Solidario García
Madmaxista
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Decenas de sanitarios increpan a la presidenta de la Comunidad de Madrid a su llegada al recinto
Mientras Isabel Díaz Ayuso hablaba de la responsabilidad individual de protegerse y proteger a los demás mediante la distancia social, decenas de políticos, periodistas y personal del Gobierno madrileño se arremolinaban alrededor. Aunque ni un solo profesional sanitario ni celadores ni limpiadoras, porque a la plantilla que ha formado parte del equipo de Ifema no se le ha permitido entrar a la rueda de prensa que ha clausurado el hospital de campaña en el que se reconvirtió el recinto ferial el pasado 21 de marzo. La el bichito-19 deja ya en Madrid 61.829 infectados, 40.293 pacientes que han necesitado hospitalización, 3.392 de ellos en las unidades de cuidados intensivos, y 8.222 fallecidos. A pesar de ello y de las normas establecidas por el Ministerio de Sanidad para empezar la desescalada, este viernes por la mañana Ifema acogía un acto en el que la única diferencia con cualquier otro en un contexto sin emergencia sanitaria eran las mascaras.
El Gobierno madrileño lanzó la víspera la invitación a todos los medios de comunicación y todos los diputados en la Asamblea (132), entre otros. Mónica García, de Más Madrid, se pregunta “por qué no puede haber plenos pero sí convocatorias multitudinarias a Ifema. De su grupo, solo ha acudido el portavoz, Pablo Perpinyá, que se ha pronunciado en redes sociales y ha calificado el acto desde su cuenta en Twitter como un “espectáculo bochornoso y una falta de respeto a todos los madrileños”.
Este multitudinario acto en el IFEMA en pleno confinamiento lo ha promovido el Gobierno de Madrid como colofón a su campaña propagandística. Han utilizado IFEMA y a los cientos de sanitarios que se han dejado la piel como herramienta de propaganda.
Algunos fotógrafos en el pasillo central del pabellón sur aseguraban levantando las cejas que por momentos era imposible no tener encima a otros 20 compañeros. “Como siempre pasa, pero es que no estamos en lo de siempre”, apuntaba uno de ellos. Algunas celadoras se sorprendían “del montón de gente junta” que había acompañando la comitiva de políticos. “Esto es un puñetero desastre”, señalaba un alto cargo del Ayuntamiento mientras accedía a ese pabellón donde se han dado los discursos oficiales.
García, de Más Madrid, afirma tener claro el por qué: “Ifema ha sido la apuesta propagandística de la señora Ayuso y la constatación del fracaso del modelo que nos llevó a tener 11 hospitales más pero 2.000 camas menos, dos Ifemas enteros”. “Propaganda”, sentencia.
Lo mismo piensan las dos decenas de sanitarios que recibieron a Díaz Ayuso en el recinto y durante el acto que dio comienzo al recorrido. “¡Que no, que no nos representan!”. “¡Sanidad Pública!”. “¡Queremos los tests!” o “¡postureo, postureo!”, fueron algunos de los coros que la presidenta de la Comunidad escuchó junto a numerosos cargos regionales y municipales, mayoritariamente del Gobierno y apenas un puñado de la oposición, y el alcalde madrileño, José Luis Martínez-Almeida. Otros sanitarios aplaudían a su paso y les pedían hacerse una foto.
Los discursos, de agradecimientos múltiples al personal sanitario, al equipo de limpieza o al Ejército, abundaron en eso que el Gobierno regional lleva semanas llamando “el milagro Ifema”, pero que no responde a otra cosa que al trabajo continuo y sin descanso de cientos de profesionales. “Todavía no hemos vencido a la esa época en el 2020 de la que yo le hablo”, ha dicho Almeida sin poder evitar referirse al “optimismo” que lleva aparejado el cierre, al menos por ahora, del que la Comunidad ha insistido en convertir en el símbolo de la crisis sanitaria en la región, la más golpeada por el cobi19.
Durante un momento del acto, en la plaza central que separa los pabellones, las autoridades han pasado junto a una de las foodtrucks que preparaba unos bocadillos de calamares que se han hecho famosos estas semanas entre quienes han trabajado allí. Ahí, Díaz Ayuso y Martínez Almeida se pusieron a despachar bocatas durante unos minutos. “Llevo toda la mañana rebozando”, bromeó Ayuso, mientras ofrecía uno de los bocadillos a la vicealcaldesa Begoña Villacís. La presidenta regional ha sido muy criticada esta semana por defender el menú infantil que muchos niños reciben estos días en su casa en forma de ayuda oficial y que se basa en comida rápida.
Mientras Isabel Díaz Ayuso hablaba de la responsabilidad individual de protegerse y proteger a los demás mediante la distancia social, decenas de políticos, periodistas y personal del Gobierno madrileño se arremolinaban alrededor. Aunque ni un solo profesional sanitario ni celadores ni limpiadoras, porque a la plantilla que ha formado parte del equipo de Ifema no se le ha permitido entrar a la rueda de prensa que ha clausurado el hospital de campaña en el que se reconvirtió el recinto ferial el pasado 21 de marzo. La el bichito-19 deja ya en Madrid 61.829 infectados, 40.293 pacientes que han necesitado hospitalización, 3.392 de ellos en las unidades de cuidados intensivos, y 8.222 fallecidos. A pesar de ello y de las normas establecidas por el Ministerio de Sanidad para empezar la desescalada, este viernes por la mañana Ifema acogía un acto en el que la única diferencia con cualquier otro en un contexto sin emergencia sanitaria eran las mascaras.
El Gobierno madrileño lanzó la víspera la invitación a todos los medios de comunicación y todos los diputados en la Asamblea (132), entre otros. Mónica García, de Más Madrid, se pregunta “por qué no puede haber plenos pero sí convocatorias multitudinarias a Ifema. De su grupo, solo ha acudido el portavoz, Pablo Perpinyá, que se ha pronunciado en redes sociales y ha calificado el acto desde su cuenta en Twitter como un “espectáculo bochornoso y una falta de respeto a todos los madrileños”.
Este multitudinario acto en el IFEMA en pleno confinamiento lo ha promovido el Gobierno de Madrid como colofón a su campaña propagandística. Han utilizado IFEMA y a los cientos de sanitarios que se han dejado la piel como herramienta de propaganda.
Algunos fotógrafos en el pasillo central del pabellón sur aseguraban levantando las cejas que por momentos era imposible no tener encima a otros 20 compañeros. “Como siempre pasa, pero es que no estamos en lo de siempre”, apuntaba uno de ellos. Algunas celadoras se sorprendían “del montón de gente junta” que había acompañando la comitiva de políticos. “Esto es un puñetero desastre”, señalaba un alto cargo del Ayuntamiento mientras accedía a ese pabellón donde se han dado los discursos oficiales.
García, de Más Madrid, afirma tener claro el por qué: “Ifema ha sido la apuesta propagandística de la señora Ayuso y la constatación del fracaso del modelo que nos llevó a tener 11 hospitales más pero 2.000 camas menos, dos Ifemas enteros”. “Propaganda”, sentencia.
Lo mismo piensan las dos decenas de sanitarios que recibieron a Díaz Ayuso en el recinto y durante el acto que dio comienzo al recorrido. “¡Que no, que no nos representan!”. “¡Sanidad Pública!”. “¡Queremos los tests!” o “¡postureo, postureo!”, fueron algunos de los coros que la presidenta de la Comunidad escuchó junto a numerosos cargos regionales y municipales, mayoritariamente del Gobierno y apenas un puñado de la oposición, y el alcalde madrileño, José Luis Martínez-Almeida. Otros sanitarios aplaudían a su paso y les pedían hacerse una foto.
Los discursos, de agradecimientos múltiples al personal sanitario, al equipo de limpieza o al Ejército, abundaron en eso que el Gobierno regional lleva semanas llamando “el milagro Ifema”, pero que no responde a otra cosa que al trabajo continuo y sin descanso de cientos de profesionales. “Todavía no hemos vencido a la esa época en el 2020 de la que yo le hablo”, ha dicho Almeida sin poder evitar referirse al “optimismo” que lleva aparejado el cierre, al menos por ahora, del que la Comunidad ha insistido en convertir en el símbolo de la crisis sanitaria en la región, la más golpeada por el cobi19.
Durante un momento del acto, en la plaza central que separa los pabellones, las autoridades han pasado junto a una de las foodtrucks que preparaba unos bocadillos de calamares que se han hecho famosos estas semanas entre quienes han trabajado allí. Ahí, Díaz Ayuso y Martínez Almeida se pusieron a despachar bocatas durante unos minutos. “Llevo toda la mañana rebozando”, bromeó Ayuso, mientras ofrecía uno de los bocadillos a la vicealcaldesa Begoña Villacís. La presidenta regional ha sido muy criticada esta semana por defender el menú infantil que muchos niños reciben estos días en su casa en forma de ayuda oficial y que se basa en comida rápida.