No se las amaban. Simplemente los inquisidores eran gente culta y experta en teología. La brujería desde un punto de vista religioso y teológico es muy complicada de justificar o encajar. En cierto sentido era como reconocer aunque solo fuese marginalmente algunas creencias paganas y eso a un tipo que había estudiado a Santo Tomás o Erasmo le resultaba muy complicado. Así que con toda la razón del mundo consideraban a la brujería pura superstición y engaño.