Por mucho que digan, las grasas tras* son cojunudas para la salud

Zascandil

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Por mucho que digan, las grasas saturadas son cojunudas para la salud

Yo siempre lo he sabido. Mi progenitora es de Burgos, y allí de toda la vida, en los pueglos desayunaban bien de torreznos y grasaza, y pa comer bien de chorizo y chuletas, y ahí los tienes a todos, con noventaypico años que no se mueren ni pa dios ¡¡¡


Hace ya algún tiempo que sabemos que no todas las grasas son nocivas en nuestra dieta, sino que solemos diferenciar las grasas insaturadas de aquellas saturadas y considerar a éstas últimas, las más nocivas para el organismo, sin embargo, datos y estudios de los últimos años pueden cambiar esta idea, entonces, las grasas saturadas: ¿no son tan malas como parecen?.

Siempre se ha dicho que un alto consumo de grasas saturadas se asocia a mayor incidencia de enfermedades cardiovasculares, pero el estudio de poblaciones ancestrales como los Masai, Esquimales, Tokelau o Kitavanos, que consumen elevadas cantidades de este tipo de grasas, demuestra lo contrario, por ello ahora ponemos en duda el rol negativo de las grasas saturadas.

Si bien no se sabe porque estas poblaciones que consumen gran cantidad de grasas saturadas no tienen alto índice de enfermedades cardiovasculares, se creyó que estaban adaptadas genéticamente a su consumo, algo que se descartó cuando empezaron a tener vidas más occidentales y allí sí, sufrieron problemas de salud. Además, también se pensó en que dependía del frío exterior el alto consumo de grasas por parte del organismo que impedía su depósito y con ello sus problemas, sin embargo, en África no hay temperaturas bajas y aun así, el alto consumo de ácidos grasos saturados no tiene consecuencias malas sobre la salud.

En definitiva, aun se estudia la relación entre grasa saturada y problemas cardiovasculares, pero claro, aunque algunas poblaciones si presentan asociación, otras no lo hacen, y quizá esta diferencia se deba a que no sólo dependen de las grasas saturadas las posibilidades de sufrir un evento cardiovascular.



Lo que quiero decir es lo siguiente: un estudio puede ver que un alto consumo de grasas saturadas se presenta conjuntamente a un gran porcentaje de afectados del corazón, pero esto no quiere decir que las grasas saturadas produzcan el problema de salud, sino que los factores que inciden en su desarrollo pueden ser muchos y quizá allí esté la clave de la confusión.

Es decir, si una persona consume muchas grasas saturadas pero tiene un alto gasto calórico, consume mucha fibra, y no posee hábitos tóxicos, es probable que las grasas saturadas no sean suficientes como para enfermar a dicha persona, pero si por el contrario nos situamos en una típica vida actual, con bajo gasto calórico, alto estrés, hábito tabáquico, consumo de alcohol, poco ejercicio y muchas grasas saturadas y tras*, con mala dieta en general, es claro que las condiciones cambian y las probabilidades de tener un problema de salud aumentan.

Entonces, es probable que las grasas saturadas no sean tan malas como parecen, pero aun así, debemos tener en cuenta que disminuir los factores de riesgo para sufrir problemas de salud redunda en mayores beneficios, por lo tanto, cuidar la dieta en general, reducir hábitos tóxicos, moverse más y descansar adecuadamente, es fundamental para que cuando consumimos una comida alta en grasas no sea tan nociva como podría resultar en un marco diferente.
 
Última edición:
No es lo mismo comerte un platazo de lentejas con chorizo y panceta e irte al campo a currar 12 horas que comerte ese mismo plato y sentarte en el sofá a ver el sálvame... evidentemente el cuerpo no reacciona igual.
 
No soy esecialmente entendido en el tema pero creo que confundes conceptos cuando afirmas que

"Por mucho que digan, las grasas tras* son cojunudas para la salud".

Las grasas tras* y las grasas saturadas no son exactamente lo mismo, las grasas tras* son un tipo de grasas saturada pero que aunque aparece en pequeñas cantidades en algunos alimentos, tiene mayor presencia en alimentos "industriales" que han sufrido un proceso de hidrogenación, estas grasas por tanto no deberían estar presentes (o estarlo en cantidades muy pequeñas en comparación con alimentos que han sufrido un proceso industrial de "fabricación") en los ejemplos que ponías como torreznos, chorizos,etc

No se si he conseguido aclarar algo peor creo que deberías investigar un poco mas sobre el tema, un saludo.
 
Creo que está un poco confundido...
Una cosa son las grasas saturadas (con ácidos grasos saturados) que aparecen mayoritariamente en la grasa animal (y alguna vegetal como el aceite de coco, palma o cacahuete).
Otra cosa son las grasas tras* (que necesariamente son insaturadas) éstas aparecen en las grasas que se somenten a manipulaciones industriales; se producen procesos de hidrogenado parcial (con hidrogenaciones-deshidrogenaciones) de las insaturaciones (enlaces dobles C=C) alterándose la estereoquímica natural cis y apareciendo los compuestos tras*
 
Como dicen los dos foreros anteriores, confunde usted el tocino con la velocidad, nunca mejor dicho.

Las grasas "tras*" son todas esas grasas que están presentes en bollería, snacks, galletas, aperitivos... muchas pasan desapercibidas y en los envases aparecen como "grasas hidrogenadas" o incluso "grasas vegetales".

Hay que huir de ellas porque disparan el nivel de triglicéridos y colesterol en el cuerpo, y esto a largo plazo puede acarrear problemas cardiovasculares.
 
hay que ser patan para abrir un hilo en burbuja con tal ignorancia ...
 
Suscribo los comentarios anteriores...que tendrá que ver el ojo ciego con las témporas...las grasas tras* son manipulación industrial y las grasas saturadas de origen animal no procesadas son otra cosa muy diferente. Por otra parte, hay que tener un poco de claridad mental e información a mano para hablar de este asunto cuando se refiere a que "de toda la vida, en los pueglos desayunaban bien de torreznos y grasaza, y pa comer bien de chorizo y chuletas, y ahí los tienes a todos, con noventaypico años".

Pues bien...hace tropecientos años en esos pueblos de la España profunda:

- No había estrés
- No había contaminación ambiental, radioeléctrica o de otro tipo. Los aldeanos vivían en un entorno casí idílico en cuanto a agresiones medioambientales.
- Los productos obtenidos de animales o vegetales eran completamente naturales, sin aditivos tóxicos, pesticidas, antibióticos o la sarama tras*génica biotecnogenocida con la que están nutriendo actualmente cosechas y animales (Monsanto al aparato).
- Las gentes de entonces trabajaban de sol a sol...y el aporte calórico de los embutidos, legumbres, etc que tomaban...era quemado en el día con el intenso ejercicio físico que realizaban en las tareas agrícolas o ganaderas. El sedentarismo no existía.

Pongo un ejemplo de la diferencia de la porquería que nos venden las grandes industrias (y no tan grandes) de la alimentación con lo que se hacía y se hace en menor medida hoy en algunos pueblos. Hace años me dieron a probar chorizo hecho en un pueblo de forma artesanal (sin la sarama tóxica que llevan todos los embutidos procesados)....Me sentó de maravilla al estómago y eso que me llevé media corra para el buche...El que he comido siempre procesado (de todas las marcas y colores)...ha sido probar la punta de un dedo y jorobarme vivo el estómago y a tirar de antiácido...(entonces era el Almax)...
 
Las grasas tras* son las que debes evitar, son grasas artificiales hidrogenadas, el resto de grasas son buenas.

El verdadero veneno son los alimentos con alto índice glucémico, pan, azucar, cereales refinados especialmente el trigo.

Estas son mis influencias es estos temas desde hace unos meses y tengo que reconocer que son efectivas y funcionan.

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Fitness Revolucionario
 
Yo siempre lo he sabido. Mi progenitora es de Burgos, y allí de toda la vida, en los pueglos desayunaban bien de torreznos y grasaza, y pa comer bien de chorizo y chuletas, y ahí los tienes a todos, con noventaypico años que no se mueren ni pa dios ¡¡¡

Nivelazo que nos gastamos ¿eh? Le recominedo que junto a las grandes verdades del universo añada la de "Fumar no es malo porque mira Carrillo todo lo que vivió y tal.."
 
Con 90 años por muy bien que se haya cuidado uno está hecho una cosa, abandonado por los hijos en una residencia y con unas ganas enormes de acabar de una p**a vez.

Disfruten de su vida saludable y de su decrépita vejez.
 
las grasas tras* son las hidrogenadas?

Pregunto porque la cadena consum/eroski, presume de no usarlas (me imagino que en su marca blanca) y me gustaría confirmarlo pues en casa lo tenemos bastante en cuenta a la hora de elegir un alimento.
 
Espero que esto aclare un poco las ideas.

En defensa de las grasas
Posted: julio 22, 2012 in Conceptos, Consejos, Nutrición
Etiquetas: colesterol, grasa
28

He hablado muchas veces sobre una de las mayores mentiras que persisten en las recomendaciones de los nutricionistas de la ‘vieja escuela’, de muchos doctores, y por tanto de muchos Gobiernos. Todo esto a pesar de que las evidencias que demuestran su falsedad son cada vez mayores.

Por supuesto estoy hablando de la idea de que las grasas son malas y que por tanto su consumo debe ser muy limitado.

Hemos llegado a esta situación principalmente por:

El concepto, absolutamente erróneo, de que si comes grasa acumulas grasa, cuando ya sabes que la hormona que genera la acumulación de grasa es la insulina, y se dispara principalmente como respuesta a la ingesta de carbohidratos; La proteína genera pequeñas liberaciones de insulina y la grasa practicamente ninguna!
La idea (también errónea) de que lo único que importan son las calorías; es cierto que la grasa tiene 9 calorías por gramo versus 4 calorías por gramo de las proteínas o los hidratos de carbono. Lo que no se tiene en cuenta es la capacidad saciante de las grasas (también de las proteínas), mientras que los hidratos de carbono, especialmente los refinados, generan picos de azúcar en sangre que hacen que tu cuerpo “reclame” más carbohidrato!
Una serie de estudios, empezando en la década de los 50 y 60, que de manera poco conclusiva en su momento (y hoy sabemos que equivocada totalmente) nos hicieron creer que las grasas (especialmente las grasas saturadas) tenían incidencia en las enfermedades coronarias.

Mi objetivo con este post es que entiendas el papel fundamental que juega la grasa en tu organismo, y cómo distinguir las grasas buenas de las realmente dañinas para tu salud.

Las grasas y nuestra historia

Para entender la importancia de las grasas en nuestra alimentación debemos, como siempre, analizar cómo evolucionamos y el papel que ha jugado la grasa en nuestra historia. Durante buena parte de la historia humana, hemos vivido en eras glaciales en casi toda la tierra; de hecho la última era glacial finalizó hace unos 11.000 años, y en parte fue el final de esta era glacial la que permitió, pocos miles de años después, que surgiera la agricultura.

Estudiando los coprolitos, o heces fosilizadas, de nuestros antepasados (sí, de verdad hay gente que se dedica a estudiar esto :-O), sabemos que hay largos períodos de nuestra existencia, coincidiendo con las eras glaciales, durante las cuales no consumimos prácticamente ningún alimento vegetal, y subsistimos, con muy buena salud, consumiendo casi únicamente la carne y la grasa de los animales que cazamos.

Obviamente no estoy recomendando que adoptes esta dieta, de hecho los vegetales y frutas están en la base de mi pirámide alimentaria, pero creo que la historia nos ayuda a entender por qué ese miedo extremo a las grasas es totalmente infundado.

El hecho de comer un porcentaje razonable de grasas es especialmente importante para aquellos que están haciendo una dieta alta en proteína, ya que si no se equilibra la proteína con grasa se puede sufrir, en su expresión más extrema, lo que se denomina ‘inanición cunicular‘. El término proviene de un efecto que se descubrió a finales del siglo XIX, cuando muchos de los primeros exploradores del Ártico morían de “inanición”, a pesar de que comían muchos “conejos árticos” (cunicularis = conejos en latín, de ahí el nombre); El problema es que estos conejos tenían una carne muy magra, sin apenas grasa, y este desequilibrio (mucha proteína y muy poca grasa) genera problemas serios en el organismo (deshidratación, nauseas, diarrea, fatiga…).

Es decir, una dieta baja en grasas es totalmente antinatural, y no es lo que tu cuerpo espera para estar saludable.

Tipos de grasas

Se distinguen dos tipos principales de grasas (si bien todas tienen algún componente de ambos tipos):

Grasas insaturadas, formadas principalmente por ácidos grasos insaturados, y que se subdividen a su vez en:
Grasas monoinsaturadas: son líquidas a temperatura ambiente. Se encuentra en alimentos como aceite de oliva, aguacate y almendras.
Grasas poliinsaturadas: son líquidas incluso a bajas temperaturas, y proceden principalmente de fuentes animales ( pescados azules: salmón, atún, sardinas…) y vegetales (aceite de girasol, maíz, soya…). El principal problema que tienen es que se oxidan fácilmente, especialmente a altas temperaturas, por lo que no deben utilizarse para cocinar (a pesar de que casi todo el mundo lo hace porque son baratas).
Grasas saturadas: La grasa saturada juega un papel clave en nuestro organismo como explico más adelante. Este tipo de grasa ha sido demonizada por la industria por su alto contenido en colesterol, a pesar de que hoy sabemos que no hay relación entre la ingesta de colesterol y las enfermedades cardiovasculares. Una de las grandes ventajas de las grasas saturadas es que son estables a altas temperaturas, y por tanto son ideales para cocinar. Nuestras abuelas, que cocinaban con mantequilla y/o grasa de lechón sabían lo que hacían!! Si esto te suena desagradable (es decir, has sido ‘indoctrinado’ por la industria), utiliza aceite de coco, ya que su alto contenido en grasa saturada evita que se ponga rancio al calentarlo y por tanto no genera toxinas.

En una categoría aparte están las grasas tras*, ya que son básicamente grasas artificiales, creadas a partir de la hidrogenación de grasas vegetales, con el objetivo de alargar la vida de los productos procesados, a costa de acortar la tuya. Estas son las verdaderas grasas malas, las que debes evitar a toda costa, pero que lamentablemente están presentes en múltiples productos como margarina, galletas, bollería, muchos alimentos de comida rápida… si lees los ingredientes de un producto procesado y pone aceite vegetal, parcialmente hidrogenada o hidrogenada o similar, corre!!!. Es cierto que hay presencia mínima de grasas tras* en carnes de vaca y en productos lácteos, pero a pesar de llevar el mismo nombre, no tienen nada que ver (desde el punto de vista de impacto en tu salud) con las grasas tras* creadas artificialmente a partir de aceites vegetales.

Grasas saturadas

Afortunadamente, ya es comunmente aceptado (incluso por los nutricionistas de la ‘vieja escuela’) que las grasas insaturadas son buenas y deben formar parte de las dietas; y aunque siguen temerosos y no recomiendan más del 20% del total de tu dieta, podríamos decir que es un tema ya superado.

Sin embargo, todavía persiste la idea de que las grasas saturadas son perjudiciales y deben excluirse de tu alimentación; quiero explicar por qué esta recomendación es absurda. Empecemos hablando de algunos de los beneficios que aportan las grasas saturadas:

La mitad de las membranas celulares están formadas por grasa saturada. Su alta estabilidad y resistencia a los radicales libres las hacen ideales para la protección de las células.
Juegan un papel clave en la salud de los huesos, ya que nuestro cuerpo necesita grasa saturada para fijar el calcio en los huesos. Por eso los lácteos desnatados (sin grasa) son una fuente poco recomendable de calcio.
Mejoran el sistema inmunitario, no en vano la leche materna tiene un 50% de grasa saturada, lo que previene muchas enfermedades en los meses de lactancia.
Tu cerebro es principalmente grasa saturada, e incluso los beneficiosos ácidos grasos omega 3, no pueden ser correctamente utilizados por tu cerebro en ausencia de grasa saturada.

Es decir, la grasa saturada juega un papel muy importante en nuestro cuerpo, y al igual que expliqué cuando hablé del colesterol, nuestro cuerpo es capaz de generar en parte la grasa saturada que necesita, en caso de que comamos menos de la que requiere. Y al revés, si aumentamos nuestra ingesta de grasa saturada, nuestro cuerpo es capaz de auto-regularse para producir menos.

Entonces, ¿nos han mentido todo este tiempo?? Básicamente… sí, pero el hecho de que haya habido tantas discrepancias en los estudios realizados se puede explicar por dos factores clave:

Como siempre digo, el origen importa, mucho! si comes grasa de animales criados industrialmente, gran parte de las toxinas que contienen (antibióticos, hormonas…) se acumulan en la materia grasa, por tanto su consumo sí puede arrastrar complicaciones. Además, estas grasas son altas en Omega 6 y bajas en Omega 3 (como comenté aquí), al contrario que la carne de animales libres alimentados con pasto. Es decir, el culpable no es la grasa saturada, sino la forma en la que producimos nuestra alimentación (la maldita industria alimenticia).
Ciertos estudios demuestran que la grasa saturada (incluso la de animales “sanos”) puede ser relativamente perjudicial para tu salud coronaria sí, y sólo sí, está en presencia de un nivel elevado de carbohidratos en tu cuerpo!! es decir, los culpables, de nuevo, parecen ser los carbohidratos refinados y no la grasa saturada, lo que, como siempre, es coherente con la forma en la que evolucionamos.

Prueba de todo esto es la denominada ‘paradoja francesa’; los franceses son conocidos por sus elevados consumos de grasa saturada en forma de paté, mantequilla, carne, nata, queso… pero tienen un ratio de muertes por enfermedad coronaria menor a la mitad que en Estados Unidos y otros países con ingestas mucho menores; es más, en Gascuña, la región de Francia donde comen más grasa saturada, las enfermedades coronarias son todavía más bajas. Y por supuesto esto no es ninguna paradoja, es simplemente el resultado lógico de comer una dieta más parecida a la de nuestros antecesores (moderadamente alta en grasas saturadas y baja en carbohidratos).

Este interesante meta-estudio concluye que “no hay pruebas que permitan concluir que la grasa saturada esté asociada con un incremento de enfermedad coronaria o mayor riesgo de infarto”. Meta-estudio se refiere a que lo que realmente se hizo fue tomar información de otros múltiples estudios en la materia (21 en total) y analizar de manera sistemática los resultados de cada uno de ellos, lo que minimiza las probabilidades de error producidas por malas prácticas en algún estudio aislado.

El reemplazo

En los 80, a raíz de otros erróneos experimentos y estudios que se realizaron sobre el efecto de las grasas, comenzó una corriente muy fuerte que proponía dietas bajas en grasa. Si bien hoy en día han ganado más popularidad las dietas bajas en carbohidratos, sigue existiendo la mentalidad de que las grasas deben evitarse. Incluso dietas populares, como la Dukan, siguen promocionando la equivocada idea de que si comes grasa acumulas grasa. No es cierto.

Por otra parte, cuando reduces un macronutriente de tu alimentación, lo tiendes a sustituir por otro. Y lo que ha ocurrido en las últimas décadas es que hemos hecho caso a nuestros “expertos”; el consumo de grasas ha ido decreciendo paulatinamente y ha ido aumentado el de carbohidratos, lo que por supuesto esto ha hecho que se dispare la obesidad (junto con la incidencia de enfermedades coronarias).

Para ejemplificar esto, comparemos los ingredientes típicos de un yogur natural ‘normal’, con toda su grasa, con su versión sin grasa:

Yogur normal: leche entera pasteurizada y cultivos lácteos.
Yogur desnatado (Danone vitalinea 0%): leche descremada pasteurizada de vaca, jarabe (maltodextrina, almidón modificado, saborizante idéntico al natural, sucralosa y acesulfame K, sorbato de potasio, ácido láctico, ácido cítrico, simeticona, citrato de sodio), crema pasteurizada de vaca, sólidos de leche, almidón modificado y cultivos lácteos.

Es decir, cuando la mala ciencia nos ha hecho creer que la grasa natural es mala, la industria alimenticia se pone a trabajar para eliminar ese componente natural y sustituirlo por otros componentes artificiales (en este caso carbohidratos y aditivos), y encima lo promueven como saludable!

Lo mismo ocurrió con la mantequilla; para evitar las grasas saturadas (naturales) que contiene, se empezó a usar grasas vegetales parcialmente hidrogenadas (tras*) para producir margarina, que hoy sabemos que es mucho más dañina para tu salud que la mantequilla tradicional, como nos explican las hormigas de la imagen (salvo las que siguieron los consejos de sus nutricionistas y murieron al probar la margarina).

Conclusión y Recomendaciones

En resumen, todas las grasas naturales juegan un papel muy importante en tu salud, y en el fondo lo importante es el equilibrio adecuado. Las grasas dañinas, las que realmente debes evitar, son las grasas artificiales (tras* o vegetales hidrogenadas), consumiendo proporciones adecuadas de las buenas.

Algunas recomendaciones:

No cocines con aceites vegetales insaturados. Este es el aceite que utilizan casi todos los restaurantes, por lo que si comes fuera intenta no consumir nada frito.
El aceite de oliva es superior a otros aceites vegetales, pero es mucho mejor que lo tomes como aderezo en ensaladas o al cocinar en el horno, ya que a altas temperaturas (si se utiliza para freir) también se vuelve rancio y es tóxico para el cuerpo.
Para cocinar, es mucho mejor utilizar grasa animal que es estable a altas temperaturas (mantequilla, grasa de lechón…). La alternativa es cocinar con aceite de coco, ya que contiene principalmente grasa saturada.
Si comes carne de animales criados industrialmente, mejor aparta la grasa, ya que muchas de las toxinas que acumulan estos animales (antibióticos, hormonas…) se queda en la materia grasa. Sin embargo, si comes carne de un animal criado en libertad con alimentación natural (pasto en vez de granos), su grasa es muy sana y nutritiva.
Tu dieta debería contener al menos un 30-50% de grasas naturales.

Si no te he convencido del todo, y vas a seguir consumiendo mucho carbohidrato, al menos intenta que sea de los buenos :) .

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