ucraniano es el mejor ejemplo. Salvo una misión de paz, como las de los cascos azules de la ONU, la presencia de soldados en un conflicto es una intervención clara, incluso si su labor es solo logística o humanitaria. Lo mismo ocurriría con el uso de bases aéreas occidentales para lanzar ataques contra las tropas rusas. Tanto si el bombardero es ucraniano o aliado, Rusia lo interpretaría como un ataque de la OTAN.
El único de estos escenarios que Ucrania sí ha solicitado es la implementación de una zona de exclusión aérea para restringir el vuelo de aeronaves rusas en el espacio aéreo ucraniano. El objetivo es impedir que Rusia bombardee o vigile desde el aire el territorio del país, pero supone que los aliados tendrían que atacar a los rusos si estos incumplen la imposición. La Alianza pronto descartó la petición, ya que implicaba su intervención en el conflicto y multiplicaba el riesgo de un ataque directo. Las zonas de exclusión aérea se han implementado pocas veces en la historia y siempre han sido una cuestión controvertida.
Rusia respondería con ciberataques o en proporción
Ahora bien, Rusia no tendría por qué responder con un ataque directo de inmediato a cualquiera de los escenarios planteados por Korturov. Todo depende de cuán evidente sea la intervención aliada. Moscú podría anticiparse y lanzar ataques no convencionales a modo de aviso para disuadir a Occidente de actuar. La opción más evidente sería una serie de ciberataques sin reclamar contra distintos países aliados, ya sea a sus Gobiernos o su red de infraestructuras o instituciones clave. También podría movilizar tropas y capacidades militares, como misiles de corta y media distancia, hacia sus fronteras europeas.
Sin embargo, si Occidente siguiera adelante, Rusia respondería con un ataque convencional acorde a cada escenario. Si es un despliegue de tropas, el enfrentamiento principal sería en territorio ucraniano, aunque podría extenderse a territorio ruso y aliado. Con el uso de bases militares y la zona de exclusión aérea, Rusia respondería combatiendo a los bombarderos y lanzando ataques paralelos a los países implicados en el envío de aviones o en la vigilancia del espacio aéreo. Aunque los primeros enfrentamientos no serían nucleares, la escalada militar multiplicará el riesgo de que se produzcan.
¿Qué podría llevar a Rusia a atacar a la OTAN? - El Orden Mundial - EOM
Rusia atacaría a la OTAN si envía soldados a Ucrania, le deja usar sus bases para lanzar ataques aéreos o si fija una zona de exclusión aérea
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