Mastropiero70
puñetero borde hijo de la gran fruta y misántropo
Me explico: A mis casi 52 años, viví Huertas como nadie.
Mucho antes del accidente que casi me lleva un dedo - en Mayo de este año -, yo era el mejor violinista de los garitos celtas de la zona. Nos emborrachaban gratis, nos pagaban y ligábamos.
He vuelto hoy a tomarla - no la única desde entonces, obvio -.
Pero lo que me he encontrado ha sido desolador.
Habiendo nacido en un barrio obrero y leído lo que pude, no me puedo postular como el hombre más culto de mi generación; pero lo que hay ahora es horrible.
En los otrora magníficos bares de Guinness, hay pantallas gigantes con fútbol 23/7, y esta tarde escuché a algunos aficionados béticos opinar como si fueran doctores en filosofía - con su horrible acento -.
No pido una doctora, pero escucho hablar a cualquier mujer mínimamente amable y se me cae la platano a los pies de semejante paletismo. Ya he dicho que no pido la leche, pero el nivel ha bajado a niveles inauditos: Antes en los bares podías escuchar una conversación interesante de vez en cuando; ahora es imposible.
Es casi imposible pedir un meteorito, un apocalipsis zombie o algo parecido. Pero lo preferiría a tener que envenenarme con alguna de las 150 plantas silvestres que conozco y de las que esta caterva de necios nunca oirán ni hablar.
A propósito, feliz año nuevo, me gusta la fruta.
Mucho antes del accidente que casi me lleva un dedo - en Mayo de este año -, yo era el mejor violinista de los garitos celtas de la zona. Nos emborrachaban gratis, nos pagaban y ligábamos.
He vuelto hoy a tomarla - no la única desde entonces, obvio -.
Pero lo que me he encontrado ha sido desolador.
Habiendo nacido en un barrio obrero y leído lo que pude, no me puedo postular como el hombre más culto de mi generación; pero lo que hay ahora es horrible.
En los otrora magníficos bares de Guinness, hay pantallas gigantes con fútbol 23/7, y esta tarde escuché a algunos aficionados béticos opinar como si fueran doctores en filosofía - con su horrible acento -.
No pido una doctora, pero escucho hablar a cualquier mujer mínimamente amable y se me cae la platano a los pies de semejante paletismo. Ya he dicho que no pido la leche, pero el nivel ha bajado a niveles inauditos: Antes en los bares podías escuchar una conversación interesante de vez en cuando; ahora es imposible.
Es casi imposible pedir un meteorito, un apocalipsis zombie o algo parecido. Pero lo preferiría a tener que envenenarme con alguna de las 150 plantas silvestres que conozco y de las que esta caterva de necios nunca oirán ni hablar.
A propósito, feliz año nuevo, me gusta la fruta.