Rudi Rocker
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Debido a la situación económica, al desempleo rural, surgen cada vez mas iniciativas como esta. Como pequeño horticultor aplaudo a esta iniciativa que favorece el consumo local de hortalizas e verduras directamente del productor al consumidor.
Un grupo de agricultores cacereños lanzan el cultivo a domicilio para cambiar el modelo de consumo agrícola y acercarlo a los habitantes.
El trabajo en las zonas rurales es, en ocasiones, muy ingrato, En especial por la falta de reconocimiento, la dureza de la condiciones de la labor y, finalmente, la dificultad para darle una viabilidad económica. Por eso cualquier iniciativa que le aire a estos esfuerzos cae de lleno en las ideas del emprendimiento social. Porque hacer posible que los que se dedican a trabajar el campo vayan viviendo de ello y, por lo tanto, no tengan que añadirse a la despoblación rural es una solución económica para un problema social, ¿no?
Trabajo en las huertas
Agranda la olla es un proyecto de estas características. Ellos se definen como "proyecto rural colectivo". En él se han implicado 14 personas que "dedicadas a diferentes actividades en la zona de Garganta la Olla (Cáceres) entre otras poner en marcha varias huertas", ahora pretenden extender el negocio. Según cuentan al principio eran para "autoabastecimiento" pero se han empeñado en lanzar la idea de hacer llegar los productos a la población circundante: "verduras y frutas de temporada". En febrero de este año estaban en pleno proceso de aceleración para lanzar definitivamente el plan.
Iniciativas como estas se están replicando en diversas zonas del país. Zonas productoras de cultivos en las que los propios habitantes tratan de romper la cadena -a veces demasiado dura y larga- que lleva las producciones desde la huerta hasta las tiendas y de ahí a los consumidores. "Queremos plantear otro modelo de consumo agrícola para romper con el modelo agroalimentario actual, revalorizando el trabajo agrícola, construyendo lazos entre productores y consumidores, pagando y cobrando un precio justo por los alimentos, ofreciendo productos sanos, de calidad, de temporada y locales respetando el medio ambiente y construyendo tejido social". Porque también parece muy absurdo que un tomate viaje de la tierra al mercado de la plaza dando una vuelta por muchos intermediarios. Los componentes de Agranda la Olla explican que las tierras que trabajan "estaban sin utilizar hasta que llegamos y sus propietarios nos las han cedido" de manera que vuelve el tonalidad del cultivo y la vida del trabajo.
El modelo de negocio supone repartir una cestas de estos productos por la zona de Plasencia, Navalmoral y La Vera. Unos cinco kilos de productos a la semana. El compromiso de los clientes es adquirir esas cestas por 50 euros cada mes "los pequeños productores no podemos hacer frente a grandes cambios" así que ese compromiso les sirve para planificar la producción, dicen. Agranda la Olla ganó uno de los premios a los jóvenes emprendedores sociales del V certamen de la Universidad Europea de Madrid.
Enlace.
Un grupo de agricultores cacereños lanzan el cultivo a domicilio para cambiar el modelo de consumo agrícola y acercarlo a los habitantes.
El trabajo en las zonas rurales es, en ocasiones, muy ingrato, En especial por la falta de reconocimiento, la dureza de la condiciones de la labor y, finalmente, la dificultad para darle una viabilidad económica. Por eso cualquier iniciativa que le aire a estos esfuerzos cae de lleno en las ideas del emprendimiento social. Porque hacer posible que los que se dedican a trabajar el campo vayan viviendo de ello y, por lo tanto, no tengan que añadirse a la despoblación rural es una solución económica para un problema social, ¿no?
Trabajo en las huertas
Agranda la olla es un proyecto de estas características. Ellos se definen como "proyecto rural colectivo". En él se han implicado 14 personas que "dedicadas a diferentes actividades en la zona de Garganta la Olla (Cáceres) entre otras poner en marcha varias huertas", ahora pretenden extender el negocio. Según cuentan al principio eran para "autoabastecimiento" pero se han empeñado en lanzar la idea de hacer llegar los productos a la población circundante: "verduras y frutas de temporada". En febrero de este año estaban en pleno proceso de aceleración para lanzar definitivamente el plan.
Iniciativas como estas se están replicando en diversas zonas del país. Zonas productoras de cultivos en las que los propios habitantes tratan de romper la cadena -a veces demasiado dura y larga- que lleva las producciones desde la huerta hasta las tiendas y de ahí a los consumidores. "Queremos plantear otro modelo de consumo agrícola para romper con el modelo agroalimentario actual, revalorizando el trabajo agrícola, construyendo lazos entre productores y consumidores, pagando y cobrando un precio justo por los alimentos, ofreciendo productos sanos, de calidad, de temporada y locales respetando el medio ambiente y construyendo tejido social". Porque también parece muy absurdo que un tomate viaje de la tierra al mercado de la plaza dando una vuelta por muchos intermediarios. Los componentes de Agranda la Olla explican que las tierras que trabajan "estaban sin utilizar hasta que llegamos y sus propietarios nos las han cedido" de manera que vuelve el tonalidad del cultivo y la vida del trabajo.
El modelo de negocio supone repartir una cestas de estos productos por la zona de Plasencia, Navalmoral y La Vera. Unos cinco kilos de productos a la semana. El compromiso de los clientes es adquirir esas cestas por 50 euros cada mes "los pequeños productores no podemos hacer frente a grandes cambios" así que ese compromiso les sirve para planificar la producción, dicen. Agranda la Olla ganó uno de los premios a los jóvenes emprendedores sociales del V certamen de la Universidad Europea de Madrid.
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