Eric Finch
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Por qué ahora soy de ultraderecha | Fundación para la Libertad
Juan Carlos Girauta-El Debate He aquí lo que significa ahora ser de ultraderecha: revientan tus manifestaciones; ejercen contra ti la violencia y la intimidación; acatas la monarquía parlamentaria y la Constitución; defiendes el imperio de la ley... La conversión al wokismo de la izquierda...
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Por qué ahora soy de ultraderecha
27/08/2024
Juan Carlos Girauta-El Debate
- He aquí lo que significa ahora ser de ultraderecha: revientan tus manifestaciones; ejercen contra ti la violencia y la intimidación; acatas la monarquía parlamentaria y la Constitución; defiendes el imperio de la ley…
Mi tesis es que antes de la conversión al wokismo de la izquierda, la voz «ultraderecha» significaba lo contrario que ahora, que se ha operado una inversión semántica. La ultraderecha era, por definición, contraria a la democracia liberal, al parlamentarismo, al Estado democrático de derecho, al imperio de la ley, a la garantía de los derechos y libertades, a la igualdad ante la ley. Además, era inseparable de la violencia, ya por practicarla, ya por ampararla o justificarla. Ramplonerías aparte, ultraderecha no era antónimo de ultraizquierda o extrema izquierda, sino de democracia liberal. La ultraizquierda tampoco era democrática, y también era violenta: ETA, Grapo, etc. Nadie en sus cabales llamaba ultraizquierda al PCE, que reivindicaba la reconciliación nacional desde 1956 y que asumió la bandera de España y la monarquía parlamentaria tan pronto como fue legalizado. Fijemos pues la idea: ultraderecha, o extrema derecha, aludían en España a grupos organizados para impedir la llegada de la democracia o para revertir el proceso una vez instaurada aquella, para asesinar, para dar palizas, para amedrentar, para explotar manifestaciones pacíficas.
Desde la conversión al wokismo de la izquierda, ultraderecha, como adelanté, significa lo contrario. Los medios españoles mainstream lanzan el escupitajo, sueltan el borrón, traicionan la ética profesional cada vez que tildan de ultraderechistas a demócratas. Sucede cada vez que nombran a Vox, a Milei, demostrando que se trata de decisiones editoriales. Dado que el significado de las palabras cambia, e incluso se invierte (véase «nimio»), como es el caso, he aquí lo que significa ahora ser de ultraderecha: revientan tus manifestaciones; ejercen contra ti la violencia y la intimidación; acatas la monarquía parlamentaria y la Constitución; defiendes el imperio de la ley; impulsas cambios en la Constitución solo a través de sus propios mecanismos de reforma; propugnas la igualdad de todos los españoles ante la ley, sin discriminación por origen o género; impuestos bajos; educación no adoctrinadora y de calidad; endurecimiento de las penas a los forzadores; preservación de la soberanía nacional. Ultimada la inversión semántica, debo admitir que soy de ultraderecha. Conviene no perder el tiempo en defenderse.