Hace tiempo ya que llegue a la conclusión de que el Whatsapp es una herramienta que ha llegado para jorobarnos la vida. Llegue a la conclusión después de asistir al mosqueo de dos amigos por una discusión en la que uno abandonó el chat y desde entonces no se han vuelto a hablar, porque al parecer eso de abandonar un chat de whatsapp es una falta de respeto hacia el grupo imperdonable.
Esta mañana he estado con un amigo que estaba con un mosqueo interesante porque le mandó un mensaje de whastapp a otro amigo común y este no se dignó a contestarle y ni siquiera a abrirlo, ya que el mensaje aparecía con doble tick, pero no con doble tick azul y él estaba seguro que en ese tiempo había estado conectado porque había leído otro mensaje, con posterioridad, en un chat en el que estaban ambos, es decir había investigado, me ha entrado la risa y casi se mosquea conmigo porque le parecía increíble que yo no le diera la importancia que tiene a este asunto, 48 y 47 años tenemos respectivamente.
Mi reflexión me la he guardado porque bastante rebote tenía, parecía un adolescente. Pero el Whatsapp me parece una herramienta terrible, absolutamente invasiva, uno no tiene porque estar a disposición de interactuar con cualquiera las 24 horas del día los siete días de la semana. Antes había momentos para cada cosa, incluso un momento para los amigos, ahora con el whastpp te somete a una saturación, que al menos para mí, me resulta inadmisible. Me encantaría que se realizará un estudio sobre por qué el whatsapp se ha extendido de esta manera en España y por qué no ha triunfado en otros países donde aún se sigue utilizando el SMS, un SMS que nos permite comunicarnos pero de manera mucho menos compulsiva, menos insustancial y mucho menos invasiva. En este puñetero país siempre nos quedamos con lo mejor.
Esta mañana he estado con un amigo que estaba con un mosqueo interesante porque le mandó un mensaje de whastapp a otro amigo común y este no se dignó a contestarle y ni siquiera a abrirlo, ya que el mensaje aparecía con doble tick, pero no con doble tick azul y él estaba seguro que en ese tiempo había estado conectado porque había leído otro mensaje, con posterioridad, en un chat en el que estaban ambos, es decir había investigado, me ha entrado la risa y casi se mosquea conmigo porque le parecía increíble que yo no le diera la importancia que tiene a este asunto, 48 y 47 años tenemos respectivamente.
Mi reflexión me la he guardado porque bastante rebote tenía, parecía un adolescente. Pero el Whatsapp me parece una herramienta terrible, absolutamente invasiva, uno no tiene porque estar a disposición de interactuar con cualquiera las 24 horas del día los siete días de la semana. Antes había momentos para cada cosa, incluso un momento para los amigos, ahora con el whastpp te somete a una saturación, que al menos para mí, me resulta inadmisible. Me encantaría que se realizará un estudio sobre por qué el whatsapp se ha extendido de esta manera en España y por qué no ha triunfado en otros países donde aún se sigue utilizando el SMS, un SMS que nos permite comunicarnos pero de manera mucho menos compulsiva, menos insustancial y mucho menos invasiva. En este puñetero país siempre nos quedamos con lo mejor.