rush81
Madmaxista
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Pretty Woman, la película "romántica" que se convirtió en un referente "machista"
"Otro día tenemos que hablar de que Pretty Woman, solo podría ser más machista si la hubiera dirigido Barbazul". Este es solo uno de los comentarios vertidos por los usuarios de Twitter cada vez que una cadena de televisión decide emitir la película dirigida por el ya fallecido Garry Marshall y que coronó a Julia Roberts como la novia de América. Este Año Nuevo no iba a ser menos. Después de 21 pases televisivos, Telecinco decidió apostar por la relación entre un rico hombre de negocios y una cortesana de Los Angeles como historia navideña, dando lugar a un debate entre los espectadores que alcanzaron los 2.445.000, lo que se tradujo en un 4,5% de share. Estrenada en 1990, Pretty Woman se convirtió en la película favorita de muchas niñas y adolescentes, pero los mismos ojos que en su día la catalogaron como una de las cintas más románticas del cine, hoy visualizan algunas escenas con cierto estupor y la tildan de "machista".
Blanca Rogel tenía unos diez años cuando vio por primera vez Pretty Woman "desde el sofá" con sus hermanas mayores. "Cantábamos la canción, nos echábamos unas risas, era como ver Grease o Dirty Dancing, nos lo pasábamos bien viendo esas películas de amor graciosas. Yo la asocio a cuando era pequeña, no me paraba a pensar si era machista. Quizá antes no nos dábamos cuenta porque no estábamos tan atentos a este tema, pero ahora la sociedad está mas concienciada y sí me parece machista el argumento de la 'jovencita' rescatada por un hombre que la va a buscar a casa con su cochazo y un ramo de flores", cuenta Rogel, aunque reconoce que hay otras películas donde la mujer sale peor parada que en el clásico de Marshall como Oficial y Caballero. "Por lo menos en Pretty Woman a ella se la ve con desparpajo y personalidad", dice.
Con tan solo cinco años, S. de Vicente vio por primera vez este filme junto a su progenitora. "Aunque en su momento se vendió como una película en la que hay una mujer fuerte y decidida, se pueden apreciar muchos detalles machistas. Para empezar la diferencia de edad, poder económico y nivel intelectual entre los protagonistas y, sobre todo, el hecho de que ella quiera ser salvada y sea salvada", considera la joven. "Es el cuento de La Cenicienta versión años 90 en el que te venden que la ilusión de una mujer es acabar con un tío que está forrado", añade. Además, De Vicente destaca que hay "palabras antiestéticas" hacia la protagonista "haciéndola de menos". "No es ya que ella fuera una mujer, es que era una cortesana, con lo que parece que su nivel como ser humano es incluso mas bajo. Lo que sí me parece bien de la película es que no hay desnudos gratuitos", opina.
Marta de Miguel Zamora, doctora en Comunicación Audiovisual y profesora universitaria de Narrativa Audiovisual, explica que Pretty Woman ha sido un referente cultural para las mujeres que nacieron en la década de los 80 y en los tempranos 90. "No obstante, han pasado alrededor de 30 años desde su estreno y la realidad sociocultural ha cambiado, sobre todo en cuestiones género. La susceptibilidad de esta película se basa, sobre todo, en el tipo de relato ya que la estructura narrativa del filme es completamente clásica y con unos arquetipos muy marcados que, a día de hoy, no se corresponden con la realidad de la mujer", señala.
"Fue y es una delicia del imaginario colectivo en torno al amor romántico, pero en la actualidad tanto su estructura y los simbolismos que presenta resultan inverosímiles. Es una tras*posición del texto de La Cenicienta, película estrenada por Disney hace casi 70 años, y la realidad de las mujeres de aquella época no es igual que la de los años 80 ni a la de ahora, por tanto, tampoco lo son sus referentes culturales", añade. Según De Miguel, en la narrativa contemporánea del siglo XXI los personajes femeninos son mucho más independientes y tienen bastante más autonomía, no necesitan de un hombre que las guíe ni las abra caminos, que es lo que enseña Pretty Woman. "De ahí que al filme se lo trate de machista. Hay desigualdad y violencia de género en escenas concretas -algún bofetón-, pero, sobre todo la hay en la estructura global del relato y en los roles de cada personaje", dice.
Con ella coincide Fréderic Mertens de Wilmars, profesor de Relaciones Internacionales y experto en cuestiones de género de la Universidad Europea de Valencia. "Era un nuevo cuento de La Cenicienta, en versión 'hipersexualizada', con un príncipe tras*formado en un 'ricachón elegante' quien, con su varita mágica, el dólar, permite a la mujer conseguir la realización de sus sueños", apunta. Desde su salida, continúa, las feministas vieron esa película como referente machista, por diversos motivos. "Podemos destacar la relación de ambos protagonistas enfocada en el dinero -y no otros valores como el amor- como instrumento de dominación. También chocó por la idea de "domesticación" de una mujer con el fin de reinsertarla en el modelo convencional del papel femenino", dice.
"La película destaca el 'complejo de Cenicienta' que se manifiesta por una dependencia de la mujer frente al hombre. Reproduce el modelo patriarcal que educa a la mujer para la espera del príncipe azul o del businessman y al hombre, para la acción", agrega el profesor. Para Mertens de Wilmars, los modelos de ficción como algunos tópicos de la sociedad reflejan la tradicional relación de dominación de los hombres sobre las mujeres. "Por ejemplo, Vivian (Julia Roberts) sale de la miseria gracias a Edward (Richard Gere). Ella depende económicamente de él y aunque acaban como pareja, ella no puede tener otro futuro que 'ser mujer de'", destaca el académico. Para S. de Vicente, lo interesante sería saber "si estando con él se convirtió en mujer florero o volvió a los estudios, como nos dan a entender que ella quiere".
Sin embargo, el patrón de Pretty Woman se repite en otras películas y no hay que remontarse a décadas anteriores para encontrarlas. Es el caso de Cincuenta sombras de Grey, la adaptación cinematográfica de la novela erótica homónima de la autora británica E. L. James que contará este año con una segunda parte. "A pesar del gran éxito comercial y del aperturismo erótico femenino, el relato bebe del mismo referente clásico de La Cenicienta y proyecta una imagen de la mujer muy dependiente de un hombre que, por otra parte, es quien la salva de llevar una vida en cautividad", dice Marta de Vicente. " Al igual que en Pretty Woman, el personaje femenino queda subyugado al de un personaje masculino en forma de héroe. Narrativamente el personaje femenino no ostenta un rol activo en la trama principal y funciona mayoritariamente como un actante que se deja llevar por el héroe", explica.
De acuerdo a la doctora, con referentes culturales semejantes las adolescentes de hoy en día no evolucionan hacia una visión más amplia de su función y su rol en la sociedad. "De hecho, hay grandes relatos contemporáneos que ofrecen una visión de la mujer mucho más empoderada, pero también mucho menos creíble como es el caso de Lisbeth Salander [el personaje de ficción creado por el novelista sueco Stieg Larsson]. Quizá todavía no estemos preparados socialmente para asimilar estos nuevos roles asociados a la mujer. Sea como sea, el personaje femenino siempre está en tela de juicio y podríamos aprender mucho de igualdad si juzgáramos, por igual, al personaje masculino", concluye.
"Otro día tenemos que hablar de que Pretty Woman, solo podría ser más machista si la hubiera dirigido Barbazul". Este es solo uno de los comentarios vertidos por los usuarios de Twitter cada vez que una cadena de televisión decide emitir la película dirigida por el ya fallecido Garry Marshall y que coronó a Julia Roberts como la novia de América. Este Año Nuevo no iba a ser menos. Después de 21 pases televisivos, Telecinco decidió apostar por la relación entre un rico hombre de negocios y una cortesana de Los Angeles como historia navideña, dando lugar a un debate entre los espectadores que alcanzaron los 2.445.000, lo que se tradujo en un 4,5% de share. Estrenada en 1990, Pretty Woman se convirtió en la película favorita de muchas niñas y adolescentes, pero los mismos ojos que en su día la catalogaron como una de las cintas más románticas del cine, hoy visualizan algunas escenas con cierto estupor y la tildan de "machista".
Blanca Rogel tenía unos diez años cuando vio por primera vez Pretty Woman "desde el sofá" con sus hermanas mayores. "Cantábamos la canción, nos echábamos unas risas, era como ver Grease o Dirty Dancing, nos lo pasábamos bien viendo esas películas de amor graciosas. Yo la asocio a cuando era pequeña, no me paraba a pensar si era machista. Quizá antes no nos dábamos cuenta porque no estábamos tan atentos a este tema, pero ahora la sociedad está mas concienciada y sí me parece machista el argumento de la 'jovencita' rescatada por un hombre que la va a buscar a casa con su cochazo y un ramo de flores", cuenta Rogel, aunque reconoce que hay otras películas donde la mujer sale peor parada que en el clásico de Marshall como Oficial y Caballero. "Por lo menos en Pretty Woman a ella se la ve con desparpajo y personalidad", dice.
Con tan solo cinco años, S. de Vicente vio por primera vez este filme junto a su progenitora. "Aunque en su momento se vendió como una película en la que hay una mujer fuerte y decidida, se pueden apreciar muchos detalles machistas. Para empezar la diferencia de edad, poder económico y nivel intelectual entre los protagonistas y, sobre todo, el hecho de que ella quiera ser salvada y sea salvada", considera la joven. "Es el cuento de La Cenicienta versión años 90 en el que te venden que la ilusión de una mujer es acabar con un tío que está forrado", añade. Además, De Vicente destaca que hay "palabras antiestéticas" hacia la protagonista "haciéndola de menos". "No es ya que ella fuera una mujer, es que era una cortesana, con lo que parece que su nivel como ser humano es incluso mas bajo. Lo que sí me parece bien de la película es que no hay desnudos gratuitos", opina.
Marta de Miguel Zamora, doctora en Comunicación Audiovisual y profesora universitaria de Narrativa Audiovisual, explica que Pretty Woman ha sido un referente cultural para las mujeres que nacieron en la década de los 80 y en los tempranos 90. "No obstante, han pasado alrededor de 30 años desde su estreno y la realidad sociocultural ha cambiado, sobre todo en cuestiones género. La susceptibilidad de esta película se basa, sobre todo, en el tipo de relato ya que la estructura narrativa del filme es completamente clásica y con unos arquetipos muy marcados que, a día de hoy, no se corresponden con la realidad de la mujer", señala.
"Fue y es una delicia del imaginario colectivo en torno al amor romántico, pero en la actualidad tanto su estructura y los simbolismos que presenta resultan inverosímiles. Es una tras*posición del texto de La Cenicienta, película estrenada por Disney hace casi 70 años, y la realidad de las mujeres de aquella época no es igual que la de los años 80 ni a la de ahora, por tanto, tampoco lo son sus referentes culturales", añade. Según De Miguel, en la narrativa contemporánea del siglo XXI los personajes femeninos son mucho más independientes y tienen bastante más autonomía, no necesitan de un hombre que las guíe ni las abra caminos, que es lo que enseña Pretty Woman. "De ahí que al filme se lo trate de machista. Hay desigualdad y violencia de género en escenas concretas -algún bofetón-, pero, sobre todo la hay en la estructura global del relato y en los roles de cada personaje", dice.
Con ella coincide Fréderic Mertens de Wilmars, profesor de Relaciones Internacionales y experto en cuestiones de género de la Universidad Europea de Valencia. "Era un nuevo cuento de La Cenicienta, en versión 'hipersexualizada', con un príncipe tras*formado en un 'ricachón elegante' quien, con su varita mágica, el dólar, permite a la mujer conseguir la realización de sus sueños", apunta. Desde su salida, continúa, las feministas vieron esa película como referente machista, por diversos motivos. "Podemos destacar la relación de ambos protagonistas enfocada en el dinero -y no otros valores como el amor- como instrumento de dominación. También chocó por la idea de "domesticación" de una mujer con el fin de reinsertarla en el modelo convencional del papel femenino", dice.
"La película destaca el 'complejo de Cenicienta' que se manifiesta por una dependencia de la mujer frente al hombre. Reproduce el modelo patriarcal que educa a la mujer para la espera del príncipe azul o del businessman y al hombre, para la acción", agrega el profesor. Para Mertens de Wilmars, los modelos de ficción como algunos tópicos de la sociedad reflejan la tradicional relación de dominación de los hombres sobre las mujeres. "Por ejemplo, Vivian (Julia Roberts) sale de la miseria gracias a Edward (Richard Gere). Ella depende económicamente de él y aunque acaban como pareja, ella no puede tener otro futuro que 'ser mujer de'", destaca el académico. Para S. de Vicente, lo interesante sería saber "si estando con él se convirtió en mujer florero o volvió a los estudios, como nos dan a entender que ella quiere".
Sin embargo, el patrón de Pretty Woman se repite en otras películas y no hay que remontarse a décadas anteriores para encontrarlas. Es el caso de Cincuenta sombras de Grey, la adaptación cinematográfica de la novela erótica homónima de la autora británica E. L. James que contará este año con una segunda parte. "A pesar del gran éxito comercial y del aperturismo erótico femenino, el relato bebe del mismo referente clásico de La Cenicienta y proyecta una imagen de la mujer muy dependiente de un hombre que, por otra parte, es quien la salva de llevar una vida en cautividad", dice Marta de Vicente. " Al igual que en Pretty Woman, el personaje femenino queda subyugado al de un personaje masculino en forma de héroe. Narrativamente el personaje femenino no ostenta un rol activo en la trama principal y funciona mayoritariamente como un actante que se deja llevar por el héroe", explica.
De acuerdo a la doctora, con referentes culturales semejantes las adolescentes de hoy en día no evolucionan hacia una visión más amplia de su función y su rol en la sociedad. "De hecho, hay grandes relatos contemporáneos que ofrecen una visión de la mujer mucho más empoderada, pero también mucho menos creíble como es el caso de Lisbeth Salander [el personaje de ficción creado por el novelista sueco Stieg Larsson]. Quizá todavía no estemos preparados socialmente para asimilar estos nuevos roles asociados a la mujer. Sea como sea, el personaje femenino siempre está en tela de juicio y podríamos aprender mucho de igualdad si juzgáramos, por igual, al personaje masculino", concluye.