Nefersen
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San Francisco, asolada por el crimen, permite demandas contra tiendas de comestibles que huyen de la ciudad mientras continúa el éxodo masivo de empresas
Durante mucho tiempo se ha temido que San Francisco esté cayendo en el círculo vicioso de Chicago, una situación en la que los contribuyentes que abandonan la ciudad asolada por el crimen, lo que resulta en menores ingresos fiscales que, a su vez, conducen a recortes en los servicios y a un aumento de los impuestos, lo que la hace aún menos deseable para vivir.
Puede ser especialmente devastador cuando los negocios que huyen son esenciales para la comunidad, como las tiendas de comestibles.
Eso fue lo que experimentó San Francisco el año pasado cuando Whole Foods Market Inc., propiedad de Amazon.com Inc. (NASDAQ:AMZN), cerró su tienda insignia en la ciudad después de estar abierta durante poco más de un año, citando preocupaciones de seguridad de los empleados.
Se reportaron casi 570 llamadas de emergencia desde ese lugar durante ese período, incluidas súplicas desesperadas a la policía diciendo que "un hombre [con] machete ha vuelto" u "otro guardia de seguridad acaba de ser agredido".
Matt Dorsey, miembro de la Junta de Supervisores de San Francisco, dijo que estaba "increíblemente decepcionado" con el cierre de la tienda. "Nuestro vecindario esperó mucho tiempo por este supermercado, pero también somos muy conscientes de los problemas que han experimentado con los robos minoristas relacionados con las drojas, los mercados de drojas adyacentes y los muchos problemas de seguridad relacionados con ellos".
Ahora, los políticos están tratando de contraatacar. ¿Revirtiendo las leyes que permiten que los delincuentes pueda robar impunemente en los comercios? No exactamente.
Dean Preston, otro miembro de la Junta de Supervisores, presentó recientemente una propuesta llamada Ley de Protección de Comestibles, que requerirá que una tienda que cierre proporcione a la ciudad un aviso con seis meses de anticipación y trate de encontrar un supermercado de reemplazo para la ubicación que está desocupando.
Al explicar su propuesta, Preston dijo: "Nuestras comunidades necesitan aviso, una oportunidad para ser escuchadas y un plan de tras*ición cuando las principales tiendas de comestibles del vecindario planean cerrar sus puertas".
De acuerdo con la propuesta, cualquier persona afectada por una tienda de comestibles que no cumpla con los requisitos podrá ser denunciada.
Pero no son sólo las tiendas de comestibles son las que se han cansado de la ciudad. Otras grandes empresas que recientemente cerraron sus locales en el centro de San Francisco son Adidas, AT&T Inc., Nordstrom y Lego Group.
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Es decir, los políticos progres demócratas que gobiernan la ciudad han creado un clima de impunidad que ha exacerbado el crimen. Por un lado, se permite robar hasta $1000 dólares sin que constituya un delito, y por otro, se ha quitado recursos a la policía, que corren el riesgo de ser denunciados por "abusos policiales" o "racismo" a la menor que se pongan firmes con alguno de los delincuentes.
Esta política desquiciada convierte la ciudad en un sitio poco agradable, del que salen huyendo las empresas. Y entonces, los iluminados izmierdistas -en un clásico mantenella y no enmendalla muy propia de su ideología patológica-, en lugar de corregir esas políticas disparatadas, lo que hacen es establecer una legislación que pretende multar y denunciar a las empresas que huyan del sitio poco agradable.
Naturalmente... ¿qué empresa está tan loca como para ubicarse en un lugar donde, si por cualquier razón quieres marcharte, te van a denunciar? La nueva medida sólo no sólo no detendrá el éxodo -preferible pagar una multa que acabar arruinado con constantes robos-, sino que ninguna empresa que empiece va a establecerse en esa ciudad.
Durante mucho tiempo se ha temido que San Francisco esté cayendo en el círculo vicioso de Chicago, una situación en la que los contribuyentes que abandonan la ciudad asolada por el crimen, lo que resulta en menores ingresos fiscales que, a su vez, conducen a recortes en los servicios y a un aumento de los impuestos, lo que la hace aún menos deseable para vivir.
Puede ser especialmente devastador cuando los negocios que huyen son esenciales para la comunidad, como las tiendas de comestibles.
Eso fue lo que experimentó San Francisco el año pasado cuando Whole Foods Market Inc., propiedad de Amazon.com Inc. (NASDAQ:AMZN), cerró su tienda insignia en la ciudad después de estar abierta durante poco más de un año, citando preocupaciones de seguridad de los empleados.
Se reportaron casi 570 llamadas de emergencia desde ese lugar durante ese período, incluidas súplicas desesperadas a la policía diciendo que "un hombre [con] machete ha vuelto" u "otro guardia de seguridad acaba de ser agredido".
Matt Dorsey, miembro de la Junta de Supervisores de San Francisco, dijo que estaba "increíblemente decepcionado" con el cierre de la tienda. "Nuestro vecindario esperó mucho tiempo por este supermercado, pero también somos muy conscientes de los problemas que han experimentado con los robos minoristas relacionados con las drojas, los mercados de drojas adyacentes y los muchos problemas de seguridad relacionados con ellos".
Ahora, los políticos están tratando de contraatacar. ¿Revirtiendo las leyes que permiten que los delincuentes pueda robar impunemente en los comercios? No exactamente.
Dean Preston, otro miembro de la Junta de Supervisores, presentó recientemente una propuesta llamada Ley de Protección de Comestibles, que requerirá que una tienda que cierre proporcione a la ciudad un aviso con seis meses de anticipación y trate de encontrar un supermercado de reemplazo para la ubicación que está desocupando.
Al explicar su propuesta, Preston dijo: "Nuestras comunidades necesitan aviso, una oportunidad para ser escuchadas y un plan de tras*ición cuando las principales tiendas de comestibles del vecindario planean cerrar sus puertas".
De acuerdo con la propuesta, cualquier persona afectada por una tienda de comestibles que no cumpla con los requisitos podrá ser denunciada.
Pero no son sólo las tiendas de comestibles son las que se han cansado de la ciudad. Otras grandes empresas que recientemente cerraron sus locales en el centro de San Francisco son Adidas, AT&T Inc., Nordstrom y Lego Group.
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Es decir, los políticos progres demócratas que gobiernan la ciudad han creado un clima de impunidad que ha exacerbado el crimen. Por un lado, se permite robar hasta $1000 dólares sin que constituya un delito, y por otro, se ha quitado recursos a la policía, que corren el riesgo de ser denunciados por "abusos policiales" o "racismo" a la menor que se pongan firmes con alguno de los delincuentes.
Esta política desquiciada convierte la ciudad en un sitio poco agradable, del que salen huyendo las empresas. Y entonces, los iluminados izmierdistas -en un clásico mantenella y no enmendalla muy propia de su ideología patológica-, en lugar de corregir esas políticas disparatadas, lo que hacen es establecer una legislación que pretende multar y denunciar a las empresas que huyan del sitio poco agradable.
Naturalmente... ¿qué empresa está tan loca como para ubicarse en un lugar donde, si por cualquier razón quieres marcharte, te van a denunciar? La nueva medida sólo no sólo no detendrá el éxodo -preferible pagar una multa que acabar arruinado con constantes robos-, sino que ninguna empresa que empiece va a establecerse en esa ciudad.
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