castguer
Madmaxista
Ya era hora, un grupo de intelectuales españoles, sin adscripción alguna a partidos políticos ni con el cazo puesto al Estado en forma de subvención, han trazado las líneas maestras de lo que muy posible sea, si los futuros ciudadanos españoles quieren, la nueva Constitución española. Espero que lo que a continuación se expone sea un regalo para vosotros, para todos los españoles.Veamos:
tras*ición:
1.- Don Juan Carlos I es nombrado por Franco sucesor en la Jefatura del Estado. No hay, tras la fin del dictador, proceso constituyente. El pueblo español no tiene la oportunidad de elegir libremente la forma de Estado, la forma de gobierno y el modo de nombrar, controlar y deponer a sus gobernantes. El referéndum sobre la Ley de reforma Política de 1976, las elecciones legislativas de 1977 y el referéndum sobre la Constitución de 1978 son mojones en un camino que va de una dictadura a una supuesta democracia sin romper con la legalidad franquista. Bajo la atenta, interesada y condescendiente mirada del monarca, el régimen de partido único se tras*forma en un régimen de varios partidos, no se sabe si por miedo -la cobardía corrompe cualquier acción política-, por ineptitud -la ignorancia desvirtúa cualquier acción de gobierno- o por mero oportunismo -la razón de Estado es el veneno más poderoso contra la libertad-.
2.- Durante la tras*ición, el nuevo Jefe de Estado es muy consciente de lo que Suárez está negociando con la oposición: un parlamentarismo donde no hay separación de poderes -el Legislativo elige, con mandato imperativo de los jefes de partido, al Ejecutivo-, un poder Judicial cuyos máximos órganos son pactados por los principales partidos políticos -esto es así desde el 78, no ha habido proceso de corrupción de una forma pura inicial; el sistema es corrupto desde el principio-, un sistema electoral proporcional que prima el voto nacionalista y dificulta o niega la representación de los electores, una administración que arriesga la unidad territorial de España y que instaura burocracia y corrupción a partes iguales, una financiación pública de los partidos políticos que los convierte en órganos estatales.
3.- Porque la figura del Rey es inseparable de la actual partidocracia, porque su presencia, su estatus han surgido casi al mismo tiempo que el régimen al que representan, porque, en definitiva, el Rey es el régimen y cualquier avance democrático supondría una inaceptable pérdida de privilegios, no se puede concebir hoy ninguna reforma política que lo deje al margen.
República Constitucional:
1.- Separación de poderes: los ciudadanos eligen al poder Legislativo y al poder Ejecutivo directamente y por separado.
1.1.- Poder Legislativo: España se divide en cuatrocientas o cuatrocientas cincuenta circunscripciones electorales de cien mil o ciento veinticinco mil habitantes cada una. Mediante el sistema electoral mayoritario -a doble vuelta si fuese necesario-, sólo un representante por circunscripción sale elegido para la Asamblea Nacional -única cámara existente-.
1.2.- Poder Ejecutivo: una sola circunscripción, la Nación en su totalidad, para elegir al presidente de la República.
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tras*ición:
1.- Don Juan Carlos I es nombrado por Franco sucesor en la Jefatura del Estado. No hay, tras la fin del dictador, proceso constituyente. El pueblo español no tiene la oportunidad de elegir libremente la forma de Estado, la forma de gobierno y el modo de nombrar, controlar y deponer a sus gobernantes. El referéndum sobre la Ley de reforma Política de 1976, las elecciones legislativas de 1977 y el referéndum sobre la Constitución de 1978 son mojones en un camino que va de una dictadura a una supuesta democracia sin romper con la legalidad franquista. Bajo la atenta, interesada y condescendiente mirada del monarca, el régimen de partido único se tras*forma en un régimen de varios partidos, no se sabe si por miedo -la cobardía corrompe cualquier acción política-, por ineptitud -la ignorancia desvirtúa cualquier acción de gobierno- o por mero oportunismo -la razón de Estado es el veneno más poderoso contra la libertad-.
2.- Durante la tras*ición, el nuevo Jefe de Estado es muy consciente de lo que Suárez está negociando con la oposición: un parlamentarismo donde no hay separación de poderes -el Legislativo elige, con mandato imperativo de los jefes de partido, al Ejecutivo-, un poder Judicial cuyos máximos órganos son pactados por los principales partidos políticos -esto es así desde el 78, no ha habido proceso de corrupción de una forma pura inicial; el sistema es corrupto desde el principio-, un sistema electoral proporcional que prima el voto nacionalista y dificulta o niega la representación de los electores, una administración que arriesga la unidad territorial de España y que instaura burocracia y corrupción a partes iguales, una financiación pública de los partidos políticos que los convierte en órganos estatales.
3.- Porque la figura del Rey es inseparable de la actual partidocracia, porque su presencia, su estatus han surgido casi al mismo tiempo que el régimen al que representan, porque, en definitiva, el Rey es el régimen y cualquier avance democrático supondría una inaceptable pérdida de privilegios, no se puede concebir hoy ninguna reforma política que lo deje al margen.
República Constitucional:
1.- Separación de poderes: los ciudadanos eligen al poder Legislativo y al poder Ejecutivo directamente y por separado.
1.1.- Poder Legislativo: España se divide en cuatrocientas o cuatrocientas cincuenta circunscripciones electorales de cien mil o ciento veinticinco mil habitantes cada una. Mediante el sistema electoral mayoritario -a doble vuelta si fuese necesario-, sólo un representante por circunscripción sale elegido para la Asamblea Nacional -única cámara existente-.
1.2.- Poder Ejecutivo: una sola circunscripción, la Nación en su totalidad, para elegir al presidente de la República.
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