Uritorco
The White Revolution is the only solution.
No desvelamos ningún secreto si decimos que la mujer es el sesso favorito del régimen mundialista y está hoy en día (en Occidente) endiosada y colocada en un altar inmerecidamente, no por sus virtudes, sino por sus defectos y debilidades.
El motivo es que la mujer tiene las 3 cualidades que el régimen democapitalista que padecemos desea, ordenadas de menos importantes a más importantes: Trabajar, consumir y obedecer. Así, el régimen está usando a la mujer para que ejerza la misma función que las obreras en las colmenas de abejas o en los hormigueros, reducirlas a puro proletariado.
1. Trabajar.
Con la incorporación de las mujeres al mercado laboral, aumentó la cantidad de gente trabajando, lo que hizo bajar el precio del trabajo (sueldos). Así, mientras hace décadas un hombre trabajando podía mantener a la esposa e hijos, hoy en día trabajando él y su esposa apenas pueden mantenerse a sí mismos.
La mujer tiene las cualidades suficientes para hacer funcionar el engranaje social en lo referente a trabajar. Es menos productiva laboralmente que el hombre, pero este problema es menos grave en una sociedad tecnificada y automatizada de lo que era antiguamente. El hombre es necesario, pero han decidido tenerlo cada vez más como un paria laboral y social, al contrario de lo que pasa con los zánganos de las colmenas (excepto la minoría de hombres que okupan los altos cargos), y mientras, fomentan la “igualdad” laboral de las mujeres de manera artificial con ventajas fiscales y de cotización a la Seguridad Social para que las empresas contraten mujeres en vez de hombres y con incesante propaganda de “empoderamiento” femenino en empleos típicamente masculinos (bomberos, policía, etc). Y sobre todo, les interesa que okupen altos cargos empresariales y políticos, para minimizar así el riesgo de rebelión, ya que es más probable que se rebele un hombre desde su cargo político o empresarial a que lo haga una mujer (ver el apartado 3 sobre obedecer para la explicación).
2. Consumir.
Desde que hace muchos años la publicidad descubrió que es más efectivo aludir a las emociones que a las razones para manipular al consumidor y aumentar las ventas, las mujeres, al ser más emocionales y menos racionales que los hombres se convirtieron en el objetivo publicitario ideal.
No sólo eso, interesa que las mujeres tengan cuanto más poder adquisitivo mejor para que lo gasten y despilfarren, por lo que interesa que trabajen fuera de casa, para lo cual ridiculizan el papel social tradicional de la mujer en el hogar.
El mayor borreguismo de las mujeres las hace más indicadas para seguir modas, consumismo innecesario.
El instinto de las hembras de tener un nido ha sido estimulado para producir una nefasta burbuja inmobiliaria en Occidente, arrastrando a los hombres al emparejarse con ellas.
Las mujeres son más relacionales que los hombres, y de eso han sacado tajada los fabricantes de teléfonos móviles. De la competitividad femenina por embellecerse sacan partida los fabricantes de cremas, ropa, complementos, calzado, clínicas de estética, peluquerías, etc., generando una economía superficial y vacua.
El cortoplacismo femenino favorece también su consumismo y su sobreuso de tarjetas de crédito y endeudamiento.
3. Obedecer.
La tendencia al endeudamiento femenino con tarjetas de crédito e hipotecas es un arma para hacerlas obedecer, pues quien tiene deudas no es libre:
"El oro es el dinero de los reyes.
La plata es el dinero de los señores.
La deuda es el dinero de los esclavos".
Aún sin deudas, la mujer tiene 2 grandes defectos que son grandes virtudes para los dirigentes del régimen mundialista:
El fomento de lo feminoide y la sensibleria pasional y barata, junto con la demagogia pacifista, solidaria e igualitaria, cualidades tipicas del matriarcado, ha conformado una sociedad en donde los valores guerreros, viriles y patriarcales tradicionales están ausentes y brillan por su ausencia. Así, esta sociedad actual es excelente para la dominación social, y también en la guerra racial antiblanca cuyas tragicas consecuencias conocemos todos: pasividad ante la oleada turística viajero, fomento del gaysismo, inseguridad social, delincuencia campante y galopante, etc. George Orwell decía que las mujeres, y más todavía las más jóvenes, eran las más prosistema:
Ante esta situación de discriminación contra lo masculino, el hombre podría rebelarse… La mujer no es idealista, pero su virtud y utilidad siempre ha sido la de apoyar al hombre, al marido, que era el que luchaba (en la guerra o en la resistencia). Por eso, entre otros motivos, el régimen ha inventado el feminismo, para inculcarle a las mujeres que el hombre es su enemigo, para dividir y separar a las mujeres de los hombres, con toda esa poco apreciable propaganda victimista feminista incitando a las mujeres no al diálogo y la comprensión para solucionar los inevitables roces en la convivencia de pareja, sino lo contrario, meter al Estado y a la policía ante cualquier mínima discusión. La mujer que caiga en la trampa, conseguirá lo contrario de lo que desea: Quedarse sola, con una pareja o familia rota, infeliz y dominada por la depresion, y con cada vez más hombres ahuyentados ante el gran riesgo que es emparejarse y la paternidad.
Así, la promoción de la mujer es en realidad un mecanismo desestabilizador perverso que unicamente persigue esclavizar a unos y a otras. Y parece que la agenda ****omasonica que impulsa el NOM, imparable, lo ha ido consiguiendo sin que nadie le haya puesto freno.
El motivo es que la mujer tiene las 3 cualidades que el régimen democapitalista que padecemos desea, ordenadas de menos importantes a más importantes: Trabajar, consumir y obedecer. Así, el régimen está usando a la mujer para que ejerza la misma función que las obreras en las colmenas de abejas o en los hormigueros, reducirlas a puro proletariado.
1. Trabajar.
Con la incorporación de las mujeres al mercado laboral, aumentó la cantidad de gente trabajando, lo que hizo bajar el precio del trabajo (sueldos). Así, mientras hace décadas un hombre trabajando podía mantener a la esposa e hijos, hoy en día trabajando él y su esposa apenas pueden mantenerse a sí mismos.
La mujer tiene las cualidades suficientes para hacer funcionar el engranaje social en lo referente a trabajar. Es menos productiva laboralmente que el hombre, pero este problema es menos grave en una sociedad tecnificada y automatizada de lo que era antiguamente. El hombre es necesario, pero han decidido tenerlo cada vez más como un paria laboral y social, al contrario de lo que pasa con los zánganos de las colmenas (excepto la minoría de hombres que okupan los altos cargos), y mientras, fomentan la “igualdad” laboral de las mujeres de manera artificial con ventajas fiscales y de cotización a la Seguridad Social para que las empresas contraten mujeres en vez de hombres y con incesante propaganda de “empoderamiento” femenino en empleos típicamente masculinos (bomberos, policía, etc). Y sobre todo, les interesa que okupen altos cargos empresariales y políticos, para minimizar así el riesgo de rebelión, ya que es más probable que se rebele un hombre desde su cargo político o empresarial a que lo haga una mujer (ver el apartado 3 sobre obedecer para la explicación).
2. Consumir.
Desde que hace muchos años la publicidad descubrió que es más efectivo aludir a las emociones que a las razones para manipular al consumidor y aumentar las ventas, las mujeres, al ser más emocionales y menos racionales que los hombres se convirtieron en el objetivo publicitario ideal.
No sólo eso, interesa que las mujeres tengan cuanto más poder adquisitivo mejor para que lo gasten y despilfarren, por lo que interesa que trabajen fuera de casa, para lo cual ridiculizan el papel social tradicional de la mujer en el hogar.
El mayor borreguismo de las mujeres las hace más indicadas para seguir modas, consumismo innecesario.
El instinto de las hembras de tener un nido ha sido estimulado para producir una nefasta burbuja inmobiliaria en Occidente, arrastrando a los hombres al emparejarse con ellas.
Las mujeres son más relacionales que los hombres, y de eso han sacado tajada los fabricantes de teléfonos móviles. De la competitividad femenina por embellecerse sacan partida los fabricantes de cremas, ropa, complementos, calzado, clínicas de estética, peluquerías, etc., generando una economía superficial y vacua.
El cortoplacismo femenino favorece también su consumismo y su sobreuso de tarjetas de crédito y endeudamiento.
3. Obedecer.
La tendencia al endeudamiento femenino con tarjetas de crédito e hipotecas es un arma para hacerlas obedecer, pues quien tiene deudas no es libre:
"El oro es el dinero de los reyes.
La plata es el dinero de los señores.
La deuda es el dinero de los esclavos".
Aún sin deudas, la mujer tiene 2 grandes defectos que son grandes virtudes para los dirigentes del régimen mundialista:
- Debilidad física y de carácter: Las mujeres son corporalmente débiles, y por lo tanto, cobardes, poco agresivas y conformistas. La mujer se empeña en adaptarse a la situación sociopolítica, no en cambiarla. Quiere paz y tranquilidad, no lucha. La rebeldía, el inconformismo y el idealismo son cualidades masculinas, no femeninas. Es el hombre el que siempre ha luchado contra los respectivos regímenes políticos a lo largo de la Historia para conseguir un mundo mejor o por estar harto de soportar injusticias y explotación. La mujer, jamás (ha habido sólo unas pocas que son la excepción necesaria que confirma la regla). Además, las mujeres son egocéntricas, están siempre pensando en ellas mismas y como mucho en su familia, por lo que no ponen su atención en el exterior, y por eso ellas se describen a sí mismas como “apolíticas” (los foros de política están vacíos de mujeres).
- Debilidad intelectual: Las mujeres son menos racionales que los hombres, y por ello más manipulables y controlables que los hombres. Además, la mayoría de genios son hombres y no mujeres, por lo que al carecer de talento sobresaliente y desbordante no son un problema para el régimen mundialista.
El fomento de lo feminoide y la sensibleria pasional y barata, junto con la demagogia pacifista, solidaria e igualitaria, cualidades tipicas del matriarcado, ha conformado una sociedad en donde los valores guerreros, viriles y patriarcales tradicionales están ausentes y brillan por su ausencia. Así, esta sociedad actual es excelente para la dominación social, y también en la guerra racial antiblanca cuyas tragicas consecuencias conocemos todos: pasividad ante la oleada turística viajero, fomento del gaysismo, inseguridad social, delincuencia campante y galopante, etc. George Orwell decía que las mujeres, y más todavía las más jóvenes, eran las más prosistema:
El cortoplacismo femenino las impide también prever la evolución social a largo plazo y tomar las medidas adecuadas.
Ante esta situación de discriminación contra lo masculino, el hombre podría rebelarse… La mujer no es idealista, pero su virtud y utilidad siempre ha sido la de apoyar al hombre, al marido, que era el que luchaba (en la guerra o en la resistencia). Por eso, entre otros motivos, el régimen ha inventado el feminismo, para inculcarle a las mujeres que el hombre es su enemigo, para dividir y separar a las mujeres de los hombres, con toda esa poco apreciable propaganda victimista feminista incitando a las mujeres no al diálogo y la comprensión para solucionar los inevitables roces en la convivencia de pareja, sino lo contrario, meter al Estado y a la policía ante cualquier mínima discusión. La mujer que caiga en la trampa, conseguirá lo contrario de lo que desea: Quedarse sola, con una pareja o familia rota, infeliz y dominada por la depresion, y con cada vez más hombres ahuyentados ante el gran riesgo que es emparejarse y la paternidad.
Así, la promoción de la mujer es en realidad un mecanismo desestabilizador perverso que unicamente persigue esclavizar a unos y a otras. Y parece que la agenda ****omasonica que impulsa el NOM, imparable, lo ha ido consiguiendo sin que nadie le haya puesto freno.
