Claro, pero es que en las pelis salían cincuentones alopécicos y barrigudos (a veces sesentones, incluso), montándoselo con las tías más apetecibles del momento. Y alguno ahí, cambió su voto para siempre (Vizcaíno Casas -como siempre-, lo clavó en esta peli con López Vazquez:
https://es.wikipedia.org/wiki/De_camisa_vieja_a_chaqueta_nueva )
Muy orates tenían que ser para no darse cuenta de que esas chicas eran frutas, y que irse de frutas era algo que se había hecho toda la vida. Como antes las tías tenían que llegar vírgenes al matrimonio, la única opción para que un chaval joven la metiera en caliente era irse de señoritas. Así que irse de frutas, si eras soltero, estaba socialmente tolerado, aunque no se hablara de ello. Mi abuelo nunca me habló de frutas, pero no tenía cara de haber amado en su vida nada mas que con mi abuela.
En tiempos de mis abuelos, lo tradicional era desbravarse con frutas a mas tardar cuando se hacía la mili. Algunos antes, pero de la mili no pasaba ningún chaval sin haber conocido un prostíbulo. Hasta el mas recatado caía por presión del grupo. En los 60, Franco cometió uno de sus mayores errores, que fue prohibir la prespitación. Pero la llegada del turismo (las míticas suecas) rebajaron la presión. En los 70 todavía había una exaltación de la figura de la cortesana entre los bohemios, y ser cliente estaba bien visto, se asociaba al carácter de joven rebelde y canallita que se empezaba a promocionar en la época.
Pero en los 80, los chavales se empezaron a escaquear de la mili con lo de la objeción de conciencia, y además empezó a estigmatizarse a los que iban de frutas como perdedores, porque se suponía que las tías ya se habían liberado y quien no amara gratis es porque era orate. Y ahí empezó a subir como la espuma la tasa de virginidad. Encima soltaron lo del SIDA y todo el mundo se ralló mazo.
En los 90 ya había pasado lo peor de la paranoia con el SIDA, y con la despenalización de la prespitación, la llegada de profesionales procedentes del antiguo bloque soviético, y la entrada de la música electrónica (la "Ruta del Bacalao"), la cosa mejoró bastante. El que no se iba de frutas, pillaba con las chonis poligoneras que amaban a cambio de rulas. Esa fue la época que me tocó a mi de chaval, y no me quejo.
Entonces ocurrió el 11-M, llegaron las feministas, y lo amaron todo. Irse de frutas era ya no solo de perdedores, si no de orates, forzadores, hombristas y "reaccionarios". Y además había que hacerse "metrosexual" y machacarse en el Gym para poder amarse una tía del montón, que encima se hacía la estrecha y te mareaba como si fuera virgen cuando en realidad llevaba desde los 13 años ***ándose a los mas zotes de clase, porque había que ser chicas rebeldes, pero solo con los importantitos, los que provocaran la envidia de sus amigas, y los que si su padre los viera los espantaría de un palmada. Pero para todos los demás, ellas seguían pretendiendo ser princesas Disney castas y puras a las que había que conquistar realizando gestas que ni Amadís de Gaula.
Los Milenials, que fueron los que tuvieron la desgracia de que les cayera todo eso encima a plomo, son la generación mas virgen de la Historia. Las calles se llenaron de gymceles desnortados, y comenzó a proliferar la gaiidad por descarte.
Y así llegamos a la actualidad, con las calles llenas de treintañeros alopécicos empujacarritos que se han hecho siervos de una torda polifollada con cara de oler miércoles para poder meterla en caliente muy de vez en cuando. Una generación completamente perdida.
Afortunadamente, los zoomers parece que se han espabilado, y están dejando de aguantar tonterías.