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LECTORES CORRESPONSALES
Las plantas de Debrecen y Fót levantan recelos entre los vecinos por la falta de agua y la contaminación
Protesta contra la fábrica de baterías del gigante chino CATL en Debrecen, Hungría.
AFPAttila KISBENEDEK / AFP
Sebastián-Daniel Santos-Petroff
Budapest (Hungría)
28/02/2023 03:00
* El autor forma parte de la comunidad de lectores de La Vanguardia
En los últimos dos años en Hungría aumentaron de manera exponencial las fábricas de baterías para coches. Actualmente, están en construcción dos, una en Debrecen, cerca de Rumanía, gigante; y otra en Fót, al lado de Budapest, más modesta.
El Gobierno hace alarde de la empresa, los vecinos protestan temerosos por la falta de agua y la contaminación y los verdes (WWF y Greenpeace), curiosamente apoyan la medida.
A simple vista los coches eléctricos son menos contaminantes que los de gasolina, pero hay que tener en cuenta que las baterías se tienen que fabricar en algún lado; y los residuos que generan, almacenarlos en otros. ¿Cuán perjudicial será el litio, el cobalto, el níquel, el grafito y el magnesio que se requieren para fabricar las baterías?
Con el cambio de régimen, después del Comunismo, Hungría y el resto de países de la órbita soviética se especializaron en la industria automotriz, aprovechando la mano de obra especializada a buen precio, y las promociones impositivas.
Las máquinas realizan trabajos de preparación del suelo en la futura planta del fabricante chino de baterías CATL en Debrecen.
En Hungría tenemos Mercedes, BMW, Volkswagen, Suzuki, Hankook, entre otras. Por eso no es raro que se haya pasado a las baterías de coches eléctricos. Por ejemplo, en Debrecen ya trabajan unas 1.500 personas en la fábrica de BMW.
Con las fábricas de baterías, ya se crearon unos 14.000 puestos de trabajo y se recogieron inversiones por más de 5.000 millones de euros. De estas inversiones más o menos un 10% las aportó el Gobierno, más una serie extra de beneficios impositivos y un trato VIP que aceleró los procesos de puesta en marcha de las fábricas.
Hasta ahora solo había fábrica coreanas, las tres más importantes en Göd (Samsung), Iváncsa (SK) y Komáron (SK). La de Debrecen es China: CATL. Además, están en funcionamiento otras fábricas que se ocupan de fabricar accesorios. Electrolitos en Soskút, recambios en Monor, películas separadoras en Nyíregyháza, láminas de cobre en Tatabánya. La planta de reciclaje está en Szigetszentmiklós, la de cajas de seguridad en Jászberény.
Fábrica de Mercedes en Kecskemet, Hungría.
Akos Stiller/ Bloomberg
Los vecinos todavía tienen fresca las imágenes de la sequía del verano pasado, y temen sobre todo quedarse otra vez sin agua, una vez que termine la construcción de la fábrica, con más razón.
Los expertos no se ponen de acuerdo. El Gobierno dice que no hay problema, pero los que se oponen explican que la fábrica utilizará entre 40 y 60 metros cúbicos de agua por día, mucho más que el consumo diario de la propia ciudad de Debrecen.
Vale aclarar que Debrecen no tiene ríos. El agua proviene de tres pozos distintos en las cercanías de la ciudad. Dicen que más tarde o más temprano, con la fábrica se acabarán secando.
Otro problema importante son las potabilizadoras. Se entiende que no darán abasto. Tendrían que construir otra. Y todavía queda la pregunta de si los metales que se usan en la fabricación de las baterías para coches eléctricos podrán en su totalidad ser eliminados del agua, para su nuevo uso.
AMPLIAR
Cartel de protesta contra la fábrica de baterías del gigante chino CATL en Debrecen, Hungría.
AFPAttila KISBENEDEK / AFP
Finalmente, dudan, más aún con la actual crisis energética que vivimos por la Guerra de Ucrania de que el sistema energético sea suficiente.
En definitiva, no parece que el coche eléctrico sea la solución contra la contaminación. De hecho, fabricar un coche eléctrico, sobre todo por las baterías, es mucho más contaminante que uno a gasolina.
Manifestación contra la fábrica de baterías del gigante chino CATL en Debrecen, Hungría.
AFPAttila KISBENEDEK / AFP
Que una vez en la carretera contamine menos, seguro, pero hay que ver qué se hace con los residuos tóxicos y propiamente con las baterías cuando se hagan viejas y haya que tirarlas.
Puede que el litio nos libere de la esclavitud del petróleo, pero no haremos con él un mundo mejor. ¿Tal vez con los motores de hidrógeno?
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Las plantas de Debrecen y Fót levantan recelos entre los vecinos por la falta de agua y la contaminación
Protesta contra la fábrica de baterías del gigante chino CATL en Debrecen, Hungría.
AFPAttila KISBENEDEK / AFP
Sebastián-Daniel Santos-Petroff
Budapest (Hungría)
28/02/2023 03:00
* El autor forma parte de la comunidad de lectores de La Vanguardia
En los últimos dos años en Hungría aumentaron de manera exponencial las fábricas de baterías para coches. Actualmente, están en construcción dos, una en Debrecen, cerca de Rumanía, gigante; y otra en Fót, al lado de Budapest, más modesta.
El Gobierno hace alarde de la empresa, los vecinos protestan temerosos por la falta de agua y la contaminación y los verdes (WWF y Greenpeace), curiosamente apoyan la medida.
A simple vista los coches eléctricos son menos contaminantes que los de gasolina, pero hay que tener en cuenta que las baterías se tienen que fabricar en algún lado; y los residuos que generan, almacenarlos en otros. ¿Cuán perjudicial será el litio, el cobalto, el níquel, el grafito y el magnesio que se requieren para fabricar las baterías?
Con el cambio de régimen, después del Comunismo, Hungría y el resto de países de la órbita soviética se especializaron en la industria automotriz, aprovechando la mano de obra especializada a buen precio, y las promociones impositivas.
Las máquinas realizan trabajos de preparación del suelo en la futura planta del fabricante chino de baterías CATL en Debrecen.
En Hungría tenemos Mercedes, BMW, Volkswagen, Suzuki, Hankook, entre otras. Por eso no es raro que se haya pasado a las baterías de coches eléctricos. Por ejemplo, en Debrecen ya trabajan unas 1.500 personas en la fábrica de BMW.
Con las fábricas de baterías, ya se crearon unos 14.000 puestos de trabajo y se recogieron inversiones por más de 5.000 millones de euros. De estas inversiones más o menos un 10% las aportó el Gobierno, más una serie extra de beneficios impositivos y un trato VIP que aceleró los procesos de puesta en marcha de las fábricas.
Hasta ahora solo había fábrica coreanas, las tres más importantes en Göd (Samsung), Iváncsa (SK) y Komáron (SK). La de Debrecen es China: CATL. Además, están en funcionamiento otras fábricas que se ocupan de fabricar accesorios. Electrolitos en Soskút, recambios en Monor, películas separadoras en Nyíregyháza, láminas de cobre en Tatabánya. La planta de reciclaje está en Szigetszentmiklós, la de cajas de seguridad en Jászberény.
Fábrica de Mercedes en Kecskemet, Hungría.
Akos Stiller/ Bloomberg
Los vecinos todavía tienen fresca las imágenes de la sequía del verano pasado, y temen sobre todo quedarse otra vez sin agua, una vez que termine la construcción de la fábrica, con más razón.
Los expertos no se ponen de acuerdo. El Gobierno dice que no hay problema, pero los que se oponen explican que la fábrica utilizará entre 40 y 60 metros cúbicos de agua por día, mucho más que el consumo diario de la propia ciudad de Debrecen.
Vale aclarar que Debrecen no tiene ríos. El agua proviene de tres pozos distintos en las cercanías de la ciudad. Dicen que más tarde o más temprano, con la fábrica se acabarán secando.
Otro problema importante son las potabilizadoras. Se entiende que no darán abasto. Tendrían que construir otra. Y todavía queda la pregunta de si los metales que se usan en la fabricación de las baterías para coches eléctricos podrán en su totalidad ser eliminados del agua, para su nuevo uso.
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Cartel de protesta contra la fábrica de baterías del gigante chino CATL en Debrecen, Hungría.
AFPAttila KISBENEDEK / AFP
Finalmente, dudan, más aún con la actual crisis energética que vivimos por la Guerra de Ucrania de que el sistema energético sea suficiente.
En definitiva, no parece que el coche eléctrico sea la solución contra la contaminación. De hecho, fabricar un coche eléctrico, sobre todo por las baterías, es mucho más contaminante que uno a gasolina.
Manifestación contra la fábrica de baterías del gigante chino CATL en Debrecen, Hungría.
AFPAttila KISBENEDEK / AFP
Que una vez en la carretera contamine menos, seguro, pero hay que ver qué se hace con los residuos tóxicos y propiamente con las baterías cuando se hagan viejas y haya que tirarlas.
Puede que el litio nos libere de la esclavitud del petróleo, pero no haremos con él un mundo mejor. ¿Tal vez con los motores de hidrógeno?
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