KUTRONIO
Será en Octubre
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Lo cierto es que seguramente estamos sobredimensionando el debate sobre Begoña Gómez, el cual adquiere ya proporciones internacionales. Por el contrario, la Guardia Civil no aprecia indicios de delito en las diversas adjudicaciones de fondos públicos en las que doña Begoña participó o intermedió al calificar como irrelevante esa participación o esa intermediación. Con toda la importancia que le estamos dando todos a doña Begoña, al final sus cartas de recomendación quizá es que carecían por completo de valor.
La pregunta entonces es para qué escribía doña Begoña unas cartas que no servían para nada, a las que nadie hacía caso, que eran totalmente irrelevantes y que sobraban por completo en el proceso de adjudicación, casi que eran un estorbo. ¿Para hacer sentir a doña Begoña importante? ¿Para perder el tiempo de doña Begoña y de quien recibía la carta? O al contrario, ¿se estaba quedando doña Begoña con todo el mundo haciéndole creer que su participación podía servir para algo cuando sus cartas de recomendación, o según Pedro Sánchez “declaraciones de interés”, eran papel mojado? ¿Cómo va a quedar la reputación de doña Begoña en su calidad de fund raiser (captadora de fondos) cuando la irrelevancia de su participación en la captación de fondos habría quedado acreditada hasta por la Guardia Civil? ¿Ha acabado la UCO con la carrera de doña Begoña? No era una corrupta, era un florero en la tramitación. ¿Es este el precio por su defensa?
Si por otro lado el juez archiva el caso contra doña Begoña, ¿qué sentido habrán tenido las quejas de Sánchez y esa atmósfera de estar sufriendo un caso de lawfare? O sea, cuando se suscitan dudas razonables sobre la legalidad del comportamiento de una persona, la justicia interviene y determina si esa persona actuó conforme a la ley o no. ¿Cuál es el problema de que Begoña Gómez tenga que dar cuenta de sus actos, siquiera para que la justicia archive la denuncia o la absuelva, igual que cualquier otro mortal? ¿Acaso pretende Pedro Sánchez para sí mismo o para su mujer un foro especial o gozar de impunidad imperial?
Que lo hecho por doña Begoña no haya estado fuera de la ley, si es el caso, no significa sin embargo que haya estado bien. Son muchas las cosas que siendo legales están antiestéticas, son poco estéticas o son poco éticas. Salta a la vista que la mujer del presidente del gobierno no se puede dedicar a captar dinero del gobierno para terceros. Pero además la justificación de esta dedicación no puede ser que su labor es totalmente inútil e irrelevante de cara a captar esos fondos. O sea, que si los actos de doña Begoña sirvieran para algo a lo mejor empezaríamos a tener problemas legales pero, si no sirven para nada, ¿cuál es su sentido? ¿Sólamente ofrecer la apariencia de una actividad sospechosa y anti-ética que al final únicamente es inútil?
Por lo demás, evidentemente si la mujer del presidente llevara a cabo una actividad ilegal el presidente del gobierno tendría que caer. No es algo que pudiera dejarse pasar. Desde este punto de vista es normal que le dediquemos al asunto una amplia atención. Sin embargo, esta no sería la forma deseable de acabar con el sanchismo. En realidad es que acabar así con Pedro Sánchez no sería acabar con el sanchismo. Las raíces del mal persistirían en el pensamiento de una importante parte de la sociedad. Lo deseable sería ver caer a Sánchez por una derrota total en el plano ideológico, por el rechazo mayoritario de la sociedad al recetario social-comunista que representa aunque su mujer fuera una santa. No se trata de tener en el gobierno a un socialista honrado, aunque sea m
La pregunta entonces es para qué escribía doña Begoña unas cartas que no servían para nada, a las que nadie hacía caso, que eran totalmente irrelevantes y que sobraban por completo en el proceso de adjudicación, casi que eran un estorbo. ¿Para hacer sentir a doña Begoña importante? ¿Para perder el tiempo de doña Begoña y de quien recibía la carta? O al contrario, ¿se estaba quedando doña Begoña con todo el mundo haciéndole creer que su participación podía servir para algo cuando sus cartas de recomendación, o según Pedro Sánchez “declaraciones de interés”, eran papel mojado? ¿Cómo va a quedar la reputación de doña Begoña en su calidad de fund raiser (captadora de fondos) cuando la irrelevancia de su participación en la captación de fondos habría quedado acreditada hasta por la Guardia Civil? ¿Ha acabado la UCO con la carrera de doña Begoña? No era una corrupta, era un florero en la tramitación. ¿Es este el precio por su defensa?
Si por otro lado el juez archiva el caso contra doña Begoña, ¿qué sentido habrán tenido las quejas de Sánchez y esa atmósfera de estar sufriendo un caso de lawfare? O sea, cuando se suscitan dudas razonables sobre la legalidad del comportamiento de una persona, la justicia interviene y determina si esa persona actuó conforme a la ley o no. ¿Cuál es el problema de que Begoña Gómez tenga que dar cuenta de sus actos, siquiera para que la justicia archive la denuncia o la absuelva, igual que cualquier otro mortal? ¿Acaso pretende Pedro Sánchez para sí mismo o para su mujer un foro especial o gozar de impunidad imperial?
Que lo hecho por doña Begoña no haya estado fuera de la ley, si es el caso, no significa sin embargo que haya estado bien. Son muchas las cosas que siendo legales están antiestéticas, son poco estéticas o son poco éticas. Salta a la vista que la mujer del presidente del gobierno no se puede dedicar a captar dinero del gobierno para terceros. Pero además la justificación de esta dedicación no puede ser que su labor es totalmente inútil e irrelevante de cara a captar esos fondos. O sea, que si los actos de doña Begoña sirvieran para algo a lo mejor empezaríamos a tener problemas legales pero, si no sirven para nada, ¿cuál es su sentido? ¿Sólamente ofrecer la apariencia de una actividad sospechosa y anti-ética que al final únicamente es inútil?
Por lo demás, evidentemente si la mujer del presidente llevara a cabo una actividad ilegal el presidente del gobierno tendría que caer. No es algo que pudiera dejarse pasar. Desde este punto de vista es normal que le dediquemos al asunto una amplia atención. Sin embargo, esta no sería la forma deseable de acabar con el sanchismo. En realidad es que acabar así con Pedro Sánchez no sería acabar con el sanchismo. Las raíces del mal persistirían en el pensamiento de una importante parte de la sociedad. Lo deseable sería ver caer a Sánchez por una derrota total en el plano ideológico, por el rechazo mayoritario de la sociedad al recetario social-comunista que representa aunque su mujer fuera una santa. No se trata de tener en el gobierno a un socialista honrado, aunque sea m