San Marco_borrado
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Les communards: ¿Qué está pasando en Siria?
Decía Karl Marx que la historia se repite siempre dos veces, primero como tragedia y después como farsa. Pues bien, parece ser que Irak fue la tragedia y Siria va a ser la farsa. O a lo mejor todas las invasiones imperialistas son tragedias y farsas a la vez, no lo sé.
El caso es que se avecina una guerra más, como siempre provocada por los intereses de unas pocas potencias y que problablemente dará como resultado un país arrasado y gobernado por fanáticos islamistas. ¿Podemos hacer algo para evitarlo? Me temo que no. Los anti-imperialistas (los de verdad) nos encontramos en inferioridad numerica y vamos perdiendo el combate ideológico por mucho. No tenemos ni Partido ni sindicatos fuertes que puedan presionar a nuestro gobierno, ni mucho menos un país socialista con capacidad para mantener a raya a la OTAN. Sea como sea, debemos mantenernos firmes en nuestros principios y hacer propaganda contra la guerra, así como denunciar su carácter imperialista.
Como cabía esperar, la prensa occidental (financiada por bancos, magnates y grandes empresarios) se ha lanzado a la propaganda. Es que por mucho que los gobiernos capitalistas desprecien al pueblo necesitan su apoyo para legitimarse. Y para eso hace falta mucha, mucha propaganda. Propaganda las 24 horas del día, como un martillo pilón golpeando sin cesar nuestro pensamiento. Un bombardeo mediático. Nos saturan a diario con imágenes de niños muertos, enormes cárteles con la cara de Al-Assad y declaraciones de decenas de altos cargos occidentales cargando contra Siria.
Todos los medios, desde los que supuestamente son progresistas (como El País, laSexta o Público) hasta los más ultraderechistas (como ABC, La Gaceta o 13TV) escupen el mismo mensaje: el Gobierno sirio es muy autoritario y está masacrando a su propia población. Así, tenemos a gentes del PSOE, UPyD, PP y hasta de IU compartiendo opinión, una opinión que sólo favorece los intereses de las élites económicas estadounidenses y europeas. La casi totalidad del espectro político se traga la versión imperialista y aquí paz y después gloria (para los que se van a lucrar con la guerra, digo).
A continuación expongo con brevedad lo que está ocurriendo en Siria. No soy ni mucho menos un experto en Oriente Medio, pero he procurado informarme a fondo sobre el caso sirio para darle al lector una versión alternativa de la situación siria. No se trata de un análisis extenso y profundo, pero creo que merece la pena leerlo para situarse un poco entre tanta desinformación.
¿Qué tipo de régimen es Siria?
Uno de los argumentos más cacareados a la hora de justificar un eventual ataque contra Siria es que este país sería una dictadura autoritaria. Según la versión oficial, Siria está gobernada por un clan familiar y sus amiguetes, que hoy reaccionan brutalmente contra un levantamiento demócrata. La familia Al-Assad está formada por cuatro millonarios que explotan el país y lo mantienen en la miseria. Si le preguntamos al español medio por la calle nos dará una versión por el estilo. Lo mismo se pensaba de Libia, Irak o en su momento de Afganistán.
¿Qué hay de cierto en todo esto?
Indagando un poco uno se percata de la falsedad de la propaganda mediática que nos tragamos día tras día. Siria es una República Constitucional con parlamento, elecciones cada cuatro años y apoyo popular considerable. El país está gobernado por el Partido Baaz, de inspiración panarabista y socialdemócrata., desde que ganó las elecciones en 1971. Se trata de una nación laica pero que reconoce la mayoría islamista, y por supuesto respeta a la minoría cristiana (más adelante veremos que no es el caso de los rebeldes).
En 1973 el pueblo aprobó una Constitución por referendum que, al menos sobre el papel, era de carácter popular y progresista. En 2012 el presidente Bashar Al-Assad emitía un decreto legislativo en el que proponía al parlamento la creación de un nuevo texto constitucional que según la prensa busca "poner fin al monopolio del gobernante partido Baaz y abrir el sistema político al multipartidismo." Sorprendentemente, la prensa española se hizo eco de la noticia y hasta reconoció la buena voluntad del Gobierno sirio. El ABC, por ejemplo, reconocía en un artículo al respecto la existencia de parlamento, elecciones legislativas y voluntad de mejorar las libertades y derechos civiles.
El nuevo texto fue aprobado el 26 de febrero de 2012 por el 89,42% de los votantes, con una participación electoral del 57,4%. Los rebeldes llamaron al boicot y EEUU calificó el referendum de cínico y falso. Sabiendo cómo funciona el sistema político-económico estadounidense —que dificilmente puede ser presentado como democrático— cuesta tomarse en serio estas acusaciones.
Ya sabemos que en Siria hay un parlamento elegido por el pueblo y que el Gobierno somete su legitimidad a referendums. Sin que esto convierte al país en una democracia ejemplar, por lo menos vamos viendo que la imagen que vierten los medios de comunicación es rotundamente falsa. Pero más sorprendente aún es el apoyo popular que tiene Al-Assad frente a los rebeldes y sus aliados. Según un informe de la OTAN aparecido en el World Tribune, el presidente contaría con el apoyo del 70% de los sirios frente a los rebeldes. Insisto: se trata de un informe de la OTAN, poco sospechosa de ser pro-Assad. Esto no significa necesariamente que el Gobierno tenga ese enorme apoyo, sino que a los ojos del pueblo es una opción mucho más legítima que la victoria del otro bando. La noticia puede leerse en Russia Today y en algunos medios digitales, pero curiosamente no en la prensa española.
En lo que respecta a la economía siria, esta creció a un ritmo enorme a partir de los 60. El Gobierno baaz realizó varias nacionalizaciones para reducir las desigualdades económicas y promover el bienestar, ganándose así el apoyo de las fuerzas de izquierda del mundo árabe. Desde los años 90 se han llevado a cabo varias reformas "liberales", permitiendo por ejemplo la existencia de bancos privados, destinadas a abrir el mercado a las inversiones internacionales. Desde 2004 los bancos extranjeros pueden hacer negocio en Siria. Además, desde comienzos del siglo XXI se ejecutaron políticas privatizadoras que redujeron el peso del Estado en la sanidad y otros sectores. No son pocos los periodistas que apuntan a que la pésima situación económica (con un 20% de paro) provocada en parte por boicots del imperialismo occidental es clave para entender las protestas contra Al-Assad en 2008.
Sea como sea Al-Assad se mantiene firme en su apuesta por el sector público y las nacionalizaciones. En 2011, cuando la economía comenzó a empeorar, dijo que "el sector público es necesario para Siria en todos los aspectos".
¿Podemos decir que el sistema sirio es un ejemplo a seguir? Desde luego que no, y menos aún para un comunista. Pero aún así, ¿cómo podemos dar lecciones de democracia o bienestar desde Occidente? No parece muy coherente hablar de dictaduras cuando en nuestros países —en última instancia— gobiernan banqueros y grandes empresarios, cuando presidentes se saltan los programas electorales y la policía reprime duramente a quien se manifiesta contra el régimen (ya os podéis imaginar lo que harían si, en lugar de manifestarnos, pasaramos a mayores). ¿Cómo hablar de totalitarismos cuando hace poco nos enterábamos de que el gobierno estadounidense espía millones de mails y llamadas telefónicas de sus ciudadanos? ¿Monarquía hereditaria? ¡Pero si nosotros tenemos un rey que es sucesor directo de un dictador fascista! ¿Qué lecciones podemos nosotros dar de participación democrática y libertades cíviles? ¡Y no hablemos ya de economía!
No podemos decir que vivimos en una dictadura y pedir democracia real para luego querer exportar nuestro sistema a países "menos civilizados". Antes de hablar de dictaduras y juzgar otras formas de gobierno miremos a nuestro al rededor. El sistema sirio no es mi referente, pero calificarlo de tiránico y represor a la ligera significa seguirle el juego a la prensa capitalista y contribuir —indirectamente— a la inminente oleada turística.
¿Qué intereses se esconden tras la guerra siria?
Creer, a estas alturas, que EEUU y sus aliados se preocupan por el cumplimiento de los derechos humanos a nivel internacional es propio de un ignorante o de un fulastre (sin ánimo de ofender). Por muchas declaraciones que hagan Kerry, Obama, Hollande o Merkel aparentando estar indignados por las barbaridades que ocurren en Siria, lo cierto es que todo es un teatro. Primero porque el imperialismo occidental (EEUU, Europa, Israel, aliados...) no ha hecho absolutamente nada por acabar con la guerra siria, sino que la ha impulsado. Segundo porque Occidente tiene (y ha tenido) socios mucho peores que Al-Assad, empezando por las petromonarquías del Golfo que quieren derrocar al gobierno sirio. Tercero porque a menudo son estos países los que cometen las atrocidades de las que dicen horrorizarse. Y por último porque hablamos de dirigentes a los que les importa más bien poco el bienestar de los trabajadores, sean sirios, europeos o chinos.
Si es cierto que las potencias occidentales, encabezadas por EEUU, no se preocupan por el bienestar de los sirios, ¿entonces a qué viene tanta preocupación en el devenir de Siria? Bueno, no hace falta ser muy listo para darse cuenta de que aquí se trata de intereses geoestrategicos y, en menor medida, económicos.
El primer interesado en derrocar a Al-Assad es EEUU. Debido a que su economía está muy desarrollada (hablando en términos capitalistas) y que tiene una necesidad imperiosa de materias primas, este país se ve obligado a buscar nuevos mercados y fuentes económicas y a controlar militarmente la practica totalidad del planeta. Es decir: no es que los estadounidenses y sus gobiernos sean malas personas con sed de sangre, sino que la estructura económica del país necesita expandirse
Si su influencia en África ya se está deteriorando por culpa de la expansión china, no van a permitir la perdida hegemonica de una zona tan importante como Oriente Medio. Además, no olvidemos que para llegar a Irán hay que pasar por Damasco; el emplazamiento de Siria la hace muy jugosa a ojos de las potencias de todo el mundo. En mi opinión no es que los yankis tengan especial interés económico en el país (pese a que es una nación rica en petróleo), sino que se trata más bien de la conquista de una zona estratégica a la que no pueden renunciar si quieren aguantarle el combate a China. Lo que si podría ser muy positivo para la economía estadounidense (o sea, para su burguesía) es la inversión en armamento y en la consiguiente reconstrucción del país, como ocurrió con Iraq.
De hecho, ya en 2006 la embajada estadounidense en Damasco comentaba la posibilidad de convertir a Al-Assad en un títere:
Mientras las consecuencias de sus errores son difíciles de predecir y los beneficios podrían variar, si estamos preparados para actuar rápidamente y aprovechar las oportunidades que puedan aparecer, podríamos directamente influir en el comportamiento del Gobierno donde importa: Bashar y su círculo más cercano (según filtraciones de WikiLeaks)
Por "errores" podemos deducir que se refieren a las nacionalizaciones o a la negativa de obedecer los dictados de Washington. El imperialismo puede aceptar nacionalizaciones en su propio país si es necesario, pero difícilmente las tolerará en una colonia en la que tiene (o desea tener) capital invertido. Además, siempre es peligroso que un país no se someta plenamente al orden capitalista, a ver si los demás van a seguir su ejemplo. En fin, todos sabemos cómo se las gasta EEUU y cuáles son sus macabros métodos para lograr sus objetivos.
Otro país interesado en Siria y su futuro es Israel. La nación sionista, aliada incondicional del imperialismo estadounidense, ya ha realizado varios bombardeos contra el pueblo sirio. El Gobierno ha reiterado su apoyo a los rebeldes. Pese a lo que cabría esperar, Al-Assad ha sido siempre una persona cauta hacia Israel. Precisamente lo que les preocupa a los israelíes es que Al-Assad sea derrocado y en su lugar pongan un régimen anti-sionista. Además, desde Tel-Aviv no parecen demasiado contentos con la reivindicación de los rebeldes de recuperar los Altos del Golán, antiguo territorio sirio anexionado por Israel en 1981.
Pese a esto, parece que una vez desatado el caos y con un Gobierno sirio hostil a la injerencia estadounidense (como es lógico), los israelíes se han decidido por apoyar a los rebeldes por muchas contradicciones que esto pueda acarrear. Tan solo hace tres días podía leerse en La Voz de Galicia que
dos comandos de 300 rebeldes sirios cada uno, formados clandestinamente en Jordania por militares estadounidenses e israelíes, combaten desde hace días contra el régimen. Apoyados por especialistas jordanos, israelíes y de la CIA, entraron en Siria por la región sureña de Deraa los días 17 y 19.
Israel arma y entrena a rebeldes sirios para que derroquen a Al-Assad, saltándose todas las leyes de derecho internacional y con el apoyo total de Obama. Además, no le ha temblado la mano a la hora de bombardear objetivos estratégicos en Siria. Según el secretario del Partido Comunista Sirio, Ammar Bagdash:
el objetivo principal del imperialismo norteamericano es el plan del “nuevo y grande Oriente Medio”, es decir, quieren formar un nuevo centro imperialista en nuestro territorio con la hegemonía del Israel sionista y bajo la protectorado de los Estados Unidos.
A este popurrí de intereses no podían faltar las petromonarquías: Qatar, Kuwait, Bahrein, Omán, Arabia Saudí y Emiratos Arabes Unidos (EAU). Se trata de regímenes basados en el absolutismo, en la pobreza del pueblo trabajador, en la persecución al disidente y en la venta de petróleo. Como el lector sabrá, estos países son grandes aliados del imperialismo occidental. ¿Has escuchado a algún líder europeo o estadounidense alzar la voz contra la dramática situación política de las petromonarquías alguna vez? ¿alguna crítica a sus actos despóticos y represores? Yo tampoco.
Pues bien; estos países han reconocido sin demasiados problemas que están armando a los rebeldes sirios y que son partidarios de una reacción internacional "firme y seria" para poner fin al genocidio (¿?) que estaría llevando a cabo el Gobierno sirio. Lo primero que uno puede preguntarse es con qué legitimidad habla una petromonarquía (Arabia Saudí, en este caso) de defensa de civiles o de genocidios. Lo segundo que llama la atención es que el discurso de un déspota feudal como el príncipe Saud al Faisal coincida con el de Obama, Hollande (¿pero estos dos no eran super progres y distintos a la derecha?) y el de toda la prensa de Occidente.
Pero ocurre que a veces armar a la oposición y financiarla no basta y hay que recurrir a otros métodos propios de mafiosos, como el soborno. Es lo que hizo recientemente Arabia Saudí. Según informa The Telegraph el jefe de inteligencia saudita, el príncipe Bandar bin Sultan, habría ofrecido un jugoso contrato petrolero a Rusia a condición de que esta retire su apoyo a Al-Assad. Parece ser que Vladimir pilinguin lo ha rechazado y que continuará defendiendo al gobierno sirio en todos los frentes.
A todos estos actores (EEUU, Israel y las petromonarquías) hay que sumar a Turquía y al resto de aliados clásicos del imperialismo norteamericano, como Colombia, la UE (especialmente Francia, Reino Unido y Alemania) o Corea del Sur.
En el otro bando tenemos los apoyos internacionales con los que cuenta el Gobierno sirio.
El aliado más activo de Al-Assad es sin duda Rusia. El Gobierno de Vladimir pilinguin ha advertido varias veces a EEUU de lo peligroso y desestabilizador que podría resultar para la región (evidentemente esto a Obama y a sus jefes les importa poco). Sin embargo no parece que los rusos pudiesen intervenir militarmente para proteger al pueblo sirio de la oleada turística estadounidense. El ministro de exteriores ruso, Serguei Lavrov, dijo en una entrevista que su país “no piensa entrar en guerra con nadie”
¿Detrás de este interés se encuentra la buena fe de Rusia o su defensa de los Derechos Humanos? Evidentemente no. Rusia es un país imperialista que como tal está enfrentado a otras potencias, y por tanto debe defender sus posiciones estratégicas, empezando por la única salida al mar mediterráneo con la que cuenta su marina (Tartus). Digamos que Rusia pertenece al imperialismo oriental (encabezado por China), mientras que los países aliados de los rebeldes pertenecen al imperialismo occidental (encabezado por EEUU). La formación de dos bloques imperialistas enfrentados no es nada nuevo y suele desembocar en una guerra interimperialista (lo que comunmente se ha venido a llamar Guerra Mundial) que reorganiza el mundo capitalista. (Este asunto está desarrollado mal que bien aquí, aunque imagino que algunos lectores no estarán del todo de acuerdo).
China también está interesada en lo que ocurra en Siria, aunque no haga tanto ruido al respecto. Al igual que Rusia, ha vetado las sanciones de la ONU contra el Gobierno de Al-Assad. China tiene intereses económicos, tal y como señala el periodista Nicholas Wong:
hace unos años China se convirtió en el mayor importador de productos sirios. China invirtió en el sector petrolero sirio hace poco, y en marzo anunció que seguiría comprando petróleo para sostener el régimen de Al-Assad [pese a las sanciones económicas impuestas por Occidente].
Pero añade:
Pese a esto, teniendo en cuenta el peso de la producción del petróleo en Siria, estos intereses económicos no parecen suficientes para que China defienda al gobierno sirio.
Todo apunta a que lo que desea China es proteger a Irán de la injerencia de Occidente y sus aliados en la zona. Si cae Al-Assad Teherán se quedará prácticamente sin apoyos y rodeada de bases militares estadounidenses, y China no puede permitir que el país al que le compra el 10% de sus importaciones de gas y petróleo caiga en las zarpas del imperialismo occidental. Además la mayoría de las importaciones que realiza Irán (empezando por el armamento) las hace con el gigante asiático.
También los países con gobiernos progresistas, sobretodo los latinoamericanos, se han alineado con Al-Assad y el pueblo sirio. El presidente venezolano Nicolás Maduro en un discurso declaró que
Venezuela está con Siria y con el presidente Al-Assad. ¡Y con el pueblo de Siria! ¿Quiénes son los promotores del terrorismo en el mundo? (...) ¡La OTAN!
Así, Venezuela continúa con su rechazo total al imperialismo estadounidense y con su apoyo —basado en la realpolitik— a los países emergentes que lo desplazan, empezando por Rusia y China. De hecho ya hace un año podíamos escuchar al expresidente Chávez decir lo siguiente con respecto a Siria:
Yo reconozco en el presidente sirio un hermano. Este es mi hermano. Le reconozco como uno de los más grandes líderes que el mundo árabe necesita. Yo humildemente lo digo: me siento un sirio más.
Por su parte, el expresidente cubano Fidel Castro, referente indiscutible del comunismo y de la izquierda tras*formadora internacional, dijo en referencia a Siria:
ese valiente país árabe, situado en el corazón de más de mil millones de fiel a la religión del amores, cuyo espíritu de lucha es proverbial, ha declarado que resistirá hasta el último aliento cualquier ataque a su país.
Otras naciones como Corea del Norte, Bolivia, Ecuador, Brasil, Nicaragua, Zimbabwe, Nigeria o Bielorrusia se han mostrado partidarios del gobierno sirio y no han reconocido la legitimidad de los rebeldes. El lector habrá notado que todos estos son países contrarios a los intereses imperialistas de EEUU y que reciben cuantiosas inversiones chinas.
En definitiva, parece claro que la guerra siria es un conflicto entre las potencias asentadas (lo que hemos llamado imperialismo occidental) y las potencias emergentes (principalmente China y Rusia).
Los rebeldes sirios y sus amigos
La prensa nos ha presentado el conflicto más o menos del siguiente modo: hay un gobierno autoritario comandado por un tirano loco que de repente se ha puesto a reprimir a su pueblo. Frente a esto, los demócratas sirios se han levantado para exigir libertades y derechos, aunque entre ellos también hay algún que otro fundamentalista islámico. Por lo tanto, y en un contexto de "primavera" en el mundo árabe, toda persona progresista debería apoyar a los rebeldes sirios.
Si le preguntamos a cualquier occidental por la calle probablemente nos cuente algo parecido a lo que acabas de leer. Y sin embargo no hay ni una pizca de verdad en eso. Veamos quienes son los rebeldes sirios y quienes son sus amigos en la lucha contra el gobierno sirio. (Nos referiremos aquí a quién lucha codo con codo con los rebeldes sobre el terreno, no a sus aliados internacionales)
Lo primero que hay que decir, para desgracia de los simplificadores, es que el bando rebelde es muy heterogéneo. Puedes encontrar desde militares partidarios de una democracia liberal (al estilo de los países occidentales) hasta yihadistas que buscan imponer el corán como ley sagrada. Por eso debemos distinguir entre el Ejército Libre Sirio (ELS) y los fundamentalistas islámicos.
El ELS está compuesto principalmente por antiguos miembros del ejército sirio que, según la prensa estadounidense "se negaron a disparar a los civiles que se manifestaban". Su líder es Riyad al-Asad, un antiguo coronel de la Fuerza Aérea Árabe Siria. En 2011 declaró que su único objetivo es derrocar al gobierno y establecer una democracia "con libertades".
No sabemos si sus intenciones son sinceras, pero lo que sí sabemos —y nos da que pensar— es que el ELS cuenta con el total respaldo del imperialismo occidental y que Israel y Turquía les protegen y entrenan siempre que es necesario. El propio Congreso estadounidense aprobó en julio de este año que la CIA entregue armas a los rebeldes, según informó el Washington Post. Israel y las petromonarquías también han aceptado gustosos armar a los rebeldes. La excepción es Inglaterra, cuyo parlamento explicó que
elementos de al-Qaeda y yihadistas individuales que combaten en Siria representan actualmente la amenaza terrorista más inquietante para el Reino Unido y Occidente.
Y que por tanto era muy peligroso enviar armas al país. Los rebeldes también reciben entrenamiento de las fuerzas de élite turcas e israelíes, así como armamento pesado y apoyo logístico. Supongo que también reciben bombas para los ataques-suicida que realizan, pues según Riyad al-Asad (el líder del ELS) es una técnica respetable.
Por otro lado tenemos a los fundamentalistas. Lo cierto es que no podemos saber con certeza hasta qué punto estos representan un bando distinto del ELS. ¿Hay yihadistas entre las filas de los rebeldes? Es obvio que sí, y así lo reconoce EEUU. Pero, ¿forman parte de la Oposición oficial? Todo parece indicar que, aunque a menudo combaten y cooperan con el ELS, prefieren ir por libre. Y no sólo eso, sino que no tienen problemas a la hora de atacar a miembros del ELS que les resultan molestos. Tal es el caso de Kamal Hamami, asesinado a tiros por un grupo sirio asociado a Al-Qaeda.
Para quien no lo sepa, los yihadistas están por toda Siria y tienen como objetivo reislamizar a las sociedades fiel a la religión del amoras desde la más estricta ortodoxia. O sea, crear un mundo en el que impere la ley islámica (con todo lo que conlleva, empezando por la radicalización del machismo) y en el que el Estado sea un garante de esta. Allí dónde mandan cualquiera que no respete "los mandatos de Alá" es perseguido y castigado, y las mujeres que no se sometan al hombre son rápidamente lapidadas.
Los yihadistas acuden a Siria de todos los rincones del mundo. Por ejemplo, hace poco nos enterábamos de que un atentado en China había sido ejecutado por fundamentalistas de Xinjiang que volvían de Siria. También encontramos a muchos miembros de Al-Qaeda Iraq, que se están fortaleciendo enormemente gracias al conflicto. Estos 'soldados de Alá' fusilan mientras lanzan consignas religiosas, reclutan niños, violan mujeres y hasta comen corazones. Es cuanto menos llamativo que un gran defensor de los derechos humanos (¡y Premio Nobel!) como Barack Obama no condene este tipo de acciones y se pase el día cargando contra el 'malvado' ejército de Al-Assad.
Igual de llamativo es ver a países de mayoría cristiana apoyar a los rebeldes, quienes aniquilan a los católicos sirios siempre que tienen ocasión. Un informe de la Assyrian International News Agency explica que los cristianos
huyen en masa de sus hogares por las amenazas, secuestros y asesinatos llevados a cabo por los rebeldes.
Al-Qaeda realiza todos estos asesinatos empuñando armas fabricadas en occidente, mientras declara que los cristianos deben "convertirse al islam o morir".
Mientras tanto, Obama insiste en que las armas son enviadas a la oposición democrática siria, no a los yihadistas. De esto nadie tiene certeza ni pruebas: ¿cómo podemos saber si las armas que envían los países de la OTAN a Siria caen en manos de las milicias del ELS o en las de Al-Qaeda? En ambos casos se trata de agentes del imperialismo pero, ¿realmente es capaz el imperialismo occidental de aliarse con los fundamentalistas? La respuesta es que sí, y no es nada nuevo. Ya en 1965 EEUU apoyó la matanza de 500.000 comunistas indonesios por parte de fuerzas islámicas radicales armadas por el dictador Sukarno. Estas cometieron las atrocidades más viles que uno podría imaginar contra las mujeres y hombres que militaban en el PKI, así como contra sus hijas e hijos. EEUU nunca pidió perdón ni mostró ningún arrepentimiento.
Otro ejemplo es lo acaecido en Afganistán en los años 80, cuando EEUU apoyó abiertamente a los talibán para lograr el derrocamiento del gobierno socialista aliado de la URSS. Ronald Reagan les definió como luchadores por la libertad (freedom fighters) y dijo que eran "lo más parecido jovenlandesalmente a los padres fundadores de la patria". Hollywood se ocupó de la propaganda produciendo Rambo III, película en la cual los yihadistas afganos son presentados como 'los buenos'.
No hacen falta grandes conocimientos en Historia para saber que EEUU y sus aliados son capaces de apoyar a los peores monstruos con tal de lograr la consecución de sus intereses económicos. Si los fundamentalistas se convierten en un apoyo factible para derrocar a Al-Assad, tendrán el respaldo del imperialismo occidental (insisto, no sería la primera vez). Además esto permitirá a EEUU realizar una "guerra contra el terrorismo" en Siria dentro de unos años, colocando a algún títere a su gusto. Es dificil predecir cual será el futuro de esta alianza, aunque Hillary Clinton ya ha admitido que EEUU está en el mismo bando que Al-Qaeda en Siria.
Haré un breve resumen por si el lector se ha perdido: estamos dándole armas a un grupo de hombres (mujeres no porque no las dejan) entre cuyas filas tienen peso organizaciones como Al-Qaeda. ¿Para qué? Para derrocar a un gobierno laico que cuenta con gran apoyo popular (en comparación con los rebeldes) y que garantiza la estabilidad en la región. ¿Por qué? Como siempre, a causa de los intereses del imperialismo y sus lacayos.
Las armas químicas
Para finalizar, aclaremos el tema de las famosas armas químicas. EEUU y sus aliados han tenido que recurrir a este argumento (igual que hicieron en Irak) al ver que los rebeldes no se bastaban solos para derrocar a Al-Assad. Es algo habitual: nadie en el mundo toleraría un ataque con armas químicas contra población civil. Es una buena forma de llamar la atención sobre lo cruel que es la dictadura siria y la necesidad imperiosa de acabar con ella, más aún si pones alguna foto asquerosa de niños afectados.
El ataque habría tenido lugar el 21 de agosto, acabando con la vida de unas 500 personas. Fue denunciado por el ELS y toda la prensa occidental difundió rápidamente sin tener absolutamente ninguna prueba. No hay ni testigos ni fuentes que no sean los propios rebeldes. Pronto la oposición elevó la cifra de fallecidos a 1300, no se sabe muy bien en base a qué.
No es la primera vez que se denuncia el uso de armas químicas en la guerra civil siria. El 9 de julio el gobierno invitó a la ONU a acudir al país para que determinase si los rebeldes estaban usando armamento químico. Es obvio que Al-Assad jamás invitaría a científicos de la ONU expertos en armas químicas si él mismo las hubiese utilizado o pensara utilizarlas. ¿Cómo es posible que Siria realizara un ataque con armas químicas cuando la situación militar le favorece y los inspectores de la ONU ya estaban en el país? ¡Es absurdo! Durante estos días el gobierno ha vuelto a pedir una investigación exhaustiva y ha insistido en que son los rebeldes los que utilizan armamento químico, llegando a presentar pruebas ante la ONU.
Sin ninguna confirmación por parte de los organismo internacionales los líderes de Occidente, empezando por Obama, se lanzaron a condenar al régimen sirio por usar armas químicas. El presidente estadounidense aseguró tener pruebas (¿por qué no las presenta ante la ONU?) de que el ataque se llevó a cabo, mientras el Congreso le pedía que antes de tomar una decisión les consulte. En la misma entrevista dijo que el ataque químico justificaría una intervención militar, pero que desea que esta "no afecte a la población civil" (!) y que no quiere repetir lo acaecido en Iraq. La portavoz de Estado Marie Harf aseguró, con todo el descaro del mundo, y cito textualmente, que
es demasiado tarde para que la inspección de las Naciones Unidas sea creíble, dado el daño causado por el masivo bombardeo de artillería en las zonas afectadas, y vamos a tomar nuestra propias decisiones sobre una respuesta, con nuestros tiempos.
Así que la posición de EEUU se resume así: tenemos pruebas pero no las mostramos, los ataques químicos justifican bombardear países y nos importa una cosa lo que pueda decir la ONU. O sea, lo de siempre. Si alguien creía que Obama iba a ser "más bueno" o menos agresivo que su predecesor que vaya abriendo los ojos.
Por su parte el presidente socialista francés François Hollande afirmó con tono colonial que "Francia está dispuesta a castigar a los responsables del ataque químico en Siria" y que la comunidad internacional (o sea, las potencias occidentales) deben actuar (o sea, atacar) de inmediato. Merkel hizo lo propio afirmando que utilizar armamento químico es "espantoso". Como si ella pudiese hablar de lo que es espantoso y lo que no.
La hipocresía del imperialismo no conoce límites. No solo porque no existen pruebas de que Al-Assad haya utilizado armas químicas contra población civil, sino porque en todo caso Occidente no puede dar lecciones en lo que refiere a atrocidades. El secretario de Estado yanki, John Kerry, dijo que lo que está haciendo el gobierno sirio "es inmoral".
Pues bien, señor Kerry, ¿qué le parecen los ataques químicos que Israel ejecuta contra Gaza? ¿y la ayuda de EEUU a Irak para que utilizase armas químicas contra Irán en 1988? ¿y los ataques bactereológicos contra Cuba en los años 60, que mataron a centenares de niños y causaron hambre en la isla? ¿y la utilización de agente naranja durante la guerra de Vietnam? ¿le parecen inmorales las prácticas de Al-Qaeda, banda terrorista a la que ustedes están apoyando de un modo u otro? ¿le parece bien el apoyo a los talibán durante la guerra afgana? ¿qué piensa usted de que su compañero Bill Clinton bloqueara en 1995 la posibilidad de enviar una fuerza internacional que protegiese a los civiles ruandeses de un genocidio, todo por simples intereses económicos? En definitiva, ¿defiende usted realmente los derechos humanos o es un hipócrita más?
Jamás escucharemos a un lacayo imperialista como Kerry criticar las atrocidades que comete EEUU. Ni él ni ninguno de sus compañeros (sean democratas o republicanos, del PP o del PSOE), simples agentes del neocolonialismo, tienen una pizca de jovenlandesal. Realmente hablamos de personas que no tienen ningún problema en sentenciar a fin a millones de personas con tal de cumplir los deseos de grandes empresas y bancos que se lucran con la guerra. En el sistema capitalista todo se convierte en negocio, y la guerra no iba a ser menos.
***
El futuro de Siria pinta del mismo tonalidad que la bandera de Al-Qaeda: neցro. Mientras escribo esto, submarinos y fragatas británicas y estadounidenses se acercan a las costas de Siria, protegidos por Turquía. Es imposible saber cuándo empezarán los ataques, pero parece claro que el guión de Libia se repite. Siria pasará de ser un país con parlamento, elecciones y servicios públicos a convertirse en un nido de atentados, enfrentamientos religiosos y gobiernos títeres.
Finalizo este artículo pasándole la palabra al Gobierno argentino:
No se puede seguir proveyendo de armas a las zonas en conflicto y luego sentarse en este recinto para lamentarse que hay muertos. No se puede lamentar que haya muertos y decir que la solución ante la fin es aumentar el número de muertos
Decía Karl Marx que la historia se repite siempre dos veces, primero como tragedia y después como farsa. Pues bien, parece ser que Irak fue la tragedia y Siria va a ser la farsa. O a lo mejor todas las invasiones imperialistas son tragedias y farsas a la vez, no lo sé.
El caso es que se avecina una guerra más, como siempre provocada por los intereses de unas pocas potencias y que problablemente dará como resultado un país arrasado y gobernado por fanáticos islamistas. ¿Podemos hacer algo para evitarlo? Me temo que no. Los anti-imperialistas (los de verdad) nos encontramos en inferioridad numerica y vamos perdiendo el combate ideológico por mucho. No tenemos ni Partido ni sindicatos fuertes que puedan presionar a nuestro gobierno, ni mucho menos un país socialista con capacidad para mantener a raya a la OTAN. Sea como sea, debemos mantenernos firmes en nuestros principios y hacer propaganda contra la guerra, así como denunciar su carácter imperialista.
Como cabía esperar, la prensa occidental (financiada por bancos, magnates y grandes empresarios) se ha lanzado a la propaganda. Es que por mucho que los gobiernos capitalistas desprecien al pueblo necesitan su apoyo para legitimarse. Y para eso hace falta mucha, mucha propaganda. Propaganda las 24 horas del día, como un martillo pilón golpeando sin cesar nuestro pensamiento. Un bombardeo mediático. Nos saturan a diario con imágenes de niños muertos, enormes cárteles con la cara de Al-Assad y declaraciones de decenas de altos cargos occidentales cargando contra Siria.
Todos los medios, desde los que supuestamente son progresistas (como El País, laSexta o Público) hasta los más ultraderechistas (como ABC, La Gaceta o 13TV) escupen el mismo mensaje: el Gobierno sirio es muy autoritario y está masacrando a su propia población. Así, tenemos a gentes del PSOE, UPyD, PP y hasta de IU compartiendo opinión, una opinión que sólo favorece los intereses de las élites económicas estadounidenses y europeas. La casi totalidad del espectro político se traga la versión imperialista y aquí paz y después gloria (para los que se van a lucrar con la guerra, digo).
A continuación expongo con brevedad lo que está ocurriendo en Siria. No soy ni mucho menos un experto en Oriente Medio, pero he procurado informarme a fondo sobre el caso sirio para darle al lector una versión alternativa de la situación siria. No se trata de un análisis extenso y profundo, pero creo que merece la pena leerlo para situarse un poco entre tanta desinformación.
¿Qué tipo de régimen es Siria?
Uno de los argumentos más cacareados a la hora de justificar un eventual ataque contra Siria es que este país sería una dictadura autoritaria. Según la versión oficial, Siria está gobernada por un clan familiar y sus amiguetes, que hoy reaccionan brutalmente contra un levantamiento demócrata. La familia Al-Assad está formada por cuatro millonarios que explotan el país y lo mantienen en la miseria. Si le preguntamos al español medio por la calle nos dará una versión por el estilo. Lo mismo se pensaba de Libia, Irak o en su momento de Afganistán.
¿Qué hay de cierto en todo esto?
Indagando un poco uno se percata de la falsedad de la propaganda mediática que nos tragamos día tras día. Siria es una República Constitucional con parlamento, elecciones cada cuatro años y apoyo popular considerable. El país está gobernado por el Partido Baaz, de inspiración panarabista y socialdemócrata., desde que ganó las elecciones en 1971. Se trata de una nación laica pero que reconoce la mayoría islamista, y por supuesto respeta a la minoría cristiana (más adelante veremos que no es el caso de los rebeldes).
En 1973 el pueblo aprobó una Constitución por referendum que, al menos sobre el papel, era de carácter popular y progresista. En 2012 el presidente Bashar Al-Assad emitía un decreto legislativo en el que proponía al parlamento la creación de un nuevo texto constitucional que según la prensa busca "poner fin al monopolio del gobernante partido Baaz y abrir el sistema político al multipartidismo." Sorprendentemente, la prensa española se hizo eco de la noticia y hasta reconoció la buena voluntad del Gobierno sirio. El ABC, por ejemplo, reconocía en un artículo al respecto la existencia de parlamento, elecciones legislativas y voluntad de mejorar las libertades y derechos civiles.
El nuevo texto fue aprobado el 26 de febrero de 2012 por el 89,42% de los votantes, con una participación electoral del 57,4%. Los rebeldes llamaron al boicot y EEUU calificó el referendum de cínico y falso. Sabiendo cómo funciona el sistema político-económico estadounidense —que dificilmente puede ser presentado como democrático— cuesta tomarse en serio estas acusaciones.
Ya sabemos que en Siria hay un parlamento elegido por el pueblo y que el Gobierno somete su legitimidad a referendums. Sin que esto convierte al país en una democracia ejemplar, por lo menos vamos viendo que la imagen que vierten los medios de comunicación es rotundamente falsa. Pero más sorprendente aún es el apoyo popular que tiene Al-Assad frente a los rebeldes y sus aliados. Según un informe de la OTAN aparecido en el World Tribune, el presidente contaría con el apoyo del 70% de los sirios frente a los rebeldes. Insisto: se trata de un informe de la OTAN, poco sospechosa de ser pro-Assad. Esto no significa necesariamente que el Gobierno tenga ese enorme apoyo, sino que a los ojos del pueblo es una opción mucho más legítima que la victoria del otro bando. La noticia puede leerse en Russia Today y en algunos medios digitales, pero curiosamente no en la prensa española.
En lo que respecta a la economía siria, esta creció a un ritmo enorme a partir de los 60. El Gobierno baaz realizó varias nacionalizaciones para reducir las desigualdades económicas y promover el bienestar, ganándose así el apoyo de las fuerzas de izquierda del mundo árabe. Desde los años 90 se han llevado a cabo varias reformas "liberales", permitiendo por ejemplo la existencia de bancos privados, destinadas a abrir el mercado a las inversiones internacionales. Desde 2004 los bancos extranjeros pueden hacer negocio en Siria. Además, desde comienzos del siglo XXI se ejecutaron políticas privatizadoras que redujeron el peso del Estado en la sanidad y otros sectores. No son pocos los periodistas que apuntan a que la pésima situación económica (con un 20% de paro) provocada en parte por boicots del imperialismo occidental es clave para entender las protestas contra Al-Assad en 2008.
Sea como sea Al-Assad se mantiene firme en su apuesta por el sector público y las nacionalizaciones. En 2011, cuando la economía comenzó a empeorar, dijo que "el sector público es necesario para Siria en todos los aspectos".
¿Podemos decir que el sistema sirio es un ejemplo a seguir? Desde luego que no, y menos aún para un comunista. Pero aún así, ¿cómo podemos dar lecciones de democracia o bienestar desde Occidente? No parece muy coherente hablar de dictaduras cuando en nuestros países —en última instancia— gobiernan banqueros y grandes empresarios, cuando presidentes se saltan los programas electorales y la policía reprime duramente a quien se manifiesta contra el régimen (ya os podéis imaginar lo que harían si, en lugar de manifestarnos, pasaramos a mayores). ¿Cómo hablar de totalitarismos cuando hace poco nos enterábamos de que el gobierno estadounidense espía millones de mails y llamadas telefónicas de sus ciudadanos? ¿Monarquía hereditaria? ¡Pero si nosotros tenemos un rey que es sucesor directo de un dictador fascista! ¿Qué lecciones podemos nosotros dar de participación democrática y libertades cíviles? ¡Y no hablemos ya de economía!
No podemos decir que vivimos en una dictadura y pedir democracia real para luego querer exportar nuestro sistema a países "menos civilizados". Antes de hablar de dictaduras y juzgar otras formas de gobierno miremos a nuestro al rededor. El sistema sirio no es mi referente, pero calificarlo de tiránico y represor a la ligera significa seguirle el juego a la prensa capitalista y contribuir —indirectamente— a la inminente oleada turística.
¿Qué intereses se esconden tras la guerra siria?
Creer, a estas alturas, que EEUU y sus aliados se preocupan por el cumplimiento de los derechos humanos a nivel internacional es propio de un ignorante o de un fulastre (sin ánimo de ofender). Por muchas declaraciones que hagan Kerry, Obama, Hollande o Merkel aparentando estar indignados por las barbaridades que ocurren en Siria, lo cierto es que todo es un teatro. Primero porque el imperialismo occidental (EEUU, Europa, Israel, aliados...) no ha hecho absolutamente nada por acabar con la guerra siria, sino que la ha impulsado. Segundo porque Occidente tiene (y ha tenido) socios mucho peores que Al-Assad, empezando por las petromonarquías del Golfo que quieren derrocar al gobierno sirio. Tercero porque a menudo son estos países los que cometen las atrocidades de las que dicen horrorizarse. Y por último porque hablamos de dirigentes a los que les importa más bien poco el bienestar de los trabajadores, sean sirios, europeos o chinos.
Si es cierto que las potencias occidentales, encabezadas por EEUU, no se preocupan por el bienestar de los sirios, ¿entonces a qué viene tanta preocupación en el devenir de Siria? Bueno, no hace falta ser muy listo para darse cuenta de que aquí se trata de intereses geoestrategicos y, en menor medida, económicos.
El primer interesado en derrocar a Al-Assad es EEUU. Debido a que su economía está muy desarrollada (hablando en términos capitalistas) y que tiene una necesidad imperiosa de materias primas, este país se ve obligado a buscar nuevos mercados y fuentes económicas y a controlar militarmente la practica totalidad del planeta. Es decir: no es que los estadounidenses y sus gobiernos sean malas personas con sed de sangre, sino que la estructura económica del país necesita expandirse
Si su influencia en África ya se está deteriorando por culpa de la expansión china, no van a permitir la perdida hegemonica de una zona tan importante como Oriente Medio. Además, no olvidemos que para llegar a Irán hay que pasar por Damasco; el emplazamiento de Siria la hace muy jugosa a ojos de las potencias de todo el mundo. En mi opinión no es que los yankis tengan especial interés económico en el país (pese a que es una nación rica en petróleo), sino que se trata más bien de la conquista de una zona estratégica a la que no pueden renunciar si quieren aguantarle el combate a China. Lo que si podría ser muy positivo para la economía estadounidense (o sea, para su burguesía) es la inversión en armamento y en la consiguiente reconstrucción del país, como ocurrió con Iraq.
De hecho, ya en 2006 la embajada estadounidense en Damasco comentaba la posibilidad de convertir a Al-Assad en un títere:
Mientras las consecuencias de sus errores son difíciles de predecir y los beneficios podrían variar, si estamos preparados para actuar rápidamente y aprovechar las oportunidades que puedan aparecer, podríamos directamente influir en el comportamiento del Gobierno donde importa: Bashar y su círculo más cercano (según filtraciones de WikiLeaks)
Por "errores" podemos deducir que se refieren a las nacionalizaciones o a la negativa de obedecer los dictados de Washington. El imperialismo puede aceptar nacionalizaciones en su propio país si es necesario, pero difícilmente las tolerará en una colonia en la que tiene (o desea tener) capital invertido. Además, siempre es peligroso que un país no se someta plenamente al orden capitalista, a ver si los demás van a seguir su ejemplo. En fin, todos sabemos cómo se las gasta EEUU y cuáles son sus macabros métodos para lograr sus objetivos.
Otro país interesado en Siria y su futuro es Israel. La nación sionista, aliada incondicional del imperialismo estadounidense, ya ha realizado varios bombardeos contra el pueblo sirio. El Gobierno ha reiterado su apoyo a los rebeldes. Pese a lo que cabría esperar, Al-Assad ha sido siempre una persona cauta hacia Israel. Precisamente lo que les preocupa a los israelíes es que Al-Assad sea derrocado y en su lugar pongan un régimen anti-sionista. Además, desde Tel-Aviv no parecen demasiado contentos con la reivindicación de los rebeldes de recuperar los Altos del Golán, antiguo territorio sirio anexionado por Israel en 1981.
Pese a esto, parece que una vez desatado el caos y con un Gobierno sirio hostil a la injerencia estadounidense (como es lógico), los israelíes se han decidido por apoyar a los rebeldes por muchas contradicciones que esto pueda acarrear. Tan solo hace tres días podía leerse en La Voz de Galicia que
dos comandos de 300 rebeldes sirios cada uno, formados clandestinamente en Jordania por militares estadounidenses e israelíes, combaten desde hace días contra el régimen. Apoyados por especialistas jordanos, israelíes y de la CIA, entraron en Siria por la región sureña de Deraa los días 17 y 19.
Israel arma y entrena a rebeldes sirios para que derroquen a Al-Assad, saltándose todas las leyes de derecho internacional y con el apoyo total de Obama. Además, no le ha temblado la mano a la hora de bombardear objetivos estratégicos en Siria. Según el secretario del Partido Comunista Sirio, Ammar Bagdash:
el objetivo principal del imperialismo norteamericano es el plan del “nuevo y grande Oriente Medio”, es decir, quieren formar un nuevo centro imperialista en nuestro territorio con la hegemonía del Israel sionista y bajo la protectorado de los Estados Unidos.
A este popurrí de intereses no podían faltar las petromonarquías: Qatar, Kuwait, Bahrein, Omán, Arabia Saudí y Emiratos Arabes Unidos (EAU). Se trata de regímenes basados en el absolutismo, en la pobreza del pueblo trabajador, en la persecución al disidente y en la venta de petróleo. Como el lector sabrá, estos países son grandes aliados del imperialismo occidental. ¿Has escuchado a algún líder europeo o estadounidense alzar la voz contra la dramática situación política de las petromonarquías alguna vez? ¿alguna crítica a sus actos despóticos y represores? Yo tampoco.
Pues bien; estos países han reconocido sin demasiados problemas que están armando a los rebeldes sirios y que son partidarios de una reacción internacional "firme y seria" para poner fin al genocidio (¿?) que estaría llevando a cabo el Gobierno sirio. Lo primero que uno puede preguntarse es con qué legitimidad habla una petromonarquía (Arabia Saudí, en este caso) de defensa de civiles o de genocidios. Lo segundo que llama la atención es que el discurso de un déspota feudal como el príncipe Saud al Faisal coincida con el de Obama, Hollande (¿pero estos dos no eran super progres y distintos a la derecha?) y el de toda la prensa de Occidente.
Pero ocurre que a veces armar a la oposición y financiarla no basta y hay que recurrir a otros métodos propios de mafiosos, como el soborno. Es lo que hizo recientemente Arabia Saudí. Según informa The Telegraph el jefe de inteligencia saudita, el príncipe Bandar bin Sultan, habría ofrecido un jugoso contrato petrolero a Rusia a condición de que esta retire su apoyo a Al-Assad. Parece ser que Vladimir pilinguin lo ha rechazado y que continuará defendiendo al gobierno sirio en todos los frentes.
A todos estos actores (EEUU, Israel y las petromonarquías) hay que sumar a Turquía y al resto de aliados clásicos del imperialismo norteamericano, como Colombia, la UE (especialmente Francia, Reino Unido y Alemania) o Corea del Sur.
En el otro bando tenemos los apoyos internacionales con los que cuenta el Gobierno sirio.
El aliado más activo de Al-Assad es sin duda Rusia. El Gobierno de Vladimir pilinguin ha advertido varias veces a EEUU de lo peligroso y desestabilizador que podría resultar para la región (evidentemente esto a Obama y a sus jefes les importa poco). Sin embargo no parece que los rusos pudiesen intervenir militarmente para proteger al pueblo sirio de la oleada turística estadounidense. El ministro de exteriores ruso, Serguei Lavrov, dijo en una entrevista que su país “no piensa entrar en guerra con nadie”
¿Detrás de este interés se encuentra la buena fe de Rusia o su defensa de los Derechos Humanos? Evidentemente no. Rusia es un país imperialista que como tal está enfrentado a otras potencias, y por tanto debe defender sus posiciones estratégicas, empezando por la única salida al mar mediterráneo con la que cuenta su marina (Tartus). Digamos que Rusia pertenece al imperialismo oriental (encabezado por China), mientras que los países aliados de los rebeldes pertenecen al imperialismo occidental (encabezado por EEUU). La formación de dos bloques imperialistas enfrentados no es nada nuevo y suele desembocar en una guerra interimperialista (lo que comunmente se ha venido a llamar Guerra Mundial) que reorganiza el mundo capitalista. (Este asunto está desarrollado mal que bien aquí, aunque imagino que algunos lectores no estarán del todo de acuerdo).
China también está interesada en lo que ocurra en Siria, aunque no haga tanto ruido al respecto. Al igual que Rusia, ha vetado las sanciones de la ONU contra el Gobierno de Al-Assad. China tiene intereses económicos, tal y como señala el periodista Nicholas Wong:
hace unos años China se convirtió en el mayor importador de productos sirios. China invirtió en el sector petrolero sirio hace poco, y en marzo anunció que seguiría comprando petróleo para sostener el régimen de Al-Assad [pese a las sanciones económicas impuestas por Occidente].
Pero añade:
Pese a esto, teniendo en cuenta el peso de la producción del petróleo en Siria, estos intereses económicos no parecen suficientes para que China defienda al gobierno sirio.
Todo apunta a que lo que desea China es proteger a Irán de la injerencia de Occidente y sus aliados en la zona. Si cae Al-Assad Teherán se quedará prácticamente sin apoyos y rodeada de bases militares estadounidenses, y China no puede permitir que el país al que le compra el 10% de sus importaciones de gas y petróleo caiga en las zarpas del imperialismo occidental. Además la mayoría de las importaciones que realiza Irán (empezando por el armamento) las hace con el gigante asiático.
También los países con gobiernos progresistas, sobretodo los latinoamericanos, se han alineado con Al-Assad y el pueblo sirio. El presidente venezolano Nicolás Maduro en un discurso declaró que
Venezuela está con Siria y con el presidente Al-Assad. ¡Y con el pueblo de Siria! ¿Quiénes son los promotores del terrorismo en el mundo? (...) ¡La OTAN!
Así, Venezuela continúa con su rechazo total al imperialismo estadounidense y con su apoyo —basado en la realpolitik— a los países emergentes que lo desplazan, empezando por Rusia y China. De hecho ya hace un año podíamos escuchar al expresidente Chávez decir lo siguiente con respecto a Siria:
Yo reconozco en el presidente sirio un hermano. Este es mi hermano. Le reconozco como uno de los más grandes líderes que el mundo árabe necesita. Yo humildemente lo digo: me siento un sirio más.
Por su parte, el expresidente cubano Fidel Castro, referente indiscutible del comunismo y de la izquierda tras*formadora internacional, dijo en referencia a Siria:
ese valiente país árabe, situado en el corazón de más de mil millones de fiel a la religión del amores, cuyo espíritu de lucha es proverbial, ha declarado que resistirá hasta el último aliento cualquier ataque a su país.
Otras naciones como Corea del Norte, Bolivia, Ecuador, Brasil, Nicaragua, Zimbabwe, Nigeria o Bielorrusia se han mostrado partidarios del gobierno sirio y no han reconocido la legitimidad de los rebeldes. El lector habrá notado que todos estos son países contrarios a los intereses imperialistas de EEUU y que reciben cuantiosas inversiones chinas.
En definitiva, parece claro que la guerra siria es un conflicto entre las potencias asentadas (lo que hemos llamado imperialismo occidental) y las potencias emergentes (principalmente China y Rusia).
Los rebeldes sirios y sus amigos
La prensa nos ha presentado el conflicto más o menos del siguiente modo: hay un gobierno autoritario comandado por un tirano loco que de repente se ha puesto a reprimir a su pueblo. Frente a esto, los demócratas sirios se han levantado para exigir libertades y derechos, aunque entre ellos también hay algún que otro fundamentalista islámico. Por lo tanto, y en un contexto de "primavera" en el mundo árabe, toda persona progresista debería apoyar a los rebeldes sirios.
Si le preguntamos a cualquier occidental por la calle probablemente nos cuente algo parecido a lo que acabas de leer. Y sin embargo no hay ni una pizca de verdad en eso. Veamos quienes son los rebeldes sirios y quienes son sus amigos en la lucha contra el gobierno sirio. (Nos referiremos aquí a quién lucha codo con codo con los rebeldes sobre el terreno, no a sus aliados internacionales)
Lo primero que hay que decir, para desgracia de los simplificadores, es que el bando rebelde es muy heterogéneo. Puedes encontrar desde militares partidarios de una democracia liberal (al estilo de los países occidentales) hasta yihadistas que buscan imponer el corán como ley sagrada. Por eso debemos distinguir entre el Ejército Libre Sirio (ELS) y los fundamentalistas islámicos.
El ELS está compuesto principalmente por antiguos miembros del ejército sirio que, según la prensa estadounidense "se negaron a disparar a los civiles que se manifestaban". Su líder es Riyad al-Asad, un antiguo coronel de la Fuerza Aérea Árabe Siria. En 2011 declaró que su único objetivo es derrocar al gobierno y establecer una democracia "con libertades".
No sabemos si sus intenciones son sinceras, pero lo que sí sabemos —y nos da que pensar— es que el ELS cuenta con el total respaldo del imperialismo occidental y que Israel y Turquía les protegen y entrenan siempre que es necesario. El propio Congreso estadounidense aprobó en julio de este año que la CIA entregue armas a los rebeldes, según informó el Washington Post. Israel y las petromonarquías también han aceptado gustosos armar a los rebeldes. La excepción es Inglaterra, cuyo parlamento explicó que
elementos de al-Qaeda y yihadistas individuales que combaten en Siria representan actualmente la amenaza terrorista más inquietante para el Reino Unido y Occidente.
Y que por tanto era muy peligroso enviar armas al país. Los rebeldes también reciben entrenamiento de las fuerzas de élite turcas e israelíes, así como armamento pesado y apoyo logístico. Supongo que también reciben bombas para los ataques-suicida que realizan, pues según Riyad al-Asad (el líder del ELS) es una técnica respetable.
Por otro lado tenemos a los fundamentalistas. Lo cierto es que no podemos saber con certeza hasta qué punto estos representan un bando distinto del ELS. ¿Hay yihadistas entre las filas de los rebeldes? Es obvio que sí, y así lo reconoce EEUU. Pero, ¿forman parte de la Oposición oficial? Todo parece indicar que, aunque a menudo combaten y cooperan con el ELS, prefieren ir por libre. Y no sólo eso, sino que no tienen problemas a la hora de atacar a miembros del ELS que les resultan molestos. Tal es el caso de Kamal Hamami, asesinado a tiros por un grupo sirio asociado a Al-Qaeda.
Para quien no lo sepa, los yihadistas están por toda Siria y tienen como objetivo reislamizar a las sociedades fiel a la religión del amoras desde la más estricta ortodoxia. O sea, crear un mundo en el que impere la ley islámica (con todo lo que conlleva, empezando por la radicalización del machismo) y en el que el Estado sea un garante de esta. Allí dónde mandan cualquiera que no respete "los mandatos de Alá" es perseguido y castigado, y las mujeres que no se sometan al hombre son rápidamente lapidadas.
Los yihadistas acuden a Siria de todos los rincones del mundo. Por ejemplo, hace poco nos enterábamos de que un atentado en China había sido ejecutado por fundamentalistas de Xinjiang que volvían de Siria. También encontramos a muchos miembros de Al-Qaeda Iraq, que se están fortaleciendo enormemente gracias al conflicto. Estos 'soldados de Alá' fusilan mientras lanzan consignas religiosas, reclutan niños, violan mujeres y hasta comen corazones. Es cuanto menos llamativo que un gran defensor de los derechos humanos (¡y Premio Nobel!) como Barack Obama no condene este tipo de acciones y se pase el día cargando contra el 'malvado' ejército de Al-Assad.
Igual de llamativo es ver a países de mayoría cristiana apoyar a los rebeldes, quienes aniquilan a los católicos sirios siempre que tienen ocasión. Un informe de la Assyrian International News Agency explica que los cristianos
huyen en masa de sus hogares por las amenazas, secuestros y asesinatos llevados a cabo por los rebeldes.
Al-Qaeda realiza todos estos asesinatos empuñando armas fabricadas en occidente, mientras declara que los cristianos deben "convertirse al islam o morir".
Mientras tanto, Obama insiste en que las armas son enviadas a la oposición democrática siria, no a los yihadistas. De esto nadie tiene certeza ni pruebas: ¿cómo podemos saber si las armas que envían los países de la OTAN a Siria caen en manos de las milicias del ELS o en las de Al-Qaeda? En ambos casos se trata de agentes del imperialismo pero, ¿realmente es capaz el imperialismo occidental de aliarse con los fundamentalistas? La respuesta es que sí, y no es nada nuevo. Ya en 1965 EEUU apoyó la matanza de 500.000 comunistas indonesios por parte de fuerzas islámicas radicales armadas por el dictador Sukarno. Estas cometieron las atrocidades más viles que uno podría imaginar contra las mujeres y hombres que militaban en el PKI, así como contra sus hijas e hijos. EEUU nunca pidió perdón ni mostró ningún arrepentimiento.
Otro ejemplo es lo acaecido en Afganistán en los años 80, cuando EEUU apoyó abiertamente a los talibán para lograr el derrocamiento del gobierno socialista aliado de la URSS. Ronald Reagan les definió como luchadores por la libertad (freedom fighters) y dijo que eran "lo más parecido jovenlandesalmente a los padres fundadores de la patria". Hollywood se ocupó de la propaganda produciendo Rambo III, película en la cual los yihadistas afganos son presentados como 'los buenos'.
No hacen falta grandes conocimientos en Historia para saber que EEUU y sus aliados son capaces de apoyar a los peores monstruos con tal de lograr la consecución de sus intereses económicos. Si los fundamentalistas se convierten en un apoyo factible para derrocar a Al-Assad, tendrán el respaldo del imperialismo occidental (insisto, no sería la primera vez). Además esto permitirá a EEUU realizar una "guerra contra el terrorismo" en Siria dentro de unos años, colocando a algún títere a su gusto. Es dificil predecir cual será el futuro de esta alianza, aunque Hillary Clinton ya ha admitido que EEUU está en el mismo bando que Al-Qaeda en Siria.
Haré un breve resumen por si el lector se ha perdido: estamos dándole armas a un grupo de hombres (mujeres no porque no las dejan) entre cuyas filas tienen peso organizaciones como Al-Qaeda. ¿Para qué? Para derrocar a un gobierno laico que cuenta con gran apoyo popular (en comparación con los rebeldes) y que garantiza la estabilidad en la región. ¿Por qué? Como siempre, a causa de los intereses del imperialismo y sus lacayos.
Las armas químicas
Para finalizar, aclaremos el tema de las famosas armas químicas. EEUU y sus aliados han tenido que recurrir a este argumento (igual que hicieron en Irak) al ver que los rebeldes no se bastaban solos para derrocar a Al-Assad. Es algo habitual: nadie en el mundo toleraría un ataque con armas químicas contra población civil. Es una buena forma de llamar la atención sobre lo cruel que es la dictadura siria y la necesidad imperiosa de acabar con ella, más aún si pones alguna foto asquerosa de niños afectados.
El ataque habría tenido lugar el 21 de agosto, acabando con la vida de unas 500 personas. Fue denunciado por el ELS y toda la prensa occidental difundió rápidamente sin tener absolutamente ninguna prueba. No hay ni testigos ni fuentes que no sean los propios rebeldes. Pronto la oposición elevó la cifra de fallecidos a 1300, no se sabe muy bien en base a qué.
No es la primera vez que se denuncia el uso de armas químicas en la guerra civil siria. El 9 de julio el gobierno invitó a la ONU a acudir al país para que determinase si los rebeldes estaban usando armamento químico. Es obvio que Al-Assad jamás invitaría a científicos de la ONU expertos en armas químicas si él mismo las hubiese utilizado o pensara utilizarlas. ¿Cómo es posible que Siria realizara un ataque con armas químicas cuando la situación militar le favorece y los inspectores de la ONU ya estaban en el país? ¡Es absurdo! Durante estos días el gobierno ha vuelto a pedir una investigación exhaustiva y ha insistido en que son los rebeldes los que utilizan armamento químico, llegando a presentar pruebas ante la ONU.
Sin ninguna confirmación por parte de los organismo internacionales los líderes de Occidente, empezando por Obama, se lanzaron a condenar al régimen sirio por usar armas químicas. El presidente estadounidense aseguró tener pruebas (¿por qué no las presenta ante la ONU?) de que el ataque se llevó a cabo, mientras el Congreso le pedía que antes de tomar una decisión les consulte. En la misma entrevista dijo que el ataque químico justificaría una intervención militar, pero que desea que esta "no afecte a la población civil" (!) y que no quiere repetir lo acaecido en Iraq. La portavoz de Estado Marie Harf aseguró, con todo el descaro del mundo, y cito textualmente, que
es demasiado tarde para que la inspección de las Naciones Unidas sea creíble, dado el daño causado por el masivo bombardeo de artillería en las zonas afectadas, y vamos a tomar nuestra propias decisiones sobre una respuesta, con nuestros tiempos.
Así que la posición de EEUU se resume así: tenemos pruebas pero no las mostramos, los ataques químicos justifican bombardear países y nos importa una cosa lo que pueda decir la ONU. O sea, lo de siempre. Si alguien creía que Obama iba a ser "más bueno" o menos agresivo que su predecesor que vaya abriendo los ojos.
Por su parte el presidente socialista francés François Hollande afirmó con tono colonial que "Francia está dispuesta a castigar a los responsables del ataque químico en Siria" y que la comunidad internacional (o sea, las potencias occidentales) deben actuar (o sea, atacar) de inmediato. Merkel hizo lo propio afirmando que utilizar armamento químico es "espantoso". Como si ella pudiese hablar de lo que es espantoso y lo que no.
La hipocresía del imperialismo no conoce límites. No solo porque no existen pruebas de que Al-Assad haya utilizado armas químicas contra población civil, sino porque en todo caso Occidente no puede dar lecciones en lo que refiere a atrocidades. El secretario de Estado yanki, John Kerry, dijo que lo que está haciendo el gobierno sirio "es inmoral".
Pues bien, señor Kerry, ¿qué le parecen los ataques químicos que Israel ejecuta contra Gaza? ¿y la ayuda de EEUU a Irak para que utilizase armas químicas contra Irán en 1988? ¿y los ataques bactereológicos contra Cuba en los años 60, que mataron a centenares de niños y causaron hambre en la isla? ¿y la utilización de agente naranja durante la guerra de Vietnam? ¿le parecen inmorales las prácticas de Al-Qaeda, banda terrorista a la que ustedes están apoyando de un modo u otro? ¿le parece bien el apoyo a los talibán durante la guerra afgana? ¿qué piensa usted de que su compañero Bill Clinton bloqueara en 1995 la posibilidad de enviar una fuerza internacional que protegiese a los civiles ruandeses de un genocidio, todo por simples intereses económicos? En definitiva, ¿defiende usted realmente los derechos humanos o es un hipócrita más?
Jamás escucharemos a un lacayo imperialista como Kerry criticar las atrocidades que comete EEUU. Ni él ni ninguno de sus compañeros (sean democratas o republicanos, del PP o del PSOE), simples agentes del neocolonialismo, tienen una pizca de jovenlandesal. Realmente hablamos de personas que no tienen ningún problema en sentenciar a fin a millones de personas con tal de cumplir los deseos de grandes empresas y bancos que se lucran con la guerra. En el sistema capitalista todo se convierte en negocio, y la guerra no iba a ser menos.
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El futuro de Siria pinta del mismo tonalidad que la bandera de Al-Qaeda: neցro. Mientras escribo esto, submarinos y fragatas británicas y estadounidenses se acercan a las costas de Siria, protegidos por Turquía. Es imposible saber cuándo empezarán los ataques, pero parece claro que el guión de Libia se repite. Siria pasará de ser un país con parlamento, elecciones y servicios públicos a convertirse en un nido de atentados, enfrentamientos religiosos y gobiernos títeres.
Finalizo este artículo pasándole la palabra al Gobierno argentino:
No se puede seguir proveyendo de armas a las zonas en conflicto y luego sentarse en este recinto para lamentarse que hay muertos. No se puede lamentar que haya muertos y decir que la solución ante la fin es aumentar el número de muertos