Primeras víctimas del calentamiento global

Un bebé sobrevive tres días solo y con una herida de bala | Argentina | elmundo.es

Una niña de siete meses ha sobrevivido durante tres días, con un disparo de bala en el pecho y rodeada de los cadáveres de sus padres y de su hermano. Parece que murieron tras un aparente pacto suicida realizado por el miedo al calentamiento global.
El suceso, que publica el diario 'Clarín', ocurrió en una humilde vivienda de la ciudad de Goya, en la provincia de Corrientes (nordeste), donde vivían Francisco Lotero, de 56 años, y Miriam Coletti, de 22, con sus dos pequeños hijos.

Los vecinos de la pareja avisaron a la policía por el fuerte olor que salía de la casa. Una vez en la vivienda, se encontraron los cuerpos sin vida de la pareja con un disparo en el pecho y el de su hijo de dos años con un balazo en la espalda. En otra habitación hallaron con vida, aunque cubierta de sangre por una herida de bala en el pecho, al bebé que fue hospitalizado y mejora notablemente.

Sobre una mesa había una carta que aludía a la preocupación de la pareja por el calentamiento global y a su molestia por la falta de interés de los gobernantes ante esta situación.

RT | América Latina | 28 de febrero 2010 | 10:02
UNA NIÑA DE 7 MESES SOBREVIVE TRES DÍAS SOLA Y HERIDA DE BALA EN EL PECHO

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A veces en medio de la peor de las tragedias, sucede un pequeño milagro que ofrece un poco de esperanza. Es el caso de una niña de siete meses que ha sobrevivido tras permanecer tres días sola con un disparo en el pecho rodeada por los cadáveres de sus padres y su hermano, víctimas de un presunto pacto de suicidio de la pareja a la que le preocupaba en exceso el calentamiento global, según publica el diario Clarín.

El incidente tuvo lugar en una humilde vivienda de la ciudad de Goya, en la provincia de Corrientes. Allí, en el barrio Estación convivían desde hace algo más de dos años la pareja formada por Francisco Lotero, de 56 años, más conocido como 'Francis Giorgi', y Miriam Isabel Coletti, de 22, junto a sus dos hijos, un niño de dos años y una niña de siete meses.

Los vecinos relatan que no veían con frecuencia a la pareja y ni siquiera sabían que tenían dos hijos, por eso no se alarmaron en un primer momento por su ausencia. Pero tras notar un fuerte olor, el jueves por la tarde llamaron a la policía que se personó en la vivienda y se encontró una escena dantesca.

En una habitación tendido sobre la cama con un balazo en el pecho estaba Francisco Lotero. En otra habitación, tumbado boca abajo en su cama, encontraron al pequeño de dos años con un disparo en la espalda que le había destrozado el corazón. La progenitora estaba en la cocina con otro tiro en el pecho y una pistola de calibre 38 en la mano. Encima de una mesa, una carta que aludía a la preocupación de la pareja por el calentamiento global y su enfado porque "los presidentes no les hacían caso".

Y de repente, el milagro: el llanto de un bebé. En otra estancia estaba la pequeña de siete meses boca arriba en su cuna, cubierta de sangre seca. En el Hospital Zonal de Goya, donde llevaron a la niña, los médicos aseguraron que el balazo que recibió en el pecho no afectó a ningún órgano vital y que, a pesar de presentar un severo cuadro de deshidratación, se mostraban optimistas por su recuperación.

Lotero era curandero y de esa forma habría conocido a Miriam Coletti cuando ella tenía solo 19 años. Según el padre de Coletti, un humilde agricultor tabacalero de la zona, Lotero había separado a la joven de su familia. "Era muy celoso y casi ni la dejaba hablar, la tenía totalmente dominada. Él prometió traerla cuando se juntaron, pero no fue así; manipulaba a mi hija, que desde que se fue a vivir con este señor mayor, cambió con nosotros, no tenía la misma actitud", señaló Coletti, que quizá se encargue ahora de su nieta.

Según el hombre, Lotero hablaba poco y cuando lo hacía era para referirse al calentamiento global. "Decía que la Tierrase iba a fundir", recuerda. Lotero integraba una conocida familia de Esquina, 120 kilómetros al sur de Goya, donde viven sus hermanos, algunos importantes comerciantes. Al parecer hace unos años podría haber recibido una gran herencia. Nadie sabe a ciencia cierta qué pasó con las casas y la pista de carrera donde probaba sus autos que tenía el curandero. Amigos y familiares perdieron su pista hace dos años, que fue cuando decidió irse a vivir con la joven Coletti.


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