Por qué se queman los bosques. Explicación.
www.libertaddigital.com
Los cazadores le explican al Gobierno por qué se queman realmente nuestros bosques
La Fundación Artemisan denuncia el "abandono del mundo rural y de los usos tradicionales del monte".
El Gobierno y las Comunidades Autónomas extreman las precauciones para minimizar el riesgo de incendios ante el aumento de las temperaturas. En otros casos ya es tarde, como en Port Bou (Gerona), Puerto Real (Cádiz) o Bonares (Huelva). Y, como todos los años, se repite el mismo mantra: la prevención comienza en invierno. Pero una vez más, "el abandono del mundo rural y de los usos tradicionales del monte" han dejado el alopécico de cultivo propicio para que una chispa haga arder todo el bosque, en opinión de los cazadores.
Según alerta la Fundación Artemisan, la cifra de hectáreas quemadas este año "podría repetirse o incluso empeorar" con respecto a 2022, con más de 267.000 hectáreas arrasadas por el fuego, un dato que lo convierte en el peor año en incendios forestales registrado desde 1994.
En opinión de la organización cinegética, estamos en "un año de temperaturas extremas y sequía" en toda España y gran parte de Europa. Pero esta circunstancia puede verse muy agravada por "las políticas de abandono e inacción llevadas al cabo durante los últimos años por parte de las distintas Administraciones competentes". Y por ese motivo, piden al Gobierno "recuperar las políticas forestales que faciliten los usos tradicionales que durante siglos han prevenido los incendios en nuestro país".
Restricciones a los pastores
La Fundación Artemisan explica que "la pérdida de gestión forestal y ganadera, muy ligada a la despoblación rural, y el exceso de proteccionismo, han provocado un aumento exponencial de masa combustible en los montes, con la práctica desaparición de actividades como la extracción de leña y el pastoreo, que suponían una especie de "selvicultura preventiva contra incendios" que no generaba coste para la administración, al tiempo que permitía el aprovechamiento económico en la zona".
En este sentido, la entidad apuesta por: "Facilitar el aprovechamiento de la biomasa forestal como energía renovable, ya que, hacer rentable el monte es la mejor manera de garantizar su gestión, lo que podría suponer una reducción del 60% de la superficie quemada en España; así como por incentivar quemas prescritas y controladas en invierno que puedan actuar de áreas cortafuegos en verano".
Cazadores y guardas de coto, en primera línea
La Fundación Artemisan también ha destacado la "imprescindible" labor de los cazadores españoles, que cada año invierten 54 millones de euros en actuaciones de mantenimiento y adecuación de accesos, pantanos, podas, mejoras del monte, cortafuegos y cortaderos, entre otros, "fundamentales todas ellas para la prevención de incendios", según el Informe de evaluación del impacto económico y social de la caza en España, elaborado por la consultora Deloitte para la Fundación Artemisan.
Además, la asociación recuerda el papel que tienen las especies cinegéticas, especialmente las de caza mayor, en la prevención de incendios, al ser auténticas "máquinas desbrozadoras" naturales. También destaca la importancia de "una correcta gestión cinegética" de estas especies que garantice el buen estado de sus poblaciones.
Al mismo tiempo, Artemisan solicita la creación de un órgano de coordinación entre gestores públicos y privados, donde la guardería cinegética y los gestores forestales, verdaderos custodios del territorio, puedan asumir competencias en prevención y vigilancia y tengan un papel protagonista.
Los cazadores le explican al Gobierno por qué se queman realmente nuestros bosques
La Fundación Artemisan denuncia el "abandono del mundo rural y de los usos tradicionales del monte".
www.libertaddigital.com
Los cazadores le explican al Gobierno por qué se queman realmente nuestros bosques
La Fundación Artemisan denuncia el "abandono del mundo rural y de los usos tradicionales del monte".
El Gobierno y las Comunidades Autónomas extreman las precauciones para minimizar el riesgo de incendios ante el aumento de las temperaturas. En otros casos ya es tarde, como en Port Bou (Gerona), Puerto Real (Cádiz) o Bonares (Huelva). Y, como todos los años, se repite el mismo mantra: la prevención comienza en invierno. Pero una vez más, "el abandono del mundo rural y de los usos tradicionales del monte" han dejado el alopécico de cultivo propicio para que una chispa haga arder todo el bosque, en opinión de los cazadores.
Según alerta la Fundación Artemisan, la cifra de hectáreas quemadas este año "podría repetirse o incluso empeorar" con respecto a 2022, con más de 267.000 hectáreas arrasadas por el fuego, un dato que lo convierte en el peor año en incendios forestales registrado desde 1994.
En opinión de la organización cinegética, estamos en "un año de temperaturas extremas y sequía" en toda España y gran parte de Europa. Pero esta circunstancia puede verse muy agravada por "las políticas de abandono e inacción llevadas al cabo durante los últimos años por parte de las distintas Administraciones competentes". Y por ese motivo, piden al Gobierno "recuperar las políticas forestales que faciliten los usos tradicionales que durante siglos han prevenido los incendios en nuestro país".
Restricciones a los pastores
La Fundación Artemisan explica que "la pérdida de gestión forestal y ganadera, muy ligada a la despoblación rural, y el exceso de proteccionismo, han provocado un aumento exponencial de masa combustible en los montes, con la práctica desaparición de actividades como la extracción de leña y el pastoreo, que suponían una especie de "selvicultura preventiva contra incendios" que no generaba coste para la administración, al tiempo que permitía el aprovechamiento económico en la zona".
En este sentido, la entidad apuesta por: "Facilitar el aprovechamiento de la biomasa forestal como energía renovable, ya que, hacer rentable el monte es la mejor manera de garantizar su gestión, lo que podría suponer una reducción del 60% de la superficie quemada en España; así como por incentivar quemas prescritas y controladas en invierno que puedan actuar de áreas cortafuegos en verano".
Cazadores y guardas de coto, en primera línea
La Fundación Artemisan también ha destacado la "imprescindible" labor de los cazadores españoles, que cada año invierten 54 millones de euros en actuaciones de mantenimiento y adecuación de accesos, pantanos, podas, mejoras del monte, cortafuegos y cortaderos, entre otros, "fundamentales todas ellas para la prevención de incendios", según el Informe de evaluación del impacto económico y social de la caza en España, elaborado por la consultora Deloitte para la Fundación Artemisan.
Además, la asociación recuerda el papel que tienen las especies cinegéticas, especialmente las de caza mayor, en la prevención de incendios, al ser auténticas "máquinas desbrozadoras" naturales. También destaca la importancia de "una correcta gestión cinegética" de estas especies que garantice el buen estado de sus poblaciones.
Al mismo tiempo, Artemisan solicita la creación de un órgano de coordinación entre gestores públicos y privados, donde la guardería cinegética y los gestores forestales, verdaderos custodios del territorio, puedan asumir competencias en prevención y vigilancia y tengan un papel protagonista.
