Israel Gracia
Madmaxista
12/05/2021
25 Minutos
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La introducción de estos alimentos pudo ayudar a preparar la expansión del cerebro humano debido a la glucosa en el almidón
Los carbohidratos, parte de una dieta saludable pero hoy en día prácticamente demonizados por muchos regímenes para adelgazar, pudieron jugar un importante papel en la evolución humana. Estos nutrientes se encuentran en los alimentos ricos en almidón que, según un estudio llevado a cabo por un equipo internacional de investigadores, fueron consumidos por neandertales y humanos antiguos hace 100.000 años, mucho antes de lo que se pensaba. La introducción de estos alimentos pudo ayudar a preparar la expansión del cerebro humano debido a la glucosa, principal fuente de combustible de las neuronas, en el almidón.
Los hallazgos sugieren que estos alimentos se volvieron importantes en la dieta humana mucho antes de la introducción de la agricultura e incluso
antes de la evolución de los humanos modernos. «Creemos que estamos viendo evidencias de un comportamiento realmente antiguo que podría haber sido parte de la encefalización, o el crecimiento del cerebro humano», asegura Christina Warinner, profesora de la Universidad de Harvard. «Los primeros humanos pudieron aprovechar una nueva fuente de alimento en forma de raíces, algunos vegetales y semillas».
Bacterias orales
Los hallazgos provienen de un estudio de siete años publicado el lunes en la revista PNAS que reconstruye los microbiomas orales (el conjunto de los microorganismos que viven en la boca) de neandertales, primates y humanos, incluido lo que se cree que es el microbioma oral más antiguo jamás secuenciado: un neandertal de 100.000 años de antigüedad. El objetivo de los investigadores era saber qué es un microbioma sano normal y qué bacterias han evolucionado junto con nosotros durante más tiempo.
Los científicos analizaron la placa dental fosilizada tanto de los humanos modernos como de los neandertales y la compararon con las de los parientes primates más cercanos de la humanidad, los chimpancés y los gorilas, así como con la de los monos aulladores, un pariente más lejano.
Utilizando herramientas y métodos recientemente desarrollados, analizaron miles de millones de fragmentos de ADN conservados en la placa fosilizada para reconstruir sus genomas. En palabras de los científicos, es algo similar a cómo los arqueólogos reconstruyen minuciosamente antiguas vasijas rotas, pero a una escala mucho mayor.
Dieta regular
La mayor sorpresa del estudio fue la presencia de cepas particulares de bacterias orales que están especialmente adaptadas para descomponer el almidón. Estas cepas, que son miembros del género Streptococcus, tienen una capacidad única para capturar las enzimas que digieren el almidón de la saliva humana, que luego utilizan para alimentarse. La maquinaria genética que usa la bacteria para hacer esto solo está activa cuando el almidón es parte de la dieta regular.
Tanto los neandertales como los humanos antiguos que estudiaron los científicos tenían estas cepas adaptadas al almidón en su placa dental, mientras que la mayoría de los primates, que se deleitan casi exclusivamente con partes de plantas sin almidón, como frutas, tallos y hojas, casi no tenían estreptococos que podrían descomponer el almidón. «Parece ser un rasgo evolutivo muy específico de los humanos», dice Warinner.
Neandertales, no tan carnívoros
Los hallazgos también rechazan la idea de que los neandertales eran principalmente carnívoros, dado que el cerebro «requiere glucosa como fuente de nutrientes y la carne por sí sola no es una fuente suficiente», dice Warinner. Según sus conclusiones la dieta neandertal era mucho más parecida a la de los sapiens de lo que se pensaba.
Los investigadores creen que el hallazgo coincide con lo que ocurre en las sociedades de cazadores-recolectores de todo el mundo, donde los alimentos ricos en almidón (raíces, tubérculos como patatas y hierbas, así como nueces y semillas), son fuentes de nutrición importantes. De hecho, el almidón constituye actualmente alrededor del 60 por ciento de las calorías de los seres humanos en todo el mundo.
Desde hace 40 millones de años
La investigación también identificó diez grupos de bacterias que han sido parte del microbioma oral de humanos y primates durante más de 40 millones de años y que todavía se comparten en la actualidad. Si bien estas bacterias pueden cumplir funciones importantes y beneficiosas, se sabe relativamente poco sobre ellas. Algunas ni siquiera tienen nombre.
El análisis también mostró que los microbiomas orales de los neandertales y los humanos de hoy eran casi indistinguibles. Solo al observar cepas bacterianas individuales pudieron ver algunas diferencias. Por ejemplo, durante la Edad del Hielo, los humanos antiguos que vivían en Europa antes de hace 14.000 años compartieron algunas cepas bacterianas con los neandertales que ya no se encuentran en los humanos modernos.
EtiquetasCarbohidratos
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La introducción de estos alimentos pudo ayudar a preparar la expansión del cerebro humano debido a la glucosa en el almidón
Los carbohidratos, parte de una dieta saludable pero hoy en día prácticamente demonizados por muchos regímenes para adelgazar, pudieron jugar un importante papel en la evolución humana. Estos nutrientes se encuentran en los alimentos ricos en almidón que, según un estudio llevado a cabo por un equipo internacional de investigadores, fueron consumidos por neandertales y humanos antiguos hace 100.000 años, mucho antes de lo que se pensaba. La introducción de estos alimentos pudo ayudar a preparar la expansión del cerebro humano debido a la glucosa, principal fuente de combustible de las neuronas, en el almidón.
Los hallazgos sugieren que estos alimentos se volvieron importantes en la dieta humana mucho antes de la introducción de la agricultura e incluso
antes de la evolución de los humanos modernos. «Creemos que estamos viendo evidencias de un comportamiento realmente antiguo que podría haber sido parte de la encefalización, o el crecimiento del cerebro humano», asegura Christina Warinner, profesora de la Universidad de Harvard. «Los primeros humanos pudieron aprovechar una nueva fuente de alimento en forma de raíces, algunos vegetales y semillas».
Bacterias orales
Los hallazgos provienen de un estudio de siete años publicado el lunes en la revista PNAS que reconstruye los microbiomas orales (el conjunto de los microorganismos que viven en la boca) de neandertales, primates y humanos, incluido lo que se cree que es el microbioma oral más antiguo jamás secuenciado: un neandertal de 100.000 años de antigüedad. El objetivo de los investigadores era saber qué es un microbioma sano normal y qué bacterias han evolucionado junto con nosotros durante más tiempo.
Los científicos analizaron la placa dental fosilizada tanto de los humanos modernos como de los neandertales y la compararon con las de los parientes primates más cercanos de la humanidad, los chimpancés y los gorilas, así como con la de los monos aulladores, un pariente más lejano.
Utilizando herramientas y métodos recientemente desarrollados, analizaron miles de millones de fragmentos de ADN conservados en la placa fosilizada para reconstruir sus genomas. En palabras de los científicos, es algo similar a cómo los arqueólogos reconstruyen minuciosamente antiguas vasijas rotas, pero a una escala mucho mayor.
Dieta regular
La mayor sorpresa del estudio fue la presencia de cepas particulares de bacterias orales que están especialmente adaptadas para descomponer el almidón. Estas cepas, que son miembros del género Streptococcus, tienen una capacidad única para capturar las enzimas que digieren el almidón de la saliva humana, que luego utilizan para alimentarse. La maquinaria genética que usa la bacteria para hacer esto solo está activa cuando el almidón es parte de la dieta regular.
Tanto los neandertales como los humanos antiguos que estudiaron los científicos tenían estas cepas adaptadas al almidón en su placa dental, mientras que la mayoría de los primates, que se deleitan casi exclusivamente con partes de plantas sin almidón, como frutas, tallos y hojas, casi no tenían estreptococos que podrían descomponer el almidón. «Parece ser un rasgo evolutivo muy específico de los humanos», dice Warinner.
Neandertales, no tan carnívoros
Los hallazgos también rechazan la idea de que los neandertales eran principalmente carnívoros, dado que el cerebro «requiere glucosa como fuente de nutrientes y la carne por sí sola no es una fuente suficiente», dice Warinner. Según sus conclusiones la dieta neandertal era mucho más parecida a la de los sapiens de lo que se pensaba.
Los investigadores creen que el hallazgo coincide con lo que ocurre en las sociedades de cazadores-recolectores de todo el mundo, donde los alimentos ricos en almidón (raíces, tubérculos como patatas y hierbas, así como nueces y semillas), son fuentes de nutrición importantes. De hecho, el almidón constituye actualmente alrededor del 60 por ciento de las calorías de los seres humanos en todo el mundo.
Desde hace 40 millones de años
La investigación también identificó diez grupos de bacterias que han sido parte del microbioma oral de humanos y primates durante más de 40 millones de años y que todavía se comparten en la actualidad. Si bien estas bacterias pueden cumplir funciones importantes y beneficiosas, se sabe relativamente poco sobre ellas. Algunas ni siquiera tienen nombre.
El análisis también mostró que los microbiomas orales de los neandertales y los humanos de hoy eran casi indistinguibles. Solo al observar cepas bacterianas individuales pudieron ver algunas diferencias. Por ejemplo, durante la Edad del Hielo, los humanos antiguos que vivían en Europa antes de hace 14.000 años compartieron algunas cepas bacterianas con los neandertales que ya no se encuentran en los humanos modernos.
EtiquetasCarbohidratos