Chispeante
Madmaxista
- Desde
- 26 Ago 2012
- Mensajes
- 6.389
- Reputación
- 19.608
No os molestéis en contestar. Será otro de mis extraordinarios hilos que se hunden en la miseria y los abismos del olvido. Cuando uno tiene la razón de su parte no necesita ni aplausos ni popularidad, de hecho, resultaría inquietante que el sentido común tuviera una aceptación mayoritaria. No estoy descubriendo nada, pero me sirve para desahogarme y purgar un poco esta desazón que siento por esta Expaña decadente y jovenlandesalmente hundida. Ahí van mis razones.
-Es mucho más conveniente defender las causas de la izquierda, muy justificadas y necesarias de partida (igualdad, ecologismo, libertad sensual y personal, integración, solidaridad...), ya que en el peor de los casos, si te desmontan los argumentos y las contradicciones, te conviertes en un demagogo o un victimista, que actuaba con buenas intenciones y mala ejecución. Ser un demagogo, un fanático de la justicia social y los derechos humanos no está penado, sin embargo, cuestionar la lucha y los principios de la izquierda, hacerles oposición, te convierte automáticamente en un racista, machista, homófobo, mataplanetas y odianimaeles, con sus correspondientes sanciones no ya sólo a nivel social, sino incluso penal. Aunque sólo sea por evitar problemas, por sobrevivir con los menos altercados y consecuencias posibles, es más conveniente que la postura mayoritaria sea defender o callar sumisamente ante las propuestas de la izquierda, por muy delirantes o injustificadas que sean.
-Biológicamente somos seres sociales, y por lo tanto las inmensa mayoría de los seres humanos participamos en mayor o menos medida en sentimientos como la solidaridad, la empatía, la identificación y el deseo de asistir a los que sufren. Ayudar al prójimo y solidarizarse con el que menos tiene o sufre injusticias es algo inherente al ser humano. El mensaje de la izquierda va directo a esta parte del cerebro que nos hace ponernos de su parte, que nos define esencialmente como especie. ¿Quién puede manifestarse públicamente, incluso íntimamente en contra de estas propuestas? Las mujeres sufren, los pagapensiones vienen a salvarse del hambre llamando a nuestra puerta, el Planeta se agosta por los lacerantes agravios del hombres, los gayses son privados del amor y la justicia,...es nuestro DEBER estar de su parte. Tan sólo los orates podrían sentirse extraños a estas causas. Es una cuestión genética que nuestras simpatías viren hacía la izquierda.
-Hay mayor base social que se identifica con estas propuestas porque siempre habrá, es imposible por una cuestión matemática y de simple viabilidad social y económica lo contrario, más pobres que ricos, siempre habrá una minoría privilegiada, ya sea económica, política, social o simplemente biológicamente por encina del resto. Por justicia o por simple envidia hay más posibilidades estadísticas de que tu mensaje sea aceptado que el no serlo, porque hay más gente ganando menos de 2.000 euros que más ganando por encima de 10.000, más gente antiestética que guapa, más orates que listos, más plebeyos que nobles, más haraganes (oui, je sui) que trabajadores incansables, más gente sufriendo condiciones laborales incómodas que privilegiadas, más colmenas que despachos...El izquierda nos dice que todos somos iguales, que suena casi igual que decir que todos tenemos derecho a las mismas oportunidades, Einstein y quien esto escribe...lo que no te dicen es como gestiona cada uno sus oportunidades. Y suena bien, suena muy bien querer los mismo que el cirujano o ingeniero, que la modelo o el empresario de éxito. La izquierda lo vende y el pueblo-votante lo compra.
-Parten de una realidad incuestionable, como es el hecho de que hay grupos humanos que han tenido unas condiciones de vida injustas y menos derechos que otros grupos humanos. Han sufrido más, y la clave está en que sigan percibiendo esta idea de manera continua. Lo importante es mantener ese estado de opresión de forma interminable. El mensaje no se basa sólo en los sufrimientos pasados, sino en mantener constante la opresión actual con los famosos micromachismos, microrracismos y el aún queda mucho por hacer. Para la izquierda, igual injusticia sufrió la mujer en el Imperio Carolingio que una adolescente en un instituto de Salamanca ciudad. El feminismo se justifica de igual modo cuando una mujer muere en el parto o es repudiada por ser progenitora soltera que por tener que depilarse.
-Deriva la responsabilidad de nuestra vida fuera de nuestras acciones, méritos y capacidades. Si una mujer fracasa, la culpa es del sistema heteropatriarcal y por lo tanto la izquierda vendrá al rescate y reparara el indiscutible agravio. Si una neցro fracasa, la culpa es del racismo. Si un gays es cuestionado, la culpa es del sistema homófobo. Si alguien se arruina, la culpa es de los bancos. No importa cuales hayan sido las decisiones que hayamos tomado en nuestra vida, el esfuerzo dedicado a conseguir nuestros objetivos, nuestra capacidad real para alcanzarlo comparada con la de aquellos que si lo lograron, lo importante es que la izquierda nos justifica y nos perdona, nos libera de nuestra culpa y la traslada a a los ricos, los hombres, los racistas, los homófobos y nos ofrece la justicia a través de leyes, cuotas y subvenciones. "Hazme sentir bien, dime que soy el mejor, que lo merezco todo, y...toma mi voto".
-Sus desmanes y delirios, sus evidentes injusticias y excesos no crean cargo de conciencia alguna en sus acólitos, siempre dispuestos a flagelarse y asumir culpas. Pero es que ni siquiera es necesario, porque la izquierda despersonaliza y deshumaniza a los culpables (los hombres-macho-machistas desde el Neolítico hasta ayer por la tarde) y se trasladan sus logros y bienes de manera inmediata hacia esa otra humanidad que fue saqueada y oprimida. No se adquieren derechos a costa de otros seres humanos, sino que se castiga a al GRAN OPRESOR UNIVERSAL. No hay culpa, sólo justicia y derechos. Todos ganan, no hay víctimas, ni falso denunciados, ni saqueos fiscales, ni censuras culturales, ni aspirantes más capaces excluidos en favor de otros menos válidos pero más oprimidos. Se ha hecho lo correcto y la conciencia está en paz y camina firme y envalentonada.
En Expaña, donde el nivel educativo, y por lo tanto crítico, no es de los mejores de Occidente, donde existe una clase ¿media? cada vez más empobrecida, donde estamos muy lejos de la cultura del esfuerzo y la responsabilidad social de otros países, es prácticamente imposible que la derecha vuelva a ganar unas elecciones. Mujeres, pagapensiones con derecho a voto, "colectivos racializados", fanáticos de Gretta y ecologistas, asalariados de baja remuneración, antiespañoles, gayses, personas con minusvalías y demás grupos humanos y sociales son muy permeables y receptivos a los mensajes de la izquierda basados en la solidaridad, en el "derecho natural" sin esfuerzo a cambio, en la culpabilización al que destaca, en el reparto obligatorio de bienes, en la idea de la "progenitora Naturaleza" y la maldad intrínseca del hombre-macho. La derecha puede contrarrestar críticamente estos mensajes y perder. Y también puede hacerlos suyos, venderlos peor, y perder.
-Es mucho más conveniente defender las causas de la izquierda, muy justificadas y necesarias de partida (igualdad, ecologismo, libertad sensual y personal, integración, solidaridad...), ya que en el peor de los casos, si te desmontan los argumentos y las contradicciones, te conviertes en un demagogo o un victimista, que actuaba con buenas intenciones y mala ejecución. Ser un demagogo, un fanático de la justicia social y los derechos humanos no está penado, sin embargo, cuestionar la lucha y los principios de la izquierda, hacerles oposición, te convierte automáticamente en un racista, machista, homófobo, mataplanetas y odianimaeles, con sus correspondientes sanciones no ya sólo a nivel social, sino incluso penal. Aunque sólo sea por evitar problemas, por sobrevivir con los menos altercados y consecuencias posibles, es más conveniente que la postura mayoritaria sea defender o callar sumisamente ante las propuestas de la izquierda, por muy delirantes o injustificadas que sean.
-Biológicamente somos seres sociales, y por lo tanto las inmensa mayoría de los seres humanos participamos en mayor o menos medida en sentimientos como la solidaridad, la empatía, la identificación y el deseo de asistir a los que sufren. Ayudar al prójimo y solidarizarse con el que menos tiene o sufre injusticias es algo inherente al ser humano. El mensaje de la izquierda va directo a esta parte del cerebro que nos hace ponernos de su parte, que nos define esencialmente como especie. ¿Quién puede manifestarse públicamente, incluso íntimamente en contra de estas propuestas? Las mujeres sufren, los pagapensiones vienen a salvarse del hambre llamando a nuestra puerta, el Planeta se agosta por los lacerantes agravios del hombres, los gayses son privados del amor y la justicia,...es nuestro DEBER estar de su parte. Tan sólo los orates podrían sentirse extraños a estas causas. Es una cuestión genética que nuestras simpatías viren hacía la izquierda.
-Hay mayor base social que se identifica con estas propuestas porque siempre habrá, es imposible por una cuestión matemática y de simple viabilidad social y económica lo contrario, más pobres que ricos, siempre habrá una minoría privilegiada, ya sea económica, política, social o simplemente biológicamente por encina del resto. Por justicia o por simple envidia hay más posibilidades estadísticas de que tu mensaje sea aceptado que el no serlo, porque hay más gente ganando menos de 2.000 euros que más ganando por encima de 10.000, más gente antiestética que guapa, más orates que listos, más plebeyos que nobles, más haraganes (oui, je sui) que trabajadores incansables, más gente sufriendo condiciones laborales incómodas que privilegiadas, más colmenas que despachos...El izquierda nos dice que todos somos iguales, que suena casi igual que decir que todos tenemos derecho a las mismas oportunidades, Einstein y quien esto escribe...lo que no te dicen es como gestiona cada uno sus oportunidades. Y suena bien, suena muy bien querer los mismo que el cirujano o ingeniero, que la modelo o el empresario de éxito. La izquierda lo vende y el pueblo-votante lo compra.
-Parten de una realidad incuestionable, como es el hecho de que hay grupos humanos que han tenido unas condiciones de vida injustas y menos derechos que otros grupos humanos. Han sufrido más, y la clave está en que sigan percibiendo esta idea de manera continua. Lo importante es mantener ese estado de opresión de forma interminable. El mensaje no se basa sólo en los sufrimientos pasados, sino en mantener constante la opresión actual con los famosos micromachismos, microrracismos y el aún queda mucho por hacer. Para la izquierda, igual injusticia sufrió la mujer en el Imperio Carolingio que una adolescente en un instituto de Salamanca ciudad. El feminismo se justifica de igual modo cuando una mujer muere en el parto o es repudiada por ser progenitora soltera que por tener que depilarse.
-Deriva la responsabilidad de nuestra vida fuera de nuestras acciones, méritos y capacidades. Si una mujer fracasa, la culpa es del sistema heteropatriarcal y por lo tanto la izquierda vendrá al rescate y reparara el indiscutible agravio. Si una neցro fracasa, la culpa es del racismo. Si un gays es cuestionado, la culpa es del sistema homófobo. Si alguien se arruina, la culpa es de los bancos. No importa cuales hayan sido las decisiones que hayamos tomado en nuestra vida, el esfuerzo dedicado a conseguir nuestros objetivos, nuestra capacidad real para alcanzarlo comparada con la de aquellos que si lo lograron, lo importante es que la izquierda nos justifica y nos perdona, nos libera de nuestra culpa y la traslada a a los ricos, los hombres, los racistas, los homófobos y nos ofrece la justicia a través de leyes, cuotas y subvenciones. "Hazme sentir bien, dime que soy el mejor, que lo merezco todo, y...toma mi voto".
-Sus desmanes y delirios, sus evidentes injusticias y excesos no crean cargo de conciencia alguna en sus acólitos, siempre dispuestos a flagelarse y asumir culpas. Pero es que ni siquiera es necesario, porque la izquierda despersonaliza y deshumaniza a los culpables (los hombres-macho-machistas desde el Neolítico hasta ayer por la tarde) y se trasladan sus logros y bienes de manera inmediata hacia esa otra humanidad que fue saqueada y oprimida. No se adquieren derechos a costa de otros seres humanos, sino que se castiga a al GRAN OPRESOR UNIVERSAL. No hay culpa, sólo justicia y derechos. Todos ganan, no hay víctimas, ni falso denunciados, ni saqueos fiscales, ni censuras culturales, ni aspirantes más capaces excluidos en favor de otros menos válidos pero más oprimidos. Se ha hecho lo correcto y la conciencia está en paz y camina firme y envalentonada.
En Expaña, donde el nivel educativo, y por lo tanto crítico, no es de los mejores de Occidente, donde existe una clase ¿media? cada vez más empobrecida, donde estamos muy lejos de la cultura del esfuerzo y la responsabilidad social de otros países, es prácticamente imposible que la derecha vuelva a ganar unas elecciones. Mujeres, pagapensiones con derecho a voto, "colectivos racializados", fanáticos de Gretta y ecologistas, asalariados de baja remuneración, antiespañoles, gayses, personas con minusvalías y demás grupos humanos y sociales son muy permeables y receptivos a los mensajes de la izquierda basados en la solidaridad, en el "derecho natural" sin esfuerzo a cambio, en la culpabilización al que destaca, en el reparto obligatorio de bienes, en la idea de la "progenitora Naturaleza" y la maldad intrínseca del hombre-macho. La derecha puede contrarrestar críticamente estos mensajes y perder. Y también puede hacerlos suyos, venderlos peor, y perder.
